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Armenia

Rusia le suelta la mano y le corta el suministro de gas a Armenia, tras su acercamiento a Washington

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Gazprom Armenia ha decidido detener el suministro de gas desde Rusia hacia Armenia en medio de las tensiones entre ambos países por la falta de apoyo ruso a la causa armenia en la región de Nagorno Karabaj, lo que ha obligado a Armenia a acercarse a Estados Unidos.

Desde su independencia en los 90s, la República de Armenia ha visto en la Federación Rusa su mayor aliado internacional. A medida que pasaban los diferentes gobiernos armenios de distintos colores políticos, todos coincidían en la promoción de relaciones con el Kremlin.

Esto se terminó en 2020 con la invasión de Azerbaiyán a la región de Nagorno-Karabaj, un territorio que controlaban los armenios desde la guerra de 1995. Rusia, que ha desarrollado una importante relación comercial con los azeríes y los turcos, decidió no intervenir en el conflicto.

Armenia terminó perdiendo gran parte del Alto Karabaj, y el primer ministro Nikol Pashinián acusó a Putin de haberles soltado la mano. A pesar de que el mandatario intentó volver a acercar posiciones, los rusos no le han dado el apoyo que pedían.

La situación llevó a que Armenia se acerque a los Estados Unidos de Biden, una estrategia geopolítica natural ante la bipolaridad que impera actualmente en el mundo. Putin, enojado por la “traición” de los armenios, ordenó detener temporalmente el suministro de gas a Armenia este lunes.

Según Gazprom Armenia, la suspensión es tan solo por cuatro días para realizar el mantenimiento planificado de un importante gasoducto. Sin embargo, los funcionarios armenis advirtieron que no había ningún mantenimiento planificado y que el corte sorpresivo llevará a enormes déficits energéticos.

Cabe recordar que Rusia es el principal proveedor de gas de Armenia. El año pasado, envió un total de 2.600 millones de metros cúbicos al país armenio. La subsidiaria del gigante ruso Gazprom, proveedor monopólico de gas natural de Rusia a Armenia a través de Georgia, dijo que suspendía temporalmente las exportaciones de gas desde las 8 a.m. hora local del lunes 1ro de mayo, dejando al país sin energía.

La justificación oficial fue que se estaban llevando a cabo trabajos de mantenimiento en una sección del gasoducto ‘Cáucaso Norte-Transcaucasia’ en la región sureña de Stavropol, Rusia, y que utilizaría las reservas para continuar suministrando gas a los consumidores en Armenia.

El alejamiento de Armenia es realmente un cambio sin precedentes en el plano político del Cáucaso. Cabe recordar que Armenia pertenece a la alianza defensiva Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la “OTAN de Rusia y China”.

Armenia reprocha que la OTSC no ha hecho nada para frenar el avance de Azerbaiyán y que incluso se ha “negado a condenar las acciones de Azerbaiyán” y a Rusia no cumplir con su rol de “garante de la seguridad” de Armenia.

A finales de noviembre, del pasado 2022, Armenia se rebeló contra Moscú acusando al Kremlin de no prestarle ayuda, dijo que la protección de Putin “ya no valía nada” y que “un acercamiento a la OTAN estaba entre las posibilidades que se están analizando“.

Esto llevó también a que, en ese entonces, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, anunciara que su país no albergaría ejercicios militares dirigidos por Moscú. “Armenia no considera apropiado realizar ejercicios de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva este año. Estos ejercicios no tendrán lugar”, declaró en una rueda de prensa en enero de este año.

Además, desde la firma de paz luego de que Armenia perdiera la guerra contra los azeríes, Rusia arregló dejar “fuerzas de paz” que garantizarán que se respetarían los derechos de los armenios. Pero Pashinián criticó la “absoluta pasividad” de las fuerzas rusas ante el bloqueo que impone Azerbaiyán desde diciembre del 2022.

El acceso que garantiza el libre paso entre Armenia y la región de Nagorno-Karabaj debía estar garantizado por Rusia, pero según el gobierno armenio, hace por lo menos 6 meses que están completamente bloqueados y Putin no hace nada.

Por último, Ereván también criticó a Moscú por no desempeñar su papel de mediador durante los violentos enfrentamientos en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán en septiembre pasado, cuando el gobierno armenio había pedido ayuda a la OTSC.

Recordemos que, en 2020, Armenia y Azerbaiyán libraron una guerra de seis semanas por el control de la región de Nagorno-Karabaj que se cobró 6.500 vidas. Una tensa paz mediada por Rusia obligó a un despliegue de tropas rusas de paz.

El premier armenio, Nikol Pashinyan, y Vladimir Putin en un encuentro en Astana

Nagorno-Karabaj se encuentra en Azerbaiyán, pero está bajo el control de fuerzas armenias respaldadas por Ereván desde que en 1994 finalizara una guerra separatista. Turquía, principal proveedor de armas de Azerbaiyán, respaldó a Bakú en el conflicto. A pesar del fin de los combates, persisten las tensiones en torno a sus fronteras.

Mientras tanto, es Estados Unidos el que está liderando la mediación de los conflictos entre Armenia y Azerbaiyán. Así lo demuestra el hecho de que esta semana ha comenzado la reunión tripartita entre los ministros de exteriores de Armenia y Azerbaiyán con la mediación de Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano.

En dicha reunión se tratará el proceso de normalización de las relaciones entre Ereván y Bakú que incluye la firma de un acuerdo de paz, la delimitación fronteriza, la situación de la región de Nagorno-Karabaj y la reapertura de las vías de comunicación, entre otros temas.

Esta inclinación de Armenia hacia Estados Unidos fue palpable cuando, en marzo de este año, el país expresó su deseo de adherirse al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, lo que implicaría que podría arrestar a Vladimir Putin para hacerlo comparecer ante un tribunal por los crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas en Ucrania en caso de que el mandatario ruso pise territorio armenio.

Además, el primer ministro armenio desafió también a su aliado ruso al intervenir en la Cumbre por la Democracia impulsada por Joe Biden, y dar las gracias a Estados Unidos de forma explícita por ayudar a Armenia “a detener la última incursión (de Azerbaiyán) por medio del compromiso diplomático”.

Mapa de los principales gasoductos que atraviesan territorio armenio provenientes de Rusia

Armenia

Se complica la alianza de Rusia con Armenia: El Kremlin califica de “inaceptables” las críticas armenias a las fuerzas de paz rusas

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El Primer Ministro armenio, Nikol Pashinyan, criticó con dureza a las fuerzas de paz rusas por no lograr despejar el corredor que conecta Armenia con la región de Nagorno-Karabaj. Rusia venía siendo su principal aliado en la región.

Nikol Panshiyan, Primer Ministro armenio

Rusia calificó el viernes de “inaceptables” los “ataques públicos” contra sus fuerzas de paz desplegadas en torno a la región de Nagorno Karabaj, actualmente ocupada por Azerbaiyán, un día después de que el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, criticara al contingente ruso desplegado en la zona.

Las fuerzas de paz rusas están haciendo todo lo posible para mejorar la situación en el terreno”, aseguró la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zakharova, quien aclaró que, desde Rusia, “consideramos cualquier ataque público y provocación contra nuestras fuerzas de paz como acciones inaceptables y deliberadas que causan un daño tangible al proceso de normalización armenio-azerbaiyano“.

A pesar de que Rusia sirvió como garante de paz entre Armenia y Azerbaiyán en la última década, se apartó del conflicto en 2020 cuando se desató una guerra abierta entre las dos naciones por el control del Alto Karabaj.

Este territorio, que ya había sido escenario de conflicto en 1999, estaba en manos armenias desde entonces, con una paz garantizada por las fuerzas de paz rusas. Sin embargo, cuando Azerbaiyán avanzó sobre la frontera en septiembre del 2020, Rusia dio la orden de no intervenir y dejó a los armenios a merced del híper-desarrollado ejército azerí, que contaba con el apoyo total de Turquía.

La guerra fue efímera y dejó un saldo negativo para Armenia. El orgulloso país cristiano perdió control de la región, y tuvo que firmar la paz en un alto al fuego patrocinado por Rusia. En el acuerdo, Putin prometió proteger el llamado corredor de Lachín, que permitiría conectar Armenia con el enclave conocido oficialmente como República de Arstaj, una nación armenia no reconocida internacionalmente.

Este corredor sin embargo lleva bloqueado desde el 12 de diciembre por lo que Azerbaiyán asegura que son civiles azeríes miembros de una organización ecologista que protesta por el cuidado al medio ambiente. El primer ministro armenio presentó una queja formal ante las fuerzas de paz rusas aseguran que no son civiles, si no agentes de las fuerzas armadas de Azerbaiyán, haciéndose pasar por activistas.

Este bloqueo del corredor de Lachín ha generado escasez de alimentos, medicamentos y combustible en Arstaj, cuya economía depende exclusivamente del comercio terrestre a través de este corredor con Ereván, la capital armenia.

Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso

Pashinyan ha demostrado desde 2020 la intención de alejarse de la esfera de influencia de Rusia, y tras la inacción de las fuerzas rusas ante este bloqueo, le pidió al Kremlin que den un paso al costado y permita que se despliegue una misión de paz de la ONU.

El jueves, el sitio de noticias armenio Hetq citó a Pashinyan acusando a la fuerza de paz rusa de “convertirse en testigo mudo de la despoblación de Nagorno-Karabaj”, al no haber reabierto el corredor. “El comportamiento de las fuerzas de paz rusas son inaceptables para nosotros”, agregó.

Pashinyan afirmó que si las tropas rusas no eran capaces de garantizar la estabilidad y la seguridad en Nagorno-Karabaj, debían dejar paso a una misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, lo que les daría más autoridad para actuar a la organización, permitiendo el despliegue un “contingente multinacional” en la región.

Esto despertó el enojo de Putin, quien actualmente disputa una guerra abierta contra las fuerzas de la OTAN, tras su invasión de Ucrania. Así como ocurre en la región del Donbás que Putin ha utilizado como excusa para invadir Ucrania, Nagorno-Karabaj está reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán, pero sus 120.000 habitantes actuales son predominantemente de etnia armenia.

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Armenia

Renunció el Presidente de Armenia en medio de una guerra interna con el Primer Ministro

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Armen Sarkissian abandonó el cargo luego de que el jefe de Gobierno le bloqueara negociaciones diplomáticas con Rusia para mejorar las relaciones entre los países.

El presidente armenio, Armen Sarkissian, renunció a su cargo el pasado domingo, citando la falta de poder político en el puesto gubernamental en un momento donde “el país y la nación necesitan un cambio profundo“.

El presidente no tiene las herramientas necesarias para influir en los procesos radicales de política interior y exterior en estos tiempos difíciles para el país y la nación”, dijo Sarkissian en un comunicado publicado en su sitio web oficial.

El papel del presidente de Armenia es en gran parte ceremonial y el primer ministro es quien tiene todo el poder político. Esto es relativamente novedoso en el país del Cáucaso, ya que la dinámica fue introducida en la reforma constitucional de 2015 que convirtió al país en una república parlamentaria, reduciendo los poderes presidenciales y favoreciendo ampliamente los del Primer Ministro.

Sarkissian había sido premier entre 1996 y 1997, bajo la presidencia de Levon Ter-Petrosián, el primer mandatario electo de la historia del país tras la disolución de la Unión Soviética, y quien tenía amplios poderes en el cargo ejecutivo.

Su salida, después de 4 años en el cargo, viene tras una serie de fuertes peleas internas con Nikol Pashinian, el actual primer ministro. Sarkissian quería despedir al jefe del Estado Mayor del Ejército tras perder la guerra contra Azerbaiyán, cuando se disputaron el control de la región de Nagorno-Karabaj, pero Pashinian bloqueó su desvinculación.

Más de 6.500 personas murieron en las seis semanas de combates, que terminaron en un acuerdo de alto el fuego negociado por Rusia, otorgando a Azerbaiyán parte del enclave y las áreas circundantes, consolidando una victoria absoluta de los musulmanes.

Sarkissian también tuvo varios encontronazos con el primer ministro respecto a su diplomacia con Rusia. Según el presidente, Pashinian “tiró por la borda” años de relaciones con el Kremlin, y de hecho Rusia no intervino en favor de Armenia en la guerra, a pesar de tener un tratado de defensa militar firmado entre ambas naciones.

El ahora ex máximo mandatario intentó en las últimas semanas ponerse la diplomacia del país al hombro y negociar mano a mano con Putin una reconciliación de amistades, pero Pashinian lo criticó duramente, dijo que ese labor es del Ministro de Relaciones Exteriores, y bloqueó sus negociaciones.

Ante la total incapacidad de poder ejercer cualquier rol activo en el gobierno, Sarkissian decidió que no había otra opción que renunciar, y dejar que otro político “más preparado para agachar la cabeza” asuma ese rol.

“Vivimos una realidad donde el Presidente no puede influir en asuntos de guerra o paz. No puede vetar las leyes que considera inconvenientes para el Estado y el pueblo“, explicó en un comunicado tras el anuncio de su dimisión.

“Es una realidad en la que el Presidente no puede utilizar la mayor parte de su potencial para resolver problemas sistémicos de política interior y exterior. Una realidad donde el mundo está en una zona de turbulencia constante, pero la presidencia no tiene herramientas constitucionales para ayudar a su país“, se quejó.

Y agregó: “Una realidad donde el jefe de Estado, a veces incluso su familia, es blanco de varios ataques de grupos políticos. Estos últimos no están tan interesados en los logros de la institución presidencial en beneficio del país como en mi pasado, varias teorías de conspiración y mitos. Esta ‘preocupación’ por mí va más allá de la moralidad y, en última instancia, afecta directamente a mi salud”, dijo, enviando un contundente mensaje al resto de los líderes e instituciones políticas del país.

Además, deseó que en el futuro se realicen las reformas constitucionales necesarias para un correcto funcionamiento de la Presidencia. Lo que queda por hacer es esperar que el Parlamento se reúna en los próximos 25 días, en sesión especial, para elegir al nuevo presidente del país. Por lo pronto, Alen Simonyan, presidente de la Asamblea Nacional, tendrá a su cargo las funciones presidenciales.

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