Gildo Garza
OPINIÓN

Desliz | “El precio de defender lo indefendible”

Sheinbaum continua en su gobierno defendiendo a gobernadores ligados al narco; EUA comienza la revocación de visas por corrupción.

La revocación de visas por parte del gobierno de Estados Unidos a funcionarios mexicanos no es un trámite administrativo. Es un acto diplomático de alto calibre, reservado para casos donde hay indicios serios que comprometen la seguridad nacional estadounidense. Que se haya aplicado a una gobernadora en funciones, Marina del Pilar Ávila Olmeda, y a su esposo, Carlos Torres Torres, marca un antes y un después en la relación bilateral.

Y sin embargo, el gobierno mexicano —ahora encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum— se comporta como si esto fuera parte de una intriga política menor. Morena ha salido en bloque a defender a Marina del Pilar, con comunicados insulsos y discursos repletos de negación. Peor aún: el Senado, encabezado por Gerardo Fernández Noroña, ya prepara su línea de defensa: minimizar, victimizar, culpar al “imperio” y blindar la impunidad.

Pero ¿cómo va a defender Sheinbaum a una gobernadora cuya visa fue revocada por posibles vínculos con redes criminales en Baja California? ¿Y cómo lo hará Noroña, cuando él mismo aparece en reportes de inteligencia por su cercanía con el régimen de Nicolás Maduro y presuntos integrantes del Cártel de los Soles, organización criminal venezolana acusada de tráfico de drogas?

A siete meses y once días de su mandato, Sheinbaum ya enfrenta una crisis diplomática de alto perfil. Y lo peor: no es un hecho aislado. Se sabe que otros gobernadores, secretarios y figuras de alto nivel ya están siendo investigados por agencias estadounidenses. Esto incluye a políticos del PT, Movimiento Ciudadano, PRI y, por supuesto, Morena.

¿Estamos ante una purga diplomática?

La revocación de una visa no ocurre por sospechas menores. En Estados Unidos, estas acciones son resultado de cruces de información entre el Departamento de Estado, CBP, DEA, IRS, y la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). Y si bien en México los nombres se ocultan, en Washington los expedientes ya tienen etiquetas: corrupción, narcotráfico, complicidad, encubrimiento.

Mientras allá investigan, aquí se encubren. Lo que debería detonar una investigación seria, provoca una ola de blindaje político. La presidenta guarda silencio. Noroña y Monreal insisten en teorías del complot. Y Morena se atrinchera, revictimizando a los suyos y presentándolos como mártires del pueblo, cuando en realidad se trata de figuras vinculadas a redes de poder oscuras.

Colofón:

Un documento diplomático lo dice sin rodeos:

“The U.S. has revoked the visa of Baja California's governor, Marina del Pilar Ávila Olmeda. This action is part of a broader strategy to address corruption and human rights issues in Mexico.”

La decisión no fue arbitraria. Las razones son claras:

Acusaciones de corrupción vinculadas a su administración.

Preocupaciones por violaciones a derechos humanos en Baja California.

Este mensaje no es solo para Marina del Pilar. Es para todo el aparato político mexicano que ha confundido mayoría con impunidad.

Y entre los nombres que siguen en la lista de vigilancia de agencias extranjeras destacan dos perfiles cercanos al poder presidencial:

▪️ Mario Delgado
Actual secretario de Educación Pública, exdirigente nacional de Morena, señalado por su presunta participación en el esquema del huachicol fiscal durante el auge de la red de los Carmona. Su nombre aparece en múltiples reportes financieros de transferencias irregulares y financiamiento electoral opaco.

▪️ Santiago Nieto Castillo
Hoy titular del IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial), pero recordado por su paso por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), desde donde extorsionó a empresarios, pactó con intereses políticos locales y blindó redes criminales en Tamaulipas ligadas al contrabando de hidrocarburos y lavado de dinero. Nieto utilizó su posición no para combatir la corrupción, sino para solidificar relaciones con operadores del crimen disfrazados de clase política.

Estados Unidos ya no distingue entre criminales y políticos cuando operan en la misma estructura. Y la 4T, con su defensa incondicional de personajes señalados, deja claro que no está dispuesta a soltar el poder... ni a limpiar la casa.

Esto no es una persecución.

Es un aviso internacional de que el sistema mexicano está siendo observado.
Y, quizás por primera vez en mucho tiempo, juzgado desde afuera con más seriedad que desde adentro.

A chambear.

@GildoGarzaMx

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