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Rusia

Putin anunció que Rusia suspende el tratado de desarme nuclear START que había sido alcanzado tras la Guerra Fría

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El presidente de Rusia se dirigió al Parlamento para hablar de la guerra en Ucrania, comunicando que Moscú suspenderá su participación en el tratado entre Rusia y Estados Unidos que restringe la capacidad nuclear.

El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció este martes la suspensión del cumplimiento por parte de su país del START III o New START, último tratado de desarme nuclear aún vigente entre Rusia y Estados Unidos después de la Guerra Fría.

“Me veo obligado a anunciar hoy que Rusia suspende su participación en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas”, dijo Putin en su discurso sobre el Estado de la Nación ante ambas cámaras del Parlamento ruso.

Putin aclaró que Rusia aún no se retiraba totalmente del tratado, sino que suspende su participación mientras durara el conflicto en Ucrania con la OTAN. Lo que sí, instó a los altos mandos militares rusos a estar preparados para reanudar las pruebas de armas nucleares.

Por supuesto, no lo haremos antes. Pero si Estados Unidos realiza pruebas, entonces lo haremos nosotros. Nadie debe hacerse ilusiones peligrosas de que se puede destruir la paridad estratégica mundial”, señaló.

No obstante, el mismo martes, luego de los dichos bélicos de Putin, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso emitió un comunicado en el que asegura que Rusia continuará observando los límites en la cantidad de ojivas nucleares que puede desplegar, pero que sin dudas habilitará las pruebas de este armamento.

El pacto fue firmado en 2010 como una continuación del START II, que a su vez seguía el START I, firmado originalmente en 1991 entre George H.W. Bush y Mikhail Gorbachov, y siempre tuvo el objetivo de limitar el número de cabezas nucleares de largo alcance que pueden desplegar Estados Unidos y Rusia, y el uso de misiles capaces de transportar armas atómicas.

En 2020, Trump había presionado a Rusia con no renovar el tratado, luego de un informe que revelaba que Moscú no venía cumpliendo con la cláusula que exige a ambos países permitir inspecciones rutinarias dentro de su respectivo territorio.

Sin embargo, ni bien llegó al poder Biden en enero del 2021, el nuevo presidente demócrata ordenó renovar el acuerdo por 5 años, en una movida ampliamente considerada como un movimiento para contentar a Putin previo a la escalada en Ucrania.

Los presidentes George H.W. Bush y Mikhail Gorbachov firman START I, el 31 de julio de 1991.

La idea del acuerdo es limitar los arsenales de los dos países a un máximo de 1.550 ojivas desplegadas en cada lado. También limita a un máximo de 800 el número de lanzamisiles intercontinentales balísticos no desplegados (ICBM), lanzaderas submarinas para misiles balísticos (SLBM) y bombarderos pesados equipados con armamento nuclear, volumen aún suficiente como para destruir la vida humana en la Tierra.

El tratado reemplazó los acuerdos estratégicos START I y START II, que vencían en enero de 2010, y al Tratado de Moscú (STORT). El límite que impuso el nuevo tratado fue un 74% más bajo que el establecido originalmente, y un 30% más bajo que el límite de ojivas listas en el Tratado de Moscú firmado en 2002, lo que implicaba un camino hacia el desarme nuclear.

Los antecedentes del acuerdo firmado en Praga se sitúan en 2006 en San Petersburgo, cuando Vladimir Putin y George W. Bush se reunieron para establecer el marco del diálogo para el relevo del START.

Con este acuerdo cambió la política armamentística de Estados Unidos que, unilateralmente, se comprometió, con ciertas precauciones, a “no utilizar ni a amenazar con armas nucleares” a los países que no cuenten con estos arsenales y cumplan sus obligaciones dentro del Tratado de No Proliferación Nuclear.

Finalmente, el START III fue firmado por el entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama y su contraparte rusa, Dmitri Medvedev, el 8 de abril de 2010 en Praga, y ratificado posteriormente por ambos países en diciembre de 2010 y enero de 2011.

La ratificación definitiva del acuerdo por parte de Estados Unidos se produjo el 24 de diciembre de 2010 cuando fue aprobado por el Senado. La Duma rusa lo aprobó el 14 de enero de 2011, ratificándolo el 25 de enero del mismo año y siendo aprobado definitivamente por el Consejo de la Federación el día siguiente.

Barack Obama y Dimitri Medvedev firman el START III en Praga, en abril del 2010

Si bien en 2020 las inspecciones en Rusia fueron paralizadas bajo la excusa de la pandemia de coronavirus, a partir de agosto del 2022, cuando se volvieron a dar las condiciones para retomar dicha actividad, Rusia se ha negado constantemente a reanudar dichas inspecciones, fundamentalmente debido a las tensiones entre ambas potencias por la guerra en Ucrania.

Hace una semana firmé un decreto sobre la puesta en servicio de combate de nuevos sistemas estratégicos con base terrestre. ¿Van a meter las narices ahí también o qué? ¿Y se creen que todo es tan sencillo? ¿Qué, vamos a dejar que se metan ahí sin más?”, lanzó Putin, refiriéndose a la prohibición de inspecciones.

Cabe recordar que, a lo largo del último año, Putin ha lanzado repetidas amenazas veladas de utilizar armas nucleares en Ucrania, reavivando los temores de la época de la Guerra Fría.

Además, durante su discurso del martes, Putin ha acusado a Estados Unidos de “desarrollar nuevos tipos de armas nucleares”, advirtiendo de que si Estados Unidos realizaba pruebas de nuevas armas nucleares, Rusia haría lo mismo.

Luego, encargó al Ministerio de Defensa y a la empresa estatal de energía nuclear Rosatom que garantizaran la “preparación” del país para realizar pruebas de armas nucleares. “Por supuesto, no seremos los primeros en hacerlo”, aclaró.

Como era esperable, el bloque occidental reaccionó negativamente a los dichos rusos sobre la suspensión en la participación del tratado bilateral. En respuesta a Putin, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, dijo que la suspensión es “profundamente desafortunada e irresponsable”, antes del discurso que dará Joe Biden desde Polonia, en el que se espera otra respuesta estadounidense.

Blinken también dijo que Washington sigue dispuesto a negociar las limitaciones de armamento estratégico “en cualquier momento con Rusia, independientemente de cualquier otra cosa que ocurra en el mundo o en nuestra relación”.

Estaremos muy atentos a lo que haga Rusia. Por supuesto, nos aseguraremos de que, en cualquier caso, nos posicionamos adecuadamente para la seguridad de nuestro país y la de nuestros aliados”, señaló.

A su vez, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que lamenta la decisión y recordó que se trataba del último acuerdo bilateral entre Rusia y Estados Unidos en materia de desarme nuclear. “En los últimos años Rusia ha violado y abandonado acuerdos clave de control de armamento. Con la decisión de hoy sobre el New START se ha desmantelado toda la arquitectura de control de armamento”, remarcó el titular de la alianza de defensa más grande del mundo.

Más armas nucleares y menos control de armas hacen que el mundo sea más peligroso. Es la razón por la cual hemos trabajado tan duro para involucrar a Rusia en temas relacionados con el control de armas”, remarcó Stoltenberg. Por eso, dijo formular un “llamado a Rusia a reconsiderar la decisión de suspender su participación en el acuerdo New Start”.

Stoltenberg también remarcó que quién inició esta “guerra imperial de conquista” fue Moscú, que “se está preparando para más guerras” y recalcó que es el único agresor. Además, calificó una posible victoria rusa como “peligrosa” para la seguridad de Europa “y del mundo entero”.

Una vez más, Putin no perdió la oportunidad de renovar las acusaciones contra Occidente, culpándola de la invasión que ordenó en Ucrania. “Son ellos los que han empezado la guerra. Y nosotros estamos usando la fuerza para ponerle fin”, dijo Putin. “La responsabilidad de alimentar el conflicto ucraniano, de su escalada, del número de víctimas… recae por completo en las élites occidentales”, apuntó.

Putin arriba la Duma para el discurso anual sobre el Estado de la Nación

Putin describió esta guerra como una lucha por la supervivencia de Rusia, cuya existencia está en riesgo. Occidente quiere asestar a Rusia en Ucrania una “derrota estratégica”, sostuvo el jefe del Kremlin.

Quieren acabar con Rusia de una vez y para siempre”, agregó. Además, aseguró que el bloque sabe que “es imposible derrotar a Rusia en el campo de batalla”, por lo que lanza “agresivos ataques informativos” contra Rusia “tergiversando hechos históricos”, atacando la cultura, la religión y los valores rusos.

Putin no dio señales de aminorar el conflicto, a días de que se cumpla un año desde el inicio de la invasión de manera oficial a Ucrania. Por el contrario, dijo que continuará paso a paso con la invasión “para garantizar la seguridad de nuestro país, para eliminar la amenaza que representa el régimen neonazi que surgió en Ucrania después del golpe de 2014, se decidió realizar una operación militar especial. Paso a paso, cuidadosa y consistentemente, lograremos las tareas que afrontamos”.

Por último, destacó el “verdadero patriotismo” de los ciudadanos rusos, que están pasando un momento duro, pero que “en su mayoría” respaldan las operaciones militares. “Es un sentimiento históricamente inherente a nuestro pueblo”, cerró.

Rusia

Tras la relección, Putin no descarta que el conflicto en Ucrania escale a una Tercera Guerra Mundial y pone la mira sobre la OTAN

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El reelecto presidente Vladímir Putin lanzó en su discurso de aceptación un mensaje contundente sobre la guerra en Ucrania y advierte a la OTAN sobre una posible escalada bélica mundial.

En Rusia se desarrollaron las elecciones presidenciales entre el 15 y el 17 de marzo, una elección nacional que contaba con la participación de cuatro candidatos, con opositores poco competitivos, luego del arresto y muerte del principal líder de la oposición, Alexei Navalny.

Como era de esperarse, se impuso Vladímir Putin con un 88% de votos, quien permanecerá en el Kremlin por los próximos seis años y en lo que será su quinto mandato al frente del país con capital en Moscú.

Las recientes elecciones en la Federación Rusa no han sido convencionales. El presidente reelecto se encuentra inmerso en un conflicto armado con Ucrania, desencadenado el pasado 24 de febrero de 2022 como parte de una escalada de tensiones desde los eventos del Euromaidán en 2014, que provocaron disturbios separatistas e independentistas en Ucrania.

Este conflicto, que lleva más de dos años en desarrollo, representa el mayor ataque militar convencional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Además, durante el año 2021, la tensión diplomática entre ambos estados se intensificó, con Putin criticando abiertamente la expansión de la OTAN en Europa del Este.

Tras su victoria electoral, Putin lanzó una advertencia contundente durante una conferencia de prensa, señalando que un conflicto entre Rusia y la OTAN podría desatar una Tercera Guerra Mundial. Sus declaraciones generaron gran controversia, especialmente después de que el presidente francés Emmanuel Macron mencionara la posibilidad de desplegar tropas en Ucrania, lo que ha aumentado las tensiones entre Occidente y Rusia.

En medio de esta atmósfera de guerra y divergencia política en Europa, Putin no titubea al advertir sobre el riesgo real de una escalada bélica mundial entre Rusia y la OTAN, liderada por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.


Por Santino Roncatti para La Derecha Diario.

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Francia

Tras la reunión de Macron con Scholz y Tusk, Putin asegura que "ya hay franceses" peleando en Ucrania

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El portavoz Dmitry Peskov dijo que Francia ya está peleando la guerra en Ucrania de manera indirecta habiendo donado todo su equipamiento, pero que también identificaron soldados franceses en el área beligerante.

Este viernes, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se reunió con el canciller alemán, Olaf Scholz, y el nuevo primer ministro de Polonia, Donald Tusk, en la inauguración de una nueva alianza europa apodada como el Triángulo de Weimar.

Los tres países afirmaron estar "unidos" en su objetivo de "no dejar nunca ganar a Rusia y apoyar al pueblo ucraniano hasta el final", según dijo luego a la prensa Macron, quien lidera este grupo y, en medio de un colapso de su imagen, busca en Ucrania una salida fácil a su debilitada postura interna.

Macron prometió que seguirían enviando ayuda al gobierno de Kiev "siempre que sea necesario" y se negó a descartar envío de tropas francesas sobre el territorio en disputa en Ucrania.

Estos comentarios le ligaron una respuesta directamente del Kremlin ruso, a través del portavoz, Dmitry Peskov, quien afirmó que "Francia ya está luchando contra Rusia en Ucrania" dado que los ucranianos usan armas y vehículos franceses, pero que además "ya hay franceses peleando".

En una conferencia de prensa en Moscú, Peskov dijo que a París "no le importa" aumentar el nivel de su participación en la guerra en Ucrania, y que, si bien no pudieron vincular todavía a estos soldados con el Ejército del gobierno francés, "no hay dudas que hay franceses involucrados en el campo de batalla".

"Es obvio que Francia considera a Rusia como un oponente, porque Francia ya está involucrada en la guerra en Ucrania. De hecho, participa en esta guerra y, a juzgar por las declaraciones del señor presidente, no les importa aumentar el grado de participación", afirmó Peskov.

En una entrevista con la televisión francesa el jueves, Macron afirmó que la derrota de Ucrania en el conflicto no traerá la paz y que París "estará lista" para tomar las medidas necesarias para impedir la victoria de Rusia, a cuyas autoridades considera un "oponente".

Al comentar sobre los intentos de los grupos de sabotaje ucranianos de penetrar en territorio ruso, el portavoz dijo que uno de sus objetivos era desestabilizar la situación antes de las elecciones presidenciales de tres días en Rusia, que comenzaron hoy.

Peskov dijo que la CIA ha estado llevando a cabo actividades debilitantes en Rusia durante años. "No excluyo que las agencias de inteligencia estadounidenses hayan estado involucradas en una práctica similar en China", dijo.

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Estados Unidos

Tucker Carlson entrevistó en secreto a Putin en Moscú: La Unión Europea evalúa sancionarlo y prohibirle el ingreso al continente

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La conversación entre el ex presentador de Fox News y el mandatario ruso se emitirá el jueves en Twitter y en la página web tuckercarlson.com.

El periodista más importante del momento, Tucker Carlson, viajó a Moscú a escondidas esta semana para entrevistar en un mano a mano exclusivo al presidente de Rusia, Vladimir Putin, en lo que sería la primera que concede el mandatario a un estadounidense desde que comenzó la guerra en Ucrania.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que Putin había accedido a la entrevista con Carlson porque el enfoque del ex presentador de Fox News difería de la información “unilateral” sobre el conflicto de Ucrania de los otros medios de comunicación occidentales.

Carlson subirá la entrevista directamente a Twitter el jueves, como hizo con sus otras entrevistas a presidentes como Javier Milei en Argentina, Viktor Orbán en Hungría o Donald Trump en Estados Unidos. En un anticipo que subió este martes, dijo que la entrevista permitiría a los estadounidenses entender el punto de vista de Rusia sobre la guerra.

No estamos aquí porque amemos a Vladimir Putin. Nadie les pide que estén de acuerdo con lo que Putin pueda decir en esta entrevista, pero les instamos a que la vean. Deben saber todo lo que puedan”, dijo.

Según el periodista, sus productores también están intentando entrevistar a Volodimir Zelenski en Ucrania, para que pueda dar la otra cara de la situación, pero por el momento sin éxito. De hecho, funcionarios ucranianos han pedido su cabeza.

Persecución política

Según el propio Carlson, la última vez que intentó entrevistar a Putin, fue boicoteado por los servicios de inteligencia de los Estados Unidos. Se cancelaron sus pasajes "sorpresivamente", recibió amenazas anónimas para que no viaje y hasta su esposa recibió extorsiones.

También asegura que sus teléfonos fueron intervenidos y sus mensajes de texto fueron filtrados a la prensa. "No compartí las capturas con nadie, nunca me alejé de mí teléfono, es imposible que la prensa haya conseguido esas fotos sin ayuda del Gobierno", confirmó.

Sin embargo, esto solo retrasó lo inevitable, y después de reorganizarse mejor, Carlson logró viajar a Moscú por debajo de la atención del gobierno de Biden, y una vez en Moscú, logró moverse con total libertad, incluso apareciendo en varios videos que filmó la gente cenando en restaurantes y caminando por la calle.

Tras lograr la entrevista, miembros de la Unión Europea pidieron implementar sanciones contra el comunicador estadounidense por "contribuir a difundir la propaganda del Kremlin", según dijeron varios eurodiputados actuales y anteriores.

En particular, el ex primer ministro belga y actual diputado del Parlamento Europeo, Guy Verhofstadt, pidió la palabra en la sesión de este miércoles y calificó a Carlson de haberse convertido en el “portavoz de Donald Trump" y de "estar jugando a favor de Vladimir Putin".

“Parece lógico que el Servicio Europeo de Acción Exterior examine también su caso”, dijo el legislador en medio del recinto, en referencia a la agencia europea que tiene a cargo imponer sanciones a los empresarios o políticos que colaboren con el Kremlin.

Estas sanciones van desde multas económicas, pasando por embargos de bienes, hasta la prohibición de ingresar a cualquiera de lo 27 países miembro de la Unión Europea.

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