Irán
Ciudadanos iraníes piden por el fin de la teocracia y el regreso de la monarquía del Shah
Masivas protestas a principio de año frenadas por el coronavirus, sumadas a la eliminación de Soleimani y la presión de Trump, han puesto al régimen teocrático iraní al borde del colapso. Mientras tanto, el legítimo heredero de la monarquía persa prepara su retorno.
El régimen teocrático iraní empieza a mostrar sus más grandes grietas desde que llegó al poder con el golpe de estado que dio el Ayatolá en 1979 a la dinastía persa que gobernó al país por 2.500 años ininterrumpidos.
Ya durante las protestas de finales del año pasado y inicios de este, miles de personas salieron a la calle para expresarse en contra de las medidas socialistas y bélicas del gobierno. Hordas de ciudadanos descontentos salieron a protestar en las principales calles del país, expresándose en contra del rumbo de décadas de opresión de la teocracia islámica que implementa la ultra-conservadora Ley Sharia.
El sistema de “República Islámica” que ha querido instaurar el Gran Ayatolá implica la opresiva participación de la religión en todo el ámbito privado y público, además de dictar una fuerte presencia militar a través de grupos fundamentalistas.
Desde entonces han ocurrido una serie de eventos que pusieron en jaque a la dictadura. La eliminación de Qassem Soleimani, el principal general del régimen, a manos de EE.UU., debilitó fuertemente la imagen de la teocracia frente a la población. Luego, en respuesta al ataque estadounidense, el Ejército iraní envió una lluvia de misiles a una base muy importante norteamericana en Irak pero lo único que logró fue derribar un avión propio que estaba volando hacia Ucrania, matando 176 ciudadanos iraníes.
Ahora, el desastroso manejo del coronavirus, no solo negándose a hacer ningún tipo de cuarentena, si no que fomentando los encuentros religiosos, incluido pasar la lengua por santuarios islámicos, suman a la desconfianza del iraní promedio.
Según Business Insider, se está gestando un importante movimiento revolucionario en Irán, pero esta vez en contra del régimen teocrático del Ayatolá en favor de volver a las raíces persas de la monarquía del Shah. Los manifestantes de noviembre pasado, de los cuales más de 1.500 fueron brutalmente asesinados por la policía iraní, reivindicaban un estado laico, frenar la enorme corrupción gubernamental, respetar las decisiones democráticas y poner punto final al islamismo.
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Si no es Irán que sea Persia
Los manifestantes del video proclaman la vuelta del Shah a Irán. “Shah” es la forma en la que la población persa llamaba a su rey. El primer Shah del imperio Persa fue Ciro II, conocido como “Ciro el Grande”, líder político y militar que logró una gran extensión territorial para el Imperio Aqueménida y restableció la grandeza de aquella nación.
Ciro II, el primer Shah.
2.500 años se mantuvo vigente la dinastía persa de los Shah, sobreviviendo todas las guerras que conocemos de los libros de historia antigua, las pestes más graves del mundo, y las dos guerras mundial.
Pero lo que no pudo fue sobrevivir fue al comunismo en plena Guerra Fría. El último Shah, Mohamed Reza Pahlavi, había demostrado ser un gran aliado de los Estados Unidos, en una región muy inestable después de la 2da Guerra Mundial y la descolonización de Medio Oriente.
Un descontento popular en frebrero de 1979, influenciado por los clérigos religiosos chiíes que trabajaban para la Unión Soviética, provocó una enorme revolución en el país, y con el objetivo de evitar brutales represiones al pueblo o una interminable guerra civil, Reza Pahlavi, entregó el poder y dio inició al gobierno de la Revolución Islámica, sustituyendo a la monarquía secular por una república teocrática. El Shah, junto a su familia, fueron obligados a partir al exilio.
Mohamed Reza Pahlavi junto a su familia.
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Mohamed Reza Pahlavi había llegado al poder en septiembre de 1941, en plena 2da Guerra Mundial y tras la abdicación de su padre, Ali Reza Pahlavi, que fue obligado a renunciar por las presiones del Reino Unido en la zona, como consecuencia de la simpatía de Ali por la causa nazi.
En los 38 años de reinado del último Shah, Irán cambio radicalmente. Pasó de un país que vivía en condiciones similares a las de la edad media a un país moderno, occidental y con una economía exitosa, capitalista, ícono del desarrollo en Oriente y uno de los principales contrapesos al comunismo y al fundamentalismo islámico en la región.
Reza Pahlavi y su familia se tuvieron que exiliar y viajaron por varios países, entre ellos Las Bahamas, Marruecos, Panamá, Ecuador, México, Estados Unidos y finalmente, Egipto, dónde fueron recibidos por el presidente Anwar el-Sadat y permanecen hasta el día de hoy, aunque con varias visitas recurrentes a Estados Unidos.
El Shah Reza Pahlavi, junto al ex-presidente estadounidense Richard Nixon.
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Mohamed Reza Pahlavi finalmente moriría de cáncer tan solo un año después de la Revolución, en junio de 1980, y se supo que en los últimos años de su vida la enfermedad le había impedido manejar las internas políticas de su país. El funeral de Reza Pahlavi se efectuó en Egipto, dónde contó con la participación del presidente el-Sadat y de toda la familia imperial persa.
El rey heredero, legítimo gobernante de Irán
Tras la muerte del último Shah, su hijo, Reza Ciro Pahlavi II, fue nombrado como el príncipe heredero del trono iraní, al ser el próximo en la línea de sucesión. Ciro jamás pudo asumir el cargo ya que su país estaba en manos del Gran Ayatolá islámico, que a su vez estaba implementando un fuerte plan de des-persianización de la cultura iraní, eliminando símbolos, prohibiendo costumbres y religiones ajenas al Islam.
Ciro Pahlavi, nació el 31 de Octubre de 1960 en Teherán, desde muy chico había mostrado una gran afición a la aviación, haciendo cursos de vuelo con la fuerza aérea de EE.UU. tiempo antes de la Revolución Islámica. Por su afinidad con Occidente, se radicó en Estados Unidos, donde con el tiempo se convirtió en ciudadano estadounidense y donde extendió sus estudios en la Universidad de California y siguió entrenando en aviación en Texas.
El Shah heredero, Reza Ciro Pahlavi.
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En 2013, Ciro Pahlavi junto a otras personas afínes al nacionalismo persa, fundaron el movimiento “Consejo Nacional de Irán”, con el único objetivo de recordarle al mundo entero que el legítimo gobernante del país asiático es él. Ha contando entre sus filas a importantes opositores del actual régimen iraní.
Este movimiento ha organizado varias manifestaciones en contra del régimen islámico alrededor del mundo. Por ejemplo, en 2018, exiliados iraníes organizaron una protesta masiva en París en contra de la dictadura iraní y en respaldo de las Protestas en Irán del 2018. Está manifestación contó con la participación de más de 3.000 personas y motivó a la realización de otras protestas similares en Londres y en Washington D.C.
A lo largo de los años, Reza Ciro Pahlavi ha hecho múltiples declaraciones ante la prensa, dónde ha expresado que jamás ha dejado de añorar su tierra y que espera volver pronto a Irán. También ha declarado que está totalmente a favor de las protestas de finales de 2019 en contra el régimen teocrático, expresando también que está listo para pelear por su pueblo, con o sin corona.
A principios de este año, Ciro Pahlavi habló en el Instituto Hudson de Washington sobre la pronta caída del régimen iraní, ante los acontecimientos ocurridos durante los últimos meses.
Anteriormente, el Shah heredero expresó su máximo apoyo a las políticas de presión sobre Irán que emprende el presidente estadounidense, Donald Trump.
Estás declaraciones, fueron bien recibidas por la población manifestante iraní, sumando más creyentes a la causa monárquica y nacionalista en el país. Los manifestantes nombran a Ciro Pahlavi como “un modelo a seguir” y una figura importante en la rebelión contra la dictadura islámica.
Las protestas en Irán de finales del 2019 y comienzo del 2020, dejaron un saldo aproximado de más de 1500 fallecidos, decenas de miles de heridos y cientos de miles de personas detenidas.
Curiosamente, uno de los presidentes más radicales y fundamentalistas del régimen teocrático, el ex-presidente Mahmoud Ahmadinejad, declaró en una reunión el año pasado, ya habiendo dejado el gobierno, que había más libertad durante la monarquía que con el Gran Ayatolá, demostrando el fracaso social de la Revolución Islámica.
Ahmadinejad fue presidente de Irán entre 2005 y 2013.
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Sin lugar a dudas la situación iraní es crítica, presionados por Trump, por la economía que está bajo una inflación y una recesión sin precedentes, por el coronavirus, por el descontento social y por un heredero al trono que juega sus fichas y tranza alianzas desde Occidente.
Varios expertos consideran que esta situación es la ante-sala de una revolución, y que irónicamente tiene muchas similitudes con los meses previos a la Revolución Islámica de 1979. Ahora sería a la inversa, y lo único que está evitando una serie de protestas masivas en estos momentos es el miedo de los iraníes al contagio de COVID-19 con un sistema de salud totalmente colapsado.
Irán
Se profundizan los lazos entre Irán y Arabia Saudita: Raisi da la bienvenida a la invitación del Rey Salmán para visitar Arabia Saudita
Tras el acuerdo de reconciliación promovido por China, las naciones beligerantes están a un paso de sellar la nueva paz en una visita sin precedentes del presidente iraní a Riad.

El presidente iraní, Ebrahim Raisi, recibió favorablemente una invitación del rey Salman de Arabia Saudita para visitar el Reino tras el acuerdo de reconciliación entre los dos países, dijo un funcionario iraní.
“En una carta al presidente Raisi… el rey de Arabia Saudita dio la bienvenida al acuerdo entre los dos países hermanos [y] lo invitó a Riad“, twitteó Mohammad Jamshidi, subjefe de gabinete del presidente iraní para asuntos políticos, agregando a este mensaje del domingo que “Raisi dio la bienvenida a la invitación“.
Además, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, dijo a los periodistas el domingo que los dos países habían acordado celebrar una reunión entre sus principales diplomáticos. Con respecto a ello, agregó que se habían sugerido tres lugares para las conversaciones, sin especificar dónde.
Ali Hashem, periodista de Al Jazeera informando desde Teherán, dijo que Amir-Abdollahian enfatizó “que ambos países están intercambiando equipos técnicos para inspeccionar las embajadas en Teherán y Riad y ver si están listos para que ambas misiones se desplieguen allí“.

“Los iraníes sugirieron, según Amir-Abdollahian, tres lugares para la reunión. El intercambio tuvo lugar ahora a través de la embajada suiza, y no a través de los chinos. Esto podría indicar que hay varios canales entre los iraníes y los saudíes en este momento”, señaló Hashem.
Los dos pesos pesados regionales anunciaron el 10 de marzo un acuerdo negociado por China para restaurar los lazos diplomáticos siete años después de que se rompieron. Riad cortó relaciones después de que manifestantes iraníes invadieron y atacaran la embajada saudí en Teherán y el consulado saudí en Mashhad. Esto ocurrió luego de que Arabia Saudita ejecutara al clérigo Nimr al-Nimr, un prominente erudito musulmán chiíta,por “desobediencia civil” luego de que este propusiera la sedición y rebelión contra el gobierno de Riad.
Se espera que el acuerdo haga que Irán, de mayoría chiíta, y Arabia Saudita, principalmente sunita, reabran sus embajadas y misiones dentro de dos meses e implementen acuerdos de seguridad y cooperación económica firmados hace más de 20 años.
La distensión entre Arabia Saudita, el mayor exportador de petróleo del mundo, e Irán, fuertemente en desacuerdo con los gobiernos occidentales sobre sus actividades nucleares, tiene el potencial de remodelar las relaciones en una región caracterizada por la turbulencia durante décadas.

Irán y Arabia Saudita apoyan a bandos rivales en varias zonas de conflicto, incluido Yemen, donde los rebeldes hutíes están alineados con Teherán y donde una coalición internacional militar que apoya al gobierno está liderada por Riad. Consecuentemente, el restablecimiento de relaciones entre Irán y Arabia Saudita podría ser el primer paso para un cese al fuego definitivo en el conflicto.
Varios países del Golfo siguieron la acción de Riad en 2016 y redujeron los lazos con Teherán, aunque los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait recientemente restauraron los lazos.
En este sentido, Amir-Abdollahian dijo que Irán también esperaba que se tomaran medidas para normalizar sus lazos con Bahréin, un aliado cercano de Arabia Saudita que siguió a Riad en la ruptura de relaciones diplomáticas con Irán en 2016.
En el pasado, Bahréin acusó a Irán de haber entrenado y respaldado un levantamiento liderado por chiítas en el reino gobernado por sunitas para derrocar al gobierno de Manama. Sin embargo, Teherán niega toda acusación al respecto.

“Hace dos meses se llegó a un acuerdo para que las delegaciones técnicas iraníes y bahreiníes visiten las embajadas de los dos países. Esperamos que se eliminen algunos obstáculos entre Irán y Bahréin y tomaremos medidas básicas para reabrir las embajadas“, indicó Amir-Abdollahian.
Aunque no hubo comentarios inmediatos de Manama sobre este asunto, Bahréin, junto con otros estados árabes del Golfo, acogió con satisfacción el acuerdo entre Riad y Teherán para restablecer las relaciones.
Por su parte, en septiembre pasado, Irán dio la bienvenida a un embajador emiratí tras seis años de ausencia, y un mes antes dijo que Kuwait había enviado a su primer embajador a Teherán desde 2016.
El principal funcionario de seguridad de Irán, Ali Shamkhani, también sostuvo conversaciones con el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohammed bin Zayed Al Nahyan, en Abu Dhabi el jueves, en otra señal de las cambiantes relaciones en la región.
Otro escenario que podría cambiar es el de Afganistán. El subdirector de la Cámara de Comercio e Inversión de Afganistán dijo el sábado que la República Islámica de Irán es el principal socio comercial de Afganistán.
Khanjan Alkozi describió a Irán como el principal socio comercial de Afganistán. Puso el valor actual del comercio de Afganistán con Irán en 2 mil millones de dólares, y agregó que puede aumentar en 10 mil millones anuales. Además, agregó que su país está interesado en invertir en el sector minero y mineral, así como en el sector agrícola y las hierbas medicinales.
Por lo tanto, el restablecimiento de las relaciones entre Arabia Saudita e Irán, y la voluntad del reino de invertir en la república islámica, podría ser una forma de influir indirectamente en la economía de Afganistán, gobernada por los talibanes desde agosto de 2021.

Arabia Saudita
Arabia Saudita podría invertir en Irán “muy rápidamente” tras el histórico acuerdo de restablecimiento de las relaciones
Arabia Saudita pronto podría invertir en su enemigo regional de larga data, Irán, luego del acuerdo alcanzado entre los dos países para restablecer las relaciones diplomáticas gracias a la mediación de China.

El ministro de Finanzas de Arabia Saudita, Mohammed Al-Jadaan, dijo el miércoles que las inversiones saudíes en Irán podrían ocurrir “muy rápidamente” luego del anuncio del histórico acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas entre ambos Estados.
“Creo que eso podría suceder muy rápidamente. Nuestro objetivo, y creo que esto ha sido muy claro anteriormente por nuestros líderes, es tener una región que sea estable, que sea capaz de proveer a su gente y prosperar. Y no hay razón para que eso no suceda”, dijo Mohammed Al-Jadaan, a CNBC en Riad.
“Hay muchas oportunidades para las inversiones saudíes en Irán. No vemos impedimentos siempre y cuando se respeten los términos de cualquier acuerdo“, dijo Al-Jadaan durante la Conferencia del Sector Financiero en Riad.
“Irán es nuestro vecino, y lo ha sido y seguirá siéndolo durante cientos de años“, señaló Al-Jadaan. “Así que no veo ningún problema que impida la normalización de la relación, las inversiones cruzadas, etc., siempre y cuando nos apeguemos a los acuerdos, ya sabes, respetando los derechos soberanos, no interfiriendo en los asuntos de los demás, respetando las convenciones de las Naciones Unidas y otros“, continuó.
“La estabilidad en la región es muy importante, para el mundo y para los países de la región, y siempre hemos dicho que Irán es nuestro vecino y no tenemos interés en tener un conflicto con nuestros vecinos, si están dispuestos a cooperar“, dijo Al-Jadaan más tarde a Reuters en una entrevista.

“No tenemos ninguna razón para no invertir en Irán, y no tenemos ninguna razón para no permitirles invertir en Arabia Saudita. Es de nuestro interés asegurarnos de que ambas naciones se beneficien de los recursos y la ventaja competitiva de la otra”, continuó durante su entrevista con Reuters.
“Si ellos (Irán) están dispuestos a pasar por este proceso, entonces estamos más que dispuestos a pasar por este proceso y mostrarles que son bienvenidos y estaríamos más que felices de participar en su desarrollo”, agregó.
Los dos principales productores de petróleo enfrentan realidades económicas muy diferentes: Arabia Saudita, invirtiendo internacionalmente y lanzando megaproyectos por valor de miles de millones de dólares como parte del plan Saudi Visión 2030 del reino para alejarse del petróleo; e Irán, cuya economía ha caído progresivamente y cuya moneda ha perdido enormemente su valor tras años de sanciones occidentales, corrupción gubernamental y mala gestión económica.
La inversión de Arabia Saudita probablemente sería una gran bendición para la maltrecha economía de Irán, aunque no está claro si las sanciones existentes de Estados Unidos contra la república islámica se aplicarían a la actividad financiera entre los dos países vecinos.
“Claramente que para que puedas concentrarte en tu desarrollo económico y enfocarte en proveer a la gente de tu país, necesitas estabilidad, ellos necesitan estabilidad“, dijo Al-Jadaan en este sentido. “Les brindaremos muchas oportunidades, siempre y cuando continúe la buena voluntad“, remarcó.

La hostilidad entre las dos potencias del Medio Oriente ha puesto en peligro la estabilidad y la seguridad del Medio Oriente durante décadas, alimentando conflictos regionales en Yemen, Siria y Líbano.
Superando estas diferencias, Riad y Teherán acordaron reanudar las relaciones diplomáticas y reabrir sus embajadas y consulados tras negociaciones lideradas por China en Beijing que culminaron el 10 de marzo.
Además, los países han acordado que se reactivarán los acuerdos de cooperación anteriormente firmados; a saber, un “Acuerdo de Cooperación en materia de Seguridad” de 2001 y un “Acuerdo General de Cooperación” de 1998 que abarca las esferas del comercio, la economía, los deportes, la tecnología, la ciencia, la cultura, los deportes y la juventud.
“Los tres países expresaron su entusiasmo por ejercer todos los esfuerzos para mejorar la paz y la seguridad regionales e internacionales“, dijo la declaración saudí que anunciaba el acuerdo, refiriéndose a sí mismo, Irán y China.
El acuerdo, negociado por China, fue anunciado después de cuatro días de conversaciones previamente no reveladas en Beijing entre altos funcionarios de seguridad de Arabia Saudita e Irán en las cuales no se utilizó el idioma inglés en ningún momento.

“China es el primer socio comercial de ambos países, por lo que el apalancamiento es muy importante en ese sentido. Y dado que estamos construyendo confianza, ese compromiso debe hacerse con la presencia de funcionarios chinos”, dijo u alto funcionario saudí en condición de anonimato.
La guerra “fría” entre ambos países se ha mantenido durante décadas, pero Arabia Saudita rompió lazos con Teherán de manera definitiva en 2016 después de que un grupo de manifestantes iraníes invadieron y atacaran la embajada saudí en Teherán y el consulado saudí en Mashhad.
Esto ocurrió luego de que Arabia Saudita ejecutara al clérigo Nimr al-Nimr, un prominente erudito musulmán chiíta, por “desobediencia civil” luego de que este propusiera la sedición y rebelión contra el gobierno de Riad.
Arabia Saudita
China logra un acuerdo histórico entre Irán y Arabia Saudita: Las naciones en guerra fría acuerdan reanudar relaciones diplomáticas.
Irán y Arabia Saudita, históricos rivales regionales, han acordado reanudar sus relaciones diplomáticas y reabrir las embajadas dentro de dos meses gracias a la mediación de Beijing.

Sin la participación del gobierno de Estados Unidos, país que está lidiando con un malestar interno por su involucramiento en la guerra en Ucrania, China logró un acuerdo histórico entre los dos rivales históricos de Medio Oriente, Irán y Arabia Saudita, dos naciones cuyas relaciones habían estado empeorado progresivamente desde la Revolución Islámica de 1979 en Irán.
El régimen chiíta con sede en Teherán y el reinado sunita con sede en Riad, dejaron de lado sus diferencias políticas, económicas y religiosas y acordaron este viernes restablecer relaciones diplomáticas plenas y reabrir sus embajadas en un período de dos meses.
Las embajadas habían sido retiradas siete años atrás cuando la hostilidad entre las naciones se volvió irreversible, lo cual generó un fuerte terremoto contra la estabilidad y la seguridad en el Golfo, y contribuyó en profundizar los conflictos en el Oriente Medio.
El acuerdo fue anunciado después de cuatro días de conversaciones previamente no reveladas en Beijing, sede de este tratado histórico que reunió altos funcionarios de seguridad de las dos potencias rivales, la árabe y la persa.
Teherán y Riad alcanzaron un acuerdo “que incluye reanudar las relaciones diplomáticas entre ambos y reabrir sus embajadas y misiones diplomáticas dentro de un periodo que no exceda los dos meses”, según se lee un comunicado conjunto emitido por Irán, Arabia Saudita y China.
“El acuerdo incluye su afirmación del respeto a la soberanía de los estados y la no injerencia en los asuntos internos“, incluyó el mismo. Un punto extremadamente importante ya que ambas naciones estaban en pleno conflicto intentado imponer su agenda sobre la otra en el resto de los países de la región.
Además, en el acuerdo, que fue firmado por el principal funcionario de seguridad de Irán, Ali Shamkhani, y el asesor de seguridad nacional de Arabia Saudita, Musaad bin Mohammed al-Aiban, se decidió reactivar un acuerdo de cooperación de seguridad que había sido firmado en 2001, así como otro pacto anterior sobre comercio, economía e inversión.
“También acordaron implementar el Acuerdo de Cooperación en Seguridad entre ellos, que se firmó el (…) 17/4/2001, y el Acuerdo General de Cooperación en los Campos de la Economía, el Comercio, la Inversión, la Tecnología, la Ciencia, la Cultura, el Deporte y la Juventud, que se firmó el (…) 27/5/1998“, agregó la declaración trilateral.
Riad, Teherán y Beijing “expresaron su entusiasmo por ejercer todos los esfuerzos para mejorar la paz y la seguridad regionales e internacionales”, continuó el comunicado conjunto.

Los medios estatales iraníes publicaron imágenes y videos de Ali Shamkhani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, con el asesor de seguridad nacional saudí, Musaad bin Mohammed al-Aiban, y Wang Yi, el canciller y diplomático de más alto rango de China.
“Después de implementar la decisión, los ministros de Relaciones Exteriores de ambas naciones se reunirán para prepararse para un intercambio de embajadores“, aseguró la televisión estatal iraní.
En las imágenes transmitidas por los medios iraníes, Wang ofreció “felicitaciones de todo corazón” por la “sabiduría” de los dos países. “Ambas partes han mostrado sinceridad“, señaló, agregando que “China apoya plenamente este acuerdo“.
Como mediador de “buena fe” y “confiable”, China ha cumplido fielmente sus deberes como anfitrión del diálogo, y ha logrado poner a las dos naciones de su lado al mismo tiempo, algo que Estados Unidos intentó por décadas pero desde 1979 no podía.
Adicionalmente, el máximo diplomático de China describió el acuerdo como una victoria para el diálogo y la paz, y agregó que Beijing continuará desempeñando un papel constructivo para abordar los difíciles problemas globales.
La agencia estatal de noticias iraní IRNA citó a Shamkhani calificando las conversaciones en Beijing como “claras, transparentes, integrales y constructivas”, y ya comenzó la fuerte propaganda en los medios persas para convencer a la población que su enemigo jurado, Arabia Saudita, ahora no es tan malo.
“Eliminar los malentendidos y los puntos de vista orientados al futuro en las relaciones entre Teherán y Riad definitivamente conducirá a mejorar la estabilidad y la seguridad regionales, así como a aumentar la cooperación entre las naciones del Golfo Pérsico y el mundo del Islam para manejar los desafíos actuales“, dijo Shamkhani.

La noticia cayó como un baldazo de agua fría en la Casa Blanca, quienes están hace tiempo intentando mejorar las relaciones con ambos países por separado. Por un lado, Biden intentó mejorar las relaciones con Arabia Saudita para que el país líder del OPEP aumente su producción de petróleo y permita una reducción del precio del barril internacional. A pesar de reiterados intentos con un viaje personal del presidente demócrata a Riad, no tuvo éxito.
Luego, desde su vuelta al poder en 2021, el Partido Demócrata está intentando restaurar el pacto nuclear con Irán, pero las protestas que estallaron en el país islámico tras el asesinato de Mahsa Amini por no estar utilizando el hijab socavaron estos esfuerzos.
Externamente, el gobierno demócrata intentó mantener la compostura, y esta mañana tras el anuncio, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca dijo que Estados Unidos está al tanto de los informes de que Irán y Arabia Saudita han reanudado las relaciones diplomáticas y dan la “bienvenida” a las nuevas relaciones bilaterales.
“En términos generales, damos la bienvenida a cualquier esfuerzo para ayudar a poner fin a la guerra en Yemen y reducir las tensiones en la región de Medio Oriente“, dijo el portavoz a la agencia de noticias Reuters. “La desescalada y la diplomacia junto con la disuasión son pilares clave de la política que el presidente Biden describió durante su visita a la región el año pasado“.
No obstante, el hecho de no participar en las negociaciones para alcanzar un acuerdo histórico de este tipo ha dejado muy preocupado al gobierno de Estados Unidos, cuyos lazos estratégicos de larga data con Arabia Saudita se han tensado bajo la administración de Biden, quien criticó fuertemente durante su campaña electoral al reino saudí por su participación en la muerte del periodista Jamal Khashoggi, la guerra en Yemen y, más recientemente, los lazos con Rusia y el recorte de la producción de petróleo de la OPEP+ en busca de aumentar los precios del crudo. En contraste, los crecientes lazos de Arabia Saudita con China se destacaron por la visita de alto perfil del presidente Xi Jinping hace tres meses.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, visitó Beijing el mes pasado, y el dictador chino, Xi Jinping, estuvo en Riad en diciembre para asistir a reuniones con naciones árabes del Golfo, las cuales resultaron cruciales para el suministro de energía de China. Cabe recordar que China es uno de los principales compradores de petróleo saudí.
Un alto funcionario de seguridad iraní dijo que el acuerdo del viernes había sido respaldado por el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. “Es por eso que Shamkhani viajó a China como representante del líder supremo“, dijo el funcionario a Reuters. “El establishment quería demostrar que la máxima autoridad en Irán respaldó esta decisión“.
Por su parte, el Príncipe Heredero y Primer Ministro saudí, Mohammad bin Salman, le bajó el tono al enfrentamiento entre ambos países el año pasado al afirmar que, para Arabia Saudita, era favorable a convivir en paz.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, aseguró que la normalización de las relaciones ofrece grandes perspectivas para ambos países y para Oriente Medio, insinuando nuevos pasos.
“La política de vecindad, como eje clave de la política exterior del gobierno iraní, se está moviendo fuertemente en la dirección correcta y el aparato diplomático está activamente detrás de la preparación de más pasos regionales“, tuiteó Amirabdollahian.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, dijo en enero que se estaban haciendo progresos para poner fin al conflicto de Yemen.
En respuesta al anuncio del viernes, el ministro de Relaciones Exteriores de Omán, Badr Albusaidi, dijo en Twitter que la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán era un “ganar-ganar para todos y beneficiará la seguridad regional y global”.
Omán e Irak organizaron conversaciones entre Irán y Arabia Saudita en 2021 y 2022. En la declaración trilateral desarrollada después de las conversaciones entre Irán, Arabia Saudita y China, “las partes saudita e iraní expresaron su aprecio y gratitud a la República de Irak y al Sultanato de Omán por organizar rondas de diálogo que tuvieron lugar entre ambas partes durante los años 2021-2022“.
“Las dos partes también expresaron su aprecio y gratitud al liderazgo y al gobierno de la República Popular China por acoger y patrocinar las conversaciones, y los esfuerzos que realizó para su éxito“, agregó el comunicado.

La Guerra “Fría” entre Irán y Arabia Saudita
Queda por ver qué impacto tendrá este acuerdo en la Guerra en Yemen, los enfrentamientos en Irak y Siria, las elecciones en el Líbano, el acuerdo nuclear con Estados Unidos y la situación entre Palestina e Israel, todos puntos de conflicto entre Arabia Saudita e Irán que los habían visto en veredas opuestas durante las últimas dos décadas.
Un alto funcionario iraní dijo que abordar las tensiones con Arabia Saudita se había convertido en una prioridad para Teherán en los últimos meses y ayudaría a resolver las conversaciones de larga data sobre el programa nuclear de Irán. “Alentará a Occidente a llegar a un acuerdo nuclear con Irán“, dijo el funcionario a Reuters.
La guerra fría existe hace casi dos décadas, pero Arabia Saudita rompió lazos con Teherán de manera definitiva en 2016 después de que un grupo de manifestantes iraníes invadieron y atacaran la embajada saudí en Teherán y el consulado saudí en Mashhad. Esto ocurrió luego de que Arabia Saudita ejecutara al clérigo Nimr al-Nimr, un prominente erudito musulmán chiíta, por “desobediencia civil” luego de que este propusiera la sedición y rebelión contra el gobierno de Riad.
Además, Irán, de mayoría chiíta, y Arabia Saudita, de mayoría sunita, apoyan a bandos rivales en varias zonas de conflicto en todo Medio Oriente, entre ellos Yemen y Siria.

En los últimos años, se lanzaron acusaciones cruzadas entre ambos países de atacar infraestructura crítica dentro de sus respectivos territorios. Arabia Saudita ha culpado a Irán por los ataques con misiles y vehículos aéreos no tripulados contra las instalaciones petroleras del reino en 2019, así como por los ataques contra petroleros en aguas del Golfo.
El movimiento Houthi, aliado de Irán y que controla la capital de Yemen desde septiembre de 2014, también ha llevado a cabo ataques transfronterizos con misiles y drones contra Arabia Saudita, que lidera una coalición árabe que lucha contra los hutíes.
Adnan Tabatabai, CEO del Centro de Investigación Aplicada en Asociación con Oriente, un grupo de expertos con sede en Alemania, dijo a Al Jazeera que China tiene un gran interés en no ver la situación de seguridad regional “caer en el caos”, como ocurrió en 2019, “cuando las vías fluviales del Estrecho de Ormuz fueron los sitios de diferentes explosiones y ataques“, lo cual generó una importante caída en el comercio chino.
“Hay intereses inherentes para que los chinos intenten usar la influencia que tienen hacia Teherán y Riad para hacer algunos esfuerzos para equilibrar estas relaciones y finalizar lo que los iraquíes y los omaníes habían comenzado“, dijo Tabatabai.
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