
Milei explica la ley del mercado y desenmascara a los empresarios zurdos
El presidente explica cómo el valor de un producto lo determina la demanda, y no los costos.
El Presidente, con la claridad de un economista y la furia de un león libertario, explica cómo el valor lo determina la demanda, y no los costos, y manda al carajo a los que quieren robarle al pueblo. ¿Será este el fin de la era de los precios inflados y la corrupción empresarial?
Javier Milei, el presidente que llegó para patear el tablero, no se anda con rodeos. En su reciente entrevista, dejó en claro que no permitirá que los especuladores se aprovechen de la liberación del cepo cambiario. "¡Que se metan los productos en el orto!", exclamó, dejando en claro que el mercado no permitirá abusos.
Para entender la contundencia de sus palabras, es necesario comprender el principio de imputación de Carl Menger, el economista austriaco que revolucionó la teoría del valor. Menger demostró que el valor de un bien no se determina por los costos de producción, como creían los clásicos, sino por la utilidad que le otorgan los consumidores.

En palabras simples, el valor es subjetivo. Una botella de agua en el desierto, donde la sed acecha, vale mucho más que la misma botella en un supermercado. ¿Por qué? Porque la utilidad, la necesidad, es diferente.
Milei, con su habitual didáctica, explicó: "Si un empresario quiere vender un kilo de pan a mil pesos, que lo haga. Pero que no se queje si nadie se lo compra. El consumidor no es tonto. Sabe cuánto vale cada cosa".
El Presidente desenmascaró a los "empresarios zurdos", aquellos que pretenden inflar los precios para mantener sus ganancias a costa del pueblo. "Se acabó la fiesta", sentenció. "El mercado va a poner a cada uno en su lugar. Los consumidores van a castigar a los especuladores".
La liberación del cepo cambiario, una medida histórica, generó temor en algunos sectores. Milei, sin embargo, se muestra confiado. "El mercado es sabio", repite. "Va a regular los precios. Los que quieran robar, se van a quedar con la mercadería en la mano".

El Presidente no solo habla de economía, sino que también defiende la moral. "No vamos a permitir que unos pocos se enriquezcan a costa del sacrificio de millones de argentinos", afirmó. "Vamos a limpiar la Argentina de parásitos".
Las palabras de Milei resonaron con fuerza en la sociedad. Sus seguidores celebran su valentía y su claridad. Sus detractores, los de siempre, lo tildan de "loco". Pero al Presidente no le importa. "Que ladren", responde. "Los perros ladran, Sancho, señal de que cabalgamos".
En definitiva, Milei está dispuesto a defender el libre mercado con uñas y dientes. Y su arma principal es la verdad, la verdad que Carl Menger descubrió hace más de un siglo: el valor lo determina la demanda, y el mercado, ese juez implacable, pone a cada uno en su lugar.
Más noticias: