
El despertar conservador de los jóvenes y la rebelión contra el marxismo cultural
La generación que no aceptó que le dijeran que hacer, que no decir, como actuar y como sentirse ¿aún hay esperanza?
En una conversación con mi padre y mi abuelo sobre política, ha saltado la pregunta al aire ¿cuál es la generación más de izquierdas? o ¿cuál es la más conservadora?. El cuestionamiento es interesante porque para dar la respuesta, se tiene que considerar el contexto histórico de cada una de ellas.
Las generaciones se dividen más o menos como en la siguiente gráfica:

A veces los datos de las gráficas varían ligeramente en años, pero en el orden y nombres de las generaciones existe ya un consenso general.
Mi abuelo es de los "baby boomers" el nació en 1944. Mi padre es de la generación X, nacido en 1965. Yo soy de la generación Z, nacido en 1997 y mis valores se alínean más con la derecha conservadora y libertaria.
Puede que mi opinión sea controversial, pero estoy convencido de que, entre estas 3 generaciones, la generación Z es la más conservadora. Sin embargo, permítanme explicar el porque de mi conclusión demostrando datos, ejemplos y concluyendo con un mensaje de esperanza.
¿Cómo es la generación Z? ¿Qué la define?
La generación Z es, más que el futuro, el presente y la generación más jóven en entrar al mundo laboral. Esta generación se está rebelando contra el sistema buenista y marxista cultural que había sido la corriente ideológica juvenil de los últimos 50 años.
La Generación Z está compuesta por jóvenes de entre 15 y 29 años. Estos jóvenes, tanto hombres como mujeres, están mostrando una inclinación política hacia la derecha, superando incluso a sus padres en conservadurismo. (como es mi caso)

El cambio es muy visible de hecho. Encuestas fidedignas en EEUU, por ejemplo, han mostrado que los más jóvenes nacidos a partir de 1995 tienen tendencias hacia la derecha. Creen en la meritocracia, el trabajo duro, honran a Dios, protegen la familia tradicional y piensan en tener la suya propia.
Esto es tambien evidenciado en estudios realizados en Europa y España, donde partidos como Vox lideran las preferencias juveniles, igual que la AfD en Alemania. También es visible en países de América Latina como Argentina con Javier Milei o El Salvador con Nayib Bukele.
Este comportamiento representa una ruptura con las tendencias progresistas que dominaron décadas anteriores.
Pero, ¿qué ha causado este cambio tan radical? Es decir, durante muchos años los jóvenes tenían tendencias socialistas y progresistas, ¿qué cambió? Vamos a verlo.
¿Por qué la generación Z rechaza el progresismo y abraza la tradición?
Este giro no es casualidad. Los jóvenes perciben que las élites progresistas han impuesto un "programa" que dicta cómo deben pensar, actuar y sentir. Cada uno de los que leemos esto, recordamos alguna situación, ya sea en las noticias o en experiencia propia, donde se le prohíbe a los niños, ser niños.
En el caso particular del varón, no se le enseña a ser competitivo o a controlar sus emociones, sino a ser manso y reprimir sentimientos "negativos" en el consenso social.
Temas como el feminismo radical, la ideología de género y la agenda climática se presentan como ideas incuestionables. El simpre hecho, de cuestionar dichas ideas, resulta en una discusión incómoda o en calificativos como "fascista" o "tirano".
Esto, naturalmente y de manera muy interesante, genera una reacción de resistencia entre aquellos que buscan libertad de pensamiento.
La izquierda, en su afán por redefinir la sociedad, ha menospreciado valores tradicionales de la masculinidad. Tales como el papel del hombre como proveedor y defensor, pero también el de la mujer como pilar esencial de la familia.
Esta deconstrucción ha dejado a muchos jóvenes, especialmente varones heterosexuales, sintiéndose desamparados y sin un modelo claro de identidad.

Las figuras de la derecha ganan la batalla por la influencia en las redes sociales.
Citando al polítologo Agustín Laje, las redes sociales nivelan la lucha por la información y la atención en la batalla cultural. Durante mucho tiempo, la única forma de informarse era a través de los manipulables medios tradicionales de comunicación. Sin embargo, la creciente influencia de las redes sociales ha permitido que discursos alternativos ganen terreno.
Plataformas como TikTok, X o YouTube se han convertido en espacios donde se cuestiona la narrativa dominante. En las redes sociales hay líderes conservadores conectan con una juventud cansada del relato negativo y en busca de oportunidades.

Figuras como Andrew Tate, Agustín Laje, Javier Milei,Donald Trump y Nayib Bukele han ganado popularidad entre los jóvenes por su defensa de valores tradicionales y su crítica al establishment progresista.
¿Qué tienen en común estos referentes? Que han utilizado las redes sociales para difundir sus mensajes y conectar con una audiencia. Una audiencia que se siente marginada por el discurso dominante.
En México, figuras como Eduardo Verástegui y medios como Derecha Diario están dando la batalla cultural, promoviendo una agenda conservadora y defendiendo los valores tradicionales.
Estos actores buscan contrarrestar la influencia del marxismo cultural y ofrecer una alternativa a la narrativa progresista dominante.

¿Qué otros factores dirigen a la juventud a la derecha capitalista?
Este despertar conservador también se alimenta de preocupaciones económicas. La incertidumbre laboral, la dificultad para acceder a la vivienda y el aumento de la inflación han generado descontento entre los jóvenes, quienes buscan soluciones fuera del espectro político tradicional.
En este contexto, el marxismo cultural, con su enfoque en la lucha de clases y la deconstrucción de las estructuras sociales es una amenaza a la estabilidad y al orden. Los jóvenes están rechazando una ideología que, en lugar de unir, divide; que, en lugar de construir, destruye.
En Europa, las políticas de fronteras abiertas han llevado a un aumento del crimen y los asaltos a mujeres, generando preocupación entre la población. Muchos varones, y también mujeres, no quieren ver sucumbir a sus países ante la inseguridad y la pérdida de valores tradicionales.

Hay esperanza
La Generación Z no está perdida, sino que está buscando un camino que le brinde sentido, propósito y pertenencia. El resurgimiento de valores conservadores entre los jóvenes es una señal de esperanza. Tenemos que ver este resurgir como una oportunidad para reconstruir una sociedad basada en principios sólidos y duraderos.
La revolución propuesta por la izquierda wokista y socialista fracasó, la gente la rechazó. La misma sociedad empieza a reconocer que en la tradición esta el futuro de la humanidad.
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