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Serbia

Locura de Vucic en Serbia: Tras dos tiroteos, anuncia una ley de desarme total en uno de los países más pro-armas del mundo

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El presidente de derecha traiciona a su electorado y lanza el plan de desarme más fuerte del mundo. Siguiendo los pasos de Rusia, Australia y Nueva Zelanda de los últimos años, la población serbia perderá el acceso a las armas de fuego.

Luego de una seguidilla de tiroteos en las 48 horas del pasado jueves y viernes, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, traicionó a su electorado de derecha y anunció que lanzaría un plan de desarme a gran escala para retirar cientos de miles de armas de las manos de civiles.

Serbia es un país con una enorme cultura pro-armas, comparable solo con la de Estados Unidos y Suiza, donde la ley hasta el momento permite la libre portación en el país con ciertas restricciones, pero ahora el presidente ha decidido prohibir la tenencia de armas en general.

Vucic ha dicho que tanto las armas registradas como las ilegales serán incautadas en una medida policial masiva que será "un desarme casi completo de Serbia". “Este es un ataque a todo nuestro país y todos los ciudadanos lo sienten”, dijo Vucic, durante un lamentable discurso nacional.

La promesa de Vucic se produjo pocas horas después de que la policía arrestara a un hombre sospechoso de matar a ocho personas y herir al menos a otras 14 en el segundo tiroteo masivo esta semana, después de una persecución nocturna. 

El incidente comenzó alrededor de la medianoche cerca de Mladenovac, a unos 60 kilómetros (37 millas) al sur de la capital, Belgrado, cuando un hombre armado de 21 años armado con un arma automática abrió fuego en la calle desde un vehículo en movimiento.

Lo más insólito del caso es que el presunto pistolero estaba en posesión de armas ilegales, como cuatro granadas, un rifle Kalashnikov que requiere de un permiso especial y una gran cantidad de municiones adulteradas.

El incidente ocurrió menos de dos días después del peor tiroteo en una escuela en la historia de Serbia, donde un niño de 13 años mató a nueve personas, incluidos ocho compañeros de estudios, en una escuela en el centro de Belgrado el miércoles.

Los tiroteos han dejado al país en un estado de profunda conmoción, con miles de personas acudiendo en masa a los sitios conmemorativos, mientras que otros han hecho cola para donar sangre.

Sin embargo, la histeria por prohibir las armas carece de sentido. Ninguno de los dos casos podría haber sido evitado con el desarme nacional que impulsa Vucic. El primer asesino serial tenía armas que ya no están permitidas, mientras que para el segundo caso, ya existen leyes que impiden llevar armas de fuego a escuelas.

Las leyes de armas en Serbia

Según registros oficiales, hay más de 760.000 armas de fuego en manos civiles en el país de aproximadamente 6,8 millones de habitantes. Con la medida, Vucic aseguró tener como objetivo reducir en un 90% la cantidad de armas en propiedad de individuos.

El Ministerio del Interior prepara urgentemente cambios a la ley de armas para endurecer las condiciones para la posesión de armas de fuego cortas como pistolas y revólveres, y no se flexibilizarán los controles hasta que la cantidad de armas baje a por lo menos 70.000.

El gobierno planea anunciar una amnistía de un mes, en la que cualquier persona que posea ilegalmente tales armas, y artefactos explosivos, podrá entregarlos sin consecuencias, una medida muy similar a la que se tomó recientemente en Australia y Nueva Zelanda.

Vucic, a pesar de haber llegado al poder con una agenda de derecha, traiciona a su electorado y sigue los pasos de su mentor político, Vladimir Putin, en desarmar a la población. En Rusia, si bien la tenencia de armas es legal, éstas deben estar desarmadas dentro de la vivienda, y no pueden ser sacadas de allí.

La propiedad de armas es alta en Serbia, y los permisos para tener y portar armas es muy fácil de conseguir. Los campos de tiro son uno de los negocios más populares del país, por lo menos desde guerras en los Balcanes en la década de 1990 durante la sangrienta desintegración de Yugoslavia.

Kosovo

Los presidentes de Kosovo y Serbia se reúnen bajo presión de la Unión Europea para no escalar el conflicto a una nueva guerra

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Los presidentes de Kosovo y Serbia mantuvieron conversaciones el jueves para resolver una crisis política que ha devenido en violencia gracias a la presión ejercida por los líderes de Francia y Alemania tendiente a reducir las tensiones.

Vjosa Osmani, la presidente de Kosovo, y Aleksandar Vucic, el presidente de Serbia, se reunieron en presencia del presidente francés Emmanuel Macron y el canciller alemán Olaf Scholz y el jefe de política exterior de la Unión Europea, al margen de una cumbre en Moldavia con vistas a resolver la crisis política que ha devenido en violencia entre ambos países.

La crisis política se intensificó el lunes después de que el gobierno de Pristina enviara alcaldes de etnia albanesa, respaldados por la policía kosovar, a las oficinas municipales del norte, las cuales estaban dominadas por gobernantes de etnia serbia tras unas elecciones que gozaron de una muy participación de solo el 3,5% del padrón electoral producto del boicot impulsado por los candidatos serbios.

Previamente, el presidente serbio había pedido a los partidos serbios en el norte de Kosovo en la región que boicotearan las elecciones. Por ello, el partido Lista Serbia apoyó el boicot, dejando a los candidatos étnicamente albaneses sin oposición.

Los enfrentamientos que se generaron a raíz del ascenso de gobernantes albaneses en el norte de Kosovo dejaron un saldo de 30 soldados de mantenimiento de la paz de la OTAN y otros 52 manifestantes serbios heridos en enfrentamientos de las fuerzas de la OTAN con manifestantes de etnia serbia.

En respuesta, la OTAN está desplegando 700 soldados adicionales en la zona. "Hemos decidido desplegar 700 soldados más de la fuerza de reserva operativa para los Balcanes Occidentales", dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Protestantes de etnia serbia en el norte de Kosovo frente a efectivos de la OTAN

"La OTAN permanecerá vigilante. Estaremos allí para garantizar un entorno seguro, y también para calmarnos y reducir las tensiones", resaltó, y agregó que la OTAN "pondría un batallón adicional de fuerzas de reserva en alta preparación para que también puedan ser desplegadas si es necesario".

Caber resaltar que un batallón suele oscilar entre 300 y unos 1.000 soldados. La misión de mantenimiento de la paz dirigida por la OTAN en Kosovo, denominada KFOR, consta actualmente de casi 3.800 soldados.

Si bien los albaneses representan más del 90% de la población en Kosovo, los serbios del norte han exigido durante mucho tiempo la implementación de un acuerdo de 2013 mediado por la Unión Europea (UE) para la creación de una asociación de municipios autónomos en su área.

Después de la reunión con Vucic, Osmani acusó al líder serbio de "lloriquear y quejarse y … no decir la verdad". Sin embargo, también señaló que Kosovo podría celebrar nuevas elecciones en el norte con la participación serbia si se activaran legalmente.

Eso cumpliría una de las condiciones establecidas por Macron y Scholz para resolver la crisis. "Es importante que todos los involucrados hagan todo lo posible para llegar a una desescalada", dijo Scholz a periodistas después de la cumbre de la Comunidad Política Europea, un foro establecido el año pasado que reúne a más de 40 líderes.

Macron dijo que París y Berlín habían pedido la organización de nuevas elecciones en los cuatro municipios del norte con participación serbia "lo antes posible". Además, instaron a Kosovo a seguir adelante con el compromiso de crear una asociación de municipios serbios, vista como una forma de dar a los serbios en el norte más autonomía.

Aleksandar Vucic, presidente de Serbia

Macron había señalado el miércoles durante una conferencia de prensa conjunta en Eslovaquia que las autoridades de Kosovo son responsables de las crecientes tensiones en la región norte. "Dejamos claro a las autoridades de Kosovo que fue un error proceder con estas elecciones en este contexto de virtual no participación".

Osmani dijo que "una solución para la desescalada está muy cerca", pero Belgrado también tendría que respetar los compromisos que hizo en virtud de un acuerdo sellado en marzo con el objetivo de normalizar las relaciones entre las dos partes, que libraron una guerra en la década de 1990.

"Tenemos que asegurarnos de que la atención se centre en la plena implementación del acuerdo, no solo en partes del mismo", aseguró Osmani en este sentido. Por el contrario, Vucic abandonó la cumbre sin comentar sobre la reunión con Osmani.

Más temprano, ninguno de los líderes había expresado que deseaba reunirse con el otro, aunque luego cedieron ante la presión internacional. Tampoco se reconocieron o saludaron mutuamente al llegar a la cumbre, incluso cuando estaban a pocos metros de distancia.

Previamente, Vucic había dicho que las autoridades de Kosovo deberían retirar a los "presuntos alcaldes" del norte y declaró que las unidades especiales de la policía de Kosovo estaban allí ilegalmente.

"Serbia hará todo lo posible para reducir la situación, lo que significa que trataremos de persuadir a los serbios para que progresen con calma y paz", resaltó el mandatario serbio.

Por su parte, Osmani dijo que Belgrado estaba tratando de desestabilizar a Kosovo y acusó a Vucic de apoyar a bandas criminales en el norte de Kosovo, una acusación que Belgrado ha negado.

El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, ha sido la fuerza impulsora detrás de las operaciones en el norte, lo que ha provocado fuertes críticas internacionales, particularmente de parte de Estados Unidos, el aliado más firme de Kosovo durante mucho tiempo.

Vjosa Osmani, presidente de Kosovo, junto a la presidente moldava, Maia Sandu

Luego de las elecciones, Kurit dijo que "la participación fue bastante baja debido a la presión, el chantaje y las amenazas de Belgrado a todos los ciudadanos serbios, y en particular a aquellos que planeaban postularse".

"Ahora tenemos cuatro alcaldes cuya legitimidad es baja. Pero, sin embargo, no hay nadie que sea más legítimo que ellos. Tenemos que tener el imperio de la ley. Somos una república democrática", agregó.

Durante la jornada del martes, por añadidura, el primer ministro de Kosovo dijo a CNN que no entregaría el país a lo que describió como una "milicia fascista" serbia, luego de violentas protestas en el norte por la instalación de alcaldes étnicamente albaneses tras la elección.

"No nos enfrentamos a manifestantes pacíficos, nos enfrentamos a una turba de extremistas", remarcó Kurti. "Esta es una milicia fascista que atacó a nuestros policías y soldados de la OTAN, y periodistas que estaban en el terreno informando".

Sin embargo, el gobierno de Kurti fue criticado por los Estados Unidos y otros por "escalar" el conflicto. "La decisión del Gobierno de Kosovo de forzar el acceso a los edificios municipales aumentó brusca e innecesariamente las tensiones", dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en un comunicado el martes.

Tras la declaración de Blinken, Estados Unidos anunció una serie de medidas contra Kosovo por la “innecesaria” crisis, incluida la cancelación de su participación en los ejercicios conjuntos de la OTAN liderados por Estados Unidos.

En respuesta, luego de resaltar que Estados Unidos es un aliado, amigo y socio indispensable, Kurti señaló que, si bien “estamos eternamente agradecidos y agradecidos por su papel, por nuestra liberación e independencia, por nuestra seguridad y defensa, por nuestro desarrollo y democracia (…), es el momento de decir nuestra verdad democrática a los autoritarios en el poder".

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Kosovo

Sube la tensión entre Serbia y Kosovo: Serbios bloquean rutas del país y el Gobierno serbio no descarta una invasión

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El presidente serbio advirtió que si el gobierno de Kosovo reprime a los manifestantes serbios, no tendrá más remedio que intervenir con el Ejército.

Los kosovares de etnia serbia en el norte del joven país estallaron en protesta en contra del gobierno de Kosovo, luego del anuncio de una serie de medidas que involucran emitir patentes y documentos de identidad propios para todos los residentes del territorio.

El gobierno kosovar anunció que el 1ro de agosto los viajeros que lleguen desde Serbia deberán cambiar sus documentos emitidos por Serbia por nuevos documentos de identificación de entrada y salida emitidos por Pristina, que serán válidos por tres meses. La política es una respuesta a las reglas que emplea Belgrado contra los ciudadanos de Kosovo que visitan Serbia.

Además, el 1ro de agosto también entrará en vigor una nueva regulación en materia de matrículas vehiculares. Los serbios étnicos en el norte de Kosovo han estado usando placas de automóviles emitidas por instituciones serbias desde la guerra en 1999 con siglas de ciudades de Kosovo, como KM (Kosovska Mitrovica), PR (Prishtina) o UR (Urosevac).

Desde entonces, el gobierno de Kosovo considera que las placas son ilegales, pero las ha tolerado en cuatro municipios del norte con mayoría serbia, como parte de las negociaciones de paz de aquél entonces. Pero esta consideración se ha terminado, y ahora Kosovo requerirá que esas placas sean reemplazadas por placas emitidas por Kosovo con el acrónimo "RKS" para la República de KosovoLos propietarios de automóviles tendrán hasta finales de septiembre para realizar los cambios.

Los serbios kosovares bloquearon las principales rutas comerciales de Kosovo hacia Serbia, por donde el país insular recibe la gran mayoría de sus insumos importados. El gobierno de Kosovo anticipó que utilizaría fuerza policial para despejar los cruces fronterizos en Jarinje y Brnjak, pero el presidente serbio Aleksandar Vučić se adelantó y dijo que si un funcionario kosovar golpeaba a un serbio, "Serbia no tendría otra opción que intervenir".

Pediremos la paz, pero les diré de inmediato: no habrá rendición y Serbia ganará. Si intentan comenzar a reprimir a los serbios, intimidar a los serbios, matar a los serbios, ¡Serbia ganará!", dijo el presidente Vučić en un discurso esta noche.

La disputa data de septiembre del 2021 cuando las autoridades kosovares ordenaron a todos los conductores que ingresaran a Kosovo desde Serbia que usaran placas impresas temporales de 60 días en respuesta a las medidas en Serbia contra los conductores de Kosovo que han estado vigentes desde 2008, cuando el país declaró la independencia de Belgrado.

En ese momento, los serbios del norte de Kosovo bloquearon los cruces de Jarinje y Brnjak con vehículos y barricadas improvisadas, mientras que el gobierno de Kosovo envió unidades policiales y helicópteros militares a sobrevolar la frontera en una demostración de fuerza.

La disputa podría escalar si Serbia decide actuar dentro de los límites que la OTAN reconoce como la República de Kosovo. La propia OTAN publicó un comunicado de prensa asegurando que la organización militar está "preparada para intervenir" ante cualquier vulneración de la Resolución 1244.

Serbia no reconoce la independencia de Kosovo ni su derecho a imponer normas y reglamentos como el registro de automóviles y camiones. La mayoría de los países de la Unión Europea reconocen a Kosovo, aunque Rusia y China, aliados de Serbia, no lo hacen.

El presidente Vučić llegó al poder en 2017 con un discurso más duro contra Kosovo, pero en 2020 relajó su posición y accedió a firmar un acuerdo comercial con el entonces presidente kosovar Hashim Thaçi, en negociaciones de paz impulsadas por Donald Trump.

Todo esto ocurrió con el aval de Putin, gracias a su buen diálogo con Trump. Sin embargo, tras la llegada de Biden a la Casa Blanca, Rusia presiona a Serbia para que reanude las hostilidades con Kosovo, el gran talón de aquiles de la Unión Europea y, más importante, de la OTAN.

La Unión Europea ha tratado de negociar un diálogo entre los dos vecinos balcánicos durante más de una década, pero hasta ahora los esfuerzos no han logrado una normalización de los lazos. Ahora, en medio del conflicto con Rusia por Ucrania, Putin juega una de sus cartas más fuertes, instigando un conflicto en el corazón de Europa.

El primer ministro Albin Kurti dijo recientemente que Kosovo solicitará formalmente convertirse en miembro de la Unión Europea para fines de 2022, ya que teme que Serbia ataque al pequeño país luego de que Rusia complete sus objetivos en Ucrania.

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Serbia

El populista de derecha Alexsandar Vucic reelige en Serbia con el 60% de los votos

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Prometió mantener su postura de neutralidad en la guerra de Ucrania, y rechazó los pedidos se sancionar a Rusia por parte de la oposición.

El pasado domingo 3 de abril, el populista de derecha Aleksandar Vučić logró una abrumadora victoria en las elecciones presidenciales de Serbia, en las cuales se presentó como el garante de la estabilidad bajo la sombra de la guerra en Ucrania.

La coalición que lidera Vučić, Juntos Podemos Hacerlo Todo, logró un total de 58,54% de los votos. El principal líder de la oposición Zdravko Ponoš, líder de la coalición opositora Unidos por la Victoria, sacó un magro 18,87%.

La oposición había hecho de la campaña un referéndum de la amistad entre Vučić y el presidente ruso Vladimir Putin. Mientras el serbio tomó la postura correcta de no intervenir en la guerra, diciendo que apoya la causa rusa pero que es un conflicto totalmente ajeno a los intereses de Serbia, la oposición se la pasó toda la campaña pidiendo que Vučić condenara la invasión e impusiera sanciones contra el Kremlin.

A nivel legislativo, el oficialismo también ganó pero vio una fuerte disminución en su apoyo. En las elecciones de medio término del 2020 había logrado el 61% de los votos y 188 bancas. Esta vez, solo alcanzó el 42,92% de los votos, lo que le permitió retener 120 bancas.

Sin embargo, la oposición se mantiene fragmentada y no presenta mayores peligros para el gobierno. Unidos por la Victoria obtuvo el 13,7% de los votos (38 bancas), el Partido Socialista obtuvo 11,4% (32 bancas), el monarquista NADA obtuvo 5,4% (15 bancas), el ecologista Moramo obtuvo 4,7% (13 bancas), el también monarquista Dveri obtuvo 3,8% (10 bancas) y el nacionalista Zavetnici obtuvo 3,7% (10 bancas).

Tras la victoria, el presidente se presentó ante sus seguidores y declaró: "Estoy orgulloso de haber logrado hacer algo que nadie pudo hacer en Serbia. Eso habla del gran apoyo de la gente”, y finalizó diciendo que "Serbia tendrá un gobierno muy estable y firme", prometió. 

Vučić se convierte en el primer presidente desde la constitución de la República de Serbia en 2006 en ser reelecto, algo que demuestra que el país está en camino de una mayor estabilidad política, dado que los anteriores dos presidentes renunciaron antes de terminar su primer mandato.

Añadió que “sin duda” tiene la legitimidad confirmada por la población, y aseguró que formará un gobierno que "continúe con la modernización, cuide la paz y la estabilidad y siga trayendo inversiones extranjeras".

"Nos enfrentamos a numerosos desafíos, pero lo más importante para Serbia es mantener buenas relaciones con los demás países de la región, tanto en profundizar nuestro camino europeo mientras no arruinamis las relaciones con nuestro amigos tradicionales", aseveró Vučić, en una clara referencia a Rusia. 

Ante la duda si esta gran victoria envalentonaría al presidente para intervenir en la guerra de Ucrania, algo que la oposición había repetido sin fundamentos durante toda la campaña, Vučić confirmó que Serbia continuará con su política de neutralidad militar y no se unirá a ninguna alianza militar, ni con la OTAN ni con Rusia.

"En cualquier caso, lo que les garantizo en Serbia es que nadie jamás prohibirá en las escuelas los libros del novelista ruso Fyodor Dostoievski y tampoco se sacará del teatro a las obras de Tchaikovsk", agregó.

La oposición había insistido con que había que expresar una postura clara en contra de Rusia, algo que evidentemente los serbios no quieren, ni tampoco intervenir en otra guerra, tan solo 20 años después de salir de una guerra ellos mismos.


Por Alfonso Lorenzo de Olmos, para La Derecha Diario.

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