
Ratifican condenas a policías por el asesinato de Blas Correas en Córdoba en 2020
El joven fue asesinado a tiros en un control policial tras salir a cenar con sus amigos en en agosto de ese año.
El Tribunal Superior de Justicia de Córdoba ratificó este martes las condenas impuestas a los policías involucrados en el asesinato de Blas Correas. El crimen ocurrió en plena pandemia, cuando el joven de 17 años regresaba a su casa tras haber salido con amigos. El caso generó una fuerte repercusión por el accionar policial y el posterior intento de encubrimiento.
En marzo de 2023, la Cámara Octava del Crimen había condenado a prisión perpetua a los cabos Lucas Gómez y Javier Alarcón. Ambos fueron considerados culpables del homicidio calificado de Correas y de la tentativa de homicidio contra los otros ocupantes del auto. También se los juzgó por el uso indebido de arma de fuego en servicio.
El hecho ocurrió en agosto del 2020, cuando un Fiat Argo con 5 jóvenes fue interceptado por la policía tras una discusión con un motociclista. El conductor del vehículo no se detuvo en un control y los agentes comenzaron a disparar. Una de las balas impactó en la espalda de Blas, provocándole la muerte.

Las penas alcanzaron también a los policías que intentaron encubrir el hecho
Varios efectivos recibieron condenas por haber participado en el intento de encubrimiento tras el ataque policial que terminó con la vida del adolescente. Según se probó en el juicio, algunos oficiales simularon que los jóvenes iban armados para justificar los disparos realizados. Plantaron un arma en el auto de las víctimas, con el objetivo de ocultar lo sucedido aquella noche.
Entre los condenados se encuentran Wanda Esquivel, Florencia Martínez y el subcomisario Sergio González, entre otros miembros de la fuerza. Las penas varían entre dos y casi cinco años de prisión, según el grado de responsabilidad asignado a cada uno. En cambio, los policías Rodrigo Toloza y Leonardo Martínez fueron absueltos por el tribunal.
Un caso adicional vinculado ocurrió meses más tarde, durante el segundo juicio que trató otro aspecto del hecho ocurrido en Córdoba. En octubre de 2023 fue condenado Fernando Casalino, empleado de la clínica Aconcagua, donde intentaron llevar a Blas tras recibir el disparo. Casalino se negó a atenderlo cuando llegó gravemente herido, decisión que fue señalada como parte del desenlace trágico.
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