Luego de numerosos robos a atletas, que afectaron también al jugador argentino Thiago Almada y a un atleta australiano, se ha revelado que Zico sufrió un hecho similar. “Nos estamos recuperando del shock”, expresó.

El exfutbolista Arthur Antunes Coimbra, conocido mundialmente como Zico, fue una nueva víctima de robo en París. La leyenda del fútbol brasileño, invitado por la delegación de su país a los Juegos Olímpicos, sufrió el incidente al salir de su hotel en el distrito 19 de la capital francesa.

De acuerdo con el medio francés Le Parisien, al exjugador del Flamengo le hurtaron un maletín que había dejado en la parte trasera de un taxi. En el maletín se encontraban un reloj Rolex, un collar de diamantes y dinero en efectivo (2.000 euros y 2.000 dólares), sumando un total estimado de 500.000 euros.

Se ha iniciado una investigación por parte de la BRB (Brigade de Répression du Banditisme) para intentar localizar a los delincuentes. El periódico local indicó que “nadie vio nada” y detalló que “un individuo distrae al taxista, mientras que otro aprovechó para robar el maletín”.

Después de que se conociera la noticia, Zico utilizó sus redes sociales para comunicar: “A todos los amigos, fans y admiradores, como se ha informado ampliamente por la prensa, sufrí un incidente el 25 de julio, al inicio de mi viaje como embajador del Equipo Brasil. Quiero tranquilizar a todos, destacando que Sandra y yo estamos bien y que, a pesar de la pérdida material, lo más importante siempre es nuestra salud y vida.”

Añadió: “Nos estamos recuperando del shock, confiando en el apoyo de las autoridades y del COI, y esperando recuperar nuestras pertenencias personales. Hoy estaremos en la inauguración de los Juegos Olímpicos, siempre honrando a nuestro país y apoyando a nuestros atletas para hacer unos grandes Juegos Olímpicos. Gracias por todos los mensajes de apoyo y solidaridad. Un beso y un abrazo especial a mi familia y fans.”

Además, la preocupación por la seguridad en los Juegos Olímpicos ha aumentado debido a varios robos recientes, incluyendo los incidentes que afectaron al jugador argentino Thiago Almada y al campeón olímpico de BMX Freestyle, el australiano Logan Martin.

Antes del escándalo en la derrota ante Marruecos, la selección argentina sufrió un robo el martes 23 de julio, durante la última práctica antes del debut en los Juegos Olímpicos de París 2024. El hurto ocurrió mientras los futbolistas se estaban bañando, lo que contrasta con los rigurosos controles de seguridad del evento. “A Thiago Almada le robaron un reloj, anillos y otros objetos durante el entrenamiento en los Juegos Olímpicos. No quisimos mencionar el incidente después del entrenamiento, pero ya está. Obviamente, no nos gusta que ocurran estas cosas”, comentó el DT Javier Mascherano.

A medida que pasaron las horas, se conocieron más detalles sobre el robo. Según AFP, el mediocampista ofensivo estimó las pérdidas, que principalmente consisten en joyas, en alrededor de 50.000 euros.

Los Juegos Olímpicos de París han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de los atletas y sus pertenencias durante grandes eventos deportivos. La comunidad de atletas y las autoridades locales están en alerta, trabajando para prevenir futuros incidentes y asegurar un entorno seguro para los competidores. El miércoles pasado, el campeón olímpico de BMX Freestyle, Logan Martin, denunció un incidente similar al de Almada, durante la última etapa de su preparación.

“Nos robaron en la furgoneta anoche. Afortunadamente, mis bicicletas no estaban dentro, aunque sí algunas bolsas con otros objetos. ¡Qué comienzo de viaje tan loco!”, comentó. Martin grabó el desorden en el interior del vehículo, el vidrio roto en el asiento del copiloto y la conversación con la policía, y subió el video a sus redes sociales.

Este aumento en la inseguridad se dio tras un intento de robo a dos integrantes del canal australiano Channel 9, enviados a París para cubrir los Juegos. Mientras se dirigían a pie a su alojamiento, un grupo de delincuentes intentó robarles una mochila, aunque las víctimas escaparon ilesas.

Las atletas femeninas de Australia fueron informadas por las autoridades francesas sobre una agresión sexual a una turista de su mismo país, que fue violada en grupo por cinco inmigrantes africanos.

Las atletas olímpicas australianas fueron advertidas de no salir solas o con su uniforme después de que una mujer de su mismo país fuera víctima de una violación grupal en París, por parte de 5 inmigrantes africanos.

Las autoridades francesas han iniciado una investigación sobre la agresión sexual, ocurrida en la madrugada del sábado en el distrito de Pigalle, pocos días antes del inicio de los Juegos Olímpicos.

Anna Meares, jefa de misión australiana, afirmó que no se tenía conocimiento de amenazas específicas contra los miembros del equipo, pero se les ha aconsejado que tomen precauciones al salir de la villa de los atletas.

"Me han informado sobre el incidente y parece terrible. Nuestros corazones están con la mujer involucrada y esperamos que esté recibiendo la atención y apoyo necesarios para superar este trauma", dijo Meares el martes por la mañana. "No hemos recibido muchos detalles ni información concreta", añadió.

"La información que estamos transmitiendo a nuestros atletas es que la presencia de seguridad es muy, muy alta y eso es para que puedan actuar rápidamente para mantenerlos a salvo", explicó. "Animamos a los atletas a no salir solos de la villa, no usar el uniforme del equipo y vestir ropa normal".

El ataque ocurrió en el Boulevard de Clichy en la madrugada del sábado. La ceremonia de apertura de los Juegos está programada para el viernes por la noche. La mujer había pasado la noche del viernes bebiendo en los bares y clubes alrededor del cabaret Moulin Rouge antes de ser abordada por los hombres en un lugar no especificado.

Ella informó a la policía que fue atacada por un grupo de cinco hombres "de apariencia africana" y violada brutalmente alrededor de las 5 a.m. antes de escapar y buscar ayuda en una cercana tienda de kebab llamada Dounia.

Las imágenes de CCTV del restaurante muestran a la aterrorizada mujer de 25 años acurrucada y rogando ayuda mientras el personal y los clientes intentaban consolarla. Luego, uno de los presuntos atacantes entró en la tienda y la mujer le hizo un gesto indicando que él era parte del grupo que la había atacado momentos antes.

El presunto agresor se acercó a ella y le dio una palmadita en la espalda antes de pedir comida. Un comensal confrontó al presunto violador y lo golpeó, mientras el personal intervenía para separarlos.

El hombre abandonó el restaurante, y el personal y los clientes, incluidos varios hombres y una mujer rubia con un vestido beige, continuaron consolando a la mujer hasta que llegó la policía. Dos oficiales hablaron con la mujer sobre la devastadora experiencia antes de llevarla al hospital Bichat. Además, la mujer, que llevaba "el vestido al revés", también afirmó que le robaron su teléfono móvil.

La víctima estaba "desorientada y no podía hablar ni una palabra de francés" cuando relató a la policía lo sucedido. No pudo proporcionar detalles precisos sobre el lugar o las circunstancias del ataque. "Su recuerdo de esa noche es muy confuso, pero dice que hasta cinco hombres la violaron", dijo una fuente investigadora. "Se la vio deambulando por Pigalle, en un estado de confusión y angustia".

El personal de la tienda de kebab notó que su vestido estaba al revés cuando entró buscando ayuda. Los fiscales de París no comentaron sobre el video, pero confirmaron que se abrió una investigación judicial por "violación en grupo".

Aún no se han realizado arrestos ni se ha emitido una descripción de los presuntos atacantes. La mujer había reservado un vuelo a casa para el día siguiente del ataque, pero ahora se quedará en París para colaborar con la policía en la investigación. Lo mas preocupante es el lugar de la violación, que está a menos de tres millas del Stade de France, que será el punto central de los Juegos Olímpicos, cuyo inicio es el viernes.

El desequilibrio presupuestario en las finanzas del país galo ya es el más extremo registrado desde la pandemia, a pesar de que la actividad económica se recuperó del impacto desde hace dos años. El elefantiásico Estado francés se hace imposible de sostener.

La administración de Emmanuel Macron no solamente deja al país a merced de una peligrosa radicalización política encarnada por el espacio de Melenchon, sino que además deja una economía completamente desgastada tras años de un modelo que parece totalmente agotado.

La economía francesa registra las tasas de crecimiento más bajas de su historia, apenas pudiendo recuperar del impacto provocado por la pandemia entre 2020 y 2021, pero no pudiendo recuperar su tendencia de crecimiento anterior a dicho evento.

En los mercados financieros, los bonos franceses volvieron a sufrir un nuevo revés de confianza, ya que la mayoría de las agencias calificadoras de riesgo decidieron rebajar la puntuación de la deuda francesa hace solo un mes, después de haberlo hecho en junio del año pasado. Fitch Ratings, Moody’s y Standard & Poor’s siguieron esta tendencia con respecto a la evaluación de los bonos que emite el Estado francés.

El déficit fiscal primario de Francia llegó a representar el 3,77% del PBI en el último trimestre del año pasado, según las más recientes estadísticas del Banco Central Europeo. Se trata del quinto trimestre conductivo en que empeora el resultado presupuestario, incluso antes del pago de intereses de deuda (cada vez mayores).

De hecho, y sin considerar el impacto que generó la pandemia, Francia mantiene el déficit primario más drástico de los últimos 12 años, y el incesante clima de inestabilidad política no arroja ninguna perspectiva medianamente optimista.

Si se suma el pago de intereses a cuenta de la deuda pública, el resultado consolidado del país galo marcó un rojo de casi el 5,5% del PBI en el último cuarto del año 2023, y no se veía un nivel semejante desde la salida de la crisis internacional de 2008 o la pandemia de 2020. La diferencia entre aquellos dos escenarios de crisis con respecto a la situación actual, es que en este momento la economía francesa no se encuentra en recesión, sino que continúa reteniendo un anémico crecimiento.