Minas San Francisco, el fracaso de Correa culpable de los cortes de luz en Ecuador
El proyecto fallido de Correa nunca operó a su capacidad y agrava la crisis energética en Ecuador.
Desde su inauguración en enero de 2019, la central hidroeléctrica Minas San Francisco, ubicada entre las provincias de Azuay y El Oro, ha operado a menos del 50% de su capacidad instalada, que es de 270 megavatios.
Este proyecto, diseñado para aliviar la crisis energética de Ecuador, ha sido un fracaso rotundo, con una serie de problemas que se originan en las decisiones tomadas durante el gobierno de Rafael Correa, quien impulsó la construcción de la planta.
Retrasos en la construcción y falta de planificación
La construcción de Minas San Francisco comenzó en 2011, durante la administración de Correa, y estuvo a cargo de la firma china Harbin Electric International. Sin embargo, el proyecto sufrió graves retrasos, lo que impidió que la central estuviera lista cuando el país más la necesitaba.
Minas San Francisco, el fracaso energético de Correa que impacta fuerte en Ecuador
Mientras Ecuador atraviesa una crisis eléctrica con cortes programados de hasta 14 horas, la central no ha logrado operar a su máxima capacidad, y los resultados obtenidos hasta el momento son insuficientes para cubrir la demanda del país.
Problemas con los recursos hídricos: Una planta mal concebida
Uno de los problemas más graves de Minas San Francisco es que la planta no tiene suficiente agua para operar a su máxima capacidad. Según el consultor eléctrico Ricardo Buitrón, los estudios realizados en la década de 1970 ya indicaban que el caudal del río Jubones, el principal abastecedor de agua para la planta, no era suficiente para generar los 270 megavatios previstos.
Sin embargo, durante la gestión de Correa, estos estudios fueron ignorados, y se decidió construir un embalse de solo 14 millones de metros cúbicos, cuando lo necesario para garantizar la operación de la planta era mucho mayor.
La falta de un trasvase de agua adecuado y un embalse más grande fue una decisión clave que ha afectado gravemente la capacidad operativa de la central. En lugar de haber diseñado un sistema de almacenamiento y distribución de agua adecuado, como se requería, el gobierno de Correa dejó que el proyecto avanzara sin tener en cuenta estos aspectos cruciales.
El impacto de la sequía: Crisis energética agravada
La crisis energética que enfrenta Ecuador se ha visto exacerbada por la sequía que afecta al país. En 2024, Minas San Francisco ha operado a solo el 33% de su capacidad, generando apenas 89 megavatios hasta noviembre, mucho menos de los 270 megavatios que debería producir.
El caudal del río Jubones ha sido insuficiente, con un promedio de 29 metros cúbicos por segundo, cuando se necesita un caudal de 65 metros cúbicos por segundo para operar a plena capacidad.
La situación empeora en los meses de noviembre y diciembre, cuando los caudales del río alcanzan sus niveles más bajos del año, lo que deja a la planta prácticamente fuera de servicio.
La corrupción detrás del proyecto: Un escándalo sin resolver
Además de los problemas técnicos, la central Minas San Francisco ha estado envuelta en un escándalo de corrupción. Se ha acusado a la empresa fiscalizadora del proyecto, Caminosca, de haber pagado coimas por más de 3 millones de dólares a funcionarios públicos desde 2012.
Esta corrupción no solo comprometió la transparencia del proyecto, sino que también afectó la calidad de su ejecución.
El informe de auditoría realizado por la empresa BDO, a pedido de la firma australiana Cardno, reveló serias irregularidades en los estados financieros de Caminosca, lo que llevó a Cardno a presentar un arbitraje contra los antiguos accionistas de la empresa.
En Ecuador, el caso motivó investigaciones por parte de la Fiscalía General, que involucraron a altos funcionarios y exfuncionarios del gobierno de Correa, incluido el exvicepresidente Jorge Glas.
Un legado de malas decisiones
Minas San Francisco es un claro ejemplo de la ineficiencia y falta de previsión en los proyectos de infraestructura impulsados por el gobierno de Rafael Correa. La planta, que se suponía sería una solución clave para la crisis energética de Ecuador, se ha convertido en un símbolo de las falencias de la administración pública del correísmo.
La falta de planificación adecuada, la corrupción y la incapacidad para tomar decisiones basadas en datos técnicos sólidos han dejado a Ecuador vulnerable a una crisis eléctrica que afecta a millones de ciudadanos.
Mientras el país continúa enfrentando apagones y una creciente escasez de energía, el fracaso de Minas San Francisco es un recordatorio de cómo las decisiones equivocadas y la falta de responsabilidad en la gestión pública pueden tener consecuencias devastadoras para el futuro de una nación.
Más noticias: