Tom Homan planea enviar más agentes armados a las fronteras

En una entrevista brindada el viernes en el programa "Hannity" de Fox News,  Tom Homan, el próximo "zar de la frontera" designado por el presidente electo Trump, delineó su estrategia para reforzar las operaciones de inmigración en Estados Unidos.

Homan expresó su intención de subcontratar tareas administrativas que no requieren la participación de agentes armados, permitiendo así destinar más recursos a las labores de aplicación de la ley, como las operaciones de deportación.

Según Homan, las tareas administrativas actuales, como el transporte de detenidos en autobuses o aviones, el procesamiento de documentos y otras funciones similares, están siendo realizadas por agentes con entrenamiento en aplicación de la ley.

Al delegar estas actividades a contratistas, Homan planea liberar a estos oficiales para que puedan enfocarse en arrestos y deportaciones en el camp, ya que ciudades limitantes con la frontera como El Paso en Texas, Yuma en Arizona o Blaine en el estado de Washington se han visto desbordadas. 

En particular, Homan destacó que esta reestructuración permitirá concentrar recursos adicionales en las llamadas "ciudades santuario", jurisdicciones que limitan su cooperación con las autoridades federales de inmigración.

Argumentó que si estas ciudades y estados continúan oponiéndose a las detenciones en cárceles locales, será necesario desplegar equipos en las calles para localizar a los individuos con órdenes de deportación, lo cual requiere mayores medidas de seguridad y recursos humanos.

Homan subrayó que, al optimizar el uso de personal y recursos, el objetivo es aumentar significativamente la presencia de agentes en estas áreas, reforzando la capacidad operativa para llevar a cabo arrestos y cumplir con las leyes de inmigración.

También criticó a las ciudades santuario por obstaculizar las operaciones, argumentando que esta resistencia obliga a utilizar más recursos y expone a los agentes a mayores riesgos en el campo.

La estrategia de Homan busca maximizar la eficacia de las operaciones de deportación mediante la reestructuración del uso de personal, con un enfoque especial en las ciudades santuario.

Anteriormente conocidas como ciudades con gran capacidad de desarrollo, las ciudades santuario se han vuelto grandes focos de delincuencia y crimen organizado, como se ha visto reflejado en el caso de grandes urbes como la Ciudad de Nueva York, Chicago o Los Angeles.