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Economía

Grecia v España: El modelo liberal deja en ridículo al modelo socialista, y el desempleo en Grecia ya es menor que el de España

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La reforma laboral de la derecha griega contrasta con el regulacionismo de la administración de Pedro Sánchez. Mientras España retrocede en materia de flexibilidad regulatoria, en Grecia se acelera la caída del desempleo a pasos agigantados.

Las posiciones de los gobiernos del derechista liberal Kyriakos Mitsotakis en Grecia y del socialista Pedro Sánchez en España han sido diametralmente opuestas en los últimos años, y las consecuencias son visibles.

A pesar de que Grecia colapsó con la crisis del 2008, el país impulsó una importante liberalización de la economía a mediados de 2021, y entre otras variables, logró empezar a reducir el desempleo, uno de los mayores problemas que experimentaba el país europeo.

Esto lo logró permitiendo un mayor protagonismo de los contratos flexibles a tiempo determinado, bajando impuestos patronales y flexibilizando los topes legales para la jornada laboral legal

Mientras tanto, y si bien el Gobierno de Sánchez convalidó la mayor parte de la reforma laboral de 2012 llevado a cabo por el Partido Popular, en 2022 aprobó una nueva reforma que eliminó los límites para la ultra-actividad de los convenios colectivos, eliminó algunos contratos temporales para sectores específicos, e incluyó penalizaciones para favorecer a los convenios colectivos por rama o actividad en lugar de los convenios por empresa.

Los resultados fueron claros. Grecia logró acelerar la velocidad a la que disminuye la tasa de desocupación abierta, habiendo pasado del 15% al 11% desde que tiene vigencia la nueva normativa más flexible. En el mismo período, España desaceleró la creación de empleo formal y con ello la velocidad en la reducción del desempleo. La desocupación española cayó del 13,1% al 11,5% desde febrero del año pasado.

A diferencia de lo que vino ocurriendo en los últimos años, desde el año 2021 la desocupación de Grecia cayó por debajo de los umbrales registrados en España, algo que no ocurría desde el año 2008 (antes de la crisis financiera internacional). Las normas más flexibles permiten aprovechar mejor la reactivación de la actividad económica, y facilitan el proceso de creación de nuevas empresas a diferencia de lo que ocurre en España.

Sánchez no cumplió con sus promesas por la derogación de la reforma laboral de 2012, ya que la mayor parte de la misma todavía sigue en vigencia y precisamente por eso la desocupación sigue disminuyendo. Pero los cambios perpetrados por el socialismo español sólo consiguieron ralentizar la recuperación laboral, en contra de los intereses de los trabajadores que dicen representar.

Las perspectivas de los mercados para ambos países también son muy divergentes en vista a los últimos meses del año 2023 y principios del año próximo. Se espera que la tasa de desocupación de Grecia finalice en torno al 11% para enero de 2024, en gran medida debido a efectos estacionales. Por su parte, las expectativas para el mercado laboral español sugieren que el desempleo llegaría por lo menos al 14% para el mes de enero.

La asimetría entre ambos países podría seguir incrementando, a medida que España no logra aprovechar completamente los beneficios de la reactivación mientras que Grecia sí lo hace.

Por otra parte, el crecimiento esperado para España también es más reducido que el de Grecia. El Fondo Monetario Internacional (FMI) sugiere que la economía griega llegará a expandirse por lo menos un 2% anual en 2024, mientras que España solo lograría alcanzar como mucho un 1,7% en el mismo período.

Economía

Se derrumba la inflación en Uruguay: Los precios subieron sólo un 0,3% en noviembre y la inflación interanual cierra entorno al 5%

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La tasa de inflación se situó incluso por debajo de lo que anticiparon los mercados. El país vecino a la Argentina podría apuntar a mantener una inflación con estándares internacionales a partir del año próximo.

Por primera vez en casi 20 años, la tasa de inflación de Uruguay parece converger hacia los estándares de las economías estables. El Instituto Nacional de Estadística (INE) del país vecino reveló que los precios minoristas subieron solamente un 0,34% en el mes de noviembre, ligeramente por debajo de las expectativas de mercado que proyectaban un alza mensual del 0,4%.

El precio de las carnes y sus productos derivados cayó un 0,17% en noviembre, y destacó la caída de la carne ovina que llegó a superar el 5%. Las frutas y frutos secos subieron un 2,9% por cuestiones estacionales de esta época del año, mientras que el rubro de las hortalizas, tubérculos y legumbres cayó un 0,07% en el mes. El transporte registró un aumento del 0,1%, y los artículos del hogar subieron un promedio del 0,06%.

Por cuestiones propias de la estacionalidad del mes habría sido esperable que la tasa de inflación interanual aumentara, y efectivamente esto fue lo que ocurrió, aunque la variación llegó al 4,96% y se ubicó muy por debajo de las expectativas.

De esta manera, el dato de inflación volvió a ubicarse por debajo del límite superior de la meta que establece el Banco Central de Uruguay (entre 4% y 6% respectivamente). En un régimen de metas de inflación en donde la tasa de interés fijada por la autoridad monetaria se constituye como la herramienta para disciplinar los precios, la generación de reputación resulta fundamental porque el canal de transmisión de esta política son las expectativas.

Los precios acumularon un alza del 5,04% desde el mes de enero, y las estimaciones del Banco Central sugieren que podría cerrar el año con un techo del 5,3% y un piso por debajo del 5% respectivamente.

Tasa de inflación de Uruguay entre 2003 y 2023.

La tasa de política monetaria del BCE continúa apostada en niveles muy superiores a la inflación interanual, pese a los sucesivos recortes perpetrados desde el mes de abril. Se fijó en el 9,25% nominal anual desde el pasado 11 de noviembre, más de 4 puntos porcentuales por encima de la variación interanual de los precios minoristas.

Asimismo, en el mercado mayorista el índice de precios registró una fuerte caída interanual del 3,2%, sumando así hasta 14 meses en una situación de deflación. Esto responde principalmente a la fuerte apreciación del tipo de cambio real de Uruguay, que impactó de lleno sobre los precios transables de la economía.

Los mercados esperan que la tasa de inflación minorista pueda retroceder a partir de diciembre, y para mediados del 2024 podría ubicarse por debajo del 4%, adaptándose a estándares internacionales.

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Bolivia

Crisis en Bolivia: El Banco Central informó las reservas más baja de la historia y el Riesgo País se disparó a los 2.140 puntos

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La prima de riesgo no deja de aumentar y ya supera a la de Argentina y Ecuador, en temor a una inminente devaluación del tipo de cambio que podría revaluar el costo de las deudas en dólares. Solo quedan US$ 2.147 millones en reservas netas en la autoridad monetaria boliviana, y el Gobierno socialista podría apostar por un cepo cambiario.

La crisis de divisas se hace cada vez más aguda en Bolivia, a medida que el Gobierno no toma medidas de corrección fiscal y el tipo de cambio fijo se hace imposible de mantener. El Banco Central de Bolivia (BCB) informó que el saldo de reservas netas correspondiente al mes de agosto fue de tan solo US$ 2.147 millones, la cifra más baja por lo menos en el último medio siglo.

La autoridad monetaria no tiene forma de mantener el tipo de cambio nominal sin alteración, a menos que el Gobierno socialista presidido por Luis Arce decida recurrir a un cepo cambiario similar al que aplica Argentina, pero esta maniobra pondría fin al régimen implementado en 2008.

De este cómputo informado, un total de US$ 1.629 millones se corresponden con las tenencias de oro, existe una posición de US$ 45 millones en Derechos Especiales de Giro (DEGs), y finalmente la tenencia estrictamente nominada en divisas (principalmente dólares) sólo alcanza los US$ 437,9 millones al cierre de agosto. Se estima que estas cifras no hicieron más que disminuir hasta el día de hoy.

Estas escalofriantes cifras precipitaron una disparada suba del Riesgo País, que alcanzó y superó los 2.140 puntos básicos según la medición de la firma JP Morgan. Es la segunda prima de riesgo más alta de la región latinoamérica, únicamente por detrás de los 18.000 puntos básicos que registra la dictadura chavista de Nicolás Maduro.

De hecho, la prima de riesgo de Bolivia ya supera a Ecuador (2.000 puntos) y a la Argentina (1.890 puntos), dos países que históricamente secundaron a Venezuela en los últimos años. También se encuentra muy por encima del riesgo de El Salvador, que se desplomó a sólo 700 puntos básicos tras la revaluación de reservas por la suba del Bitcoin y la consolidación de las finanzas públicas.

La tasa de Riesgo País tiene dos componentes principales, el más conocido es el riesgo por un incumplimiento (default), pero también existe el riesgo de devaluación que implica la revaluación automática de todas las obligaciones nominadas en divisas (tanto para el Estado como para el sector privado).

Este último componente es el que está detrás del aumento del riesgo crediticio de Bolivia, ya que el régimen cambiario parece a todas luces insostenible. La introducción de un cepo cambiario sólo afianzaría todavía más el aumento del riesgo, debido a que el Gobierno podría intervenir deliberadamente el giro de divisas para pagos al exterior (como ocurrió en la Argentina en los últimos 4 años).

Asimismo, el cepo cambiario podría abortar completamente el tenue crecimiento que todavía mantenía la economía boliviana, pese a ser el más acotado de los últimos 22 años. Por la vía de la devaluación (una posibilidad cada vez más cercana), el cambio de precios relativos podría volver a inclinar la balanza comercial hacia el superávit y la acumulación de divisas, pero el shock sobre la demanda interna podría provocar una recesión. 

En cualquier caso, el “milagro boliviano” de los últimos 20 años parece próximo a llegar a su fin. El socialismo del siglo XXI destruyó los cimientos fundamentales que habían dejado las reservas pro-mercado efectuadas entre la década de 1980 y 1990. La implosión del socialismo ante la lucha de poder entre Arce y Morales tampoco ayuda a alinear las expectativas con vista al futuro.

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Economía

En el final de la última jornada financiera del kirchnerismo, por orden de Massa el BCRA dejó subir el dólar oficial a $400

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Sobre el cierre de su última rueda cambiaria, el gobierno saliente elevó la cotización de 382 a 400, en medio de una fuerte presión compradora sobre la divisa estadounidense.

En la última jornada cambiaria previa a la asunción de Javier Milei como nuevo Presidente de la Nación, que tendrá lugar este domingo 10 de diciembre, el saliente gobierno kirchnerista habilitó una suba del tipo de cambio oficial llevándolo a $400 pesos.

De esta manera, la cotización del dólar oficial que estaba situada desde agosto en $382, se le permitió tener un salto de un 6 por ciento y en el Banco Nación la divisa pasó a cambiarse a 400 unidades por dólar, en el segmento más regulado por el gobierno. Por su parte, el dólar mayorista registró un significativo aumento diario de 21,30 pesos, equivalente al 5,9%, alcanzando los 385 pesos.

Se trata de la mayor subida en un solo día desde la derrotada del kirchnerismo en el “lunes negro” después de que Massa quedara tercero en las elecciones primarias. En comparación, el 14 de agosto, después de las PASO, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) permitió un salto cambiario del 21,8%, situando el tipo de cambio oficial en $350, donde permaneció invariable hasta el 14 de noviembre, cuando se permitió otro salto a $382.

De manera similar, el dólar “ahorro” o “turista”, con una carga impositiva del 155%, promedió en los bancos los $996,97 para la venta, impulsado por el aumento en la cotización mayorista. En algunas entidades, ya se supera cómodamente la barrera de los 1.000 pesos, como en el Banco Nación ($1.021,28), el Banco Santander ($1.085,03) y el HSBC ($1.045,50).

El mercado anticipa una considerable devaluación del tipo de cambio oficial a corto plazo después de la asunción de Milei. Tanto el dólar libre, que alcanzó los 1.000 pesos el jueves y cerró a $990, como las cotizaciones bursátiles, que se sitúan en 996 pesos, ya están establecidas en ese umbral de los 1.000 pesos.

En el mercado de futuros, los precios del dólar experimentaron movimientos moderados. Los contratos en el Rofex-Matba y en el MAE (Mercado Abierto Electrónico) operaron con mínimas variaciones, y las posiciones para fin de año (diciembre de 2023) se fijaron en 759 pesos, anticipando un aumento del tipo de cambio del 97,1% desde los niveles actuales del dólar mayorista, que es el valor que se utiliza para los contratos de dólar futuro, que luego se liquidan en pesos.

Por otro lado, en el último día hábil de la actual administración política y económica del país, el Banco Central, aún bajo la presidencia de Miguel Ángel Pese, emitió una normativa que refuerza el cepo cambiario y extiende su validez hasta el 31 de diciembre.

A través de la Comunicación “A 7910”, la entidad monetaria que Milei quiere cerrar estableció que, entre el 7 de diciembre y el 31 de diciembre de este año, la posición de contado diaria de moneda extranjera de las entidades financieras no puede exceder la menor de las cifras registradas el 12 de octubre y el 6 de diciembre.

Los precios del mercado son congruentes con un escenario de aceleración inflacionaria, de sinceramiento cambiario, y que además dentro de ese contexto una suerte de desdoblamiento, yo pienso, con una reducción de brecha significativa”, aseguró Salvador Vitelli, jefe de Research de Romano Group, en diálogo con Infobae.

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