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Top Gun Maverick rompe la taquilla: La película que rechazó el progresismo le ganó a Marvel y a DC Comics en ventas

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Superó los mil millones de dólares en recaudación, ganándole a Dr. Strange y a The Batman, y se convierte en una de las 50 películas más exitosas de la historia. Ya es la más taquillera de Tom Cruise y la más vista del año.

La secuela largamente esperada comienza más de tres décadas después de la original, con Pete "Maverick" Mitchell, interpretado por Tom Cruise, llamado a entrenar a un escuadrón de pilotos de élite de la Marina de los EE.UU. para bombardear un depósito de uranio de un país cuyo nombre nunca se dice pero recuerda fácilmente a Irán.

La película es un ejemplo a seguir de cómo relanzar una franquicia. A diferencia de películas como Star Wars VIII: The Last Jedi o series como Star Trek: Picard, en ningún momento Top Gun Maverick trata de "deconstruir" al mítico personaje que interpreta Tom Cruise.

De hecho, 30 años después de dejarlo arriba del portaaviones abrazado con Iceman (personaje interpretado por Val Kilmer), lo vemos todavía manteniendo el espíritu rebelde pero patriótico que demostró en la primera entrega.

En ningún momento se lo muestra como fracasado, deprimido o con vergüenza por ser un hombre blanco con privilegios. En ningún momento duda de su rol en la Marina o de la importancia de su trabajo, como sí se hizo con Luke Skywalker en la lamentable octava entrega que dirigió Rian Johnson.

Tampoco la película pierde tiempo en cuestiones raciales o de género. Directamente presentan a una mujer y a un afroamericano como parte del grupo de aviadores de élite de Top Gun, pero en ningún momento se hace un planteo de que fueron discriminados o que el Estado los ayudó para llegar donde están, como suele hacerse en todas las franquicias que ahora tratan de introducir personajes "de minorías oprimidas".

Ni siquiera plantea preguntas sobre por qué Estados Unidos está bombardeando a este otro país, que inteligentemente la película nunca lo nombra, pero es obvio que se trata de Irán. Los aviadores cumplen su misión, poniendo su vida de por medio de ser necesario.

Y ahí es donde la película más brilla. Los aviadores están dispuestos a dar su vida por su Patria, pero Tom Cruise se pone al hombre el desafío de no solamente cumplir la misión, si no que también todos vuelvan a casa.

Los nuevos aviadores de Top Gun nunca hacen un planteo racial o feminista.

El clímax de la película ve a Cruise sacrificarse para salvarle la vida al hijo de su mejor amigo (que falleció en la película de 1986) y luego éste pone su vida en peligro para salvarlo a él, logrando saldar cuentas con su conflictivo pasado.

Una de las últimas escenas los muestran despegando junto a Rooster desde una base iraní con el emblemático F-14 de la película original, y logrando derribar los aviones de última generación que manejan los enemigos.

Es un excelente conclusión para la principal temática de la película: lo viejo todavía vale. Durante toda la película, Maverick trata de demostrar que lo nuevo no es intrínsicamente mejor solo por ser nuevo, y desafía a la Marina que quiere retirar a los pilotos para llenar la flota de drones, desafía a los nuevos pilotos de Top Gun demostrando que, aunque ya esté cerca de su retiro, la vieja escuela todavía no ha sido superada, y al final, desafía a los nuevos aviones de última tecnología con un caza de la década del ’80 que apenas vuela.

En muchos aspectos, Top Gun: Maverick se siente como un producto de los años 80, que se logró colar en la nueva era del cine para recordarle a la audiencia que a pesar de los efectos especiales, los nuevos valores progresistas de Hollywood y la modernidad, todavía nadie ha podido superar la era dorada del cine.

Y bien que lo logró, la película rompió la taquilla, con una masiva recaudación de US$ 160 millones en el primer fin de semana de su estreno en los cines de Estados Unidos, durante el feriado del Memorial Day.

Pero no se quedó ahí. La película que ya lleva un mes en el cine y sigue liderando la taquilla, hizo más de mil millones de dólares en todo el mundo, habiendo recaudado hasta la fecha de publicación de esta nota unos US$ 1.016 millones, siendo la película 46° película más taquillera de la historia, superando grandes entregas como The Dark Knight, la primera de Harry Potter o Spider-Man 2.

A su vez, Top Gun: Maverick le ganó a sus principales competidores del año y es por ahora la película que más entradas vendió en lo que va del 2022. Para sorpresa de todos, hizo más plata que las dos grandes apuestas de Marvel y DC para el año: Dr Strange 2 y The Batman.

Doctor Strange in the Multiverse of Madness tuvo un presupuesto masivo pero no logró romper la barrera de los mil millón de dólares, quedándose corta con tan solo US$ 950 millones. Por su parte, la gran esperada The Batman, con Robert Pattinson, Zoe Kravitz, Paul Dano, Colin Farrell y Jeffrey Wright tampoco superó el llamado box office billion, y se quedó en US$ 770 millones.

Además, Top Gun todavía está en los cines mientras que tanto Dr. Strange 2 como The Batman ya pasaron a servicios de streaming, y a diferencia de ellas, se espera que Top Gun salga en versión Blu-Ray, donde podrá seguir engrosando sus ventas totales, convirtiéndose fácilmente en una de las películas más exitosas de la pos-pandemia, junto a Spider-Man: No Way Home, otra película que deja de lado el progresismo para contar una historia clásica y tradicional.

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Papelón histórico: La nueva serie de Disney de Star Wars hace feminista a la Fuerza e introduce lenguaje inclusivo

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The Acolyte es el contenido de Star Wars con peor reseña de la historia (menos del 14% de aprobación en Rotten Tomatoes), gracias al feminismo militante con la que fue producida.

La serie The Acolyte, la última entrega de Disney en el universo Star Wars, es una vergüenza para toda la franquicia. La novela entera parece ser una broma de mal gusto. En tan solo los primeros cuatro capítulos, han introducido desde conceptos feministas para redefinir a la Fuerza hasta lenguaje inclusivo.

El primer indicio alarmante de que la serie estaba encaminada a ser el fracaso más grande de la historia de Star Wars llegó cuando se anunció que la producción, guión y dirección quedarían a cargo de Leslye Headland, una activista lesbiana que tiene en su curriculum haber sido por casi una década la asistente personal de Harvey Weinstein.

La mujer que le manejaba la agenda al famoso productor de cine y que fingió demencia por años mientras el hombre extorsionaba a actrices para cambiar sexo por papeles, vuelve en su nueva faceta de directora de Star Wars para hacer un asqueroso revisionismo histórico de la obra maestra de George Lucas.

En los primeros dos capítulos, que son más aburridos e incoherentes que transgresores, se introduce a dos personajes principales mujeres que son gemelas, Mae y Osha, interpretadas por la misma actriz Amandla Stenberg, una afroamericana con rastas violetas que no logra diferenciar bien la actuación entre ambos roles.

Las hermanas están enemistadas por algo que ocurrió en su pasado y la serie comienza cuando una de ellas, Mae, asesina a una Maestro Jedi, interpretada por la mítica Carrie Ann-Moss, cuyo rol había sido promocionado fuertemente por los tráilers pero finalmente duró menos de 3 minutos en pantalla.

Pero lo realmente inquietante se desenvuelve en el tercer episodio, donde se va 16 años al pasado y se cuenta el orígen de las gemelas. En ese capítulo, nos enteramos de que Mae y Osha vivían con sus madres, sí, dos madres lesbianas, en una sociedad de brujas, todas ellas mujeres.

¿Cómo nacieron dos hermanas en una sociedad compuesta íntegramente por mujeres y donde los hombres no tienen permitido estar? Claro, se explica que "fueron concebidas por la Fuerza", como Anakin Skywalker, destruyendo y devaluando el mito de El Elegido.

¿Creías que Anakin, llamado por todos como El Elegido y quien traería balance a la Fuerza, una alegoría directa a Jesucristo y quien tiene uno de los mejores arcos de redención de la historia del cine, era especial? No, dos mujeres afroamericanas lo hicieron primero, casi 100 años antes de su nacimiento.

El revisionismo no termina ahi. En el tercer episodio, la madre de Mae y Osha, una bruja afroamericana super-poderosa, explica que la Fuerza en realidad se llama "el Hilo", y que es algo que mejor funciona entre las mujeres.

Osha y Mae pelean constantemente y son muy, muy irritantes durante todo el episodio. Cuando los Jedi aparecen y piden probar a las chicas para determinar sus poderes de la Fuerza, Osha quiere dejar la sociedad de brujas lesbianas y Mae quiere quedarse.

En una escena que verdaderamente da vergüenza ajena, las brujas hacen un cántico feminista colectivista donde gritan, sin sentido: "el poder de una, el poder de dos, el poder de muchas", como rito de iniciación de las niñas. Un verdadero papelón cinematográfico.

Y como si el guión quisiera completar un chiste de mal gusto, Mae se enoja y amenaza con matar a su hermana, encerrándola en su habitación y prendiéndola fuego. El incendio aparentemente termina matando a todas las brujas, mientras que uno de los Jedi rescata a Osha. Mae parece caer al vacío pero en la siguiente escena aparece viva, completando el peor episodio jamás emitido al aire de una serie.

En el cuarto episodio, como si faltara algo más para indignar a la totalidad de los fanáticos de Star Wars, Osha se refiere a Bazil, una ardilla humanoide que ayuda a los Jedi a rastrear a un ex miembro de la Orden, como "él o ellos" ("he, or they"), un modismo de lenguaje inclusivo en Estados Unidos, donde se usa el plural para usar un pronombre de género neutro.

La serie, que tiene un 14% de aprobación en Rotten Tomatoes, la principal página para reseñas de películas y shows de televisión, costó aproximadamente 22 millones de dólares por capítulo, unos 180 millones a lo largo de los 8 capítulos.

Para poner en contexto, la serie costó más que cada una de las películas de Star Wars, más que Una Nueva Esperanza, más que El Imperio Contraataca, y más que La Venganza de los Sith, obras múltiples veces galardonadas.

El presupuesto de The Acolyte es tan astronómico como el presupuesto de la Trilogía Original entera y combinada. Las tres primeras películas de Star Wars costaron un total de 74 millones de dólares, que sería aproximadamente 233 millones de dólares en moneda de hoy.

Por su parte, también costó más que las precuelas. La Amenaza Fantasma y El Ataque de los Clones tienen presupuestos de alrededor de 115 millones de dólares, y La Venganza de los Sith tiene un presupuesto de 113 millones de dólares.

Es imposible entender en qué se fue el millonario presupuesto. Los efectos especiales son malos, las actuaciones son paupérrimas, cada mundo que visitan se siente pequeño, cada puesta en escena se siente berreta. No hay sensación de escala o variedad. Es todo implacablemente genérico.

Unos 50 millones de dólares fue destinado, en teoría, a costos de pre-producción, y los restantes 130 millones de dólares se utilizaron para la filmación, refilmaciones y post-producción. Si se revelara que usaron la serie para lavar dinero o directamente los productores se lo robaron, no debería sorprender a nadie.

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El progresismo ahora quiere arruinar Warhammer: Los dueños del juego de fantasía le cambian el género a un batallón de soldados

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Games Workshop empezó a introducir soldados mujeres en batallones masculinos en su nueva línea de miniaturas para el juego de mesa. En vez de usar los batallones de mujeres que ya existen, el progresismo insiste en reemplazar a los hombres.

Los dueños detrás de Warhammer 40k, el juego de mesa de fantasía más popular del mundo, han introducido un nuevo personaje femenino en uno de sus batallones de mesa más populares. Esta decisión está en línea con la nueva visión feminista que quieren introducir en el juego.

Games Workshop, la compañía que distribuye el juego de mesa, está preocupada porque la base de jugadores es "extremadamente varonil", y en general tiene un público de hombres blancos heterosexuales, en su mayoría jóvenes de derecha que pueden reírse y apreciar la ironía de una historia que exalta el imperialismo y la guerra.

La empresa ha anunciado por primera vez que mujeres formarán parte de su popular brigada ‘Adeptus Custodes’, y ante el cuestionamiento del público, Games Workshop acudió al manual de autoritarismo de George Orwell, "1984″, y en una impresionante demostración de "doblepensar", aseguraron que "siempre hubo mujeres en la brigada", a pesar de que eso es falso.

Las discusiones se pusieron candentes, y la cuenta oficial de @Warhammer bloqueó a miles de fanáticos del juego en X (ex Twitter), generando la furia de los jugadores que han dedicado años de vida y muchísimo dinero al table-top.

La avanzada woke

Una nueva edición de la ficción fantástica de Warhammer 40,000 presenta a un personaje llamado ‘Custodia Calladyce Taurovalia Kesh‘ y usa pronombres femeninos para ella. Los fanáticos de toda la vida del juego salieron a cuestionar en redes diciendo que es la primera vez que una mujer ha sido parte del equipo dorado de Adeptus Custodes.

El sitio de fans Wargamer discutió la controversia en una publicación que describía cómo había habido "casi tres décadas de libros e historias cortas de Warhammer 40k solo protagonizadas por guardias custodios masculinos".

Continuó diciendo: "Los fanáticos ven la introducción de un miembro canónicamente femenino de los Custodes como un cambio narrativo consciente por parte de Games Workshop", y le recordó a los productores del juego que hay una línea de luchadoras mujeres que ya existe hace tiempo conocida como "Sisters of Battle", ampliamente reconocida por los jugadores.

"No necesitan poner mujeres en brigadas compuestas de soldados masculinos, ya existen, por ejemplo, las Adeptas Sororitas, una división de fuerzas armadas del Imperio compuesta por mujeres, y que fue introducida de excelente manera en 1997 y ha tenido un enorme éxito desde entonces", aseguró oro usuario en X (ex Twitter).

La discusión incluso llegó a mundo de los videojuegos, donde el universo de Warhammer también tiene una fuerte llegada, y se metió a opinar el ex desarrollador de World Of Warcraft, Mark Kern, quien acusó a Games Workshop de "cambiar el género" de los personajes para lograr "puntos woke".

"Está empezando a sentirse como un absoluto desprecio por los fans", completó, y sugirió: "La decisión se tomó claramente para causar fricción intencionalmente y nada más".

El mundo de Warhammer fue mencionado en todos los medios recientemente cuando el famoso actor británico Henry Cavill, intérprete de Superman y The Witcher, abandonó ambos papeles y anunció, en agosto de 2022, que había llegado a un acuerdo con Games Workshop y con Amazon para producir, dirigir y protagonizar en una serie ambientada en este universo. Cavill ha hablado de ser un gran admirador y de pintar sus propias figuras en miniatura. 

La historia de Warhammer está ambientada 40.000 años en el futuro, donde la civilización humana ha dejado de evolucionar en medio de una guerra interminable con alienígenas y demonios. La humanidad es dirigida por un todopoderoso Emperador, que envía a sus guerreros, los "Marines Espaciales" a pelear contra los peores horrores cósmicos equipados únicamente con su rifle, una espada y la lealtad al Imperio.

Este universo captó la atención de millones de fanáticos en todo el mundo gracias al inmersivo juego de mesa en 1983, pero también gracias a clásicos videojuegos de estrategia como Dawn of War o Total War: Warhammer, first-person shooters como Space Hulk, Vermintide o Darktide; third-person shooters como Space Marine o Eternal Crusade; o turn-based como Mechanicus.

Warhammer ha sabido ser un refugio de la avanzada woke en tiempos modernos, cuidando y respetando los pilares fundamentales que hacen de este universo tan entretenido. Sin embargo, parece que el caos ha finalmente desembarcado en Games Workshop, y ni siquiera el Imperio del Hombre se salva del progresismo feminista.

Fanáticos de Warhammer se juntan en tiendas especializadas o en sus casas para jugar con miniaturas que compran, pintan y despliega cada jugadores.
Intro de Dawn of War 2, la secuela del mítico videojuego de estrategia que llevó a Warhammer al estrellato.

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Los 96° Premios Oscar: El fenómeno Barbenheimer busca su coronación en la primera edición con las nuevas reglas de diversidad

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Si bien la Academia impuso para esta edición un conjunto de reglas que piden una cierta cantidad de minorías en el reparto o en la silla de la dirección, la magnífica Oppenheimer podría demostrar que el cine sigue vivo.

Este domingo se realizan en el Dolby Theatre de Hollywood los internacionalmente conocidos Premios Oscar por la excelencia cinematográfica a los proyectos realizados durante todo el período 2023. Más allá de la polémica por las nuevas medidas de diversidad, las nominaciones coinciden con lo que la mayoría de las personas interpretó como lo mejor del cine en el último año.

A partir de este año, todos los nominados debieron enviar un formulario confidencial de Estándares de Inclusión de la Academia (RAISE) y cumplir con dos de los siguientes cuatro estándares para que la película se considere elegible: 

  1. El reparto debe tener un porcentaje de minorías representadas, sean grupos raciales, étnicos o de género; o "personas con discapacidades cognitivas o físicas, o que son sordas o tienen problemas de audición".
  2. El equipo creativo debe tener un porcentaje de minorías representadas, sean grupos raciales, étnicos o de género.
  3. La productora debe tener un porcentaje de sus empleados que pertenezcan a las minorías, sean grupos raciales, étnicos o de género.
  4. La empresa de marketing que distribuya la película debe tener un porcentaje de sus empleados que pertenezcan a las minorías, sean grupos raciales, étnicos o de género.

Hay mucha expectativa los cuales incluyen varias presentaciones artísticas, siendo la más esperada para el corriente año la interpretación de la favorita a ganar Mejor Canción Original, I’m Just Ken” de Barbie de parte de su actor Ryan Gosling.

Restará por ver en esta edición si estas nuevas políticas de diversidad han dañado la nominación de las películas, o si realmente las mejores de ellas han accedido a la nómina y serán premiadas por su excelencia y no por la cantidad de personas étnicas que contiene la película.

Pero la gran expectativa de este ciclo es el último largometraje del legendario cineasta Christopher Nolan: Oppenheimer, la cual ha recibido 13 nominaciones, que incluyen Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Actor de Reparto, entre otros, siendo en varias de éstas la favorita a ganar.

Mejor Película

En esta categoría hay 10 películas bastante diferentes entre sí, desde un suspenso psicológico insertado en el Holocausto (Zone of Interest) hasta una comedia sobre el juguete más famoso de todos los tiempos (Barbie).

No obstante, la preferida a ganar el premio mencionado es Oppenheimer de Nolan, por su realista y a su vez fantástica representación de la historia personal del físico que creo la primera bomba atómica, marcando así un antes y un después en la historia de la humanidad.

Pero además, esta historia adquiere valor gracias a que añade la perspectiva de un personaje menos conocido: Lewis Strauss. Funcionando como la antítesis de nuestro protagonista, provoca altos niveles de tensión e intriga, haciendo que esta película de 3 horas parezca de la mitad.

La película de Oppenheimer logra transmitir el patriotismo de una persona para con su país, al cual le entrega el arma más poderosa jamás creada, y cómo una persona de carne y hueso tiene que lidiar con un acto de extremo heroismo pero que a su vez llevó a la muerte de cientos de miles de personas en un instante.

Mejor Director

Para la dirección también encontramos una gran variedad de creadores, aquellos que priorizan más una mirada práctica y realista de sus creaciones (Martin Scorsese) comparados a otros que consideran que se debe aprovechar la flexibilidad del formato para presentar su mensaje de las formas más bizarras posible (Yorgos Lanthimos).

De todas formas, el favorito para esta categoría también resulta ser Christopher Nolan, del cual se considera que su último proyecto demuestra de forma irrefutable que se encuentra en su pico como cineasta, en tanto logró incluir elementos de todos sus largometrajes anteriores, que, hay que decirlo, no son poca cosa.

Mejor Actor

Dentro de esta categoría, una de las más competitivas desde que existe dicha ceremonia, en tanto determina en muchos casos si el actor en cuestión “ha logrado su cometido”, entendiendo a este premio como el mayor logro obtenible dentro de la profesión.

Sorprendentemente, casi todos los nominados nunca han llegado previamente tan lejos en este certamen, siendo el preferido para ganarlo el que solo ha logrado premios locales en su carrera: Cillian Murpy, por su papel de J. Robert Oppenheimer en la película previamente mencionada, en tanto logra cumplir con la gran expectativa de la gran cantidad de biopics lanzadas últimamente, sino que además resalta los aspectos más enigmáticos de este genio torturado, mostrándonos que hay más de lo que se ve a simple vista.

Mejor Actriz

Respecto de la última categoría de las cuatro grandes, nos encontramos con un tremendo choque de protagónicos que han resaltado en exceso, incluyendo la polémica Bella Baxter interpretada por Emma Stone (Poor Things) hasta la culposa Sandra recreada por Sandra Huller (Anatomy of a Fall).

A pesar de todo, la preferida para ganar en este caso es Lily Gladstone por su papel de Mollie Burkhart en Killers of the Flower Moon, que a pesar de considerarse uno de los trabajos menos innovadores o exitosos de su histórico director Martin Scorsese, sigue resaltando gracias a la mencionada actriz y a su colega en la cinta Leonardo DiCaprio.

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