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Trump: la piedra angular para la revolución del fracking. ¿Qué hay en juego en esta elección contra Joe Biden?

Mientras Joe Biden propone prohibir el fracking, la política desreguladora de Trump ha provocado que el sector energético de Estados Unidos salga del pozo donde Obama la dejó, volviendo a ser autosuficiente y convirtiéndose en el mayor productor mundial.

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Por Operador Siderúrgico (@alewatters)

El tema central de la campaña por la presidencia de Estados Unidos se ha vuelto, sorprendentemente, el fracking. Muchos Estados del país han visto un resurgir en sus economías gracias a este innovador método de obtención del petróleo, en especial en Pennsylvania, donde Biden ha dicho que quiere prohibirlo y que no se haga ni un solo pozo más.

Por su parte, la política desreguladora de la administración Trump ha provocado que el sector energético de Estados Unidos salga del fondo donde Obama lo dejó, y volviéndose energéticamente independiente por primera vez en 50 años, posicionándose como el mayor productor mundial de petróleo, incluso arriba de Arabia Saudita, Rusia e Irán.

Este choque de ideas han puesto al fracking en el foco de la atención de los americanos. Pero esta actividad es relativamente moderna. En 1940 el fracking era sólo una idealización de la ingeniería, un conjunto de planos, una sucesión de pruebas y errores y sólo un método alternativo lejos de la realidad. Años más tarde este método se vuelve popular, y es así como ya para 1990 el fracking se hizo conocido en el territorio estadounidense.

Muchos yacimientos de esta naturaleza aparecieron en ese momento, pero no fue hasta unos años más tarde, a partir del 2003, cuando el crecimiento de este método se popularizó y se volvió especialmente rentable. Se lo llama “no convencional” ya que no puede obtenerse por mera extracción —con o sin ayuda de bombeo— de un reservorio subterráneo donde se encuentra en estado relativamente puro, con alta concentración y movilidad. 

Para entender la importancia de su necesidad, en la calefacción, el alumbrado, la energía y el transporte, los consumidores estadounidenses gastan US$ 1.400 millones de dólares al año, o sea un 7% del PBI en bienes energéticos. Eso quiere decir que mejoras en la productividad y bajas en los precios trae consigo un gran ahorro a las familias. 

Gracias a la revolución del shale (otro apodo para el fracking) las familias estadounidenses ahorran US$ 203 mil millones de dólares al año, lo que implica unos US$ 2.500 ahorrado por familia por año. El 80% de este ahorro viene dado por la caída en los precios de la electricidad debido a mejoras en la productividad para extracción de gas. 

Es por eso que dentro de una administración del gobierno, la innovación y la desregulación del sector debe ser una tarea primordial. Lo cierto es que Obama no tuvo esa consideración, llevando a Estados Unidos a que, a pesar de haber comenzado la revolución del shale, viera su crecimiento amesetado en barriles producidos, y además la variación porcentual año a año era cada vez menor. 

La Administración Trump notó esta falencia, teniendo los tres primeros años de su gestión un crecimiento excepcional y teniendo grandes perspectivas para 2020, que obviamente se vio perjudicado por la pandemia pero que aún así sigue mostrando que se ha consolidado en este sector de la economía una sólida base de empresas con una buena estructura de costo que han soportado esta plaga china. 

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Primero lo primero, ¿Qué es el Fracking?

Por un lado, el método convencional de petróleo es el que todos conocemos, mediante el cual se encuentra un posible yacimiento, se perfora, y luego, por diferencia de presión, el petróleo sale al exterior y se acumula para su posterior refinación y venta. 
Como hoy los yacimientos convencionales se están agotando, lo que determinará la producción en el futuro de hidrocarburos serán los métodos no convencionales, dentro de los cuales está el fracking. 
El fracking o fractura mecánica, consiste en la inyección de agua con arena y muchas veces productos químicos a altísimas presiones para poder sacar el gas o petróleo atrapado en la famosa roca shale, una roca que se forma producto de la pirólisis. 
El fracking muchas veces contiene una perforación vertical que cambia de rumbo 90° para ser horizontal. Este cambio de dirección del tubo, el cual requiere muchísima técnica y especialización, es lo que ha hecho mucho más rentable a este tipo de explotación. Generalmente son 2 millas vertical y 2 millas laterales que recorre el tubo que va a bombear el agua. 
Una vez encontrada la posición del tubo, se bombea algo parecido a una pelota de plástico adelante de toda la línea de agua a bombear, esto va a permitir abrir la válvula que está al final del caño. Luego, se comienza a bombear el agua a muy alta presión junto con arena y productos químicos. 
El fracturado se produce en alrededor de 3 días, rompiendo la placa del shale aproximadamente 29 veces. Una vez terminado el proceso, se re-bombea el agua hacia el principio y ésta lleva consigo el petróleo o gas que estaba atrapada en la roca. 
El shale se encuentra distribuido por todo el territorio del país pero el mayor de todos los reservorios del llamado “Tight Shale” se encuentra en Monterrey/Santos al sur de california, que representa aproximadamente el 64% de las reservas a nivel nacional. La segunda más grande se encuentra en Eagle Ford en Texas.
Estos Estados, sin embargo, tienen una economía diversificada y muy dinámica, por lo que el fracking no es un tema central de la vida de sus ciudadanos. Una situación muy distinta ocurre en Pennsylvania, que contiene al “Marcellus Shale“, el cual ha revitalizado la economía del Estado, empleando a miles de pensilvanos y formando parte importante del boom económico de Trump.

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Los efectos de la innovación: productividad, mejores precios y producción

Hay otra cosa fundamental a tener en cuenta en tanto el fracking: la mejora en la productividad y la caída de los costos lleva a que las empresas puedan ofrecer precios más bajos
Esto es lo que se sabe a partir de cualquier libro de economía; se pone en evidencia que a cualquier nivel de precios se produce más debido a una mejora en la tecnología, como vemos en el siguiente gráfico ilustrativo.  

Debido a la importación y exportación, el precio de mercado está afectado por el precio mundial del producto, es por eso que la curva de oferta doméstica no se interseca con la curva de demanda doméstica. Gracias a la producción a partir del shale, la oferta doméstica supera a la demanda, logrando que hoy se pueda exportar.

El perforado horizontal y la fractura hidráulica han logrado que la explotación del shale y de otras formaciones poco permeables se vuelvan rentables. Una medida de productividad es la cantidad de pozos que se están produciendo respecto al tiempo que tomó perforarlos. 

Esta medida se define como el número de pozos que se han logrado poner en producción dividido la cantidad de perforaciones en proceso.

Son ese tipo de aumentos en la productividad los que lograron que en 2018 la producción promedio del primer mes de un nuevo pozo sea la más alta de la historia (Estudio EIA 2018).

Estas ganancias en la productividad son las responsables de bajar los costos unitarios de producción de petróleo y gas. Así, costos unitarios menores llevan a precios de equilibrio aún menores. 

Estos aumentos de productividad y caída de precios no estaban en los pronósticos de ninguna organización o persona. Es por ello que la producción fue un 58% más que la proyectada por la EIA (Agencia de Información de la Energía, por sus siglas en inglés). 
Un desvío atípico, que se refuerza aún más con el impacto que hubo en 2017, el año de la desregulación de la economía.
Sin lugar a dudas, esta explosión de producción y productividad no hubiera sido posible sin un gobierno como el de Trump, que liberó las fuerzas del mercado, y permitió el mayor boom de la historia del país en materia de energía.

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Consumidores y medioambiente

La caída en el precio de la energía beneficia en muchas formas a los consumidores, desde tarifas más bajas hasta caída en el precio de productos con un alto input de energía como materia prima. 
La revolución del shale le está logrando ahorrar a los consumidores cientos de miles de millones de dólares todos los años, y esto se ve en una población más rica, un PBI más robusto, y un país en crecimiento.
En otra palabras, la reducción del precio de la energía funciona como un recorte de impuesto progresivo que beneficia a los más pobres. Esto se justifica viendo cómo los quintiles más bajos de la población gastan una mayor parte de su ingreso en electricidad y combustible.

Además de ahorrarle US$ 2.500 a cada familia, la revolución del shale ha logrado beneficiar en gran medida el medioambiente
La EIA proyectó, en un estudio de 2006, un aumento del 15% de la emisiones de CO2, mientras que la realidad fue una caída del 14%. Una diferencia absoluta de -29%, que ningún “experto”, de esos que tanto citan los candidatos demócratas, previó.

Esta diferencia se debe en gran parte a que la revolución del shale pudo bajar el precio del gas natural, haciendo que la generación de electricidad a partir de petróleo sea menos rentable, cayendo las mismas del 50% de la matriz al 30% y aumentando el gas natural del 19% al 32%. 
Además, según un estudio de Fell y Kaffine (2018), la caída en los precios del gas natural ayuda a el aumento de la generación eólica, debido a que las centrales con gas natural son capaces de soportar la estacionalidad de los aerogeneradores, complementándose perfectamente. 
Es así como a la revolución del shale se le es atribuido un recorte total de 527 millones de metros cúbicos en emisión de gases (Coglianese, Gerarden, and Stock, 2019). 
Mucho más que los dos planes de la Agencia de Protección del Medioambiente de Estados Unidos (Fuel Standard y Clean Power Plan) y el desastroso Acuerdo de París.

Esto llevó a Estado Unidos a ser el país con mayores recortes en la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero, más aún que la Unión Europea en su conjunto.

Mientras los europeos ponen severas restricciones a las empresas energéticas para que no contaminen, Trump liberó las fuerzas del mercado y permitió que la misma productividad sea el impulsor de un medio ambiente más limpio, y lo logró.

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El valor de una política pro-innovación

Las políticas desregulatorias de 1978 (Natural Gas Policy Act), 1985 (Open Access Order) y 1989 (Natural
Gas Wellhead Decontrol Act) ayudaron a encarar la innovación que trajo la revolución del shale.
La política de la administración Trump, en la misma dirección, ha podido identificar todas las trabas que se le había impuesto al sector durante el gobierno de Obama para producir. Esto se ha visto desde la orden ejecutiva de la “Independencia Energética y el Crecimiento Económico” hasta la orden ejecutiva “Promoción de la Infraestructura y el Crecimiento Económico“, junto con otra acción que permitió seguir con la construcción del Keystone XL (proyecto conjunto con Canadá).

Trump dejó en los Estados dentro del país el deber de regular la actividad de los suelos de su territorio como quieran y, pronto descubrieron que toda política tiene sus consecuencias. Es por eso que tanto en Maryland, Nueva York y Vermont se prohibió la fractura hidráulica, mientras que Michigan desreguló todo y hasta participó del Rover, un proyecto de tuberías dentro de los apalaches.

Después de algunos años, lo que ocurrió fue que el precio del gas en Nueva York hoy es mucho más caro que en Michigan, donde se pueden ver las dos fases del plan Rover que mucho tuvieron que ver en esta conclusión. 

Obama trató de exportar el modelo neoyorquino de encarar el fracking a todo el país, y ahora Biden quiere redoblar la apuesta. Las políticas de los demócratas fueron las únicas responsables de poder lograr amesetar un crecimiento exponencial imparable debido a una revolución tecnológica, logrando, de haber seguido Hillary su legado, un estancamiento indefinido energético, una dependencia del petróleo de Medio Oriente y un malestar general en la población.

Por su parte, Trump siguió a nivel nacional lo que se hizo en Michigan, y ha sabido ser el más eficaz en todos los frentes: ahorro para los más pobres, aumentos en la productividad para la clase media y beneficios para el medio ambiente. 


Fuentes consultadas para la elaboración del artículo:

  • Datos EIA desde 2006 a 2019
  • The Value of U.S. Energy Innovation
    and Policies Supporting the Shale
    Revolution – Octubre 2018
  • Fell y Kaffine (2018) – The Fall of Coal: Joint Impacts of Fuel Prices and Renewables on Generation and Emissions
  • The Local Economic and Welfare Consequences
    of Hydraulic Fracturing – Jacobsen 2019

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Energía

Agenda Industrial: Un nuevo medio de derecha que viene a contar la verdad sobre la industria y el cambio climático

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Hoy surje un nuevo medio que colaborará con La Derecha Diario en la guerra de la información contra la izquierda.

Es un hecho de que hay actividades primarias a las que muchos, con etiqueta de ambientalistas, se oponen. Pero su oposición es solo desde el discurso panfletario, con el que muchas veces es difícil debatir y no porque falten argumentos, sino porque están construidos con slogans que terminan siendo consignas vacías.

La realidad es que el mundo que hoy conocemos no sería igual sin los minerales que se extraen de las minas que se explotan en el mundo o con los plásticos o combustibles derivados del petróleo que generan energía para que los humanos estemos cada día mas cómodos. También es real que estas actividades, incluso las agropecuarias, tienen detractores y opositores en todos lados, pero más de uno luego va a la verdulería y busca las verduras más relucientes como si estas cayeran del cielo o sean hechas por arte de magia.

Es preciso destacar, además, que estas actividades productivas, son las que generan empleo genuino, bien remunerados y divisas para el país. No existe país en el mundo que no aproveche sus recursos naturales para desarrollarse.  Y Argentina en este sentido se destaca por hacer todo lo contrario.

Muchas veces el negacionismo y la oposición a estas actividades terminan siendo un negocio rentable para algunas organizaciones disfrazadas de un falso ambientalismo, que lo único que generan es que países subdesarrollados sigan siendo pobres.

Es el caso de Argentina, el fundamentalismo, extremo y violento, está vinculado con la izquierda que habla de clasismo, pero que milita desde barrios cerrados contra las clases trabajadores, basando su militancia en un discurso de “no extractivismo”, de cooperativismo y de pequeñas producciones que, obviamente ellos no van a generar nunca.

Hay que resaltar que las economías populares no generan las divisas que el país necesita para afrontar los compromisos internacionales que adeuda el país por las malas administraciones gubernamentales, y de ahí la importancia de poner en valor los recursos naturales y las actividades primarias; que son, aunque duela y moleste, las que nos van a sacar de este despelote económico que envuelve al país.

Sumado a esto, en los últimos años y con cada vez más fuerza apareció una nueva moda de falsos ambientalistas anunciando catástrofes mundiales a causa de un posible cambio climático.

Lo paradójico de esto es que para mitigar las posibles causas de este cambio climático, que viene siendo el estandarte de la izquierda, se necesita más extracción minera, para con ella poder generar más energías limpias, más autos eléctricos, más molinos eólicos y más parques solares.

Hoy surje un nuevo medio aliado de la derecha que pretende revelar la realidad técnica detrás de todo el discurso ambientalista se llama Agenda Industrial.

Agenda Industrial es un medio de comunicación especializado en minería, campo, petróleo y energía compuesto por redactores especializados en la temática. Desde ingenieros en minas y geólogos hasta ingenieros agrónomos componen las columnas de este nuevo diario, intentando tirar abajo aquel discurso que condena a Argentina al atraso productivo.

Es hora de poner en agenda los temas que van a hacer crecer a nuestro país. Habrá amplia cooperación con La Derecha Diario, para atacar el relato de todos los frentos. Te invitamos a que conozcas el Agenda Industrial haciendo click aquí.

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Energía

Petróleo: mercado al alza y una oportunidad histórica que Argentina desperdiciará

La demanda de petróleo se recupera a nivel general, con OPEC+ desplegando recortes de producción y JP Morgan estimando un precio US$ 100 el barril para 2021. Argentina, sin embargo, todavía debe resolver el juicio de YPF para encarar una estrategia energética.

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Por Operador Siderúrgico (@alewatters)


La demanda de petróleo en EE.UU. aumentó un 14% entre abril y mayo, esto representó una caída interanual de la demanda de petróleo del 20% pero también el incremento en la demanda mensual más grande desde diciembre de 1975, en la crisis del petróleo. 

De acuerdo a las estadísticas presentadas en un informe del Instituto Americano de Petroleo (API, por sus siglas en inglés), medidas por los envíos de petróleo, la demanda llegó a ser de 16 millones b/d (unidad que significa barriles por día). 

Esto fue un 20% menos que mayo de 2019 pero 14% (2 millones b/d) más que en abril, el mayor crecimiento en la demanda mensual desde 1975.
Según el informe, el repunte de la demanda está encabezado por la gasolina para motores y el gradual debilitamiento de las órdenes gubernamentales del stay-at-home para combatir la pandemia. Mientras que los envíos de residuos de Fuel-Oil, que sirven para la generación de energía eléctrica, calefacción y aplicaciones industriales, fue de 141000 b/d, el registro más bajo desde 1936.

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OPEC+

La Organización de Países Exportadores de Petróleo estableció en el mes de abril un recorte de producción para lograr una reducción de la oferta de los países asociados con el fin de hacer repuntar los precios del commodity, esto sucede debido a que el recupero en la demanda, que fue golpeada por a la pandemia, es más lenta de lo que previamente se esperaba.
Cuando la demanda cae (en este caso por las cuarentenas en todo el mundo como respuesta a la pandemia del coronavirus) pero la cantidad de barriles que se ofrecen en el mercado se mantiene igual, esta diferencia es compensada por una caída del precio.
Para evitar que situaciones así dañen las economías petrolizadas del mundo, estos países petroleros se han organizado a lo largo de las últimas décadas para cartelizar la producción y poder organizar variaciones en la oferta mundial y lograr que el precio se restablezca. 
Así la OPEC+ llegó a distintos acuerdos, con el apoyo del presidente Trump, para reducir entre todos la producción de petróleo, y ajustarla a la nueva (baja) demanda. Sin embargo, la primera parte del año tuvo varios conflictos, especialmente con México y Rusia, que se negaban a reducir su producción.
Ellos argumentaban que, la reducción de producción no levantaría el precio lo suficiente como para compensar la menor venta de barriles. Este impasse finalmente fue resuelto por Estados Unidos, ofreciendo disminuir su producción. Por suerte, para esta segunda mitad del año, se espera que la demanda suba lo suficiente como para llegar a un precio de equilibrio con los recortes que permita que tanto Rusia como México también obtengan un buen rédito de su mercado petrolero.

Nuestras previsiones son más optimistas para la segunda parte del año” – Isabelle Mateos y Lago, directora de BlackRock Inc. 

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El lado B de este acuerdo es Irak, quien en primer lugar debe recuperarse de décadas de guerra y además está siendo gravemente golpeada por la pandemia. 

El problema de Irak es que el virus puso en jaque a miembros de las fuerzas de seguridad, que son quienes custodian los centros de extracción. Eso incluye parte de la fuerza aérea, que al haber tenido que reducir sus operaciones, están fallando en anticipar los movimientos del autoproclamado Estado Islámico (ISIS)

Además, Irak tiene un conflicto político interno: en un principio fue muy difícil saber si se iba a cumplir con las expectativas futuras presentadas por OPEC y además que los líderes carguen con el peso de haber sido presionados por políticas del exterior. 
En el mes de mayo el primer ministro de Baghdad aclaró que a pesar de eso iban a cumplir con los acuerdos planteados aunque, hasta ahora y según Bloomberg, gran parte de los países miembros no hayan podido cumplir el recorte intermensual de crudo, por los problemas previamente mencionados. 

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JP Morgan

Según la famosa consultora internacional el barril de petróleo puede llegar a los US$ 100 para fin de año
Esta noticia se da en el contexto en el que el Brent tiene una gran estabilidad para llegar y mantenerse en US$ 50, es decir, si miramos la coyuntura parece estar lejos esta predicción de los 100 dólares pero los datos muestran que es mucho más probable concebir ese escenario hoy que hace unos meses atrás.

La realidad es que las chances de tener un barril a US$ 100 a fin de año son mucho más altas que hace tres meses atrás” Christyan Malek, jefe de investigaciones oil and gas en JP Morgan.

La justificación de este pensamiento se basa en la naturaleza cíclica del mercado de petróleo. Antes del golpe de la pandemia, los analistas de la consultora afirmaron que el mercado de petróleo estaba entrando en un superciclo al alza que iba a producir un precio de US$ 190 para 2025. De acuerdo a Malek, esto todavía es posible.
El mercado de petróleo tiene un sistema de señales muy fuertes y su alto grado de estandarización e interconexión hacen que el sistema de precios funcione de forma muy rápida. 
El componente cíclico se basa en que cuando existe una demanda de petróleo elevada, sube el precio y en consecuencia se buscan más yacimientos, eso hace que los precios bajen por aumento de oferta, entonces se deja de producir y el precio vuelve a subir.

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Hablando de ciclos

Todos los países involucrados en el mercado del petróleo parten de un piso ocasionados por los golpes en los precios del petróleo, excepto nuestro país, Argentina, que parte desde un precipicio debido a que aún sigue vigente el litigio entre el Estado argentino y el fondo de inversiones Burford.
En 2012 la entonces presidente Cristina Fernández de Kirchner expropió de manera ilegal la petrolera Repsol YPF, y los dueños denunciaron al Estado argentino por esta decisión. Tras años de batallas legales, Repsol, cansado de lidiar con la situación, decidió vender sus derechos de litigio de YPF a Burford Capital, quien se encarga del juicio desde entonces en la famosa Corte del Distrito Sur de Nueva York.

La República Argentina pide a la jueza Preska una extensión de los plazos para presentar su estrategia en el caso por expropiación de YPF. Burford Capital acepta el pedido argentino. La nueva fecha de audiencia es el próximo 26 de junio“, Sebastián Maril, director de Fin.Guru y quien sigue de cerca el caso.

Hace unos días sin mebargo, el juicio decidió mantenerse en Nueva York a pesar del pedido del Estado argentino de moverse para juzgados locales. La pérdida de este juicio le implicará al país pagar, en principio, unos US$ 3.000 millones de dólares, una cifra relevante para el país que cuenta dólar por dólar para mantener su estabilidad monetaria.

Mientras todo el mundo mira el futuro del mercado energético con esperanzas de un barril de petróleo al alza y con enormes innovaciones tecnológicas, Argentina mira un futuro negro con YPF casi en quiebra y con el enorme peso de un juicio encima.

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Energía

Mineras: inversión y compromiso social

En esta columna sobre los acontecimientos del mundo de la minería en la última semana, investigamos sobre las inversiones en tiempos de pandemia, el compromiso social de las multinacionales – que a veces es mayor que el del Estado –  y su impacto en Argentina.

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Análisis por Operador Siderúrgico (@alewatters)

El mundo sigue funcionando a pesar del ataque del coronavirus a la economía mundial. La cuarentena no frena a las principales compañías mineras que siguen invirtiendo en muchos países del mundo.

Contra cualquier pronóstico

Río Tinto Group, una empresa minera de origen británico que tiene 6 unidades de negocios importantes, dentro de las cuales está el
cobre, anunció un aumento en Citadela, Provincia de Paterson, en Australia, de
cerca de US$ 5.9 millones para este cuatrimestre, con el objetivo de aumentar la
explotación de esa zona.

Citadela es un caso aparte en el mundo, no hay indicios de
proyectos mineros, en estos momentos, en los que se aumente el presupuesto o se contrate más
personal. Sin dudas esto ayudará a salvar la economía de la región y el estado de Paterson
podrá aumentar su recaudación.

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Caso aparte, pero no el único

Para tratar de apalear el fuerte impacto de los contagiados de COVID-19 en el sistema sanitario, muchos países del mundo buscan aumentar su recaudación. No es el caso de la República Dominicana que de hecho había extendido los plazos de pago de impuestos a todas las empresas, pero la Barrick Gold, que está operando en la mina de oro de Pueblo Viejo, voluntariamente ha decidido adelantar los plazos de pago de impuestos
al gobierno dominicano.

Esta decisión vino en conjunto entre Barrick y Newmont, las empresas más reconocidas del mundo en extracción de oro, que han formado una Joint Venture en Pueblo Viejo (60% Barrick / 40%
Newmont).

El monto que aportaron esta vez
es de US$ 113 millones con el propósito de que el gobierno no pierda tanta estabilidad
fiscal y que puedan seguir con sus esfuerzos de combatir el coronavirus. En los primeros cuatro meses de 2020, se han aportado US$ 185 millones en
cuestión de impuestos directos y US$ 9 millones en impuestos indirectos, llegando
así a aportar al Estado un masivo US$ 2.000 millones desde que iniciaron sus actividades en 2013. Lindo
número, ¿no?

El CEO de la Barrick Gold, Mark Bristow, no hace mucho anunció una
compra de 800.000 test de COVID-19. Estos tests que funcionan con el punzado del
dedo son de los más efectivos del mundo y serán para las localidades de las minas en países con mayor riesgo,
mayormente situadas en el continente africano.

“Tenemos 30.000 tests en camino,
150.000 en el país y 400.000 que acabamos de ordenar”, d
eclaró el CEO de la
empresa.

La empresa que tan mala imagen tiene a nivel mundial es una de las fuerzas que más ayuda en los países pobres que no son tenidos en cuenta por organismos internacionales. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro y Barrick Gold no es la excepción.
Y es lógico, una empresa tan grande con actividades alrededor de todo el globo
no está exceptuada de fuertes problemáticas. 

No todo lo que brilla es Barrick

Barrick fue
corrida de Papúa Nueva Guinea debido a no aceptar un acuerdo con una empresa canadiense que también realizaba actividades
en el país. Luego de ser echada del país, Barrick declaró que la
decisión va en contra de las obligaciones legales del gobierno y que “será catastrófico
para las comunidades de alrededor de Porgera y Enga y para el país en su
completitud”

Esto fue debido a un cambio en el contrato de arrendamiento de la
empresa firmado en junio de 2017 en el que el gobierno recibiría cerca de la mitad de los beneficios
económicos. Barrick no aceptó los cambios y el gobierno decidió estatizar sus instalaciones.

Otra nueva mala noticia para Barrick fue el lockdown de nivel 4 que el gobierno sudafricano aplicó hace unos días en donde decretó 21 días de cuarentena total. Barrick ya hizo saber su opinión a las autoridades y va a esperar las directivas del gobierno de ese país.

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Oro

Si bien la intuición sugiere que los proyectos mineros se
agotan, lo cierto es que el
mundo de la minería no prevé esto ni siquiera en las próximas décadas.
En una conferencia online realizada por KITCO,
una junta de especialistas en mercados y consultores, se presume que hoy el
gasto en exploración de mineras está en pleno aumento y que después de la
crisis vamos a ver una explosión en el hallazgo de nuevos yacimientos, sean
estos de baja o alta ley.

Si hay algo que no falla y da señales a los agentes involucrados
en el mercado minero es el sistema de precios, y en este caso, la vedette en
cuestión es el oro. 

El oro es uno de los pocos bienes que hoy en día todavía cumple la función de
moneda
y esto es debido a que cumple el conocido “Teorema de la Regresividad
del Dinero”; este bien sirve como medio de intercambio y como reserva de valor simultáneamente, mientras mantiene un uso productivo más allá de ser dinero. 

Es
por eso que en momentos de incertidumbre como este, las personas buscan
refugiarse en este tipo de activos.
Lo que estamos viendo ahora es una suba del
oro de manera semanal en donde hoy se ubica alrededor de los 1.720 dólares la
onza, con pronósticos de que a fin de año se llegue a los 1.900 dólares la onza, a pesar de haber tenido una fuertísima baja hace unos meses.

Fuente: Mining.com


Según Bloomberg, la exportación de oro desde Suiza a
Estados Unidos saltó a niveles altísimos en el último mes (+40 toneladas).
Esto es un
efecto de la incertidumbre que se vive debido a la pandemia y la crisis económica.

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Menos actividad, menos emisiones… ¿O no?

La intuición también dice que si todos dejamos de consumir bienes finales, las siderúrgicas pararían de trabajar y las emisiones serían cero.
Bueno, lo cierto es que las empresas que son productoras de bienes primarios o
bienes intermedios son las últimas en ser afectadas cuando ocurren las crisis
,
debido a que ellas son las que viendo la tasa de interés actual, producen para
el futuro, que seguro va a ser mejor.

Es por eso que las emisiones de la actividad
siderúrgica (que nunca fueron más bajas) se prevén caer solamente en un 6%, ni siquiera un
numero de dos cifras
. Noten el patrón, las emisiones de la industria siderúrgica
caen poco y las de las mineras se mantienen en promedio, abriendo nuevos
proyectos y cerrando otros en la misma cuantía, eso es, que a medida que nos
vamos para atrás en la cadena productiva, es más difícil que una crisis afecte
a esas empresas. Las emisiones, según los ambientalistas, deberían haberse desplomado en los últimos 2 meses, pero esto no ocurrió.

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Argentina

Mientras tanto en Argentina hace unos días un preocupante informe de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) relevó datos de 160 metalúrgicas alrededor del país, dando una cifra alarmante ya en este mes de abril que se va: el 31% de las empresas
del sector no puede pagar salarios y el 51% no pudo acceder a créditos para
pagar salarios o gastos fijos.

En ese estudio, ADIMRA demuestra las preocupaciones del sector y
deja en evidencia la precaria situación industrial que se está atravesando. Esto no es algo que nos sorprenda, Argentina ya viene de un mal
manejo previo, la crisis actual termina dándole el tiro de gracia a nuestra
industria metalúrgica y las consecuencias son inmediatas; desempleo y escasez.

¿Por qué al empezar esta columna hay una buena
noticia y al empezar a hablar de coyuntura vemos, cómo decirlo, … Argentina
siendo Argentina? Tal vez la respuesta no sea tan compleja. Lo cierto es
que se nota un patrón y es que no hay nadie más preocupado por seguir sus actividades que las empresas mineras y metalúrgicas, a pesar de la cuarentena y del mal manejo económico-industrial de muchos gobiernos.

Barrick, en todas las ciudades donde hay una mina, ha
repartido alcohol etílico, barbijos y mascarillas a todos los vecinos locales.
Así, ha retomado niveles de actividad normal en gran parte de sus proyectos. Esto
es porque las empresas sí están al tanto del riesgo y no pueden permitirse
dejar de pagar sueldos que sostienen familias. Tal vez, si efectuamos acciones
que de manera responsable mitiguen los efectos de la pandemia, no se vería tan
afectada nuestra economía doméstica y podamos salir adelante en algún momento
sin tantos daños colaterales desde el punto de vista económico y social.

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