
Israel lanzó un gigantesco ataque contra Hezbolá tras provocaciones desde el Líbano
Las fuerzas armadas israelíes lanzaron uno de los mayores ataques contra posiciones terroristas de Hezbolá en Beirut en respuesta a un ataque con misiles
El viernes por la mañana, dos cohetes fueron disparados desde Líbano hacia el norte de Israel, lo que provocó que el ejército israelí realizara una serie de ataques en el sur de Líbano y, más tarde, en la capital Beirut.
Este fue el primer ataque de este tipo desde la entrada en vigor del alto el fuego en noviembre de 2024, que puso fin a más de un año de enfrentamientos con el grupo terrorista Hezbolá.
Según el ejército israelí, uno de los cohetes fue interceptado por el sistema de defensa ''Cúpula de Hierro'', mientras que el otro cayó dentro del territorio libanés. Las sirenas de alerta sonaron en la ciudad israelí de Kiryat Shmona y en las comunidades cercanas de Tel Hai, Margaliot y Misgav Am.

Este ataque fue el segundo en una semana, después de que el 22 de marzo tres cohetes fueran disparados contra Metula, lo que marcó la primera violación del alto el fuego desde su implementación el 27 de noviembre.
Un alto funcionario de Hezbolá negó cualquier vínculo con el ataque, asegurando que el lanzamiento de los cohetes era parte de un intento "sospechoso" para dar pretextos a Israel para continuar su agresión contra Líbano.
Por su parte, el primer ministro libanés, Nawaf Salam, condenó los ataques y pidió que el ejército libanés identificara y detuviera a los responsables.

En respuesta al ataque, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) llevaron a cabo una serie de bombardeos en el sur de Líbano, y más tarde destruyeron un edificio en Beirut, que era utilizado por Hezbolá como almacén de drones.
Este edificio pertenecía a la Unidad 127 de Hezbolá, encargada de realizar ataques con drones cargados de explosivos contra Israel y de llevar a cabo misiones de inteligencia aérea.
El ejército israelí también advirtió a los residentes de la zona antes de lanzar los ataques, una medida que no se había visto desde la última vez que Israel atacó sitios de Hezbolá en Beirut en noviembre de 2024, horas antes de que entrara en vigor el alto el fuego.
El ejército israelí señaló que Hezbolá coloca su infraestructura terrorista en áreas densamente pobladas, lo que pone en riesgo a los civiles y los convierte en "escudos humanos".

El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, advirtió que "el destino de Kiryat Shmona es el mismo que el de Beirut", haciendo una clara amenaza hacia la capital libanesa.
Además, responsabilizó al gobierno libanés de cualquier ataque desde Líbano hacia la región del Galilea, en el norte de Israel, y afirmó que Israel tomaría medidas enérgicas para garantizar la seguridad de sus ciudadanos en esa área.
Según informes de Hezbollah y medios libaneses, las zonas atacadas en el sur de Líbano incluyeron los alrededores de Qaaqaait al-Jisr y la ciudad de Khiam, en la región de Nabatieh.
Desde la conclusión de la guerra en 2024, Israel ha continuado atacando a operativos de Hezbolá y a miembros de otros grupos terroristas en Líbano, señalando que estos violan el acuerdo de alto el fuego.

De acuerdo con el acuerdo, Hezbolá debía retirar sus fuerzas al norte del río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera israelí, y desmantelar su infraestructura militar en el sur de Líbano.
El ejército libanés debía tomar el control de esa área, mientras que Israel debía retirar sus tropas del sur del país, aunque mantenía el derecho a responder a amenazas inmediatas.
Aunque inicialmente se pospuso la retirada israelí de Líbano, con la aprobación de Estados Unidos y Líbano, Israel completó su retiro en febrero de 2025, dejando solo cinco puestos estratégicos a lo largo de la frontera.
A pesar de esto, las tensiones persisten, y los ataques como los ocurridos este viernes siguen marcando la inestabilidad en la región.

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