
Flamengo y el sponsor récord que acentúa la distancia económica del fútbol brasileño
Betano pasará a ser el nuevo patrocinador principal del equipo de Río de Janeiro a cambio de una cifra inédita en la región y que deja en ridículo al fútbol sudamericano
Flamengo volvió a marcar un hito en el fútbol sudamericano. El equipo que dirige Filipe Luís anunció un contrato histórico con la reconocida casa de apuestas Betano, que se convertirá en su sponsor principal a cambio de 46 millones de dólares por temporada, una cifra inédita para Brasil y que incluso lo ubica por encima de potencias europeas como Atlético de Madrid en el ranking mundial de patrocinios.
El acuerdo no se limita al primer equipo masculino, ya que también incluye disciplinas olímpicas como vóley, básquet y el fútbol femenino, además de la presencia en FlamengoTV, consolidando la estrategia del club de diversificar ingresos y expandir su marca a nivel global. La aprobación definitiva se dará el próximo 19 de agosto en el Consejo Deliberativo.

La magnitud del convenio refleja un escenario que marca la gran diferencia entre el fútbol brasileño y el resto de Sudamérica. Mientras en Argentina los clubes dependen en gran medida de la venta de jugadores y de sponsors muy por debajo de estas cifras (con contratos que rara vez superan los 5 millones de dólares anuales), en Brasil las instituciones no solo logran acuerdos millonarios sino que cuentan con premios mucho más altos en los torneos locales e internacionales.
Para tomar magnitud de este histórico convenio, River, el club más rico del país, firmó en mayo un sponsoreo con la misma marca por una cifra casi 8 veces menor a la que acordó el Mengao (6 millones de dólares + impuestos).

Por otra parte, la propia Liga Profesional estrenó en 2024 a Betano como naming sponsor, con el campeonato rebautizado como Torneo Betano. Sin embargo, el desembarco en el país dista mucho del impacto económico que generó en Flamengo, donde el vínculo casi cuadruplica los ingresos de cualquier club argentino por patrocinio.
En este contexto, el equipo de Río de Janeiro se consolida como uno de los gigantes más poderosos de la región. Su capacidad financiera no solo le permite sostener planteles de jerarquía internacional, sino también competir en el mercado con propuestas que resultan inalcanzables para el resto de los equipos sudamericanos.
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