
Rusia e Irán firmaron un acuerdo de cooperación en medio de tensiones con Occidente
Los gobiernos de Vladimir Putin y Pezeshkian firmaron un acuerdo de asociación estratégica integral, lo cual refuerza los lazos entre ambas naciones.
El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó el 21 de abril una ley que ratifica un acuerdo de asociación estratégica integral con Irán, consolidando aún más los lazos entre ambos países en medio de crecientes tensiones con Occidente.
La firma de esta ley concluye el proceso legislativo ruso, que incluyó la aprobación del tratado por la Duma Estatal el 8 de abril y su posterior respaldo por el Consejo de la Federación el 16 de abril.
El tratado, concebido para una duración de 20 años, fue firmado inicialmente el 17 de enero durante una cumbre entre Putin y el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, en Rusia. Ambos líderes destacaron su intención de estrechar la cooperación en áreas clave como comercio, defensa, energía e infraestructura regional.

El Kremlin ha señalado que el acuerdo busca fortalecer las relaciones bilaterales en sectores estratégicos como la inversión, el transporte, la logística y la colaboración humanitaria. Además, aborda cuestiones geopolíticas regionales y globales que afectan a ambas naciones.
Uno de los elementos más relevantes del tratado es la cláusula en la que Rusia e Irán se comprometen a no brindar asistencia a terceros países involucrados en conflictos militares contra el otro.
Esta disposición subraya un alineamiento más estrecho entre Moscú y Teherán frente a amenazas externas percibidas, especialmente en el contexto de presiones políticas y económicas por parte de Estados Unidos y sus aliados.

Las relaciones entre Rusia e Irán han experimentado un acercamiento notable desde el escalamiento de la guerra entre Rusia y Ucrania en febrero de 2022. Irán ha sido un proveedor clave de equipamiento militar para Moscú, suministrando miles de drones Shahed que han sido utilizados en ataques contra infraestructuras ucranianas.
Además, ha enviado misiles balísticos de corto alcance, mientras que Rusia ha comenzado a producir sus propias versiones de los drones iraníes, conocidos localmente como Geran-2, con asistencia técnica iraní.
El fortalecimiento del eje Moscú-Teherán forma parte de una estrategia rusa más amplia para diversificar sus alianzas geopolíticas frente al aislamiento internacional impulsado por sanciones occidentales.

En este contexto, la ratificación del acuerdo con Irán se suma a otro paso importante dado por Putin en junio de 2024, cuando firmó un tratado de cooperación militar con Corea del Norte.
Aquel pacto incluía cláusulas de apoyo mutuo en caso de conflicto y ha derivado en el envío, según reportes, de hasta 12.000 soldados norcoreanos a la región rusa de Kursk para ayudar en la defensa contra incursiones ucranianas transfronterizas.
Desde la perspectiva de los funcionarios rusos e iraníes, estos pactos representan una respuesta estratégica a lo que consideran una amenaza creciente del bloque occidental.
La cooperación entre Moscú y Teherán no solo se limita a la esfera militar, sino que también abarca ambiciosos proyectos conjuntos en infraestructura regional, energía y transporte que buscan consolidar su influencia en Asia Central y Medio Oriente.

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