
San Francisco suma más gasto municipal en lugar de recortar cargos políticos
Bernarte municipaliza parte de la recolección y se niega a ajustar cargos políticos y doble funciones en su gestión.
En una jugada inexplicable, el intendente de San Francisco, Damián Bernarte, decidió municipalizar parte del servicio de recolección de residuos. Esto carga con aún más peso a las arcas públicas en vez de resolver el problema con austeridad y orden.
La medida, presentada como un “ahorro”, en realidad esconde una decisión política: no tocar la estructura de cargos, asesores y funciones duplicadas dentro del municipio. En vez de achicar el gasto político o modernizar el Estado, elige sumar más responsabilidades al ya limitado presupuesto local.
Con camiones y personal municipal, ahora el Estado se hará cargo de lo que hasta ahora realizaba una empresa privada. Pero lejos de representar una mejora, la decisión genera dudas: ¿tiene el municipio la capacidad real para cubrir más funciones?. ¿Por qué no se empieza ajustando donde más se gasta, que es en la política?

Un capricho político: gastar más para no tocar la propia casta municipal
En San Francisco hay una realidad incómoda: sobran cargos, se duplican funciones y se pagan sueldos que no siempre tienen correlato con la eficiencia. Sin embargo, la respuesta del gobierno local ante el desafío de sostener los servicios fue la misma de siempre: gastar más, en lugar de ordenar lo que ya se tiene.
El discurso de “ahorro” que difunde el oficialismo no se condice con los hechos. Se utiliza personal municipal, se requieren más recursos logísticos y no se toca nada del gasto político que el propio municipio infló durante años. La decisión no es técnica, es política; y, como tantas veces, los vecinos terminan pagando el costo.
Desde la oposición, el concejal Marco Puricelli advirtió que se trata de “un parche” para tapar un problema más profundo. Asegura que no se evalúan opciones de fondo, que no hay voluntad de modernizar la gestión y se improvisa con plata ajena.

Conflicto gremial en puerta
La decisión tampoco pasó desapercibida para el sindicato Surrbac, que advirtió sobre posibles despidos en la empresa Ashira y cuestionó la falta de diálogo. Aunque el municipio intenta mostrarse en control, el trasfondo gremial complica aún más el panorama.
Mientras tanto, los vecinos de San Francisco observan cómo sus dirigentes optan por agrandar el Estado municipal sin un plan claro de ahorro ni eficiencia. Se privilegia sostener cargos antes que sostener servicios. Y se elige el camino más cómodo: el del gasto, no el del orden.
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