
Reynosa quedó bajo el agua tras intensas lluvias: el gobernador sigue ausente
Más de 80 colonias inundadas, cientos de personas atrapadas y tres muertos.
Las lluvias colapsaron Reynosa y exhibieron la incompetencia estatal
Reynosa amaneció sumergida en el caos. En tan solo 48 horas, se acumularon más de 15 pulgadas de lluvia, dejando decenas de calles intransitables y viviendas bajo el agua. El desastre natural expuso una vez más la incapacidad del gobernador Américo Villarreal para anticipar, prevenir y atender emergencias.

Al menos tres personas perdieron la vida a causa de las inundaciones, y más de 80 colonias quedaron incomunicadas. Familias completas durmieron en los techos de sus casasesperando ser rescatadas. Mientras tanto, el gobierno estatal se limitó a difundir recomendaciones genéricas en redes sociales.
La población resiste sin apoyo real de su gobierno
Las zonas más afectadas fueron las colonias Burocrática, Aztecas, Narciso Mendoza y Vista Hermosa. Decenas de familias perdieron todo: muebles, ropa, comida y documentos.
Las autoridades brillaron por su ausencia, dejando a los ciudadanos enfrentar la emergencia por su cuenta.

La Secretaría de la Defensa Nacional activó el Plan DN-III, no por instrucciones del gobernador, sino por protocolo nacional. El operativo de rescate fue encabezado por el Ejército, no por Protección Civil del estado. El gobierno de Tamaulipas llegó tarde y sin rumbo, como ya es costumbre.
El cinismo oficial frente a una catástrofe humanitaria
El gobernador Américo Villarreal no emitió ningún mensaje contundente durante las primeras 24 horas de la crisis. Ni recorrido en zonas afectadas, ni conferencias, ni plan emergente de atención. Los únicos que enfrentaron la tragedia fueron los ciudadanos, apoyados por grupos civiles y vecinos.
Los refugios habilitados en la UAT y el auditorio municipal fueron gestionados a última hora, sin condiciones óptimas.
Cientos de damnificados denuncian que no hay suficientes alimentos, agua ni atención médica. Y lo peor: nadie ha prometido ayuda para la reconstrucción.
Reynosa no necesita discursos: necesita un gobierno que actúe
El desastre de Reynosa no es culpa de la lluvia, sino de la negligencia institucional.
Faltó infraestructura, faltó prevención, faltó liderazgo. Y una vez más, el pueblo fue abandonado en medio de la tragedia.
Mientras el gobernador se oculta tras boletines vacíos, la gente sigue rescatando a sus familiares y enfrentando pérdidas sin respaldo. Porque en Tamaulipas, la lluvia cae, pero la ineptitud gobierna.
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