Un estudio del DOGE expone los ridículos gastos del gobierno de Biden
Así como el CONICET en Argentina, el gobierno demócrata destinó fondos públicos a fines totalmente inservibles
Una investigación reciente realizada por el flamante Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Elon Musk y Vivek Ramaswamy, ha revelado detalles sobre el gasto público en la administración de Joe Biden, generando controversia debido a la asignación de grandes sumas de dinero a programas demenciales.
El informe destaca el impacto financiero de la inmigración ilegal y ciertos estudios financiados por el gobierno demócrata en áreas como el racismo, así como subvenciones internacionales percibidas como innecesarias.
Según el DOGE, el costo de la inmigración ilegal para los contribuyentes estadounidenses en 2023 fue de 150,7 mil millones de dólares. Esta cifra es comparable a los costos de la Primera Guerra Mundial, que, ajustados por inflación, fueron de 334 mil millones de dólares.
La investigación subraya cómo este gasto representa una carga significativa sobre el presupuesto nacional de Estados Unidos, provocando fuertes críticas por su impacto en la economía interna.
Otro punto destacado por la investigación son los gastos del Instituto Nacional de Salud en estudios relacionados con el racismo. En 2024, se destinaron 1,8 mil millones de dólares a investigaciones sobre este tema, que incluyen estudios como uno sobre la ''Sanación antirracista en la naturaleza'' por 125.000 dólares.
En la misma sintonía otro estudio sobre la relación entre racismo percibido y problemas de salud como el riesgo cardiovascular ha costado 151.000 dólares, y un análisis de los ''Efectos del racismo en el cerebro'' por 516.000 dólares provenientes de los impuestos pagados por los estadounidenses.
Estos montos son comparados con grandes proyectos históricos, como el Programa Espacial Apolo, de 257 mil millones de dólares y el Proyecto Manhattan, de 30 mil millones de dólares, lo que pone en perspectiva la magnitud de los fondos destinados a estas investigaciones inservibles.
El DOGE también señaló varias subvenciones internacionales que consideran cuestionables en el contexto de una crisis económica interna. Un ejemplo de esto es la salida de 45 millones de dólares que fueron destinados a un programa de becas de diversidad en Birmania, y 3 millones de dólares a iniciativas de ''acción climática centrada en niñas'' en Brasil.
Asimismo, se gastaron 288.563 dólares en la promoción de grupos diversos de observadores de aves. Estas asignaciones han sido criticadas por considerarse absolutamente innecesarias cuando hay desafíos económicos internos mucho más urgentes.
El DOGE, creado para operar fuera de las estructuras del gobierno federal, tiene como objetivo identificar áreas de mal uso de recursos públicos y proponer alternativas más eficientes.
En un artículo brindado a The Wall Street Journal, Musk y Ramaswamy explicaron que su función es la de actuar como ''voluntarios externos'', colaborando con el equipo de transición del presidente electo Donald Trump para crear un gobierno más ágil y eficiente.
Esta misión está inspirada en el modelo de desregulación implementado en Argentina por el presidente Javier Milei, quien a través del Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado liderado por Federico Sturzenegger, ha buscado eliminar la burocracia excesiva que frena el desarrollo económico.
Musk elogió públicamente a Milei, destacando su enfoque como un modelo a seguir para Estados Unidos y a nivel mundial.
Con Donald Trump preparado para asumir nuevamente la presidencia, el trabajo del DOGE se vuelve clave para reconfigurar el gasto público en Estados Unidos. Musk y Ramaswamy han afirmado que su principal prioridad será identificar y eliminar prácticas presupuestarias ineficientes, promoviendo un modelo de gobierno más austero y enfocado en los intereses de los ciudadanos.
El DOGE tiene un plazo limitado para cumplir su misión, con su disolución prevista para el 4 de julio de 2026, coincidiendo con el 250.º aniversario de Estados Unidos. Musk y Ramaswamy han dejado claro que este plazo es un incentivo para actuar de manera rápida y efectiva.
Según ambos responsables, el objetivo final es eliminar la necesidad de la existencia del DOGE, considerándolo como un ''regalo de cumpleaños'' para el pueblo estadounidense.
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