
Audiencia clave: Independiente y la U de Chile exponen sus descargos ante CONMEBOL
Tras los incidentes en Avellaneda, ambos clubes buscarán defender su postura para definir su futuro en la Copa Sudamericana y las posibles sanciones que recibirán
A casi dos semanas desde los incidentes, el caso de Independiente y la Universidad de Chile entra en una etapa decisiva. La CONMEBOL canceló el partido revancha de octavos de final que se disputaba en el Estadio Libertadores de América por los graves incidentes entre hinchas de ambos equipos, y este martes se desarrollará una audiencia clave para definir cómo continuará la serie.
La cita será desde las 15.30 en la sede de Luque, donde representantes de ambos clubes expondrán ante la Comisión Disciplinaria integrada por el paraguayo Eduardo Gross Brown, la venezolana Amarilis Belisario y el brasileño Lucas Ribeiro, y tendrá una duración máxima de tres horas. No participarán el chileno Cristóbal Valdés ni el argentino Jorge Ignacio Moreno, para evitar sospechas de parcialidad.
Desde aquella noche para el olvido, los presidentes Néstor Grindetti (Independiente) y Michael Clark (Universidad de Chile) intercambiaron acusaciones sobre las responsabilidades, línea que también mantuvieron en informes y comunicados posteriores.

La delegación de Independiente en Paraguay está encabezada por Grindetti, acompañado por el vicepresidente Carlos Montaña, el secretario general Daniel Seoane, el abogado del club Maximiliano Walker y el especialista en derecho deportivo Ariel Reck. El objetivo principal, aunque difícil de concretar, es que se jueguen los 45 minutos restantes del encuentro suspendido.
Los argumentos de cada club
Del lado argentino, Independiente sostendrá que los incidentes fueron iniciados por hinchas chilenos, que la recomendación de CONMEBOL de no vender entradas bajo la tribuna visitante llegó solo 24 horas antes del partido, y que sería un "pésimo precedente" favorecer al equipo cuyos hinchas generaron violencia en una serie aún abierta.
Por su parte, Universidad de Chile aceptará la responsabilidad sobre sus simpatizantes, aunque remarcará que se trató de un "grupo minúsculo" en un país extranjero. Además, argumentará que hinchas de Independiente y la propia policía provocaron la reacción, y que la seguridad era responsabilidad del club local, algo que no se garantizó.
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