
Detectan túneles incas ocultos bajo Cusco: así es la red que unía los templos
Georradares y pruebas acústicas confirmaron túneles incas que conectan Sacsayhuamán y el Coricancha en Cusco.
Un grupo de arqueólogos logró detectar una antigua red de túneles incas que recorre el subsuelo de Cusco. Se trata de una obra de ingeniería oculta durante siglos que une Sacsayhuamán y el Coricancha.
Gracias a estudios acústicos y tecnología de georradar, se comprobó que los pasadizos existen y recorren más de 1.700 metros bajo la Ciudad Imperial.

Una conexión oculta entre Sacsayhuamán y el Templo del Sol
La red fue identificada como una chincana, palabra quechua que significa “laberinto”. Parte desde la fortaleza Sacsayhuamán hasta el Coricancha, actual Convento de Santo Domingo.
También se hallaron dos ramales: uno hacia Muyumarca y otro hacia Calispuquio, otros sectores arqueológicos cercanos.
La búsqueda comenzó con textos del siglo XVII
Los arqueólogos Jorge Calero y Mildred Fernández iniciaron la investigación en 1997. Se basaron en crónicas como la del jesuita anónimo y en los “Comentarios Reales” de Garcilaso de la Vega.

Ambos textos mencionaban “calles subterráneas” construidas por los incas. Incluso hablaban de una cueva profunda que conectaba puntos clave de la ciudad sagrada.
Cómo comprobaron la existencia de los túneles
El equipo usó un método acústico simple: cada 50 cm, golpeaban el suelo con una placa metálica. Si sonaba hueco, marcaban el punto como posible túnel.

Luego, aplicaron georradares, que confirmaron vacíos entre 1,4 y 2,5 metros de profundidad. La estructura tiene forma trapezoidal, típica de la arquitectura inca.
Una obra de ingeniería con siglos de historia
Los túneles habrían sido excavados como zanjas, luego revestidos con muros de piedra y techados con vigas. Finalmente, fueron tapados para levantar sobre ellos andenes o caminos.
Según los datos, la red subterránea fue planeada para unir centros ceremoniales sin ser vista desde la superficie.
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