Una pequeña cuchara metálica sostiene una sustancia en polvo de color blanco sobre un papel doblado
SOCIEDAD

El 'pipazo', la droga letal y barata detrás de recientes crímenes en Córdoba

Conocida como paco, provoca un deterioro rápido y daños irreversibles. Estuvo presente en dos asesinatos que sacudieron a la provincia.

La presencia del llamado "pipazo" en las calles cordobesas no es nueva, pero volvió a la agenda tras dos asesinatos de extrema violencia. Se trata de los casos de Milagros Basto y Brenda Torres, con un trasfondo común marcado por el consumo de esta sustancia devastadora. Su impacto social y sanitario reaviva la preocupación por una droga que se cobra vidas en muy poco tiempo.

Según la doctora Andrea Vilkelis, jefa de Toxicología del Hospital de Urgencias, el pipazo es “terriblemente adictivo”. En otras provincias se lo conoce como "paco" y es un subproducto del clorhidrato de cocaína con alto nivel de impurezas. Por su toxicidad y efectos, los especialistas lo catalogan como una “droga sucia” capaz de destruir vidas en meses.

El consumo genera una euforia intensa de 15 a 30 minutos, seguida de una fuerte depresión que impulsa a repetir la dosis. “Se sienten muy bien y hasta alucinan, pero posteriormente hay una caída muy grande”, explicó Vilkelis sobre sus efectos. Este ciclo rápido de estimulación y caída contribuye a la dependencia extrema que provoca.

Varios tubos pequeños hechos con materiales caseros y envueltos con cinta, utilizados como pipas improvisadas sobre una superficie blanca
Elementos usualmente utilizados para el consumo de paco | La Derecha Diario

Características y peligros de la droga

A nivel médico,  el pipazo puede causar infartos, ACV y pérdida severa de peso, además de debilitar gravemente el sistema inmune. La especialista advirtió que “no comen ni duermen por consumirla”, acelerando así el deterioro físico y mental. La expectativa de vida de un consumidor habitual puede reducirse a entre seis meses y un año.

El bajo costo es otro factor que facilita su expansión, ya que se vende en pequeñas dosis accesibles. Para obtenerla, los consumidores muchas veces recurren a delitos menores o a acciones violentas. Incluso llegan a vender pertenencias personales o familiares para conseguir más droga.

El "pipazo" no sólo destruye el cuerpo, también arrasa con vínculos familiares y sociales, dejando a la persona aislada. Su consumo perpetúa un círculo de violencia que impacta en barrios enteros. La rápida dependencia que genera dificulta la rehabilitación, requiriendo decisiones personales firmes para alejarse de esta adicción destructiva.

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