Jorge O'Reilly: 'Necesitabamos a Milei para poner fin a los excesos insostenibles'
El empresario y filántropo destacó la figura presidencial y no descartó participar en política. Su misión en EIDICO.
En esta entrevista exclusiva para La Derecha Diario, Jorge O'Reilly, abogado de formación y fundador de EIDICO, comparte su recorrido desde sus primeros pasos en el derecho hasta convertirse en un referente del desarrollo inmobiliario en Argentina.
Su historia revela cómo una búsqueda personal por resolver la problemática de acceso a la vivienda llevó a la creación de un modelo cooperativo que transformó la vida de miles de familias. O'Reilly describe con detalle sus motivaciones, la importancia de la estabilidad familiar y su experiencia formativa en prestigiosas instituciones como Georgetown e IESE, que complementaron su visión empresarial.
🇦🇷 | Entrevista exclusiva a Jorge O'Reilly, fundador de Eidico, para La Derecha Diario.
A lo largo de la conversación, O'Reilly también se sincera sobre sus desafíos, el papel de la familia en su trayectoria y su perspectiva sobre la situación política y económica del país bajo el liderazgo de Javier Milei. Sus reflexiones revelan no solo a un empresario comprometido con la creación de valor, sino a un ciudadano que valora profundamente la responsabilidad social y el bien común.
La entrevista completa a Jorge O'Reilly
Alan Ares: ¿Qué te motivó a dejar tu carrera como abogado en Estados Unidos para aventurarte en el sector inmobiliario acá en el país?
Jorge O'Reilly: La carrera de derecho… Muchos la siguen por una vocación clarísima. Yo estudié derecho porque no tenía mucha idea de qué era lo que debía hacer. Siempre tuve muy presente la necesidad de trabajar para sostener a la familia y tratar de resolver lo que sigue siendo, 30 años después, un drama de la juventud, que es la grave dificultad para acceder a una vivienda.
Cuando todavía estaba en la facultad, hice el primero de los desarrollos, que fue, la verdad, una pre-empresa: Santa María de Tigre, que es el barrio donde hoy sigo viviendo. Allí me di cuenta de que, con este sistema, el cual podemos detallar después si quieren, pero es básicamente un consorcio al costo y sin mayor complejidad, era posible asegurar un proyecto con una opción de compra, estimar el presupuesto de la infraestructura y distribuirlo entre las unidades proyectadas, es decir, cada lote. Había mucha gente en ese entonces que compartía mi necesidad, y ellos fueron los que se sumaron a Santa María como primer proyecto, antes de EIDICO.
Cuando terminé la parte comercial y expliqué la idea, más de 800 familias se sumaron porque necesitaban un lote. Una vez hecho eso, como abogado, lo que seguía era más de ingenieros, así que me fui a hacer un máster con la intención de ampliar horizontes. Hice el máster en Georgetown, y después me contrataron allí para seguir trabajando. Era la época de los 90, durante la fiebre de las privatizaciones, y Argentina parecía un lugar prometedor, lo que generaba mucho interés por contratar abogados argentinos que ayudaran con ese proceso, que también ocurría en otros países de Latinoamérica.
Trabajé en la privatización de Colbún, en Chile, y fue muy interesante. Pero cada vez que volvía veía cómo crecía el proyecto de Santa María, el entusiasmo que había generado, y la posibilidad de seguir resolviendo la necesidad de un techo para las familias jóvenes. Así que lo que me motivó fue eso, y también el hecho de que mi mujer quedó embarazada de nuestra tercera hija y ambos nos negamos a tener un hijo "gringo", así que volvimos al país.
Ares: ¿Cómo influyó tu paso por el IESE en la visión y desarrollo de tu empresa? Es decir, ¿qué conocimientos y habilidades clave consideras que adquiriste para EIDICO?
O'Reilly: Bueno, esto que menciono sobre mi vocación de abogado y mi condición de empresario, forjada a la fuerza, me generaba cierto complejo de no tener la preparación teórica para algo que estaba aplicando en la práctica. Y como creo que hay que estar en constante progreso, me interesó el formato que me proponía el IESE. Era un programa intensivo que requería viajar siete veces: cinco a Barcelona, una a Palo Alto y otra a Shanghái, y el resto era online. Mi expectativa, similar a la que tuve cuando fui a Georgetown, era ampliar horizontes, ya que a veces aquí estamos un poco encerrados. Mirar qué sucede en otros lugares te proporciona muchas herramientas, además de complementar una formación que, en mi caso, había sido estrictamente humanística y jurídica, con habilidades de contabilidad y gestión empresarial que siempre vienen bien.
Así que fue muy útil, sin duda; te amplía mucho la perspectiva y te da herramientas que en ese momento yo no tenía.
Ares: Recién hablabas de que el objetivo de la empresa es brindar crédito a las familias jóvenes para que adquieran su vivienda. Ya mencionaste un poco el origen de esta idea, pero ¿por qué consideraste que era tan importante enfocarte en eso?
O'Reilly: La realidad es que en nuestro país el crédito prácticamente no existe, lo cual es difícil de explicar. No solo en comparación con Estados Unidos, sino incluso con Chile. El hecho de que casi nadie tenga acceso a una hipoteca para comprar una casa, o que sea algo rarísimo, hace que muchas familias lo vean como un imposible. Las familias jóvenes tienen que juntar sumas enormes, como 60, 70 o 100 mil dólares, para poder adquirir un monoambiente, lo que resulta muy complicado. Por eso, este sistema cooperativo, porque en esencia lo es, donde yo como líder gestiono en nombre del grupo que se forma, tiene varias ventajas. Tal vez la más relevante es que no hay margen empresarial ni costos financieros; la gente va aportando el dinero a medida que la obra lo requiere, lo que reduce significativamente el costo del producto en comparación con un desarrollo tradicional.
Si se aplica con rigor, nuestro sistema permite que el producto cueste entre un 50% y un 60% menos que uno tradicional. Además, muchos de los primeros barrios se construyeron en terrenos bajos que requerían relleno, lo cual proporcionó una financiación implícita, ya que las obras iniciales que requieren relleno y la infraestructura en el primer año generan un estiramiento en el tiempo. Esto se traduce en una obra financiada por sus propios plazos, no por préstamos externos. Esperamos que, con el nuevo gobierno, controlando la inflación y un gasto público razonable, la tarea que realiza una empresa como la nuestra se multiplique con la incorporación del crédito como una herramienta clásica.
Ares: Veo que le das mucho valor a la estabilidad familiar para restaurar el tejido social, que en el país está tristemente muy deteriorado. ¿Cómo crees que el acceso a la vivienda puede contribuir a esa estabilidad familiar?
O'Reilly: No hay nada más perjudicial para una familia que no tener un techo. La estabilidad que brinda la certeza de contar con una casa es crucial. Por eso existe una Ley de Intangibilidad de la Vivienda Única, que apunta a proteger ese derecho.
Cuando una familia sabe que puede cubrir sus necesidades básicas, puede enfocarse en crecer y desarrollarse integralmente. No se trata solo de alimentarse y vestirse; se trata de poder avanzar en conocimiento, educación, y tener momentos de esparcimiento. La falta de un hogar obliga a estar siempre preocupado por lo básico, y eso impide que florezcan otras áreas de la vida.
Ares: Mencionaste el nacimiento de tu tercera hija como uno de los motivos que te hizo volver al país. Parte importante de tu vida son tu esposa, tus hijos y tus nietos. Quisiera preguntarte, ¿cómo influyeron en tu visión empresarial y en la dedicación que le das a tu empresa?
O'Reilly: Mi vida familiar es, en gran medida, lo que me define. No soy perfecto y, como todos, cometo errores, pero el motor que me impulsa a levantarme cada mañana es la provisión para mi familia.
Hoy en día, mis seis hijos ya no viven conmigo; son adultos, están haciendo su vida, estudiando, o algunas casadas y ya me han hecho abuelo diez veces. Pero, como dije antes, la empresa no solo busca ayudar a las familias en general, sino que la primera familia a la que quiero ayudar es la mía. Más allá del sustento económico, busco proveer medios materiales, espirituales e intelectuales para su desarrollo.
Ares: ¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentaste en tu misión y cuáles fueron los logros que más te enorgullecen, a pesar de las dificultades de estos años?
O'Reilly: Lo que más me enorgullece es la confianza que la gente ha depositado en nosotros. Sin embargo, uno no debería enorgullecerse demasiado de eso, porque en Argentina, a veces, se destaca uno por muy poco. La supervivencia es un gran logro, dado que muchas empresas, a pesar de la pasión y la vocación, fracasan en el intento.
Argentina es un país lleno de oportunidades, pero exige una gran capacidad de adaptación a los cambios macroeconómicos, que muchas veces determinan más el éxito de una empresa que la eficiencia propia. Me enorgullece no haber bajado los brazos, haber trabajado para recuperar el país para los argentinos de bien y ver que finalmente tenemos un gobierno que entiende que los argentinos somos capaces de gobernarnos sin la necesidad de organismos internacionales que dicten qué debemos hacer. Me enorgullece que este mismo gobierno promueva la coherencia en las políticas y la importancia de los valores familiares como base para restaurar el tejido social.
Defender la vida y la dignidad de la persona es algo de lo que también me enorgullezco, al igual que vivir en un país que, después de parecer condenado a ser gobernado por los peores, finalmente dijo basta y está haciendo un esfuerzo para que el mérito vuelva a ser lo que define el éxito y el respeto de los demás. No se trata solo de pertenecer a un grupo y esperar que todo sea regalado; el esfuerzo y la virtud deben volver a valorarse. Eso es lo que me enorgullece haber defendido junto a otros.
Ares: Veo que tienes un discurso bastante político, así que esta pregunta es casi inevitable: ¿te ves en la política dentro de algunos años o formando parte del gobierno?
O'Reilly: Siempre he estado dispuesto a participar, porque creo que la cosa pública es de todos, y que las personas con vocación de servicio se queden en casa ha resultado en consecuencias trágicas. Siempre estuve y estaré disponible para colaborar y hacer mi parte.
Muchas de las discusiones que tenemos en Argentina son estériles. Antes de debatir sobre detalles filosóficos, hay cuestiones básicas en las que deberíamos ponernos de acuerdo. Así que la respuesta es sí: siempre he estado dispuesto a poner el hombro. La política es ingrata, porque raramente compensa los esfuerzos, pero si uno decide quedarse y pelear, no lo hace solo para asegurar condiciones económicas favorables para su propia familia, sino para contribuir al bienestar general de la Nación. Lo contrario, enfocarse solo en la ganancia personal, ha llevado a situaciones trágicas.
Así que sí, creo que es obligación de todos los argentinos de bien hacer lo que puedan por el país y estar disponibles cuando la patria lo necesite.
Ares: ¿Cómo ves la gestión de Milei en estos meses?
O'Reilly: Creo que necesitábamos una figura como él para poner fin a una serie de excesos que ya eran insostenibles. Es como la historia del emperador desnudo: había cosas evidentes que no se podían sostener. La política estaba fuertemente teñida de corrupción, y eso se ve reflejado en cuestiones como las discusiones actuales sobre la educación. Nadie critica la gratuidad de la educación, pero es inaceptable que, bajo esa premisa, muchas personas se llenen los bolsillos sin aportar realmente a la causa educativa.
Otro tema importante es el manejo de las relaciones internacionales. El presidente ha marcado un rumbo y todos los funcionarios deben acompañarlo. No puede ser que algunos sigan una agenda que nada tiene que ver con nuestra identidad nacional. No podemos seguir permitiendo que representantes que ignoran lo que piensa el gobierno voten por agendas decididas por un grupo de millonarios que pretenden gobernar el mundo, sacrificando la soberanía de los países. Celebro el cambio de dirección del país y aplaudo la coherencia de quienes trabajan por esta nueva realidad.
Ares: ¿Cuál dirías que es la principal fortaleza o virtud de Milei como líder?
O'Reilly: Me parece que su mayor virtud es estar convencido de lo que quiere hacer y estar dispuesto a dejar la vida para lograrlo. Es un hombre genuino y decidido. Los que critican sus formas parecen haber olvidado lo que tuvimos que soportar con líderes de buenos modales. Antes de cuestionar su tono o vehemencia, deberían reflexionar sobre las consecuencias de las políticas pasadas.
Ares: ¿Cómo te ves en los próximos años?
O'Reilly: Poniendo el hombro para sacar adelante al país, a mi familia y a mi empresa.
Ares: ¿Quieres hacer alguna reflexión para cerrar la entrevista?
O'Reilly: Sí, quisiera agregar algo. He tenido muchas reuniones últimamente, tanto en la Casa de Gobierno como en ministerios. Me ha sorprendido ver que muchas de las personas que están liderando los destinos del país tienen la edad que yo tenía cuando empecé con mi empresa; están entre los 24 y los 30 años. Ver a jóvenes comprometidos, que podrían haberse ido a otro país pero han decidido quedarse y jugarse el pellejo por la causa nacional, me parece espectacular.
Más noticias: