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Estados Unidos

Comenzó la Comisión Investigadora de las protestas del 6 de enero en el Capitolio: una nueva persecución a Trump

En la primera audiencia correspondiente a la comisión encargada de investigar los sucesos ocurridos el pasado 6 de enero en el Congreso estadounidense, el comité dirigido por los demócratas mostró falencias y cierto dramatismo ensayado.

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Después de meses presionando, la diputada y presidente de la Cámara Nancy Pelosi finalmente logró que la Cámara de Diputados abriera una Comisión para Investigar los Sucesos del 6 de Enero del 2021. Esta comitiva parlamentaria está compuesta por 9 miembros, 2 republicanos y 7 demócratas, y busca seguir con la persecución política al ex presidente Donald Trump.

Cabe recordar que el Congreso ya llevó a cabo un impeachment contra Trump por este mismo tema, y fue absuelto totalmente por el Senado. Juristas estadounidenses aseguran que esta comisión no tiene ningún sustento legal, y que no habrá nada de lo que se encuentre allí que se pueda llevar a la justicia, por improcedencia.

Todos los manifestantes que entraron al edificio del Capitolio ya fueron arrestados por el FBI, casi 500 personas, y permanecen detenidos y enfrentan hasta 10 años en prisión, por lo que la "Comisión Pelosi", como la apodaron algunos republicanos, es lisa y llanamente una persecución para exprimir hasta la última gota de capital político del movimiento anti-Trump.

En el inicio de la comisión investigadora, el pasado martes 27, se dio lugar para que hablen abogados, policías que dieron descripciones de combates con los manifestantes que no se vio en ninguna filmación y los mismos diputados miembros de la junta parlamentaria, que lloraron falsamente diciendo que ese día temieron por sus vidas.

Uno de los principales momentos destacados de la audiencia, se dio cuando pronunciaron los testimonios de algunos de los oficiales de policía que se vieron involucrados en los enfrentamientos con los manifestantes, quienes denunciaron entre otros crímenes, insultos racistas lanzados contra sus personas en los forcejeos.

Esto, no pudo ser corroborado por ningún otro elemento de evidencia, a pesar de que hay más de 1000 horas de filmación en internet de los hechos. Sin embargo, al no ser una corte judicial y solamente un show político montado en el Congreso, este tipo de declaraciones tienen lugar.

Los oficiales de policía participantes de la audiencia declararon que entendieron que los manifestantes seguían una consigna establecida por el presidente Donald Trump, utilizada con el fin de revertir el resultado de las elecciones.

El oficial Harry Dunn, un traidor a su laboral policial, mencionó que los manifestantes eran "comparables con sicarios y Donald Trump era quien los contrataba". En la misma sintonía, el oficial Daniel Hodges se refirió a los manifestantes que ingresaron al Congreso como "terroristas" y pidió que se los juzgue como tal.

Dunn, quien ya se ha hecho famoso como un ferviente simpatizante y votante de Joe Biden, el año pasado se había referido a los ataques perpetrados por el grupo supremacista negro Black Lives Matter en la ciudad de Kenosha como una "respuesta apropiada a tomar, frente a la injusta muerte de George Floyd".

Otra de las declarantes fue la representante demócrata del estado de Florida, Stephanie Murphy, quien también aportó su cuota de dramatismo al relato demócrata mencionando que los manifestantes llegaron a encontrarse "a solo 40 pasos de ella" y que temió por su vida.

Esto es absurdo ya que los manifestantes no cometieron ningún acto de violencia dentro del Capitolio, y solo se sacaron fotos y protestaron por el evidente fraude electoral.

Para finalizar, el jefe de la comisión investigadora, el representante demócrata de Mississippi Bennie Thompson aseguró que no está descartada la citación del ex presidente Trump a declarar ni de ningún otro ex funcionario de la Casa Blanca, añadiendo que el próximo mes se podría dar la segunda audiencia.

El Departamento de Justicia (DOJ) determinó que los miembros de la anterior administración no podrán invocar el privilegio ejecutivo para evitar testificar, dando una muestra clara del poder que posee el gobierno de Biden y el Partido Demócrata sobre la justicia, la cual actualmente carece de independencia.

Esta comisión se convertirá en un escenario político para que los demócratas obtengan atención nacional de cara a las elecciones de medio término en 2022, y les permiten no dejar pasar el "cuco" de Donald Trump, algo parecido a lo que están haciendo los legisladores del PT en Brasil con la Comisión Investigadora del Manejo del COVID-19.

Todos los policías lloraron falsamente cuando hablaron de los hechos.

Presencia Republicana en la Comisión

En un primer momento, la Comisión iba a tener 4 miembros republicanos, además de 4 demócratas y 1 Jefe. A pesar de que este Jefe iba a ser también demócrata, la comitiva parlamentaria iba a tener al menos un balance mucho mayor al actual.

El líder de la bancada republicana, Kevin McCarthy, había nominado a 5 diputados para la Comisión, entre ellos Jim Jordan y Jim Banks, dos de los legisladores más trumpistas del Congreso.

Pero Pelosi utilizó la mayoría demócrata en la Cámara para vetar a todos los nominados por McCarthy y en su lugar eligió a dedo a dos diputados republicanos anti-Trump: Liz Cheney y Adam Kinzinger, que por sus ideas y su alineación en las elecciones del 2020 son más demócratas que republicanos, y votaron para destituirlo en el último impeachment.

Liz Cheney, la hija del ex vicepresidente Dick Cheney, es la líder del minúsculo pero intenso sector republicano que todavía se opone al liderazgo de Trump. Liz fue removida de su cargo como secretaria del Partido Republicano recientemente en una votación interna y en Wyoming, su tierra natal, no podrá reelegir nunca más, ya que el nivel de aceptación de Trump ronda el 95%.

Adam Kinzinger, el diputado republicano más de izquierda de la oposición, es un legislador electo por Illinois, uno de los Estados más demócratas del país. En este sentido, su agenda empalma prácticamente en todo con el Partido Demócrata. En la primer audiencia, pasó por un momento bochornoso, cuando hablando de los eventos del 6 de enero, pasó en cuestión de segundos de reírse a carcajadas a llorar unas lagrimas falsas que no convencieron a nadie.

Estados Unidos

Biden vs Trump: A cinco días del primer debate presidencial, que promete dar inicio a una durísima campaña en Estados Unidos

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Crecen las expectativas por el debate entre los dos líderes que marcaron una generación. El actual presidente lo atacará por su reciente condena, mientras que el candidato republicano se prepara para matar.

En tan solo cinco días, el próximo 27 de junio, el presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump se encontrarán cara a cara en Atlanta (Georgia) para protagonizar el primer debate presidencial de este ciclo rumbo a los comicios del 5 de noviembre.

No hay antecedente en la historia de debates en los Estados Unidos, desde Kennedy-Nixon a Bush-Clinton, que pueda equiparar la tensión política y la expectativa que genera este cruce: se trata de la primera vez que debaten el actual Presidente de los Estados y su inmediato antecesor.

Además, Trump va a debatir a terreno enemigo. Se hará en los estudios de la CNN, el medio más demócrata del país, y moderarán dos de los periodistas más oficialistas de la prensa, Dana Bash y Jake Tapper. Además, los moderadores podrán apagar los micrófonos cuando quieran. Definitivamente, Trump va a enfrentar un panorama muy adverso.

Pero nada le importa a Trump, quien tiene los ojos en "destruir" a Biden en los debates. En 2020 no estuvo agresivo, la imagen de "abuelito perdido" de Biden llevó a que que el entonces mandatario evitara lanzar duros ataques como los que le tiró a Hillary Clinton en 2016.

Esta vez, con la imagen de Biden por el piso, luego de cortar cualquier tipo de posibilidad de recuperación económica pos-pandemia, con sucesivos furcios propios de la edad, la guerra en Ucraniala crisis en Medio Oriente, la masiva ola de inmigración ilegal que llega de Méxicola ofensiva global de China, Trump se siente más cómodo para salir al ataque.

Biden, por su parte, tratará de repetir el cansado discurso sobre que el regreso de Trump a la Casa Blanca podría llevar a una crisis de la democracia, como si no fuera él quien tiene actualmente 400 presos políticos, simples manifestantes que arrestó por protestar en contra de su asunción en enero del 2020.

En este marco discursivo, Biden también aprovechará su tiempo para enviar mensajes directos al electorado afroamericano y a los votantes hispanos, cuyos votos las encuestas indican que está perdiendo masivamente. 

En los comicios de 2020, Trump había obtenido el 12% de los votos afroamericanos y el 32% de los latinos, un récord histórico para un candidato republicano. Sin embargo, ahora las encuestas indican que el voto negro creció hasta el 20 por ciento a favor de los republicanos y el latino en torno al 50%.

Si esta tendencia se confirmara, Biden achicaría sus márgenes electorales en Pensilvania, Michigan y Wisconsin, los tres estados claves de los cuales si pierde uno solo, no tendría manera de compensar la ventaja que exhibe Trump en los distritos rurales.

Por último, será central en el debate el hecho de que Trump viene de ser condenado por un Tribunal de Nueva York por un caso de persecución política impulsado por el fiscal Alvin Bragg, ejecutor del régimen demócrata, que mantuvo al republicano atrapado en la ciudad neoyorquina por casi un mes mientras se desarrollaba el juicio.

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Estados Unidos

Por fin un poco de cordura: El TAS falló en contra del nadador trans Lia Thomas y no podrá competir en los Juegos Olímpicos

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El atleta estadounidense de 25 años había presentado en enero un recurso en busca de anular la prohibición de la World Aquatics, la federación internacional de la natación, que prohibió a hombres competir en ligas femeninas.

En un revés muy esperado en la comunidad de atletas, el nadador transgénero Lia Thomas no podrá participar en la categoría femenina de los Juegos Olímpicos de París 2024, gracias a una fallo del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Esta decisión marca un nuevo capítulo en la controvertida saga que ha envuelto al nadador estadounidense de 25 años desde que World Aquatics, la federación internacional de natación, restringió la participación de atletas transgénero en eventos femeninos de alto nivel.

En enero de este año, Thomas presentó un recurso ante el TAS con el objetivo de anular la prohibición impuesta por World Aquatics. El atleta argumentó que las restricciones son "inválidas e ilegales", además de "discriminatorias", y que "violan la carta olímpica", y las "normas internacionales de derechos humanos y protección contra la discriminación hacia las mujeres", a pesar de que él no es una mujer.

Sin embargo, el tribunal con sede en Suiza desestimó la apelación de Thomas. En su fallo emitido el 10 de junio, el panel de arbitraje citó la falta de legitimación, señalando que el atleta no tenía fundamentos para demandar la política transgénero de World Aquatics debido a que ya no era miembro de USA Swimming y no estaba registrado para participar en ninguna competición internacional de la entidad, dado que fue desvinculado por no ser mujer.

World Aquatics dio la bienvenida a la decisión del TAS mediante un comunicado: "World Aquatics está dedicada a fomentar un entorno que promueva la equidad, el respeto y las oportunidades iguales para atletas de todos los géneros, y reafirmamos este compromiso", expresó el organismo que tomó la decisión luego de una carta con más de 200 firmantes, principalmente nadadoras mujeres que se sentían en desventaja competitiva contra un hombre biológico.

"Nuestras políticas y prácticas se evalúan continuamente para garantizar que se alineen con estos valores fundamentales, lo que llevó a la introducción de nuestra categoría abierta", completaron.

Riley Gaines, exnadadora universitaria quien compitió contra Thomas, firmó la carta y ha sido una crítica vocal de las personas transgénero que compiten en deportes femeninos, acudió a la plataforma X para elogiar el fallo del panel de arbitraje.

"¡Grandes noticias! Lia Thomas no podrá competir en la categoría femenina en los Olímpicos ni en ninguna otra competición de élite. Acaba de perder su batalla legal en el fallo del Tribunal de Arbitraje Deportivo. Esta es una victoria para las mujeres y niñas en todas partes", escribió Gaines.

Por su parte, Hudson Taylor, fundador y director ejecutivo de Athlete Ally, una organización que aboga por el "acceso igualitario" a los deportes, que en el fondo se dedica a representar a atletas transgénero para que puedan competir en ligas femeninas, calificó la decisión del TAS como "un día triste" para el deporte.

El ascenso de Lia Thomas a la fama se produjo en marzo de 2022, cuando conquistó el título universitario de las 500 yardas (457 metros) bajo la Asociación Nacional de Atletas Colegiados (NCAA). Posteriormente, World Aquatics, entonces conocida como FINA, votó a favor de limitar la participación de nadadores transgénero en competiciones femeninas de élite, debido a la masiva ventaja física que tienen los hombres por sobre las mujeres en competencias de este estilo.

La nueva política establece que cualquier persona que haya pasado parte de la pubertad masculina no puede competir en la categoría femenina de élite. Sumado a esto, una serie de estados y localidades de los Estados Unidos han adoptado leyes que prohíben a los atletas transgénero participar en deportes escolares, principalmente en los niveles K-12.

Según Gallup, una abrumadora mayoría de los estadounidenses (69%) opina que los atletas solo deberían poder competir en equipos deportivos que se ajusten a su sexo biológico y no a su "identidad de género" que eligen arbitrariamente.

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Estados Unidos

El G7 acordó un nuevo paquete de ayuda económica y militar por 50.000 millones de dólares para Ucrania

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Esto sigue a 61 mil millones de dólares en ayuda militar que enviará por su parte los Estados Unidos luego de que se apruebe el paquete en Washington.

En la cumbre del G7, en la ciudad italiana de Fasano, los siete jefes de Estado más importantes de Occidente acordaron una nueva financiación militar para el gobierno de Ucrania. La moción fue impulsada por el presidente estadounidense Joe Biden, quien propuso enviar unos 50.000 millones de dólares.

La ayuda será entregada por los recursos propios del G7 (principalmente de Estados Unidos y la Unión Europea) y el Banco Central Europeo, los cuales recibirán activos rusos confiscados tras la invasión de Ucrania, en concepto de pago de intereses.

En total, se han congelado activos por valor de alrededor de 325 mil millones de dólares desde 2022, generando alrededor de 3 mil millones de dólares al año en intereses. Según el nuevo plan, ese dinero se utilizará para pagar los intereses anuales del préstamo de 50 mil millones de dólares al gobierno ucraniano.

Al vincular la financiación de Ucrania a los activos rusos congelados, el G7 ha señalado que se aplican límites de gasto nominal a este paquete de ayuda en particular, en contraposición a un cheque en blanco de asistencia militar como ocurrió el año pasado.

Este cambio en la manera de entregar ayuda a Volodimir Zelenski, limitada a un tope de gastos anuales, indica una fuerte victoria en los intereses de Donald Trump, quien viene pidiendo este tipo de clausulas en las ayudas que se entregan desde que comenzó el conflicto.

Acuerdo militar entre Ucrania y los Estados Unidos

A pesar de ceder ante las presiones de Trump, quien lidera en todas las encuestas y los demás líderes del mundo ya lo consideran un fuerte actor político incluso siendo opositor en Washington, Biden logró firmar un acuerdo de seguridad bilateral con Zelenski por los próximos 10 años.

La Casa Blanca describe el acuerdo como uno diseñado para construir y mantener las capacidades defensivas de Ucrania, actuar como elemento disuasivo, fortalecer sus industrias de defensa y, con cierta "desviación de la misión" de los objetivos formales de seguridad, impulsar la recuperación económica y la seguridad energética.

Este acuerdo es considerado por muchos una "pendiente resbaladiza" hacia una mayor escalada, ya que ahora pone a Rusia en una guerra con un país que tiene un acuerdo militar con los Estados Unidos, algo que no pasó ni siquiera durante la Guerra Fría.

El pacto entre Estados Unidos y Ucrania pone en letras una medición de la agresión rusa, con la promesa de consultas (énfasis agregado) “en los niveles más altos para determinar las medidas apropiadas y necesarias para apoyar a Ucrania e imponer costos a Rusia.

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