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Estados Unidos

En plena recesión, Biden pone a Estados Unidos a los pies del globalismo con una monstruosa Ley de Estimulo

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Biden logró aprobar antes de la renovación del Congreso un brutal aumento del gasto público, que incluyen millones de dólares a "causas LGTB" y ayudas a Ucrania, luego de que Zelenski visitara el país.

En la semana pasada, ambas cámaras del Congreso aprobaron la Ley de Presupuesto para el año 2023 que envió Biden, con el objetivo de aumentar drásticamente el gasto público. Si bien la legislación tiene algunas erogaciones destinadas a renovar la infraestructura de transporte a lo largo del país, el grueso del proyecto busca expandir la agenda progresista de los demócratas.

En ambas votaciones, algunos republicanos se pasaron al bando demócrata y ayudaron a la aprobación del presupuesto. En la Cámara de Representantes, la votación finalizó con 225 votos a favor, 201 en contra y una abstención, con figuras demócratas como Alexandria Ocasio Cortez e Ilhan Omar votando en contra.

En el Senado, gracias al impulso del líder republicano Mitch McConnell, un ferviente anti-Trump, la votación resultó prácticamente bipartisana, con 68 votos a favor y solo 29 en contra. Los senadores republicanos Tom Cotton, Mitt Romney y Lisa Murkowski, fueron los nombres más polémicos que giraron su voto.

Biden logró que se apruebe la ley antes que se renueven las bancas en el Congreso, lo cual hubiera imposibilitado la firma ya que los republicanos tomarán control de la Cámara Baja, y debía pasar primero por ahí antes de subir a la Alta.

Entre otras cosas, la legislación aumenta el gasto en 1,7 billones de dólares (doce ceros) y destina recursos en promoción de políticas de género, millonarias transferencias a centros comunitarios LGBT, subsidios a empresas de energía, especialmente las de energías renovables, y un masivo paquete de ayudas económicas y militares para Ucrania.

Gastos en Defensa

Uno de los puntos que más resaltan en la legislación es el gasto en materia de defensa, el cual será elevado en US$ 858 millones de dólares. Estos artículos fueron consensuados con los legisladores anti-trumpistas del Partido Republicano, una negociación clave para que el proyecto sea aprobado antes de fin de año con votos de la oposición.

La finalidad de estos gastos será "mejorar e incrementar la infraestructura relativa a las ramas de las fuerzas armadas como lo son el Ejército, la Fuerza Aérea, la Marina y la Fuerza Espacial", asegurando también la "compra de nuevos buques, aviones y armamento".

Como es costumbre con este gobierno, también se destinarán fondos a causas progresistas dentro de las Fuerzas Armadas, como el caso de las nuevas políticas de género en el Cuerpo de Marines, y el esfuerzo conjunto de todas las ramas para lograr la paridad de género en las fuerzas.

Entre otras cosas, la ley confirma que el polémico mandato de vacunación en las Fuerzas Armadas seguirá vigente por el 2023 y los miembros de las distintas ramas militares que no estén inoculados deberán vacunarse obligatoriamente a más tardar en enero.

Ayudas a Ucrania

La otra gran parte del presupuesto estará destinado a ayudar a Ucrania, una decisión extremadamente polémica dado que en Estados Unidos la economía está en una de las peores recesiones de la historia del país.

Otros US$ 773 millones de dólares serán destinados a la provisión de ayuda a Ucrania, incluyendo US$ 19,8 millones de dólares en equipamiento militar para Ucrania y sus aliados europeos; US$ 12,9 millones en concepto de asistencia económica; y US$ 6,2 millones de dólares directamente para el ministerio de Defensa ucraniano.

Para anunciar la aprobación de la ley que incluye este masivo desembolso para Ucrania, se invitó al presidente ucraniano Volodimir Zelenski al Congreso de los Estados Unidos.

El mandatario del país europeo brindó un vergonzoso discurso en la Cámara de Representantes, siendo el primer presidente que en época de guerra realiza una presentación en el Capitolio estadounidense desde la aparición de Winston Churchill en 1941, donde así como Zelénski, pidió la intervención de los americanos en la guerra.

Pero a diferencia de Churchill, Zelénski criticó duramente a los estadounidenses por enviar "poca ayuda" y les reprochó el voto en contra a los republicanos que no quieren gastar casi mil millones de dólares en transferencias a Ucrania mientras Estados Unidos atraviesa una recesión.

Zelénski también fue parte de una patética puesta en escena en la Casa Blanca con un senil Joe Biden, quien balbuceó en su discurso junto a su homólogo ucraniano. Zelénski le hizo entrega de una medalla a Biden por su ayuda en la guerra contra Rusia.

Promoción de la agenda progresista

Otro de los polémicos temas que se aprobaron en la ley son los múltiples proyectos relacionados a políticas LGTB, entre los que se encuentran millones de dólares destinados a espacios de promoción de la agenda progresista, como por ejemplo un museo LGTB en la Ciudad de Nueva York, un archivo destinado a mostrar los derechos homosexuales en el estado de Wisconsin y un centro estudiantil para personas homosexuales en la ciudad de San Diego, California, entre otras cosas.

Sin embargo, la promoción de los programas LGTB no son el único elemento de la agenda progresista que se incluye en el presupuesto para el año 2023, sino que también millones de dólares se encuentran destinados a organizaciones dedicadas a la "justicia social" y a la "igualdad económica", además de la asignación de US$ 3,5 millones de dólares a la "Oficina de Diversidad e Inclusión".

Dentro del presupuesto de más de 4.000 páginas, pueden encontrarse proyectos totalmente delirantes como la implementación de autopistas "bee-friendly" (amigables para las abejas), la asignación de un presupuesto de US$ 7,5 millones de dólares destinados al estudio del "fenómeno de la radicalización doméstica en redes sociales", además de más de US$ 20 millones en un programa para proteger las fronteras de Jordania, Líbano, Egipto, Tunisia y Omán, mientras se promueven las fronteras abiertas en Estados Unidos.

A su vez, tembién se destinara una enorme suma de dinero para la construcción de una calle denominada el "Camino Michelle Obama" cerca de la Universidad Estatal de Georgia, en conmemoración a la mujer del expresidente demócrata Barack Obama, el "Parque de la Independencia Ucraniana" en Washington D.C. y la construcción del edificio "Nancy Pelosi" en San Francisco.

Persecución política

Los demócratas también lograron incluir en el presupuesto la erogación de US$ 2,6 millones de dólares hacia la comisión que investiga los hechos sucedidos el 6 de enero del 2021, otorgando una suma como premios a los abogados federales por cada manifestante que logren condenar con el fin de incentivar los procesamientos de quienes ingresaron al Capitolio en la fecha en la que el fraude electoral de Joe Biden fue convalidado.

Además, unos US$ 11,3 millones de dólares serán destinados al FBI para investigar el "terrorismo y el extremismo doméstico de derecha", mientras que un masivo paquete de US$ 39 millones de dólares será destinado al Departamento de Justicia para ese mismo objetivo.

A pesar de que la ley busca enjuiciar a votantes republicanos, varios senadores de este partido decidieron votar a favor, impulsados por el líder de la oposición, Mitch McConnell (Kentucky), quien negoció directamente con Biden muchos de los artículos de la ley.

Además del senador por Kentucky, los republicanos Richard Shelby (Alabama), Roy Blunt (Missouri), John Boozman (Arkansas), Tom Cotton (Arkansas), Shelley Moore Capito (West Virginia), Susan Collins (Maine), John Cornyn (Texas), Lindsey Graham (Carolina del Sur), Jim Imhofe (Oklahoma), Jerry Morgan (Kansas), Lisa Murkowski (Alaska), Rob Portman (Ohio), Mitt Romney (Utah), Mike Rounds y John Thune (Dakota del Sur), Roger Wicker (Mississippi) y Todd Young (Indiana) votaron a favor.

La gran mayoría de este bloque pertenece al bloque anti-trumpista del Partido Republicano, que suele apoyar a Biden en muchas de sus incursiones legislativas y aseguran representar el ala más moderada del partido. Sin embargo, hubo algunos votos a favor como el de Tom Cotton, miembro del ala más dura y trumpista del Partido, lo cual despertaron las alarmas en la formación, ya que Trump había dado la orden a sus leales que votaran en contra.

Entre las sorpresas entre los demócratas, se dio la negativa de Alexandria Ocasio Cortez de votar a favor del proyecto. Lejos de haberse justificado en beneficio de los americanos, sus motivos se fundaron en que el presupuesto no desfinanciaba ni el Servicio de Control de Migraciones y Aduanas (ICE) ni el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), como ella había pedido.

Estados Unidos

La Justicia de Arizona, controlada por los demócratas, imputó y busca arrestar a todo el equipo de asesores de Trump

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Los demócratas hacen otro ataque contra la oposición y ahora buscan poner tras las rejas a todo el equipo que trabaja asesorando al expresidente republicano en su campaña presidencial.

La Justicia de Arizona imputó este jueves a varios aliados importantes del expresidente Donald Trump, incluido el exabogado de Trump y exalcalde de la ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani, la expresidente del Partido Republicano de Arizona, Kelli Ward, y el exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, por denunciar que las elecciones del año 2020 fueron fraudulentas.

Junto con Ward, Meadows y Giuliani, la ex abogada de Trump Jenna Ellis y el ex asesor de campaña de Trump Boris Epshteyn, junto con varios miembros del Partido Republicano de Arizona, fueron imputados también, según publicó esta mañana el Washington Post .

Meadows, Giuliani, Ellis y Epshteyn fueron imputados por supuestamente intentar ayudar a Trump a recuperar los votos electorales de Arizona en las elecciones presidenciales de 2020, luego de que se comprobara que los demócratas habían robado votos por correo y la Legislatura votara que le darían los votos electorales a Trump si así la Justicia lo decidía.

Por su parte, Ward y los senadores del estado de Arizona, Jake Hoffman y Anthony Kern, también fueron acusados ​​de cargos por haber firmado documentos el 14 de diciembre de 2020, certificando que Trump era el ganador de las elecciones.

La acusación de varios aliados de Trump y miembros del Partido Republicano de Arizona se produce mientras una encuesta de Bloomberg News/Morning Consult realizada entre el 8 y el 15 de abril encontró que el presidente Joe Biden está detrás de Trump en varios estados clave como Arizona, Georgia, Nevada y Carolina del Norte por seis o más puntos.

En Arizona, Trump lideró por siete puntos, recibiendo el 49 por ciento del apoyo de los votantes que indicaron que votarían por él, mientras que Biden recibió el 42 por ciento.

Los once republicanos de Arizona son:

  • Kelli Ward, ex presidenta del Partido Republicano en Arizona, y su esposo, Michael Ward.
  • Senador del estado de Arizona Jake Hoffman
  • Senador del estado de Arizona Anthony Kern
  • Tyler Bowyer, director de operaciones de Turning Point USA
  • Nancy Cottle
  • James Lamon
  • Roberto Montgomery
  • Samuel Moorhead
  • Lorena Pellegrino
  • Gregorio Safsten

Los aliados de Trump que supuestamente fueron acusados ​​incluyen a Mark Meadows, Jenna Ellis, Rudy Giuliani, John Eastman, Christina Bobb, ex abogada de Trump, Boris Epshteyn y Mike Roman, ex asistente de campaña de Trump, según el Washington Post .

La decisión judicial fue en respuesta a un pedido directo del Fiscal General de Arizona, el ultra-demócrata Kris Mayes, y es la última de una serie de esfuerzos por utilizar el sistema legal para perseguir a los conservadores y republicanos aliados de Trump.

En julio de 2023, la fiscal general de Michigan, Dana Nesselacusó a 16 “falsos electores” de ocho delitos graves, entre ellos conspiración y falsificación de leyes electorales, por su presunto papel en el intento de disputar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.

Meses después, en diciembre de 2023, la Justicia de Nevada imputó a varios miembros importantes del Partido Republicano del estado, acusados ​​de falsificar y presentar documentos falsos en relación con el complot de los “falsos electores”.

La acusación de varios de los principales aliados del expresidente y varios miembros del Partido Republicano de Arizona se produce mientras Trump se encuentra actualmente en juicio y enfrenta 34 cargos de presunta falsificación de registros comerciales en primer grado en relación con los pagos realizados a la estrella porno Stormy Daniels durante las elecciones presidenciales de 2016.

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Economía

Crisis fiscal en Estados Unidos: Las “Bidenomics” desataron un déficit por casi 2 billones de dólares al término de marzo

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Pese a que la economía estadounidense sigue creciendo, el Gobierno federal incurrió en un déficit histórico. y se está endeudando a un ritmo únicamente visto durante las grandes recesiones y en las guerras mundiales del siglo pasado. La trayectoria fiscal trazada por Biden es abiertamente insostenible.

Las políticas del Presidente Joe Biden provocaron el agujero fiscal más grande de la historia de los Estados Unidos en tiempos de paz. La visión económica del Gobierno cayó bajo la influencia del Caucus Progresista dentro del Partido Demócrata, la facción más radicalizada hacia la izquierda dentro del Congreso estadounidense.

La actividad económica del país logró recuperarse de la pandemia y continuó con su sendero de crecimiento, pero a pesar de esta muy esperable normalización, el Gobierno federal incurrió en un desequilibrio fiscal histórico que ascendió a los US$ 1,66 billones de dólares al término de marzo.

De hecho, el déficit financiero había llegado incluso a los US$ 8,36 billones en julio del año pasado, como resultado del amplio programa de rescates para préstamos estudiantiles que impulsó el Presidente Biden.

El Partido Demócrata que alguna vez había patrocinado los superávits presupuestarios de la era Clinton, ahora respalda a capa y espada los déficits más irresponsables que nunca se hayan visto en Estados Unidos.

La economía se normalizó una vez superada la pandemia, pero la posición fiscal del Estado jamás lo hizo. El resultado financiero del Gobierno federal representaba el 4,8% del PBI en febrero de 2020, mientras que hoy en día esa cifra se acerca a los 6 puntos del producto. Este brutal incremento se explica principalmente por el mayor peso de los intereses de deuda, que ya son los más altos desde mediados de la década del 90.

Para compensar esta brecha sin precedentes, el Gobierno federal se está endeudando a un ritmo similar al que cabría esperar durante la salida de una recesión o la ejecución de una guerra de grandes proporciones, pero como es bien sabido ninguno de estos escenarios es precisamente el caso. En caso de que la economía entrase en recesión en un futuro cercano, el Gobierno carece de mayor margen fiscal para actuar en consecuencia.

El total de la recaudación por impuestos federales (y otros ingresos por rentas) sólo alcanza a cubrir hasta el 73% de los gastos federales incurridos. El 27% restante se está compensando por la vía del endeudamiento, principalmente con instituciones locales o en el exterior.

Hasta ahora la Reserva Federal se mantuvo al margen de expandir su financiamiento al Tesoro por la vía de la compra de títulos públicos (como lo hizo durante la pandemia en 2020), pero eventualmente el Gobierno federal no puede quebrar, y cualquier tipo de incumplimiento vendría asociado a un latente inflacionario.

La proporción de crédito doméstico absorbido por el Gobierno federal se incrementa, y lo que es lo mismo, se reduce la cantidad de recursos disponibles para prestar a las empresas privadas o a las familias (por ejemplo el crédito hipotecario). Esto se ve reflejado por un piso de tasas de interés cada vez más elevado.

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Estados Unidos

Estudiantes de extrema izquierda tomaron la Universidad de Columbia en apoyo al terrorismo palestino

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Los adolescentes más ricos del mundo tomaron control del campus de la prestigiosa universidad neoyorquina en apoyo al terrorismo de Hamás.

La situación social en los Estados Unidos se torna cada vez más preocupante a medida que la izquierda destruye el tejido social con manifestaciones violentas que atentan contra los valores occidentales.

En los últimos días, esta situación mostró un nuevo punto crítico luego de que un grupo de alumnos activistas de extrema izquierda de la Universidad de Columbia en Nueva York tomaran el campus de la institución en apoyo a la causa palestina con consignas en defensa del terrorismo islámico y con un marcado antisemitismo.

Docenas de alumnos y activistas de izquierda ajenos a la universidad se instalaron de manera ilegal dentro de la prestigiosa institución en carpas para expresarse en contra de la operación militar especial que lleva a cabo Israel en la Franja de Gaza, en respuesta al ataque genocida del grupo terrorista palestino Hamás, donde más de 1.500 judíos fueron asesinados a sangre fría el 7 de octubre.

La toma fue impulsada por la asociación izquierdista "Students For Justice In Palestine" y contó con el apoyo de múltiples organizaciones universitarias, que agredieron a estudiantes de religión judía y a otros que no compartieran su visión acerca del conflicto en Medio Oriente.

Lo que hace aún más insólita la situación es que los estudiantes que participaron de la manifestación, lejos están de ser árabes o palestinos; por el contrario, son blancos de clase alta. Se trata de los hijos adolescentes de las familias más adineradas del planeta jugando a disfrazaese de terroristas.

Los manifestantes que confraternizan con el terrorismo islámico bloquearon el acceso a la prensa y aseguran que solo permitirán el acceso de periodistas "afines a la causa". Entre otros, rechazaron el acceso de periodistas judíos, por su religión.

Si bien las autoridades de la universidad habían mencionado que los protestantes serían desalojados en el transcurso de la primera noche de la ocupación, ningún tipo de acción fue llevada a cabo.

Los estudiantes judíos debieron abandonar el campus universitario y la zona quedó completamente en manos de los grupos estudiantiles de extrema izquierda, que aprovecharon la ocasión para dar discursos violentos y cargados de odio contra la comunidad judía.

Recién el jueves, la policía de Nueva York se hizo presente y en un operativo arrestó alrededor de 110 personas participantes de la protesta, incluida la hija de la representante demócrata del estado de Minnesota Ilhan Omar, Isra Hirsi.

La intervención por parte de la policía de Nueva York se dio luego de que las autoridades de la universidad encabezadas por la presidente de la institución, Minouche Shakif, dieran aviso acerca de los ilícitos que se estaban cometiendo dentro de la institución sumado a la hostil recepción de los estudiantes contra las fuerzas policiales a las cuales llamaron "asesinos de bebés".

Los incidentes con los grupos pro-Palestina se originaron luego de que Shakif hablara frente al Comité de Educación del Congreso de los Estados Unidos acerca de los crecientes casos de antisemitismo en las universidades, por lo que los mencionados grupos de estudiantes comenzaron a acampar de forma ilegal en el campus y a tomar actitudes violentas y hostiles contra estudiantes de religión judía.

Uno de los factores determinantes para la escalada en el conflicto de las agrupaciones estudiantiles con la universidad, fue la prohibición de dos agrupaciones izquierdistas a fines del año pasado, las cuales se les imputó el incumplimiento con las políticas de la Universidad de Columbia respecto al código de conducta y abuso contra otros estudiantes.

De acuerdo a la presidente de Columbia, se autorizó a la Policía de Nueva York a desalojar el campamento establecido en el ala sur del campus, lo que provocó incidentes. En concordancia con las acciones legales que la dirigencia de la universidad tomó contra los alumnos, se les informó a su vez que a cualquier alumno que participe de cualquier manera en las protestas y ocupación del territorio universitario se encuentra suspendido.

A pesar de que docenas de revoltosos protestantes hayan sido arrestados durante el desalojo, el acampe por parte de las organizaciones pro-Palestina no ha podido ser desmantelado, sino que incluso se incrementó en tamaño luego de que quienes lideran la protesta declarasen que han "tomado" la universidad y la declaren como una "universidad popular’‘.

Ataques antisemitas y apoyo al terrorismo islámico

Uno de los factores distintivos que las protestas llevadas a cabo en los últimos días en la Universidad de Columbia, es el profundo sentimiento anti-Israel que profesan, el cual ha llevado a quienes participan del acampe a ser perpetradores de violentos ataques antisemitas contra aquellos estudiantes que profesan la religión judía, e incluso a aquellos que no defiendan sus reclamos.

Uno de los casos de marcado sentimiento anti-judío que se ha llevado a cabo en los últimos días han sido las graves agresiones perpetradas contra la estudiante judía Elisha Baker, de 21 años, quien denunció que un grupo de protestantes le expresó en repetidas ocasiones que "se mate a sí misma" y le causaron heridas de moderada gravedad tras patearla en varias ocasiones en el estómago durante el acampe.

Otro incidente de extrema gravedad se dio en el momento en el cual un participante de la protesta terrorista fue enfocado sujetando un cartel que decía "El próximo objetivo de las brigadas Al-Qasam" mientras apuntaba a un grupo de estudiantes judíos.

Las brigadas Al-Qasam son el brazo armado de la organización terrorista Hamás, la cual ha gobernado al territorio ocupado de Palestina en las últimas décadas y fue el responsable de los ataques terroristas contra distintos poblados israelíes el pasado 7 de octubre de 2023 donde miles de ciudadanos judíos fueron asesinados por Hamás.

Los preocupantes incidentes que tienen por objetivo el acoso y agresiones a los estudiantes judíos despertó la preocupación de empleados de la universidad que pertenecen a la colectividad.

El rabino ortodoxo Elie Buechler, quien se desempeña como profesor tanto en la Universidad de Columbia como en la Universidad Barnard, instó mediante un mensaje abierto de Whatsapp a los estudiantes judíos a abandonar el campus universitario e irse a sus hogares mientras dure el acampe debido a los crecientes ataques antisemitas.

Otro profesor de la universidad, Shai Davidai, mencionó que los estudiantes no lo dejan entrar a la facultad por ser judío y que las protestas llevadas a cabo por las agrupaciones estudiantiles habían cruzado un límite convirtiéndose en actos terroristas llevados a cabo por grupos terroristas.

En concordancia con el sentimiento anti-Israel que las protestas mantienen, además se encuentra presente una profunda adoración por los grupos terroristas islámicos como Hamás, con el cual los estudiantes participantes de los acampes se sienten identificados al punto de que mencionan frases como "Todos somos Hamás" e incluso celebraron el ataque del 7 de octubre, conocido por los palestinos como la "Inundación de Al-Aqsa".

Extensión a otras universidades

Si bien el foco principal de las protestas que se desarrollaron con intensidad en la última semana está puesta en la Universidad de Columbia, en las últimas horas la Universidad de Yale ha visto sucesos similares en sus instalaciones, además de que varios de sus estudiantes hayan irrumpido en el campus de Columbia para mostrar su apoyo para con los protestantes locales.

La situación descrita devuelve a la memoria aquellos incidentes en estados demócratas como Oregon y Washington unos años atrás cuando protestantes tomaban partes de las ciudades con la idea de convertirlas en un "espacio independiente" y de "liberación". Esta misma situación se repite en las universidades hoy en día luego de que el suceso inicial en Columbia de pie a estudiantes en la Universidad de Yale en Connecticut para tomar una porción del campus y proclamarlo como una "zona liberada".

Así como en Columbia, ataques contra alumnos judíos fueron reportados a lo largo de la protesta, pero un caso de extrema gravedad fue reportado en las últimas horas en el cual la estudiante judía de periodismo Sahar Tartak fuera apuñalada en el ojo con el asta de una bandera por parte de un protestante en el campus quien en todo momento se cubrió el rostro con un trapo musulmán.

De manera similar que en la universidad localizada en Nueva York, la policía irrumpió y trató de desalojar la protesta desarrollada en el campus localizado en New Haven, Connecticut, pero los estudiantes pertenecientes a las organizaciones terroristas pro-Palestina se mantienen en el lugar.

En paralelo a los distintos hechos que se están desarrollando tanto en Columbia como en Yale y otras universidades en cuyos campus grupos de estudiantes subversivos, la reacción por parte de todo el arco político se hizo presente, tanto en defensa de los estudiantes comunes como también en defensa de aquellas agrupaciones estudiantiles terroristas.

Por el lado de aquellos estudiantes que decidieron tomar la propiedad de las universidades y agredir alumnos por su pensamiento, las diputadas revoltosas Ilhan Omar (cuya hija fue arrestada en la redada en Columbia) y Rashida Tlaib de Michigan y Minnesota respectivamente se alzaron en defensa de las subversivas actitudes de aquellos grupos pro-Hamás que buscan esclavizar al sistema educativo.

En cambio, desde la Casa Blanca, condenaron eufóricamente las tomas de campus en las universidades y la agresión constante que los estudiantes de religión judía han sufrido en las instalaciones, de acuerdo al vice-secretario de prensa del órgano gubernamental Andrew Bates.

Desde el ámbito del Partido Republicano, quien se expresó de manera más rotunda fue la representante de Neuva York, Elise Stefanik, quien a su vez también instó a la presidente de la Universidad de Columbia Shafik a renunciar debido a la falta de acciones tomadas por la universidad para proteger a los estudiantes de religión judía.

La representante republicana de Carolina del Norte, Virginia Foxx quien a su vez preside el Comité de Asuntos Educativos, envió una carta a la Universidad de Columbia demandando que se tomen acciones concretas frente a la situación que se está desarrollando y se pueda otorgar un ambiente seguro a los estudiantes. Dentro de la carta que la diputada envió a la universidad señaló que ante la ausencia de medidas contra los estudiantes que mantienen cautiva a la universidad, el comité educativo del Congreso no dudaría en hacerlos responsables por dichos resultados.

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