Borges: El intelectual que desafió al Estado y defendió la libertad individual
A 125 años de su nacimiento, recordamos a Jorge Luis Borges como un escritor que defendió la libertad.
Jorge Luis Borges, más conocido por su inmenso aporte a la literatura universal, fue también un firme defensor del liberalismo como ideología política y un crítico feroz de los excesos del estatismo.
Desde una edad temprana, Borges fue influenciado por el pensamiento de Herbert Spencer, un filósofo británico del siglo XIX que veía al Estado como una entidad coercitiva incompatible con la libertad individual. A través de sus escritos y declaraciones, Borges adoptó esta visión y la integró en su cosmovisión, defendiendo siempre la primacía del individuo sobre cualquier forma de autoridad.
Borges no solo era un genio literario, sino también un hombre de ideas firmes. A lo largo de su vida, mantuvo una postura crítica hacia el intervencionismo estatal, lo que quedó plasmado en muchas de sus obras.
En "Otras Inquisiciones" (1952), Borges publica el ensayo "Nuestro Pobre Individualismo", donde critica la creciente intromisión del Estado en la vida de los argentinos, describiendo al Estado como una "inconcebible abstracción".
Borges señala que los argentinos, más que ciudadanos, se ven a sí mismos como individuos, en gran parte debido a la ineficacia y corrupción de los gobiernos que han conocido. Este ensayo refleja su escepticismo hacia cualquier forma de poder estatal y su defensa inquebrantable de la libertad individual.
Su crítica al Estado no se limitó a su obra ensayística. En su cuento "Utopía de un Hombre que está Cansado" (1975), Borges imagina un futuro en el que los gobiernos han perdido toda autoridad, y los políticos se ven obligados a buscar oficios honestos, pues nadie en el planeta acata sus órdenes.
Este relato, más allá de ser una pieza de ficción, es una expresión de su rechazo a la autoridad estatal y su deseo de un mundo donde la libertad individual sea la norma. Borges, con su habitual escepticismo, no veía al Estado como un ente necesario, sino como una amenaza a la autonomía del individuo.
Borges, un fiel enemigo del comunismo
Borges también fue un crítico implacable del comunismo y el nacionalismo, dos ideologías que, en su opinión, subyugaban al individuo a los intereses del Estado.
En una famosa entrevista, Borges expresó su rechazo al comunismo, afirmando: “Me han enseñado a pensar que el individuo debe ser fuerte y el Estado débil”. Para Borges, cualquier teoría que diera prioridad al Estado sobre el individuo era, en esencia, una traición a los principios de la libertad y un juego en favor del comunismo.
Su poesía también es testimonio de su oposición a estas ideologías colectivistas. En su poema "Juan López y John Ward", Borges narra la historia de dos hombres que, a pesar de compartir intereses comunes, se enfrentan en una guerra absurda instigada por el nacionalismo. Este poema es una condena del patrioterismo y una defensa apasionada del individualismo, una constante en la obra de Borges.
A lo largo de su vida, Borges se mantuvo fiel a sus principios liberales, rechazando cualquier intento de encasillarlo políticamente. Su viaje a Chile en 1976, donde recibió un Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Chile bajo el gobierno de Pinochet, es un claro ejemplo de su independencia intelectual.
Borges no permitía que se lo manipulara, ya fuera por poderosos gobiernos o por ideologías dominantes, siempre manteniéndose fiel a su convicción de que la libertad individual debía estar por encima de cualquier autoridad.
Jorge Luis Borges fue más que un gran escritor; fue un defensor apasionado de la libertad individual y un crítico incansable de la autoridad estatal. Su legado, tanto literario como político, sigue siendo relevante hoy en día, recordándonos la importancia de mantener al Estado bajo control y de valorar la autonomía del individuo por encima de todo.
En su obra y sus declaraciones, nos dejó un testimonio poderoso de su compromiso con los ideales liberales, una lección que sigue resonando en un mundo donde las amenazas a la libertad individual son tan reales como lo fueron en su tiempo.
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