Sube el dólar y caen las acciones en Brasil ante rumores de un 'impuesto a la riqueza'
El dictador Lula da Silva está dipuesto a todo con tal de no reducir los exagerados gastos del Estado.
El mercado financiero brasileño experimentó una jornada de alta volatilidad este miércoles, con un aumento en el valor del dólar frente al real y una caída significativa en las acciones, en medio de crecientes rumores sobre un paquete fiscal que será anunciado por el ministro de Economía, Fernando Haddad.
Los inversionistas reaccionaron con incertidumbre ante la posibilidad de que se implemente un gravísimo impuesto dirigido a las grandes fortunas, similar al impulsado por el expresidente kirchnerista Alberto Fernández en Argentina.
Durante una conferencia de prensa en Brasilia, el ministro de Trabajo, Luiz Marinho, adelantó que el paquete fiscal será "completamente diferente" a lo que se había especulado, y confirmó que incluirá medidas para gravar a los llamados "superricos".
Marinho aseguró que el paquete será "completo", descartando los rumores sobre posibles recortes drásticos en el gasto público. "(Estará) todo. Supersalarios, impuestos para los superricos, va a estar todo. Un paquete completo", afirmó.
Las declaraciones de Marinho, aunque sin detalles específicos, intensificaron la incertidumbre en los mercados. El dólar subió un 1,9% y cerró en 5,92 reales, mientras que el índice Bovespa cayó un 1,5%.
La preocupación de los inversores radica en el impacto negativo que un nuevo impuesto a las grandes riquezas podría tener sobre la inversión y el crecimiento económico del país.
Marinho también enfatizó que el paquete no implicará un "recorte puro y duro" de gastos y garantizó que no se modificarán las reglas actuales del seguro de desempleo, buscando calmar a los sectores laborales.
El anuncio oficial del paquete fiscal, previsto para la noche de este miércoles, es esperado con gran atención, ya que podría definir el rumbo económico del país en los próximos meses.
La implementación de un impuesto a la riqueza provocaría que las personas con grandes fortunas escapen con su dinero a otros países con una carga fiscal más baja, lo que no solo desincentivaría la inversión local, sino también se recaudaría menos.
Como consecuencia, con menos capitales que inviertan en el país, se afectaría el crecimiento económico y la creación de empleo. La incertidumbre generada por el impuesto generaría una alta volatilidad en los mercados, como caídas en la bolsa o depreciación de la moneda, justamente lo que está comenzando a ocurrir.
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