El avión estrellado de Azerbaijan Airlines podría haber sido atacado por un misil ruso
Imágenes del fuselaje del avión de pasajeros revelan lo que parecerían ser impactos de metralla.
Cada vez aparecen más pruebas que sugieren que el vuelo J2-8243 de Azerbaijan Airlines, que se estrelló en Kazajistán este miércoles, causando la muerte de 38 personas, podría haber sido atacado por un misil antiaéreo ruso.
En los primeros informes, las autoridades de aviación rusas atribuyeron el accidente a un impacto con un pájaro. Sin embargo, los testimonios de los sobrevivientes, las pruebas físicas y los datos de seguimiento del vuelo revelan un panorama más complejo y preocupante sobre lo que realmente sucedió con el avión civil.
"La tercera vez, algo explotó", relató el sobreviviente Subhonkul Rakhimov en su testimonio al medio Russia Today, describiendo los últimos momentos del avión mientras intentaba aterrizar en medio de una densa niebla cerca de Grozny, en Rusia.
"Hubo una explosión, no diría que fue dentro del avión. En el lugar donde yo estaba sentado, la pared que estaba a mi lado voló", agregó. Un detalle fundamental en el relato de Rakhimov fue la presencia de daños por metralla en su chaleco salvavidas, lo que apunta a un posible origen militar del incidente.
Las pruebas forenses del lugar del accidente mostraron patrones de daño por metralla en el fuselaje y la sección de cola del avión.
¿Ataque accidental?
Los expertos en aviación señalan que estos patrones no coinciden con los causados por impactos de aves, sino que tienen características similares a los daños provocados por munición antiaérea.
La concentración de agujeros de perforación en la cola del avión sugiere una posible pérdida de los sistemas hidráulicos, lo que recuerda el incidente del vuelo 232 de United Airlines.
El accidente ocurrió en un momento en que se confirmaron ataques ucranianos con drones en la región. Las autoridades rusas informaron sobre ataques en Ingushetia y Osetia del Norte la mañana del miércoles, y el aeropuerto más cercano, en Majachkalá, estuvo cerrado al tráfico entrante durante las horas críticas.
Los datos de seguimiento del vuelo J2-8243 de Azerbaijan Airlines muestran que el avión Embraer 190 se desvió de su ruta programada entre Bakú y Grozny, cruzando el Mar Caspio antes de intentar aterrizar en Aktau.
Esta desviación de la ruta y la trayectoria inusual, que incluyó círculos cerca del aeropuerto de Aktau antes de su descenso fatal, generó dudas sobre la explicación oficial de un impacto con aves.
El experto en aviación Richard Aboulafia cuestionó la versión oficial, señalando que "se puede perder el control del avión, pero no se sale de ruta como consecuencia de ello".
La evidencia sugiere que la tripulación estaba lidiando con daños graves en los sistemas del avión, lo que podría haber provocado la alteración de la ruta y los intentos de aterrizaje en condiciones críticas.
Aunque el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, inicialmente atribuyó el cambio de rumbo a malas condiciones meteorológicas, subrayó la necesidad de una investigación exhaustiva sobre el incidente. Como resultado, Azerbaijan Airlines suspendió todos los vuelos a la región rusa de Chechenia por tiempo indefinido.
El accidente trajo la atención internacional sobre los riesgos que enfrentan las aeronaves civiles en regiones con conflictos militares activos.
De las 67 personas a bordo, 29 supervivientes están recibiendo tratamiento hospitalario, incluidos dos niños. Según el líder checheno Ramzan Kadyrov, algunos de los supervivientes se encuentran en estado extremadamente grave.
Las autoridades kazajas crearon una comisión para investigar el caso en colaboración con Azerbaiyán. Sin embargo, ninguno de los dos países reconoció oficialmente la posibilidad de un ataque ruso.
Las conclusiones de la investigación podrían tener implicaciones significativas para la seguridad de la aviación civil, especialmente en áreas cercanas a conflictos militares.
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