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Mujer con uniforme rojo y gorra con símbolo comunista mirando hacia arriba.
POLÍTICA

Kamala Harris amenazó nuevamente con prohibir por ley los aumentos de precios en EEUU

La candidata demócrata quiere reducir la inflación mediante el establecimiento de controles de precios.

Cuando el miércoles se le preguntó a la vicepresidente de Estados Unidos y actual candidata demócrata, Kamala Harris, qué medidas tomaría para ayudar a un votante indeciso preocupado por el costo de los alimentos, ella respondió que establecería una prohibición nacional contra la "especulación de precios".

Su propuesta, prácticamente comunista, expuesta ante una audiencia en Pensilvania, "evitaría que las empresas se beneficiaran de la desesperación y la necesidad del consumidor estadounidense, permitiéndoles aumentar los precios sin enfrentar consecuencias".

Una de las características del expresidente Donald Trump es su afición por crear apodos para sus rivales, generalmente poco halagadores. Debido a las propuestas de la demócrata, Trump denomina a su adversaria en la contienda presidencial como "la camarada Kamala Harris".

Afortunadamente para él, el plan económico de Harris encaja perfectamente con el estereotipo socialista. Existen numerosas razones para rechazar su agenda de aumento del tamaño del Estado y sus costosas políticas populistas.

Una de las peores iniciativas de Harris es la de buscar imponer controles de precios en las empresas del sector privado. A los demócratas les encanta culpar a las "empresas especuladoras" por todos los problemas del país, pero la realidad es mucho más compleja.

Si obligan al gobierno a intervenir más en el mercado, solo empeorarán la situación para los estadounidenses. Durante siglos, se han intentado diversas formas de control de precios en todo el mundo y, al igual que ocurrió en Argentina, siempre fracasan.

Incluso el presidente republicano Richard Nixon intentó implementar controles de precios en los años 70 para combatir la inflación, pero solo logró agravar el problema.

La candidata demócrata intenta desviar la atención del sufrimiento causado por la alta inflación de su propia administración Biden-Harris, escapando de cualquier responsabilidad sobre esta situación.

La inflación estadounidense se disparó tras la llegada de Joe Biden y Kamala Harris al poder, afectando duramente a muchos sectores, especialmente en la caja del supermercado, por el alto costo de los alimentos.

Por ello, Harris decidió centrarse en este aspecto al proponer una prohibición federal de la "especulación de precios" en las industrias alimentaria y de comestibles.

Recientemente, en su cuenta de X, la vicepresidente amenazó: "Como presidente, reduciré el costo de los alimentos combatiendo la especulación con los precios por parte de las empresas. Lo he hecho antes y lo voy a hacer de nuevo".

Entre 2020 y 2023, los precios de los alimentos aumentaron un 25%, superando a los de la vivienda, la atención médica y otras categorías. Solo el transporte tuvo un aumento mayor.

"Esto provocará escasez", afirmó Scott Lincicome, miembro senior del Cato Institute, respecto a la propuesta de Harris de controlar los precios. "Reducirá la inversión en ese sector y llevará a precios más altos a largo plazo".

"Si no se puede obtener un buen rendimiento de esa inversión o simplemente se debe lidiar con la burocracia que le indica cómo manejar su negocio, habrá menos inversión o no se invertirá en esa industria", explicó Lincicome.

"Con el tiempo, eso significará menos oferta, menos competencia y eso es perjudicial para los consumidores. Y tenemos siglos de evidencia al respecto".

El presidente demócrata Biden también presentó su propio plan de control de precios, respaldado por Harris. Hace unos meses, anunció una propuesta para limitar los aumentos de alquiler por parte de los propietarios.

Sin embargo, al igual que los controles de precios, los topes de alquiler generan escasez de viviendas y otros problemas, y son criticados por una amplia gama de economistas.

Incluso un ex asesor económico de alto nivel del presidente Barack Obama declaró al Washington Post: "El control de alquileres ha sido tan desacreditado como cualquier otra política económica existente".

"Es la simulación del tipo de planificadores centrales que dirigieron la economía de la Unión Soviética durante décadas", comentan los economistas del First Trust, Brian Wesbury y Robert Stein, acerca del plan de Harris.

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