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Montaña nevada iluminada por el sol al atardecer reflejada en un lago rodeado de árboles.
URUGUAY

La naturaleza, ¿es capitalista?

Es necesario despejar hipótesis y acercarse al concepto real de las cosas

Por: Ing. Federico Sicardi

De los argumentos más contundentes que mi padre, Guillermo Sicardi, me transmitía para comprender por qué las ideas socialistas causan tanto daño, es que las mismas niegan la naturaleza humana.

El ser humano debe estar bien consigo mismo para poder colaborar con otros.
Suena bastante absurdo pedirle ayuda para cargar ladrillos a un anciano que apenas puede cruzar la calle con bastón, ¿verdad?. 

Igual de absurdo es poner a las necesidades de la sociedad sobre las del individuo, ya que evidentemente, una sociedad no es más que un conjunto de individuos. Al momento de rechazar su naturaleza racionalmente egoísta, el humano se ve enfrentado a degradar su libertad y propiedad individual para satisfacer el ¨bien común¨, esa abstracción que intenta involucrar lo que es mejor para ¨todos¨, aún cuando es imposible conocer a todos y mucho menos sus necesidades.

Según la teoría evolutiva, los humanos somos parte de la naturaleza, mamíferos y animales qué evolucionaron de reinos más primitivos, como lo son el de las bacterias y los hongos.

La ciencia moderna nos muestra que tanto las plantas como los humanos, estamos continuamente coexistiendo con estos seres. Incluso se sabe que las bacterias en nuestro intestino cumplen un rol fundamental para la digestión y otros procesos necesarios para sostenener la vida.

Cuando vemos el reino vegetal, las plantas intercambian azúcares con las bacterias y hongos a cambio de nutrientes, y nunca queda excedente en el proceso. 

Millones de intercambios voluntarios por segundo ocurren en una cucharadita del suelo de un bosque, y el concepto de GRATIS simplemente no existe. 

En el suelo, cada ser vivo está preocupado por su propio bienestar, cumpliendo su función de estar vivo, y en el proceso debe colaborar con otros seres, formando acuerdos de ganar-ganar para obtener lo que necesitan y en consecuencia, hacer prosperar al ecosistema. Sí, son comerciantes que intercambian voluntariamente sus bienes de propiedad (azúcar, minerales, moléculas de ATP, o cualquier otra ¨moneda¨ biológica).

Además de existir los seres benefactores que aportan valor e intercambian voluntariamente sus bienes, también existen seres parasitarios, que al no ser capaces de aportar valor por sí mismos, buscan vivir de arriba alimentándose del esfuerzo de otros seres vivos. 

Existen y siempre van a existir, pero la naturaleza es tan increíblemente perfecta, que si todos fueran parásitos, simplemente colapsarían, ya que no tendrían a nadie que trabaje por ellos.

Así es que el equilibrio se mantiene y los buenos terminan desplazando a los malos convirtiéndolos en minoría. Los benefactores tienen la capacidad de prosperar por sí mismos, mientras los parásitos dependen siempre del éxito ajeno, y es por esto, que el orden espontáneo tiende a la prosperidad.

Entonces, ¿es la naturaleza capitalista?

Hasta el momento no encontré a ningún biólogo hablando de un ser vivo coordinador que dicte cuánta azúcar le corresponde a cada especie de bacterias u hongos, si debe haber un sueldo mínimo en azúcar para las bacterias que no sean eficientes, si hay que sacarle más azúcar a una planta que a otra porque produjo demasiado, o cualquier otra forma de organizar economía de forma centralizada.

En la naturaleza, el que no aporta valor al ecosistema, simplemente no sobrevive, y quién lo determina es el orden espontáneo de la necesidad de sobrevivir de cada individuo sin tener noción de lo que sucede a su alrededor. De la misma forma que el alambrador de un campo, desconoce en qué góndola del supermercado va a terminar el trozo de carne de la vaca que está impidiendo que se escape del corral.

Conclusión 

Concluyendo, la naturaleza es CAPITALISTA, y sí, con mayúsculas, ya que el capitalismo no es nada más que el intercambio voluntario de la propiedad privada de cada individuo sin intermediarios. 

Si el orden espontáneo de la naturaleza tiende a la prosperidad, ¿Por qué el orden espontáneo entre humanos no tendería a prosperar también, dado que somos parte de lo mismo?
¿Será esta la explicación de fondo por el cuál los países más libres son los más prósperos?

Noviembre 2024.

➡️ Uruguay

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