
Contraste en Reino Unido: agresor sexual libre, comediante detenido por expresarse
Un fallo judicial liberó a un agresor sexual mientras un comediante fue arrestado por expresarse en las redes sociales.
La justicia británica dictaminó trabajo comunitario en lugar de prisión para un joven que agredió sexualmente a una mujer en Dorset, mientras que en paralelo un reconocido comediante fue arrestado por expresar opiniones en redes sociales, lo que expone la contradicción del sistema judicial respecto a los delitos físicos y los delitos de opinión.
Un tribunal británico resolvió dejar en libertad a Ayomide Famakinde, un hombre de 23 años de origen nigeriano, que fue hallado culpable de agresión sexual contra una joven en la localidad costera de Bournemouth en agosto de 2022.
El juez determinó que el ataque constituía una “aberración momentánea” y tuvo en cuenta los “antecedentes problemáticos y la vida difícil” del acusado como atenuantes, sustituyendo la pena de prisión por una orden comunitaria de 18 meses y 150 horas de trabajo no remunerado.

Los hechos se produjeron cuando la víctima, de 19 años, se encontraba con una amiga en la playa. Según se reconstruyó en el juicio, Famakinde, drogado, se acercó a la joven, la sujetó y le introdujo la mano en los pantalones. A pesar de sus intentos de defenderse y de sus gritos, el acusado continuó con la agresión hasta que ambos cayeron al suelo y un acompañante del joven lo apartó. Posteriormente, ambos abandonaron el lugar, dejando a la víctima en estado de shock.
Durante el proceso judicial, la joven declaró que el ataque “arruinó su vida” y que desde entonces no se siente segura caminando sola. Sin embargo, el juez consideró que una pena privativa de libertadsería “demasiado severa”, aludiendo a la infancia complicada del acusado en el sistema de cuidado británico tras emigrar desde Nigeria.
El fallo generó cuestionamientos por la indulgencia hacia delitos sexuales y el contraste con otras decisiones judiciales recientes en el país. En paralelo, el guionista y comediante Graham Linehan, creador de la serie “Father Ted”, fue arrestado en el aeropuerto de Heathrow por publicaciones en la red social X en las que criticaba a activistas transgénero.
El propio Linehan relató que fue recibido por cinco agentes armados a su llegada a Londres y que las únicas condiciones de su fianza fueron la prohibición de utilizar la red social y la obligación de presentarse a una nueva entrevista judicial en octubre.

El escritor calificó el episodio como un intento de censura: “Nada de amenazas, nada de discursos sobre la gravedad de mis delitos; solo una orden de silencio legal diseñada para silenciarme mientras esté en el Reino Unido”.
La autora J.K.Rowling expresó su rechazo al arresto al señalar: “¿En qué diablos se ha convertido el Reino Unido? Esto es totalitarismo. Absolutamente deplorable”. En la misma línea, el diputado reformista Rupert Lowe advirtió: “Linehan hoy, tú mañana. Presenta tus objeciones ahora”.
La comparación entre ambos casos revela una contradicción dentro del sistema judicial británico: mientras un abuso sexual contra una mujer recibe una pena alternativa a la prisión, expresiones vertidas en redes sociales derivan en detenciones y restricciones a la libertad de expresión.
Estos episodios reabren el debate sobre las prioridades de la justicia y el tratamiento diferenciado entre delitos de agresión y delitos de opinión en el Reino Unido.
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