
Estados Unidos respaldó a Bolsonaro y condenó al juez Moraes por abuso de poder
Washington denunció el avance autoritario del juez Alexandre de Moraes y respaldó al ex presidente brasileño.
Brasil atraviesa sus momentos más oscuros. La decisión del juez autoritario brasileño Alexandre de Moraes de imponer prisión domiciliaria al ex presidente Jair Bolsonaro desató una fuerte reacción en Washington. A través de su Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, el Departamento de Estado de los Estados Unidos calificó la medida como una “amenaza directa a la democracia” y denunció el silenciamiento sistemático de la oposición por parte del Supremo Tribunal Federal (STF).
“Dejen a Bolsonaro hablar”, fue el mensaje contundente publicado por la oficina estadounidense, que advirtió que estas acciones no sólo atentan contra la libertad de expresión, sino que representan una utilización de las instituciones judiciales con fines partidarios. Moraes, cuestionado a nivel internacional por sus abusos de poder, fue recientemente sancionado por Estados Unidos en el marco de la ley Magnitsky.

Persecución judicial con aval de Lula
Desde el retorno del dictador Luiz Inácio Lula da Silva al poder, se ha intensificado una campaña judicial y mediática contra Bolsonaro, destinada a neutralizar al principal referente de la derecha brasileña. Las restricciones impuestas por el STF —que incluyen la prohibición de expresarse en redes sociales o participar en actos públicos— violan garantías constitucionales básicas y han generado preocupación en organismos internacionales.
La reciente participación de Bolsonaro por videollamada en una manifestación pacífica fue utilizada como excusa para profundizar su aislamiento, confirmando que el objetivo del oficialismo no es la justicia, sino su proscripción política.

Trump salió al cruce del autoritarismo judicial
El respaldo de Estados Unidos no es aislado. Desde el entorno del ex presidente Donald Trump, quien mantiene un estrecho vínculo con el líder brasileño, se anticipan nuevas sanciones contra funcionarios judiciales brasileños involucrados en esta ofensiva antidemocrática. Trump ya había dispuesto el congelamiento de activos de Moraes en suelo estadounidense, una medida que provocó pánico en el entorno de Lula.
El mensaje es claro: no habrá impunidad para quienes atenten contra la libertad de expresión y los derechos fundamentales en América Latina.
El Congreso brasileño se planta contra los abusos
El senador Flávio Bolsonaro, hijo del ex mandatario, reclamó enérgicamente el inicio de un proceso de destitución contra Alexandre de Moraes. “No tiene condiciones de seguir en el cargo”, sentenció, y denunció el uso del Poder Judicial como herramienta de persecución política. Eduardo Bolsonaro, actual diputado federal, también denunció el “abuso de poder crudo” del STF, y exigió la inmediata restitución de los derechos políticos de su padre.

A pesar del cerco judicial, miles de brasileños salieron a las calles para exigir amnistía para los detenidos en las protestas de enero de 2023 y exigir el fin de la persecución. En esos actos, se leyeron mensajes de Bolsonaro reclamando unidad y resistencia frente al avance autoritario.
Una amenaza regional a la democracia
El caso Bolsonaro sienta un precedente peligroso para toda la región. La judicialización de la política, el uso del sistema penal como herramienta de censura y la criminalización de la oposición son prácticas que remiten a los peores momentos del autoritarismo latinoamericano. El respaldo del gobierno de Estados Unidos, bajo el liderazgo de Trump y sus aliados, es hoy uno de los principales frenos a esta deriva autocrática.

La presión internacional sobre Brasil seguirá aumentando mientras persistan las violaciones a los derechos fundamentales. Si el Poder Judicial brasileño pretende encarcelar a quien lidera las encuestas opositoras, no sólo destruirá su credibilidad, sino también la confianza global en sus instituciones.
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