
Detienen a una joven británica que se defendió de un abuso de un inmigrante musulmán
El caso reabre el debate sobre seguridad ciudadana, la respuesta policial y la influencia de la inmigración en UK.
El sábado 24 de agosto por la tarde, la Policía de Escocia acudió a St Ann Lane, en Dundee, tras recibir varios avisos sobre la presencia de una menor portando armas blancas.
Según confirmaron las autoridades, alrededor de las 19.40 horas recibieron un informe sobre la presencia de una joven armada en la zona. Los agentes asistieron y una niña de 14 años fue acusada en relación con el incidente. Será denunciada ante las autoridades competentes
De acuerdo con las imágenes difundidas en redes sociales, la adolescente se encontraba junto a su hermana de 12 años cuando se enfrentaron a un hombre que, las había acosado en un aparcamiento cercano, solicitando el número de teléfono de una de ellas y manoseándolas.

En el registro audiovisual puede verse cómo la joven mayor sostiene un machete y la menor empuña un hacha, adoptando una postura defensiva que obliga al individuo a retroceder. Hacia el final del vídeo, el sujeto se expresa en árabe, lo que ha reforzado la identificación mediática de que se trata de un inmigrante islamista.
La detención de la menor, en lugar del agresor señalado, desató una fuerte reacción en plataformas digitales. Numerosos usuarios de 'X' manifestaron apoyo a las adolescentes y cuestionaron la falta de intervención inmediata de la policía o de testigos presenciales.
Otros comentarios apuntaron directamente a la necesidad de permitir que mujeres y jóvenes cuenten con herramientas de autodefensa frente a episodios de acoso.
El trasfondo estadístico confirma la preocupación. Según datos recientes de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), un 13% de las mujeres y un 7% de los hombres denunciaron haber sufrido acoso en el último año, siendo los más jóvenes los principales afectados.

A su vez, investigaciones periodísticas han advertido sobre situaciones de abuso en alojamientos destinados a solicitantes de asilo, lo que ha intensificado el debate público respecto a la inmigración y la seguridad.
El Gobierno británico ha reiterado que “la violencia contra mujeres y niñas constituye una amenaza nacional” y asegura haber implementado medidas específicas para combatirla.
Sin embargo, episodios como el de Dundee vuelven a poner en tela de juicio la efectividad de dichas políticas y refuerzan la discusión sobre si el Estado está priorizando la protección de los inmigrantes frente a los ciudadanos nativos y no investiga los riesgos derivados de la criminalidad y la falta de control en determinadas comunidades inmigrantes.
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