
Moraes aumenta su persecución judicial contra Jair Bolsonaro
El juez de la suprema corte de justicia de Brasil apoyó las denuncias contra tres legisladores del partido del expresidente
En Brasil, la figura del juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, ha estado bajo una creciente controversia debido a sus decisiones autoritarias, que incluyen censura, persecución política y la violación de derechos fundamentales.
Moraes ha intensificado su ofensiva contra figuras de la oposición, especialmente contra aliados del expresidente Jair Bolsonaro, mientras mantiene relativamente intocable el entorno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Un claro ejemplo de esto fue la reciente decisión de Moraes, quien respaldó los cargos de corrupción y organización criminal contra tres legisladores del partido de Bolsonaro, que enfrentan acusaciones sobre el uso de enmiendas parlamentarias para beneficiar a ciertos sectores.

Sin embargo, las controversias de Moraes no se limitan solo a las fronteras de Brasil. En su afán por controlar la narrativa, el magistrado ha dirigido sus ataques hacia el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, utilizando el conflicto de Ucrania como excusa.
Tras las declaraciones de Trump sobre la necesidad de una negociación de paz en Ucrania, Moraes aprovechó la oportunidad para criticarlo, sugiriendo que la postura de Trump demostraba la necesidad de proteger la soberanía de Brasil frente a los intereses estadounidenses.
Además, implicó a Trump en un discurso sobre fascismo y nazismo, comparando su propio enfoque autoritario en Brasil con la lucha global contra el nazismo. Las declaraciones de Moraes no fueron bien recibidas en ningún lugar a nivel mundial.

En otra de sus medidas, Moraes se mostró dispuesto a encarcelar a Filipe Martins, un alto asesor de Bolsonaro, basándose en acusaciones falsas de que Martins había huido del país.
A pesar de las pruebas geográficas que demostraban que Martins nunca dejó Brasil, el juez ordenó su detención preventiva durante seis meses, en un aparente intento de presionarlo para que testificara en su contra.
Esta situación suscitó fuertes críticas sobre la legalidad de la detención y sobre las prácticas coercitivas utilizadas por el sistema judicial brasileño.

El caso de Flávia Magalhães, una ciudadana estadounidense nacida en Brasil, también ejemplifica la actitud autoritaria de Moraes. En 2023, Magalhães fue arrestada por publicar en las redes sociales desde los Estados Unidos.
Su pasaporte fue restringido, y, más tarde, Moraes emitió una orden de arresto preventivo, acusándola de usar un "pasaporte falso", a pesar de que no existían pruebas que lo confirmaran. Este caso ha generado una ola de protestas en Estados Unidos, con congresistas solicitando la prohibición de Moraes para ingresar al país.
Además, recientes filtraciones han revelado que el equipo de Moraes estuvo involucrado en un intento de manipulación de pruebas.
Un correo electrónico de un asistente de Moraes indicaba que se estaban modificando videos e imágenes antes de ser presentados como pruebas en juicio, lo que ha generado graves acusaciones de manipulación de evidencias.

La influencia de Moraes también se extiende a otros países. Por ejemplo, en su intento de hacer arrestar al periodista brasileño Oswaldo Eustáquio, que se encontraba en España, las autoridades españolas rechazaron la solicitud de extradición, al considerar que el caso era un acto de persecución política.
Asimismo, países como Paraguay y organismos internacionales como Interpol se han mostrado renuentes a colaborar con las acciones del juez.
La presión internacional sobre Moraes ha ido en aumento, especialmente desde que el Congreso de los Estados Unidos comenzó a investigar el impacto de las decisiones de censura de Brasil sobre las plataformas tecnológicas.

Recientemente, la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha emitido citaciones a los CEO de empresas tecnológicas para que testifiquen sobre cómo los gobiernos extranjeros, incluidos los de Brasil, están presionando para censurar a los usuarios de internet.
En respuesta a esta creciente presión, los aliados de Moraes en el STF han defendido sus acciones, alegando que ningún juez en Brasil actúa de manera autónoma y que las decisiones del tribunal deben ser vistas como parte de un proceso judicial colectivo.
Sin embargo, la creciente incomodidad con las prácticas autoritarias del STF, especialmente con las decisiones de Moraes, está siendo cada vez más evidente tanto en Brasil como a nivel internacional.
La posibilidad de que el gobierno de Estados Unidos actúe para revocar la visa de Moraes y de otros jueces del STF es un reflejo de cómo el mundo exterior está comenzando a cuestionar las acciones del poder judicial brasileño, especialmente en lo que respecta a la censura y el control de la información.

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