
Evistas advirtieron que torturarán a quienes proclamen a Andrónico como candidato
Los seguidores de Evo Morales indicaron que la justicia comunitaria les permite ejercer violencia física libremente.
En las últimas horas, dirigentes evistas advirtieron que aplicarán castigos físicos contra los seguidores de Andrónico Rodríguez si intentan participar en el Congreso de Refundación. De acuerdo con sus declaraciones, los evistas temen que se intente proclamar a Rodriguez como candicato. El evento, organizado por la facción liderada por Evo Morales, se llevará a cabo este fin de semana en Villa Tunari.
Las declaraciones fueron realizadas por David Veizaga, dirigente de la Coordinadora de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba. Según Veizaga, su sector cuenta con información sobre supuestos infiltrados arcistas que buscan hacerse pasar por androniquistas para irrumpir en el congreso. Aseguró que no permitirán el ingreso de traidores ni corruptos a la reunión.
Veizaga enfatizó que solo los militantes leales al exdictador podrán participar en el evento. Agregó que cualquier intento de infiltración será castigado con sanciones "duras y estrictas", amparadas en los usos y costumbres de la Coordinadora. No especificó los nombres de los presuntos infiltrados ni las pruebas que respalden sus acusaciones.
Una dirigente cercana a Morales, mencionó que una de las sanciones consistiría en atar a los infractores al árbol de palo santo. Este castigo es altamente peligroso, ya que el árbol alberga hormigas venenosas que pueden causar graves daños o incluso la muerte. La amenaza ha generado reacciones en diversos sectores políticos y de derechos humanos por el nivel de violencia.
El evento se llevará a cabo en medio de un clima de tensión y con Evo Morales refugiado en Villa Tunari. El exdictador permanece custodiado por sus seguidores y paramilitares extranjeros desde finales de octubre de 2024. Esto, debido a la orden de aprehensión por no comparecer ante la justicia en los procesos que enfrenta por estupro y trata de personas.

Paralelamente, el ala arcista del MAS ha organizado su propio congreso en la ciudad de La Paz. En este encuentro, los seguidores del presidente Luis Arce buscan reformar los estatutos partidarios para dar más espacio a nuevos líderes. Entre estos nombres destaca el del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, visto por algunos sectores como una alternativa a Morales.
El conflicto entre evistas y androniquistas se ha intensificado en las últimas semanas. El diputado evista Anyelo Céspedes acusó al ala arcista de financiar la campaña de Rodríguez. Sostuvo que las proclamaciones y casas de campaña que han aparecido en distintas ciudades son parte de una estrategia para debilitar a Morales.
Por su parte, el dirigente Ponciano Santos, actualmente en la clandestinidad, arremetió contra quienes apoyan a Rodríguez. En un ampliado realizado en el trópico de Cochabamba, advirtió que los seguidores del senador están alineados con el "imperio". Dijo que, si la derecha gana las elecciones, será culpa de quienes impulsan su candidatura.
¿El masismo ha normalizado la violencia como control político?

Santos también exigió a los dirigentes locales que se alejen de sus comunidades si no apoyan a Morales. Aseguró que solo el expresidente puede salvar a Bolivia y descartó cualquier otra candidatura dentro del MAS. Estas declaraciones evidencian la creciente radicalización del ala evista en su afán de consolidar el liderazgo de Morales.
El uso de la violencia como método de control político no es un fenómeno nuevo en Bolivia. La justicia comunitaria, que en principio busca resolver conflictos dentro de las comunidades, ha derivado en linchamientos y castigos brutales. En mayo del año pasado, en Ivirgarzama, tres hombres fueron acusados de secuestro y sometidos a torturas por una multitud.
La turba los ató a palmeras, los golpeó y los insultó durante varias horas. Finalmente, uno de ellos fue quemado vivo, mientras que los otros dos fueron asesinados a golpes. La ausencia de policías en la región permitió que el linchamiento se consumara sin intervención de las autoridades.
Esta forma de justicia por mano propia se ha arraigado en varias regiones del país. En Tolata, también en Cochabamba, otro linchamiento se produjo pocos días después. Dos presuntos ladrones fueron atrapados por vecinos, uno de ellos murió y el otro quedó gravemente herido.

Las amenazas de violencia en el Congreso de Refundación han reavivado el debate sobre la justicia comunitaria y su abuso. Organismos de derechos humanos advierten que castigos como el de palo santo pueden constituir tortura. Además, alertan sobre el riesgo de la violencia política que puedan desatar los masistas.
Las amenazas de violencia física por parte de los masistas evistas evidencian la impunidad con la que operan estos grupos. Amparados en la justicia comunitaria y control territorial en regiones como el Chapare, los masistas imponen el miedo como mecanismo de control político. La advertencia de castigos brutales no es un simple exceso retórico, la violencia se convirtió en una herramienta que ha sustituido el debate democrático por la coerción y el terror.
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