Seguinos en redes

Economía

La dictadura de Maduro sigue hundiendo a Venezuela: la economía cayó 32,8% y la crisis no cesa

Venezuela se hunde en más pobreza: la economía cayó 32,8% en el segundo trimestre de 2020. Con o sin cuarentena, los venezolanos son víctimas del régimen de Maduro. Venezuela permanece oficialmente en depresión económica desde 2014.

Publicado

en

Venezuela continúa siendo castigada por las políticas del régimen de Nicolás Maduro: su economía se hundió 32,8% en los últimos tres meses respecto al mismo periodo de los 2019, según informó la Comisión de Finanzas de la Asamblea nacional (AN).

Este masivo desplome de la economía de Venezuela no es novedoso, índices parecidos vienen azotando al país por años debido a sus políticas socialistas, pero esta caída no tiene precedentes. La baja producción petrolera y el desplome de la actividad económica a causa de la la cuarentena han hecho estragos sobre el comercio, la banca y la construcción, según detalla el informe del Congreso. 

"Todas las actividades económicas cayeron durante el segundo trimestre de 2020, no hubo una que haya crecido, pero la caída más pronunciada fue en la producción y refinación de petróleo", afirmó el diputado José Guerra, economista y miembro de la instancia parlamentaria.

Ad

Datos que asustan

Desde que Nicolás Maduro está en el poder, el tamaño de la economía se redujo un 90% y la inflación interanual a junio es de casi 4100%. Una cifra que rompe todos los récords y que deja a la vista el peligro de una economía dirigida.

Los sueldos de los venezolanos, a su vez, están en mínimos históricos. Antes de la pandemia, en enero de este año, el régimen tuvo que convalidar una suba del 50% del salario mínimo, lo que lo llevó a un todavía magro 6,7 dólares mensuales, lo que equivalían en ese entonces a 450.000 bolívares.

Tan solo en octubre 2019, el salario mínimo en bolívares equivalía a 15 dólares mensuales, por lo que la caída del sueldo antes de la pandemia ya hacía sonar todas las alarmas de que la economía estaba al rojo vivo.

Si bien no hay datos confiables en lo que va del año, se cree que esta situación de destrucción total fue profundizada sinificatviamente por la pandemia, y que la hiperinflación que vive Venezuela evitó que el Gobierno pueda hacerle llegar ingresos a la gente, como sí lo hizo efectivamente Trump en EE.UU. y Bolsonaro en Brasil. 

Ad

El diputado José Guerra sostuvo, además, que desde la última re-conversión monetaria, que fue el 20 de agosto del 2018, la actividad venezolana cayó 50%, la inflación fue del 3.443.771% y el salario cayó un 95%. Esto implica que si el salario mínimo en el 2018 era de 30 dólares, ahora, tras la hiperinflación y la devaluación, es de menos de 1,30 dólares.

Junto con el diputado Ángel Alvarado, Guerra explicó que esta es la peor caída económica no solo de la historia de Venezuela si no que de toda la región, ya habiendo superado a creces los pánicos del siglo XIX y las crisis hiperinflacionarios de 1973 en Chile y 1989 en Argentina.

La crisis del petróleo

El petróleo es el recurso por excelencia que le da a Venezuela poder económico, sin embargo se vio golpeado por una larga lista de políticas socialistas. Años sin inversiones, malas gestiones y sanciones de Estados Unidos implicaron un golpe al sector que mayores ingresos provee al país. 

De acuerdo con datos entregados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en el último año la producción petrolera cayó de 734.000 a 356.000 barriles por día, el nivel más bajo desde 1943.

Venezuela tiene un problema que, si bien es la mayor reserva de petróleo del mundo, sus hidrocarburos requieren de una refinación pesada que requiere una enorme inversión inicial. Esto no es problema ya que grandes volúmenes implican una reducción de costos y los márgenes terminan cubriendo todo.

Pero esto no es algo que pueda hacer eficientemente el Estado, y tras años de una política totalmente socialista respecto al petróleo, hoy Venezuela no tiene el capital necesario ni para sacar el petróleo del piso.

Ad

Venezuela e Irán: una alianza estratégica.

En el contexto de esta crisis económica, la dictadura venezolana ha aumentado sus contactos comerciales con Irán. Los dos regímenes ampliaron sus relaciones comerciales: petróleo y minerales se trasladan de manera marítima para llevar a cabo las operaciones que los países tienen programadas. 

Venezuela recibió 22.882 toneladas de alimento que abastecerán la cadena de supermercados iraní que abrió recientemente en el país. Posteriormente el mismo buque fue cargado con óxido de aluminio, un elemento buscado por Teherán como insumo para abastecer el proyecto de elaboración de misiles balísticos. Por este motivo las operaciones comerciales entre Caracas y Teherán han sido sancionadas por Estados Unidos.

Irán busca aprovechar la misera de los venezolanos para finalmente desembarcar en el país. Por años, Irán tuvo enormes desafíos por instalarse en el país, mientras éstos respondían más a Cuba que a Medio Oriente. Pero esta situación de desolación total no puede ser saneada por Cuba, un país en igual o peor situación económica que Venezuela, por lo que ahora Maduro empezó a entregar soberanía a Irán de manera indiscriminada.

La situación económica de Venezuela se encuentra en una crisis que no es nueva y que no parece tener un horizonte alentador ya que las decisiones políticas de siempre tienen los resultados de siempre: pobreza y hambre.

Haga clic para comentar

Usted debe estar conectado para publicar un comentario Inicio de sesión

Deja una Respuesta

Economía

El Banco Central rebajó la tasa de política monetaria de los Pases del 60% al 50% y se espera un colapso de la inflación

Publicado

en

La carga de intereses a cuenta de los pasivos remunerados es cada vez menor, después de la quinta reducción de tasas en lo que va de la presidencia de Javier Milei. La autoridad monetaria también tomó la decisión de incrementar nuevamente el encaje legal aplicado sobre las billeteras virtuales.

El Banco Central al frente del Presidente Santiago Bausili determinó una nueva reducción de la tasa de política monetaria de referencia, aquella a cuenta de los Pases, pasando del 60% al 50% nominal anual a partir del 2 de mayo. De esta forma, la tasa efectiva anual fue establecida en el 64,82% según informó el propio BCRA.

En otras palabras, los pasivos remunerados que emite el Banco Central pasan a abonar una tasa nominal equivalente al 4,2% por mes, a cuenta de los Pases que se renuevan cada día. 

La decisión oficial responde a la drástica caída de las expectativas de inflación para los próximos meses, un hecho que se refleja claramente en el informe de expectativas REM que elabora la autoridad monetaria. Las principales consultoras privadas del país también dan cuenta de esta situación, y proyectan un claro escenario de desinflación para 2024.

Las mediciones inflacionarias de alta frecuencia están reflejando el colapso de la variación de los precios minoristas en alimentos y bebidas. Para la consultora LCG, la variación semanal en este rubro fue negativa por más de 1 punto porcentual al término de la quinta semana de abril. 

Los sondeos de Alphacast también prevén una ligera caída de precios hacia la segunda mitad del mes pasado, considerando al rubro de los alimentos. En la misma dirección, el economista Alberto Cavallo (el hijo del exministro de Economía) anticipó mediante un índice diario de precios que la inflación ya está viajando al 5% mensual, descontando el efecto de las tarifas de los servicios públicos.

Entran en juego dos lógicas principales detrás de la rebaja de tasas. En primer lugar, la caída de la inflación efectiva y de la inflación esperada permiten una tasa de interés más baja, ya que de este modo se evita generar rendimientos excesivos medidos en dólares. Pero por otro lado, y más importante aún, la caída de la tasa de interés (en un contexto de cepo cambiario) permite sanear el balance del Banco Central y reducir la expansión monetaria a cuenta de los pasivos remunerados.

La carga de la deuda remunerada en pesos del BCRA es cada vez menor en relación al PBI, y lo mismo ocurre con el pago de sus respectivos intereses. Y desde el Gobierno nacional, el superávit fiscal concretado durante los primeros 3 meses del año permite anular cualquier tipo de financiación monetaria para el fisco.

El Banco Central de Bausili también tomó la decisión de elevar la tasa de encaje aplicado para billeteras virtuales del 10% al 15%, y de esta manera es altamente probable que disminuyan los rendimientos de alternativas como por ejemplo Mercado Pago, además del efecto que tuvo la reducción de tasas.

Se busca generar un marco de reglas de juego que genere incentivos para la compra de títulos públicos al Tesoro por parte del mercado. Esto responde a dos fines bien concretos: por un lado el rollover de la deuda interna en pesos a plazos más extensos, y en segundo lugar la retención de pesos para cancelar Adelantos Transitorios con el propio BCRA (una manera adicional para retirar pesos de la circulación).

Seguir Leyendo

Economía

La reforma tributaria que propone Biden amenaza con destruir hasta 788.000 puestos de trabajo a tiempo completo para el año 2025

Publicado

en

Así lo sugiere un reciente informe de la Tax Foundation, estimando el efecto total de los aumentos impositivos que propone la campaña de Biden de cara a las elecciones. Se estima una reducción del 2,2% en la tasa de crecimiento potencial del PBI en caso de aprobarse los cambios.

El Presidente Joe Biden lanzó una agenda económica completamente radicalizada hacia la izquierda, buscando contentar al ala más extremista de su partido (anteriormente representada por el excandidato Bernie Sanders en la contienda electoral del 2020).

En este sentido, el Presidente recuperó una profunda impronta favorable a subir generalizadamente los impuestos en Estados Unidos, tanto para empresas como para personas físicas y para productos importados. Se buscan gravar ingresos, patrimonios y bienes con tasas sustancialmente más elevadas que las actuales.

La Tax Foundation desarrolló un reciente informe estimando el impacto económico que podría desatar el plan fiscal de Biden para el año 2025. Se estima una reducción total del 2,2% en la tasa de crecimiento potencial del PBI, una caída del 3,8% en el capital social potencial acumulado en las empresas, una reducción del 1,6% sobre la masa salarial promedio, y finalmente la destrucción de hasta 788.000 puestos de trabajo a tiempo completo en el sector privado, en relación a la cantidad que cabría esperar de no aprobarse las subas impositivas.

La agenda de los demócratas es, y por diferencia, la más ambiciosa y extremista desde la era de Franklin D. Roosevelt. El esquema tributario resultante de una eventual victoria de Biden en las próximas elecciones de noviembre queda resumido de la siguiente manera:

  • Aumento de la tasa del impuesto sobre la renta empresarial del 21 por ciento al 28 por ciento (a partir del año fiscal 2025)
  • Aumento del impuesto mínimo alternativo corporativo introducido en la Ley de Reducción de la Inflación del 15 por ciento al 21 por ciento (a partir de 2024)
  • Cuadruplicar el impuesto a la recompra de acciones implementado en la Ley de Reducción de la Inflación del 1 por ciento al 4 por ciento (a partir de 2024)
  • Hacer permanente la limitación de pérdidas comerciales excesivas para las empresas de paso
  • Limitar aún más la deducibilidad de la compensación de los empleados según la Sección 162
  • Aumento de la tasa impositiva global sobre ingresos intangibles de baja tributación (GILTI) del 10,5 por ciento al 21 por ciento, calcular el impuesto jurisdicción por jurisdicción y revisar las reglas relacionadas
  • Derogar la tasa impositiva reducida sobre los ingresos intangibles derivados del extranjero (FDII)
  • Ampliar la base del impuesto sobre la renta neta de inversiones (NIIT) para incluir ingresos comerciales no pasivos y aumentar las tasas del NIIT y el impuesto adicional de Medicare para alcanzar el 5 por ciento sobre ingresos superiores a $400,000
  • Aumento del impuesto sobre la Renta individual al 39,6 por ciento sobre ingresos superiores a $400 000 para declarantes solteros y $450 000 para declarantes conjuntos (a partir de 2024)
  • Gravar las ganancias de capital a largo plazo y los dividendos calificados a las tasas ordinarias del impuesto sobre la renta para Ingreso imponible por encima de US$ 1 millón de dólares, y gravar las ganancias de capital no realizadas en caso de fallecimiento por encima de una exención de US$ 5 millones, revirtiendo parcialmente la reforma de George Bush (2001-2003)
  • Triplicar los aranceles de importación para el acero y el aluminio provenientes de China, desatando una nueva guerra comercial con el gigante asiático

Pese a las subas impositivas, la administración Biden no propone un sendero sostenido de reducción del déficit fiscal, ya que la mayor parte del paquete tributario se vería acompañado por nuevas expansiones presupuestarias. 

Y a diferencia de la estrategia seguida por el expresidente Donald Trump, la guerra comercial con China que propone desatar Biden se produciría en un contexto de profunda caída en la competitividad fiscal de Estados Unidos, todo lo contrario a lo que ocurrió entre 2017 y 2020 (cuando las empresas estadounidenses disfrutaron de fuertes recortes impositivos).

Esto deja a Estados Unidos en una posición comparativamente difícil para forzar una nueva “tregua” con China en la cual se flexibilicen controles cambiarios o medidas arancelarias proteccionistas, como sí ocurrió tras el último acuerdo firmado en 2020.

Seguir Leyendo

Economía

Con Milei, los bancos vuelven a cumplir su función fundamental: Prestarle dinero a familias y empresas y no al Estado

Publicado

en

Se redujo drásticamente la absorción de crédito a través del Estado nacional y el Banco Central, y se amplía la cantidad de recursos disponibles para ser prestados al sector privado productivo. La política económica del Gobierno produjo un punto de inflexión para el sistema financiero.

Desde la caída de la convertibilidad y el rebrote inflacionario en la Argentina, la proporción de crédito retenido deliberadamente por el sector público fue creciendo incesantemente en los últimos años.

El Estado se adueñó de una parte creciente en la cantidad de pesos disponibles generados por el ahorro del país, y en consecuencia se redujo la proporción canalizada por el sector privado (las familias y las empresas). Mientras que el crédito al sector privado superaba holgadamente el 20% del PBI durante el menemismo, al término del último experimento kirchnerista consiguió superar a duras penas el 7% del PBI en 2023

A partir de diciembre de 2023, la política económica ejecutada por el Presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo se propuso un giro drástico en la direccionalidad del crédito argentino. El superávit financiero del Sector Público Nacional (SPN) permitió liberar una gran masa de recursos para el sector privado, algo que hasta el momento parecía completamente imposible.

Por primera vez desde 2018 se produjo un rebrote de créditos hipotecarios, nuevamente atados a la unidad UVA más un cierto margen de rendimiento en términos reales. Estos créditos no solo permiten la reapertura del mercado de crédito inmobiliario, sino que además implican una fuerte presión para aliviar los aumentos sobre los precios de los alquileres.

A partir de la nueva política económica, los bancos privados debieron replantearse la canalización del crédito. El Gobierno nacional dejó de incurrir en amplias licitaciones por encima de sus posibilidades para financiar el déficit (las licitaciones actuales solo refinancian la deuda interna), y el Banco Central profundizó su agresiva política de rebajas en la tasa de interés que pagan los Pases (ahora hasta el 60% nominal anual).

Todo esto abrió la posibilidad de volver a financiar a las familias vía hipotecas, y a las empresas a través de diversos proyectos de inversión productiva. El Gobierno espera que este efecto, habitualmente llamado “crowding-in” o desplazamiento positivo, contribuya activamente a la reactivación de la actividad económica a partir del segundo semestre del año.

Dada la fuerte credibilidad en la política económica, el mayor ahorro del sector público (efecto recesivo) podría ser compensado por un repunte de la inversión del sector privado por la vía del crédito (efecto expansivo).

Seguir Leyendo

Tendencias