
Honduras: Libre se niega a contar los votos físicos y pone en riesgo la democracia
El partido de izquierda de Xiomara Castro y Rixi Moncada se niega a verificar los resultados de Smartmatic.
En una nueva muestra de autoritarismo disfrazado de discurso progresista, el Partido Libertad y Refundación (Libre) de Honduras emitió un comunicado insólito: se niegan a validar con actas físicas los votos emitidos electrónicamente a través del sistema Smartmatic, pese a los antecedentes de fallas, hackeos y denuncias que arrastra esta empresa en varios países del mundo.
Con la excusa de no “debatir con golpistas ni operadores de fraude”, la candidata oficialista de ultra izquierda, Rixi Moncada, dejó en claro que no permitirá ningún tipo de auditoría que implique comparar los resultados digitales con las actas físicas, una práctica común y lógica en cualquier democracia seria.
Libre prefiere el caos a la transparencia
Lejos de aportar certezas o abrir el juego a una verificación justa, Libre eligió la ruta del atropello institucional. El comunicado, respaldado por Xiomara Castro, es una amenaza abierta a las garantías mínimas del sistema electoral.

Se oponen al control humano sobre las máquinas de votación, como si los sistemas tecnológicos fueran infalibles y no estuvieran expuestos —como ha pasado— a manipulaciones, errores de software o ciberataques.
Smartmatic: cuestionada en el mundo, intocable para Libre
Smartmatic ha sido señalada por irregularidades en Filipinas, Venezuela y otros países. En algunos casos, la propia empresa admitió inconsistencias en los datos transmitidos. Pero en Honduras, el oficialismo actúa como si se tratara de un sistema sagrado e incuestionable.
Libre no solo defiende la opacidad, sino que además convoca a una movilización nacional indefinida desde el 1 de agosto, dejando en claro que su objetivo no es defender el voto, sino presionar a las instituciones para que todo siga igual: oscuro, manipulado y blindado al escrutinio ciudadano.
Salvador Nasralla, del lado equivocado otra vez
No sorprende que Salvador Nasralla, hoy en el Partido Liberal pero con un pasado servil a Libre, se sume en silencio a esta maniobra.

El ex primer designado presidencial, que alguna vez denunció fraudes, ahora se acomoda al poder y hace la vista gorda frente al riesgo de que se falseen los resultados. Su silencio lo convierte en cómplice.
Tito Asfura pide lo obvio: contar los votos bien
En este escenario, Tito Asfura es de los pocos dirigentes con sentido común, exigiendo lo que cualquier ciudadano debería reclamar: que el voto electrónico tenga su correlato físico, que haya control humano, que se respeten las actas, que se garantice la voluntad del pueblo.
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