
Los motivos por los cuales la reina Máxima no asistió al funeral del Papa Francisco
La ausencia de la única reina católica en Europa en el último adiós al Sumo Pontífice sorprendió al mundo.
En un escenario tan simbólico como la Basílica de San Pedro, donde se celebró el multitudinario funeral del Papa Francisco, la ausencia de una figura real, la cual se esperaba formara parte del especial momento de despedida, llamó poderosamente la atención, la reina Máxima de los Países Bajos no se hizo presente y desató diversas especulaciones de los motivos de su ausencia.
Si bien muchas casas reales europeas estuvieron representadas, fue notorio que la única soberana católica del continente no participara en la ceremonia. Detrás de esta decisión se esconde un entramado de conflictos institucionales, tensiones religiosas y protocolos estrictos.
Máxima Zorreguieta, nacida en Argentina y de fe católica, mantenía un vínculo personal y afectuoso con el papa Francisco, además de un profundo respeto por su figura institucional. Por eso, su ausencia no solo sorprendió al público general, sino que desató una oleada de especulaciones y debates en los medios internacionales.

Consultado en una reciente entrevista, el periodista y especialista en temas monárquicos Rodolfo Vera Calderón arrojó luz sobre los curiosos motivos que llevaron a que la reina no pudiera dar su presente en la ceremonia.
“El tema con Máxima es que, si bien es argentina y católica, el rey no actúa por cuenta propia en ningún asunto de Estado”, explicó. “Su fe y su vínculo personal con el papa no le otorgan autonomía institucional para decidir ir a este evento”.
Y es que, en los Países Bajos, el protestantismo sigue siendo la religión oficial del Estado, una tradición profundamente arraigada en la historia de la familia real neerlandesa. Según Vera Calderón, existe un sector de la sociedad que todavía muestra cierto recelo hacia Máxima por no haber abandonado el catolicismo al convertirse en reina consorte. En este contexto, su presencia en un evento de gran carga simbólica como el funeral del papa Francisco podría haber generado un fuerte rechazo y cuestionamientos hacia la Casa Real de Orange-Nassau.
A esto se sumaron razones protocolares. La muerte del pontífice coincidió con una fecha conmemorativa importante en los Países Bajos, lo que habría dificultado aún más su participación desde el punto de vista institucional.
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