Joven de cabello rubio largo y suelto con una blusa azul claro sonriendo levemente al aire libre con personas desenfocadas al fondo
SOCIEDAD

Amalia de Países Bajos se graduó pese a amenazas de muerte y un exilio forzado

La hija mayor de Máxima, heredera al trono, logró su título universitario tras estudiar en secreto por seguridad

La princesa Amalia de Holanda vivió una historia que pareció sacada de una serie política: amenazas de una red narco, exilio secreto en España y una graduación bajo estrictas medidas de seguridad. A los 21 años, la heredera al trono neerlandés obtuvo su título en Política, Psicología, Derecho y Economía (PPLE) en la Universidad de Ámsterdam.

La ceremonia tuvo lugar este lunes 14 de julio en el Royal Concertgebouw, uno de los auditorios más icónicos del país. La acompañaron sus padres, los reyes  Guillermo Alejandro y Máxima; sus hermanas Alexia y Ariane,  y la reina Beatriz. Sin embargo, lo que pocos sabían era el trasfondo de sacrificios, aislamiento y miedo que marcaron su vida académica.

Un año en el exilio por amenazas de la Mocro Maffia

En 2022, los servicios de inteligencia neerlandeses detectaron un plan de secuestro contra Amalia. El responsable era Karim Bouyakhrichan, jefe de la Mocro Maffia, una organización narco con redes en Europa, América del Sur y Medio Oriente. El delincuente había sido detenido en España por lavado de dinero, pero fue liberado provisionalmente por la justicia de ese país y sigue prófugo. Su fuga generó un escándalo diplomático y puso en alerta a la monarquía.

Grupo de seis personas posando juntas en una celebración de graduación, una de ellas lleva birrete y sostiene un diploma mientras todos sonríen a la cámara
La familia real de Países Bajos: Alexia, la reina Máxima, Amalia, el rey Guillermo Alejandro, la abuela de Amalia, la reina Beatriz y Ariane. | Redacción

Frente al riesgo inminente, la joven princesa abandonó Ámsterdam y se instaló en secreto en Madrid, gracias a un acuerdo de intercambio con la IE University. Durante más de un año, vivió en cercanías del parque El Retiro, bajo máxima protección y acompañada por un círculo íntimo.  Su paradero fue confidencial incluso para sus amistades.

Durante ese período, la familia real española —Felipe VI y Letizia— le brindó respaldo. En agradecimiento, Amalia ordenó plantar una flor en la Plaza de Oriente. El gesto fue encabezado por el embajador neerlandés y el alcalde José Luis Martínez-Almeida, como símbolo del vínculo entre ambas casas reales.

Un regreso con resiliencia y nuevos desafíos

Tras su estadía en España, Amalia regresó a los Países Bajos y retomó la cursada presencial.Un accidente a caballo la obligó a operarse del brazo  y postergar una materia, pero aún así decidió participar de la ceremonia junto a sus compañeros y presentar su tesis final.

El trabajo académico que expuso se tituló “Más allá de la transparencia: tendiendo puentes entre la Ley de Inteligencia Artificial y la Carta de los Derechos Fundamentales con cuerpos deepfakeados”. En él, analizó la tensión entre los avances tecnológicos y la protección de los derechos humanos en Europa.

Joven con toga y birrete sonríe mientras sostiene un diploma de graduación de la Universidad de Ámsterdam, acompañada de un texto que describe la ceremonia y la presencia de su familia.
La princesa Amalia en la ceremonia de su graduación. | Redacción

Para la ocasión, lució  un vestido berenjena de escote off-shoulder, zapatos al tono y una gargantilla dorada. Con el cabello suelto y una gran sonrisa, posó orgullosa con su diploma, aunque aún le resta aprobar una materia para completar oficialmente la carrera.

La princesa ya anticipó sus próximos pasos: iniciará el posgrado en Derecho Neerlandés, necesario para ejercer como abogada, y participará del programa Defensity College, una iniciativa del Ministerio de Defensa  para formar a jóvenes universitarios con experiencia académica y entrenamiento militar.

Más allá del título, el verdadero logro de Amalia fue atravesar el miedo y el exilio con entereza, sin abandonar su vocación ni su compromiso. En un tiempo en el que la realeza suele asociarse a privilegios y protocolos, la Princesa de Orange mostró una cara distinta: la de la resiliencia real.

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