
El Gobierno lanza un plan histórico para modernizar la red eléctrica sin gasto público
La Secretaría de Energía puso en marcha tres grandes obras que se financiarán íntegramente con capital privado.
El Gobierno nacional puso en marcha un ambicioso plan de ampliación del transporte eléctrico, con foco en la modernización de la infraestructura energética a partir de la inversión privada. La Secretaría de Energía anunció que ya están definidas las primeras tres obras estratégicas que serán licitadas bajo un nuevo esquema de concesión.
Estas iniciativas forman parte del Plan Nacional de Ampliación del Transporte Eléctrico, cuyo objetivo es fortalecer el Sistema Argentino de Interconexión (SADI), mejorar la calidad del servicio, eliminar cuellos de botella y prevenir cortes de suministro.
Obras clave para un sistema eléctrico más confiable
Las primeras tres obras que serán licitadas incluyen:
- AMBA I, que mejorará el abastecimiento eléctrico en el Área Metropolitana de Buenos Aires, responsable del 40% del consumo nacional.
- Línea de 500 kV Río Diamante – Charlone – O’Higgins, que permitirá evacuar generación renovable desde Cuyo y parte de la generación del Comahue.
- Línea de 500 kV Puerto Madryn – Choele Choel – Bahía Blanca, clave para reforzar la conexión de la Patagonia con el sistema troncal.
Las licitaciones tendrán carácter nacional e internacional, abiertas a empresas con capacidad técnica y financiera para encarar los proyectos. Las obras serán financiadas por el sector privado bajo un régimen de concesión: los costos serán recuperados a través de tarifas una vez que las instalaciones entren en funcionamiento.

Cambio de modelo: del gasto público a la inversión privada
A diferencia del modelo anterior basado en financiamiento estatal y ejecución pública, el nuevo esquema se apoya en la participación activa del capital privado. Esto, según fuentes oficiales, permitirá acelerar las obras y garantizar eficiencia sin afectar las cuentas públicas.
Este enfoque se enmarca en el Plan de Contingencia para Meses Críticos 2024–2026, definido por la Resolución 715/2025, que identificó 16 proyectos prioritarios en zonas críticas del país. En total, el plan contempla una inversión estimada en 6.600 millones de dólares, la incorporación de 5.610 kilómetros de líneas nuevas y la ampliación de estaciones transformadoras de 500 kilovoltios, lo que representa un aumento del 38% de la red existente.
El diagnóstico: desinversión y obsolescencia

Según destacó el vocero presidencial Manuel Adorni durante la presentación del plan en mayo, el 35% de las instalaciones actuales está al final de su vida útil. La última gran obra de alta tensión se realizó en 2017 a nivel nacional, y en el AMBA no se ejecuta una obra de este tipo desde 2006.
"La situación actual revela deficiencias estructurales que derivan en interrupciones del servicio, altos costos por generación forzada y limitaciones para incorporar energía renovable", explicó la Secretaría de Energía. En ese sentido, la obra AMBA I permitirá reducir generación ineficiente y mejorar la confiabilidad del sistema en el centro neurálgico del consumo energético del país.
Más obras estratégicas para todo el país
Además de las tres obras iniciales, el plan contempla otras iniciativas distribuidas en distintas regiones:
- Línea 500 kV Vivoratá - Plomer
- Línea 500 kV Plomer – O’Higgins
- ET Comodoro Rivadavia Oeste 500/132 kV – 450 MVA
- Línea Río Santa Cruz – Puerto Madryn / Línea CH Kirchner – Futaleufú – Piedra del Águila
- Línea Rodeo – Chaparro – La Rioja Sur
- Línea Malvinas – San Francisco – Santo Tomé
- Línea Lavalle – Chumbicha
- Línea Chaparro – Antofagasta de la Sierra – Punta – Cobos
- ET El Espinillo 500/132 kV
- Interconexiones internacionales con Bolivia y Paraguay
- Línea 500 kV Santa Cruz – Tierra del Fuego
El Gobierno busca con este plan dejar atrás años de desinversión estructural en el sistema eléctrico y fomentar una red moderna, federal, eficiente y confiable, apalancada por capital privado.
Más noticias: