
Mauricio Carone se va del Gobierno de Trump y genera alivio en Casa Rosada
El funcionario que tensó la relación entre Washington y Buenos Aires durante años abandona su cargo.
En el Gobierno de Javier Milei recibieron con satisfacción una noticia que llegó el viernes desde Washington: Mauricio Claver Carone, el funcionario estadounidense que no era del agrado de varios integrantes del actual gobierno argentino, dejará su cargo en la administración Donald Trump este mes para regresar al sector privado.
El anuncio generó alivio, especialmente por el historial de enfrentamientos que Claver Carone mantuvo con figuras no solo de gobiernos anteriores, sino también del oficialismo, como el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía, Luis Caputo.
Ambos fueron blancos de críticas públicas por parte del exfuncionario, que tuvo un rol protagónico en la política hacia América Latina durante el primer mandato de Donald Trump y que, más recientemente, presionaba con dureza para que la Argentina se alejara de China y desactivara el swap de monedas con ese país.
Los conflictos con Argentina
Abogado, de origen cubano-español, Claver Carone fue un firme impulsor de una línea dura contra los gobiernos latinoamericanos que no se alinearan con Washington. Fue un actor clave en la concesión del mayor préstamo de la historia del FMI a la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri, y no ocultó su disgusto por cómo fue gestionado.
“El programa más grande en la historia del Fondo Monetario lo empujamos para la Argentina. Que se haya manejado mal por parte de la Argentina y les haya costado una elección, es otra cuestión”, dijo en 2020.

Su salida del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde fue presidente tras una fuerte presión de la primera administración Trump, se dio en medio de un escándalo ético por una relación amorosa e impropia con su jefa de gabinete, Jessica Bedoya, a quien incorporó al BID luego de haber trabajado junto a él en el Consejo de Seguridad de la Casa Blanca.
El gobierno de Alberto Fernández y, especialmente, Guillermo Francos, entonces representante argentino ante el BID, fueron acusados por Claver Carone de estar detrás de las denuncias que llevaron a su destitución.
Durante el segundo mandato de Trump, Claver Carone había retornado al Departamento de Estado, aunque sin lograr el mismo nivel de influencia. Su figura fue eclipsada por la creciente relevancia del nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, con quien no mantiene una buena relación.

Rubio, de origen cubano-americano como Carone, fue recientemente nombrado asesor de seguridad nacional en reemplazo de Mike Waltz, y mantiene una relación fluida y muy positiva con el Gobierno de Javier Milei.
En paralelo, el reciente respaldo del secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, y el nuevo tramo de asistencia financiera del FMI evidencian un cambio de tono en la relación bilateral. A diferencia de Claver Carone, Bessent repitió los mismos mensajes respecto a la necesidad de moderar los vínculos con China, pero lo hizo con diplomacia y respaldando al gobierno argentino.
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