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Haití

Claude Joseph, acusado de autor intelectual del magnicidio del presidente de Haiti, renunció a su cargo

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El presidente interino que asumió tras el asesinato de Jovenel Moïse finalmente renunció a su cargo y le dejó la presidencia a Ariel Henry, quien Moïse quería como sucesor.

El ex primer ministro y presidente interino Claude Joseph, ampliamente acusado por la oposición de haber sido quien envió a matar a Jovenel Moïse, mandatario asesinado por sicarios colombianos el pasado 7 de julio, finalmente dimitió al cargo este martes y le dio lugar a Ariel Henry, quien Moïse había designado como primer ministro días antes de su muerte.

Henry, neurocirujano y político de trayectoria miembro del socialdemócrata Inite, había sido nombrado primer ministro dos días antes de la muerte de Moïse, quien estaba buscando reemplazar a Joseph en una fuerte disputa de poder, pero no llegó a ser investido en el cargo.

Moïse representaba a la centroderecha haitiana pero no quería ser sucedido en el cargo por Joseph, por lo que había buscado un gobierno de unidad con Henry. De hecho, se dice que Moïse le había prohibido a Joseph ser candidato a presidente por su partido, Tèt Kale, en las eleciones de fin de año.

El lunes Joseph anunció que se había reunido con Henry para resolver lo que llamó una "disputa por el liderazgo" y que había acordado dimitir al cargo "por el bien de la nación".

"Todos los que me conocen saben que no estoy interesado en esta batalla ni en ningún tipo de acaparamiento de poder", le dijo Joseph al diario estadounidense The Washington Post. "El presidente era un amigo. Sólo estoy interesado en que se le haga justicia", aseguró.

Joseph quedará como funcionario en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en el cargo de Canciller, el tercer cargo más importante del gobierno haitiano después del presidente y primer ministro.

Joseph junto al cuadro presidencial de Moïse

Ariel Henry: nuevo presidente interino y primer ministro de Haiti

Ariel Henry, de 71 años, es el neurocirujano más reconocido del país. Estudió en Francia y en Boston, Estados Unidos. Trabajó en Francia durante 19 años y al regresar a Haití se desempeñó como jefe de neurocirugía en uno de los hospitales más importantes del país.

Entró por primera vez en la escena política a principios de la década de 2000 como una figura destacada del movimiento opositor Convergencia Democrática, que luchaba para expulsar del poder al entonces presidente Jean-Bertrand Aristide.

Cuando René Préval llegó al poder en 2006, Henry se unió a su partido Inite, de centroizquierda, e ingresó a su gabinete como Ministro de Salud. Fue él quien estuvo encargado de la respuesta de salud pública tras el catastrófico terremoto que sacudió al país en 2010.

Más tarde también dirigió la respuesta a la letal epidemia de cólera que sufrió Haití en 2012, después de que fuerzas de paz nepalesas de la ONU contaminaran los afluentes de los ríos en el valle de Artibonite.

Desde 2016 Ariel Henry se ha acercado al gobierno de derecha del Tèt Kale, siendo Ministro de Asuntos Sociales y del Trabajo, y posteriormente ministro del Interior y de Comunidades Territoriales.

El año pasado, por la pandemia de Covid-19, Moïse nombró a Henry asesor del grupo científico del gobierno para responder a la crisis sanitaria y se convirtió en la principal autoridad sanitaria del país.

Henry es hijo del pastor Elie S. Henry, líder espiritual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y hermano del pastor Élie Henry, presidente de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Interamérica.

En un breve discurso a la nación publicado en internet el domingo, Henry pidió unidad política y dijo que pronto anunciaría un gobierno de consenso que dirigirá al país hasta que se puedan celebrar elecciones para seleccionar un nuevo presidente.

"Tengo el honor de dirigirme a ustedes en calidad de primer ministro, para hacer un llamamiento solemne a la unidad nacional, a la unión de nuestras fuerzas y a la cooperación de todos para detener esta carrera hacia el abismo, subir la pendiente y proteger a nuestro país de los muchos peligros que lo amenazan", declaró.

Ariel Henry

Haití

Tres misioneros cristianos fueron brutalmente asesinados por su religión en Haití en manos de pandilleros caníbales

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Los misioneros cristianos fueron asesinados en Puerto Príncipe el jueves 23 de mayo luego de haber sido secuestrados por una banda criminal.

El pasado jueves 23 de mayo en horas de la noche, tres misioneros cristianos, incluyendo una joven pareja, fueron interceptados y brutalmente asesinados por un grupo pandillero en Puerto Príncipe.

Las víctimas del atroz episodio fueron de Davy y Natalie Lloyd, de 23 y 21 años; una pareja de misioneros cristianos estadounidenses. Junto a ellos se encontraba Jude Montis de 45 años, el encargado local de la obra misionera, quien también fue asesinado.

Los creyentes fueron emboscados a la salida de una reunión en su ministerio de niños por tres camiones llenos de pandilleros, los golpearon, ataron y arrastraron hasta la casa del matrimonio, momento en el que aprovecharon para robar los vehículos de la organización y llevarse todo cuanto quisieron.

Durante el transcurso de esta pesadilla, arribaron al lugar un grupo perteneciente a otra organización pandillera, motivo por el cual empezó una trifulca armada entre ambos grupos criminales. Algunas versiones dicen que la segunda pandilla no habría llegado para enfrentarse, sino que habrían colaborado en el hecho.

Los tres misioneros se atrincheraron en la casa y los pandilleros tirotearon la vivienda hasta que lograron derribar las puertas, para terminar de rematar a las victimas y prender fuego todo.

Las victimas trabajaban activamente en la organización misionera Missions in Haiti INC, fundado en el año 2000 por los padres de Davy Lloyd. Los miembros de dicho ministerio, no solo fundaron una Iglesia en el lugar, sino que llevan adelante un orfanato para niños pequeños, una casa de pequeños varones, una escuela, y un taller de panadería para jóvenes. Todo fundamentado en valores cristianos, y con el fin de sacar a los jóvenes y niños de la oscuridad y la criminalidad.

Natalie Lloyd (Baker) era hija de Ben Baker, representante republicano en la Cámara de Representantes de Missouri. Él viene trabajando hace años en Neosho, su ciudad en el condado de Newton. También es un ministro cristiano y empresario del rubro de la construcción, el cual se mostro profundamente dolido en sus redes sociales, pidiendo oración por su familia y por la obra.

Haiti no es el único país de Latinoamérica en el cual los creyentes son perseguidos y masacrados por su Fe, ya sea por pandilleros, terroristas de izquierda, gobiernos totalitarios o redes de narcotráfico. En los últimos años, los grupos cristianos que trabajan en Haiti, han sido objeto de sistemáticos ataques por parte de los salvajes pandilleros.

A esta realidad, se le suma la crisis humanitaria que enfrenta el país, y el terreno que han ganado los grupos pandilleros, los cuales tienen de rehén a todo el país. Las pandillas de Haiti han sido vinculadas con las prácticas más macabras que alguien se pueda imaginar, desde decapitaciones y hogueras, hasta desollamientos y fusilamientos, implantando el terror y amenazando constantemente con derrocar a un gobierno absolutamente sobrepasado e impotente.

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Haití

Haití es tomada por terroristas: Renunció el Presidente y el país queda en manos de un líder narco

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Llegó el fin de Haití como lo conocemos, mientras narcoterroristas toman el poder en Puerto Príncipe, la capital del país. Miles de inocentes huyen mientras las bandas armadas siembran el terror.

La situación actual de Haití es crítica. Mientras el mundo ve cada vez más golpes de Estado y gobiernos dictatoriales, el caso del país caribeño es exactamente el opuesto: un Estado fallido, en el que se ha perdido el imperio de la ley y rige la anarquía del narcoterrorismo.

El crimen organizado en pandillas y bandas narco buscan hace años hacerse con el poder empleando la fuerza bruta, lo cual junto a las crisis económicas, sociales y sanitarias que nunca fueron solucionadas llevaron a que sea el país más pobre del mundo.

Dieron un primer paso el pasado 7 de julio del año 2021, cuando un grupo de sicarios entró al Palacio Nacional y asesinó al entonces presidente Jovenel Moïse. Tomó el control del país el primer ministro Ariel Henry, que representaba otra línea interna dentro del oficialismo.

Muchos creían que Henry había negociado con los narcos el asesinato de Moïse para acceder al poder, y que por eso podría frenar la violencia pandillera, pero ocurrió lo contrario. El Estado haitiano terminó de colapsar en estos últimos dos años y medio, hasta que finalmente el propio Henry dimitió y se exilió del país.

Ayuda internacional

La salida de Henry y el miedo que tienen otros políticos de tomar el liderazgo del país llevó a que Estados Unidos, Francia y países vecinos del Caribe formen un consejo de transición para gobernar el país de alguna manera hasta que se resuelva la crisis institucional que atraviesa Haití.

Las principales bandas criminales han decidido formar un frente en común, liderado por "Barbecue", un sanguinario líder narco, para tomar control de Puerto Príncipe, la capital del país, y para convertirse en una fuerza política legítima y poder sentarse a negociar directamente con este consejo internacional.

La ayuda internacional primero vino de la mano de Kenya que encabeza un despliegue de 1.000 soldados kenianos con el fin de alcanzar la paz. Luego la ayuda de la ONU llegó varios meses más tarde con una fuerza multinacional para apoyo a la policía local, también llevaron a cabo una investigación que demostró el financiamiento de algunos expresidentes haitianos, a las bandas terroristas. Uno de los principales acusados fue Michel Martelly, quien presidió el país entre los años 2011 y 2016.

Este mes, las bandas centraron sus ataques en penitenciarias liberando unos 3.600 reclusos, que luego se dirigieron al palacio presidencial para derrocar del poder a Henry. El ahora expresidente intentó establecer un toque de queda y sacar a las fuerzas a las calles, pero ya era muy tarde, y finalmente dimitió.

Haití se convirtió en un perfecto ejemplo de Estado fallido. La falta de una política dura en contra de la delincuencia y una economía socialista que nunca se pudo recuperar del terremoto del año 2010 fueron la receta perfecta para el colapso de la sociedad.

La situación actual del país es insostenible, hay un total de 362 mil ciudadanos desplazados por la violencia que se vive en ese territorio. Esta cifra no parece asombrar a nadie, pero teniendo en cuenta que poseen una población total es de alrededor de 500.000, estamos hablando de que más del 70% de la población está huyendo del conflicto.


Por Martin Celotto, para La Derecha Diario.

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El Salvador

Haití colapsa: Un líder narco toma control del país y Bukele se ofrece a "arreglar" el problema si la ONU habilita a El Salvador

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El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ofrece a combatir al narco en Haití, y asegura que está en condiciones de contener la violencia en Haití: “Podemos arreglarlo”.

Tras el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, el 7 de julio del 2021, el país ha colapsado ante bandas narcos y pandillas criminales que han diezmado el Estado de Derecho, y dejado al presidente interino, Ariel Henry, prácticamente sin poder.

La situación se volvió crítica cuando, el fin de semana pasado, unos 4.500 presos lograron escaparse de la principal cárcel de Puerto Príncipe y se levantaron en armas contra el Gobierno, que dificultosamente había logrado encarcelarlos uno por uno en los últimos tres años.

El presidente Henry está desaparecido. No se tiene conocimiento si está en el país o se ha exiliado. Viajó el martes pasado a Puerto Rico, y se cree que nunca más regresó al país, dejando todo en manos de su ministro del Interior.

Mientras tanto, Jimmy Chérizier, alias ‘Barbecue‘, el líder criminal más importante del país, ha tomado control operativo de Haití, incluso asediando el Palacio Nacional, que se encuentra sitiado en estos momentos.

"Si Ariel Henry no dimite, si la comunidad internacional sigue apoyando a Ariel Henry, nos llevará directamente a una guerra civil que acabará en genocidio", afirmó Barbecue, quien lidera la poderosa Pandilla G9.

Barbecue ha logrado unificar a pandillas rivales con el objetivo de deponer al actual gobierno, e instalar un narcoestado como ocurrió en Colombia en la década de los años 80s.

Jimmy Chérizier, líder de la alianza de pandillas "G9″, acompañado por miembros de pandillas después de una conferencia de prensa Puerto Príncipe, Haití, el 5 de marzo de 2024.

Bukele se ofrece a intervenir

En un anuncio sin precedentes, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha asegurado que podría arreglar el aumento de violencia que se está viviendo en Haití si la ONU le permitiera intervenir en el país con sus Fuerzas Armadas.

"Podemos arreglarlo", ha escrito el mandatario en su cuenta de la red social X, respondiendo a una publicación que muestra la dura situación de Haití. "Pero necesitaremos una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, el consentimiento del país anfitrión y todos los gastos de la misión que cubrir", explicó.

Bukele asumió en El Salvador en una situación similar a la que transcurre hoy la República de Haití. Cuando tomó control del país centroamericano, los maras controlaban varias de las principales ciudades salvadoreñas.

Pero poco a poco, con el Plan de Control Territorial, Bukele empleó tanto a las Fuerzas de Seguridad como a las Fuerzas Armadas para ir recuperando terreno, y en tan solo dos años, reinstituyó el Estado de Derecho a lo largo y ancho del país.

La propuesta de Bukele es polémica porque implicaría que se permita el ingreso de una fuerza extranjera a Haití, pero el país que ha sido azotado por catástrofes naturales, y también por el socialismo, el narco y el crímen organizado, necesita desesperadamente de una fuerza con valentía para reestablecer el orden.

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