Tras llamar ‘parásito’ a Morena Rial, Carmen Barbieri blindó su casa

La tensión entre Carmen Barbieri  y  Morena Rial  sumó un nuevo capítulo. Tras sus duras declaraciones contra la hija de Jorge Rial, la capocómica reveló que decidió extremar medidas de seguridad en su casa por la inquietante situación que enfrenta cada madrugada.

“Si me pasa algo, quiero que sepan quién fue”,  advirtió Carmen en un móvil con LAM (América). Según relató, instaló cámaras especiales para registrar imágenes y sonidos.

Las madrugadas que encendieron las alarmas

La conductora detalló que la hostigan en plena noche:  “Me tocaron timbre dos veces ayer a la madrugada. Me dicen ‘bajá, bajá’. A las tres, a las cuatro… cinco menos cuarto dejaron de tocar”.

Aunque evitó responsabilizar de forma directa a Morena, Carmen subrayó que la situación comenzó justo después del enfrentamiento mediático con la joven. “No estoy culpando a nadie, pero puse una cámara especial, que se escuche lo que se habla”, explicó.

También opinó sobre el presente judicial de la influencer: “No sé por qué no está presa.  Es un beneficio que le dieron por ser mamá de un chico tan joven. Pero hay una justicia divina que se cumple, tarde o temprano”.

El cruce que lo detonó todo

El conflicto se disparó luego de que Carmen hablara en su programa sobre una pelea de Morena en un boliche de San Telmo. La mediática reaccionó en redes recordándole a Barbieri un escándalo de  Federico Bal  en un local de comidas rápidas.

“Informate, Morena Rial. Chorra, vaga, no hacés nada, parásito”, lanzó Carmen en defensa de su hijo. La respuesta de Morena fue igual de feroz: “Pichón de ballena, gorriada toda tu vida. Te llevabas los panchos al camarín mientras te hacían cornuda”.

Pese a la virulencia del intercambio, Barbieri aclaró que no guarda rencor: “Está todo bien. Que diga lo que quiera. Yo soy gorda, ¿y qué problema hay? Tengo 51 años de trabajo y estoy orgullosa. Nunca me mantuvo ningún hombre”.

Con firmeza, cerró: “Ella cree que lastima. Yo no siento nada por More Rial, ni siquiera la odio. Para odiar primero tendría que haberla querido, y nunca fue así”.