
Terroristas islámicos asesinaron a más de 200 agricultores cristianos en Nigeria
Los terroristas fuertemente armados mataron a hombres, mujeres, ancianos y niños.
Más de 200 civiles cristianos, entre ellos niños y personas mayores, fueron asesinados en una serie de ataques coordinados perpetrados por terroristas islámicos en la región del Cinturón Medio de Nigeria, en fechas cercanas al feriado del Día de la Democracia.
Las agresiones se desarrollaron entre la tarde del 11 de junio y la madrugada del 13 del mismo mes, y tuvieron como blanco comunidades agrícolas cristianas ubicadas en los estados de Plateau y Benue.
Durante la noche del martes 11, a pocas horas del inicio del feriado nacional, un grupo de terroristas fulani, islámicos, emboscó a varios campesinos cristianos en el territorio tradicional de Rigwe, en el condado de Bassa, estado de Plateau.

Según reportes locales, cuatro personas —incluido un bebé de nueve meses— fueron asesinadas cerca del poblado de Nkiedonwro mientras regresaban de sus campos con vegetales recién recolectados.
Las víctimas, identificadas como Musa Chega (40), Gali (43), Uhwie Emmanuel (25) y su hija pequeña Mary Emmanuel, fueron atacadas con machetes. Otros dos aldeanos sufrieron heridas de gravedad. Se supo que el grupo se dirigía al mercado de verduras en la ciudad de Jos cuando fue interceptado.
Dos días después, en la madrugada del jueves 13, otro violento ataque tuvo lugar en Yelwata, una comunidad agrícola cristiana ubicada en el condado de Guma, estado de Benue, cerca de la frontera con Nasarawa. El asalto, ejecutado por hombres fuertemente armados, se prolongó entre las 23:00 y la 1:00. Según miembros de la comunidad, el número de asesinados podría superar los 200.

Entre las víctimas había personas desplazadas que anteriormente habían huido de ataques en los estados de Nasarawa y Benue, y que se encontraban refugiadas en puestos y locales cerrados del mercado de Yelwata. Testigos aseguraron que los agresores tiraron gasolina sobre las estructuras y las prendieron fuego, provocando la muerte de familias enteras que se encontraban dentro.
La creciente sensación de impunidad genera alarma entre organizaciones civiles y líderes regionales, que acusan a las fuerzas de seguridad de actuar con lentitud o indiferencia.
Las víctimas más recientes eran en su mayoría campesinos cristianos que, tras ser desplazados de sus hogares ancestrales, fueron nuevamente atacados mientras se refugiaban en instalaciones precarias. Los ataques se produjeron durante la conmemoración nacional del Día de la Democracia, una jornada festiva que celebra el retorno del país al régimen democrático.
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