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Alberto Fernández y Lula revelan sus verdaderas intenciones para América Latina

Alberto Fernández y Lula Da Silva participaron de un conversatorio virtual en el que revelaron sus preocupaciones por la soledad en la que se encuentra la izquierda en la actualidad de América Latina, y sus verdaderas intenciones para la región.

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En plena pandemia y con Argentina en su peor recesión económica de la historia, el presidente Alberto Fernández participó del encuentro virtual organizado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), titulado «Pensar América Latina Después de la Pandemia COVID-19» junto con el ex-presidente convicto Lula da Silva.

La reunión se llevó a cabo unas semanas después de que se suspendiera la exposición que iba a dar el juez brasileño Sergio Moro – pieza clave en la operación «Lava Jato» que derivó en la detención de Lula Da Silva – en la facultad de Derecho de dicha institución, debido a la fuerte presión de grupos de izquierda y del gobierno para que esta charla no se haga.

El gobierno decidió que en su reemplazo era conveniente armar algo más «amigable a la izquierda». En la charla de hoy, el ex-presidente brasileño y el presidente argentino analizaron el impacto de la pandemia en la región y aseguraron que el Estado es una pieza fundamental para hacerle frente.

Pero de todo el encuentro lo que más se destacó fueron las declaraciones de Alberto Fernández cuando recordó las épocas en que el socialismo había atrapado a todos los países de la región y los gobiernos progresistas eran amplia mayoría en Latinoamérica.

«Dios me dio la chance de vivir uno de los mejores períodos de política en América Latina. Tuve la suerte de convivir con Néstor y Cristina, con Tabaré y Pepe, con Lagos y Bachelet, con Correa, con Evo, con Lugo, con Chávez. Construimos el más importante momento de desarrollo», empezó recordando Lula, que aseguró «extrañar» aquellos ayeres. 

«Teníamos el sueño de construir una América Latina fuerte, soberana» concluyó el ex-presidente brasileño, ignorando que esa América Latina dejó a un tercio del continente sumido en la pobreza, no tuvo ni una sola gestión sin escandalos de corrupción y la inseguridad se convirtió en el principal problemas de los latinoamericanos.

El mismo Fernández ha destacado en el pasado que los socialismos del siglo XXI en Latinoamérica tuvieron gestiones «deplorables», pero ese pasaso sensato quedó en el pasado.

Ante las declaraciones de Lula, Fernández respondió:

«Yo no lo tengo a Néstor, no lo tengo al Pepe Mujica, no lo tengo al Evo, a Michele, a Lagos, a Tabaré. A duras penas somos dos los que queremos cambiar el mundo, uno esta en México y se llama Manuel López Obrador, y el otro soy yo. Y nos cuesta mucho» 

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Disecando las declaraciones de los últimos líderes de la izquierda en América Latina

Lula empezó el conversatorio tirándole flores a la cuarentena que impuso sobre los argentinos el gobierno de Alberto Fernández. 

«Sinceramente no se cómo será el mundo después de la pandemia, nadie lo sabe. Pero tengo la certeza de que los países en los que el gobierno pensó primero en la población, como el caso de Argentina, saldrán mejor de la crisis que aquellos que no lo hicieron. Es muy triste lo que sucede en Brasil y por eso quiero felicitar a Alberto Fernández por la alta responsabilidad con la que viene enfrentando la pandemia, por el coraje que caracteriza a un verdadero líder», declaró Lula, destacando también la forma en la que el gobierno argentino manejó la pandemia y lamentándose por los más de 55 mil personas que murieron a causa del virus chino en Brasil. «Ni las guerras en las que Brasil participó generaron tanta devastación»

A su vez también dijo «todos los seres humanos podemos contraer el virus» y «en los mas pobres en donde produce la mortal devastación».

Por su parte, Alberto dijo al comienzo de la charla que «Lula es un hombre inmenso para América Latina. No sabes las ganas que tengo de verte y abrazarte». 

Además, Fernández fue directo contra aquellos que le reclaman por el impacto de la cuarentena en la economía del país. «Nadie que haya abrazado la causa popular puede poner en duda que lo más importante es la vida y la salud de la gente. Sin embargo hay otras almas que piensan que lo mas importante son los negocios». Es muy irónico escucharlo hablar al presidente argentino de la importancia de la vida, siendo uno de los presidentes más pro-aborto que tuvo la historia argentina.

Por último, aprovechó para atacar al sistema capitalista moderno, ese que permitió pasar del 95% de pobreza mundial hace 300 años a menos del 5% ahora. «En el derrumbe económico observamos cómo ese capitalismo financiero construyó un castillo de naipes que un virus pequeño pudo desmoronar con facilidad. Hay que crear un nuevo capitalismo que se integre a la sociedad, que no concentre la riqueza, sino que la distribuya».

Una vez más, se olvidó mencionar que no es el virus el que derrumbó la economía, si no que fueron las cuarentenas excesivas, que muchos países aplicaron de manera bruta debido a la comprensible falta de información que había en un principio. El problema radica en que ahora, todos los países están pasando a una cuarentena flexible e inteligente, como la de Uruguay, y están logrando controlar las muertes sin relegar la economía, algo para lo que el presidente argentino no está capacitado para hacer.

Al finalizar, hizo referencia al rol del Estado desde el inicio de la cuarentena. «Tengo la tranquilidad de que el dinero que hoy invertimos en preservar la salud y vida de los argentinos lo vamos a recuperar mañana, lo que no me deja tranquilo es saber que nunca vamos a poder recuperar a los mil que se nos murieron». 

Lamentablemente, la inversión en 4 meses de cuarentena no existió, y la situación de camas, respiradores, y tratamientos anti-virales no se modificó a grandes rasgos en el país. Asegura que son solo «mil que se nos murieron» pero la realidad es que cuando termine la pandemia y empiecen a notarse los efectos de la crisis económica, los muertos por hambre y por pobreza serán decenas de miles.

Lula arranca a 1 hora y 35 minutos.

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Con estas declaraciones quedan evidenciadas las intenciones de estos políticos de llevar a cabo su plan socialista y comunista en la región, que en el pasado han tratado de diferenciarse de los gobiernos de izquierda más extremos como el de Hugo Chávez o el de Ortega, ahora ya no quedan casi diferencias entre éstos proyectos de país. 

Todos y cada uno de los personajes mencionados tanto por Lula como por Alberto forman parte del grupo político «Foro de Sao Paulo«, en el cual se agrupan todos los partidos políticos de corte socialista en América Latina, que hasta principios de 2015 controlaba con puño apretado la política de casi todos los países del continente.

Pero con los triunfos de Horacio Cartes en 2013, el de Macri en 2015, Kuczynski en 2016, Piñera en 2017, Bolsonaro en 2018, la asunción de Jeanine Añez en 2019 y culminando con la gran victoria de Lacalle Pou en Uruguay, la región ha dejado de estar dominada por la izquierda chavista.

El Foro de Sao Paulo degeneró en el ya famoso «Grupo Puebla«, que trata de limpiar la imagen de la izquierda retrógrada, nacionalista y chavista, mostrando una imagen «revitalizada», más joven y progresista. Sin embargo, como quedó demostrado hoy en el conversatorio de Lula y Fernández, en definitiva son la misma gente.

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El Salvador

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, llamó a una reunión de Gabinete para decirles que están siendo investigados por corrupción

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El mandatario salvadoreño convocó a una reunión con sus ministros televisada, y los sorprendió avisándoles que todos serían investigados por el Fiscal General de manera preventiva.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, convocó este lunes a una reunión a todos los funcionarios de su Gabinete para sorprenderlos con el hecho de que serán investigados por el Fiscal General por corrupción, particularmente por sobornos.

Bukele comenzó la reunión como todas, pero de repente sorprendió diciendo: «Todos aquí son del Poder Ejecutivo que yo superviso, excepto una persona: el Fiscal General. Él no es del Ejecutivo, pero está aquí hoy por una razón: quiero pedirle públicamente que investigue a todos los que están sentados aquí. Retroactivamente y en el futuro«.

«Me imagino que no debería haber ningún problema con eso«, aclaró antes que los funcionarios pudieran responder. La reunión fue grabada, por lo que la cámara captó las reacciones en vivo de los ministros, algunos con miradas de asombro y otros con sonrisas de satisfacción

«Hay algunos presidentes en prisión y otros huyendo, pero la mayoría son recordados como criminales«, afirmó y agregó: «No es así como quiero que me recuerden«, por lo que iniciará una «cacería de brujas preventiva» para encontrar si tiene funcionarios corruptos.

En este sentido, recordó al ex presidente salvadoreño, José Napoleón Duarte, quien, según Bukele, no era un ladrón, pero sí «se rodeó de ladrones», y él no está dispuesto a condonar que nadie robe en su gobierno.

«Hubo un momento en que ofreció esperanza al pueblo salvadoreño. Pero si bien era cierto que no robó, entonces fue un tonto, porque él era la esperanza del pueblo«, afirmó Bukele. «No tocó ni un centavo y aun así manchó su legado rodeándose de ladrones«. 

«Eso no me pasará a mí«, dijo, añadiendo que quiere ser recordado como el presidente que encarceló a los ladrones, tanto en las calles como en el Gobierno.

La gente en las redes sociales aplaudió abrumadoramente al presidente luego de la reunión televisada, en una medida que se da a dos meses de haber reelegido de manera abrumadora. «Imagínense hacer eso en Estados Unidos. El 90% estaría en prisión«, dijo un usuario de las redes sociales.

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Uruguay

Las consecuencias del “Estado fuerte” en Uruguay: 22% de los niños viven por debajo de la línea de la pobreza y sufren desnutrición infantil

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Bajo el gobierno de Lacalle Pou en Uruguay, la pobreza infantil persiste sin soluciones contundentes, reflejando una falta de acción frente a las necesidades más básicas de la población.

El problema de la pobreza infantil no es nuevo en Uruguay, y golpea a todo el sistema político, desde el izquierdista Frente Amplio hasta el Partido Nacional, y mucho menos al Partido Colorado; ninguno ha encontrado caminos que logren al menos reducir esta gran dificultad.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó los datos de pobreza en Uruguay medida por nivel de ingreso, correspondientes al año 2023, donde se confirma que el número de personas, la pobreza alcanza al 10,1%, y entre niños, este número aumenta hasta el 22%.

Lo que sorprende es que estos números sean defendidos por el presidente Lacalle Pou en sus recientes declaraciones en la cena anual de la Fundación Libertad, donde quiso imponer su «liberalismo a la uruguaya«, donde el Estado «debe ser fuerte» para supuestamente «sacar a las personas de la pobreza«.

«La libertad no se puede gozar si se vive en un rancho, si no se tiene acceso a la salud o no se estudia. Tenemos que tener un Estado fuerte para poder gozar de la libertad«, dijo insólitamente en su discurso.

Según el informe, el 50% de los niños que nacen lo hacen bajo la línea de pobreza; el 22% de los niños tienen necesidades básicas insatisfechas. Un dato lapidario que debiera no dejar dormir al gobierno de, que en lugar de ocuparse por resolver la terrible realidad que atraviesa su país, prefiere pasearse y hacer vedetismo y farándula en la Argentina y el mundo, imitando a su colega, José Mujica, que prefería el glamour de los medios internacionales a gobernar.

La pobreza en general sigue creciendo; el 10,4% actual ya supera los valores previos a la pandemia. La pobreza entre menores de 6 años es 11,6 veces mayor que la de los adultos mayores de 65, una disparidad que refleja una tendencia.

Uruguay es un país completamente estancado económicamente, con un estado con un peso gigantesco sobre la economía. En Uruguay, el Estado maneja los combustibles, la mayor parte de la electricidad, la mayor parte de la telefonía, la obra pública y privada, el mercado laboral, la educación, la salud. Uruguay es un país que no tiene nada de liberal en lo económico, y las consecuencias están a la vista: la economía no crece, solo un 0,4% en todo el año 2023, y las expectativas no mejoran.

Tan es así que en las escuelas públicas de Uruguay, donde según el Presidente uruguayo, el Estado se encuentra muy presente, los niños almuerzan ensaladas con una cantidad ínfima de vegetales y no los dejan repetir.

Lo que queda claro es que nadie se anima a hacer reformas que liberen la economía y permitan que ésta crezca en Uruguay. Simplemente eligen mantener el país como está, en pos de beneficiar a ciertos intereses corporativos, para beneficiar a la casta prebendaria Uruguaya.

No hay mucha vuelta que darle: el gobierno de Lacalle Pou eligió tomar una postura de respuesta y no de propuesta ante los problemas que atraviesa Uruguay. No propuso desregular el mercado laboral, desregular los combustibles o bajar el gasto público para reducir el peso del estado sobre la economía, nada de eso.

Simplemente eligió hacer la vista gorda ante los problemas y patear la pelota para adelante. En consecuencia de ello, quien lo suceda en el gobierno en el año entrante deberá afrontar estos problemas que el mandato de Lacalle ignoró. Pero el panorama es desolador, ningún actual precandidato propone medidas de este estilo, ni semejantes; todos buscan mantener el Estado gigante que caracteriza al Uruguay desde el año 1900.

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Brasil

Masiva protesta en Brasil en contra de la censura de Lula: Bolsonaro habló ante millones y pidió un aplauso para Elon Musk

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En la protesta se vieron manifestantes vestidos de Bolsonaro, de Elon Musk y hasta del presidente argentino Javier Milei, en favor de la libertad de expresión y el fin del régimen autoritario de Lula.

El ex presidente Jair Bolsonaro convocó a millones de manifestantes en las playas de Copacabana, este domingo en Río de Janeiro, para protestar contra la persecución política del régimen de Lula da Silva y pedir por el fin de la censura en redes sociales contra la oposición.

Millones de manifestantes comenzaron a llegar poco después de las 8 de la mañana. Bolsonaro salió del hotel cercano alrededor de las 10:00 horas, se subió a uno de los camiones y pronunció un discurso que duró unos 35 minutos, con un micrófono y parlantes para que escuche toda la ciudad.

En su discurso, Bolsonaro criticó con dureza a Lula y al juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, por sus medidas contrarias a la libertad de expresión. El juez Moraes ha metido presos a empresarios, políticos, periodistas y activistas bolsonaristas en los últimos 2 años.

El líder de la oposición pidió una amnistía para los presos del 8 de enero, día en el cual manifestantes de derecha ingresaron al edificio del Congreso y de la Corte Suprema en protesta contra el fraude electoral impulsado por el Tribunal Supremo Electoral, que preside el propio Moraes.

Como ocurrió con el Asalto al Capitolo en Estados Unidos dos años antes, no solo el puñado de violentos fue arrestado, sino que el gobierno de Lula mantiene apresados a miles de brasileros que se estaban manifestando pacíficamente y no ingresaron a los edificios públicos ese día.

En otra parte del discurso, Bolsonaro pidió un aplauso para Elon Musk, a quien apodó como una «leyenda» y aseguró que es un «hombre que quiere preservar la libertad«. Tras comprar Twitter, Musk desafió a Moraes y levantó todos los bloqueos que había impuesto la Suprema Corte.

El expresidente volvió a hablar de las elecciones de 2022, que fueron robadas por el Tribunal Electoral, y recordó que hubo fraude en las urnas: «Lo que más queremos es que Brasil vuelva a la normalidad, que podamos participar en las elecciones sin sospecha alguna«.

«Al fin y al cabo, el alma de la democracia son unas elecciones limpias en las que nadie puede siquiera pensar en dudar de ello«, aseguró.

La protesta fue convocada por Bolsonaro en medio de un intento del juez Moraes por apresarlo al expresidente, por una presunta participación en un intento de golpe de Estado para permanecer en el poder, del cual no hay pruebas.

Sin embargo, Moraes ya apresó a varios ex ministros, a múltiples empresarios que le donaban dinero y a todos los periodistas que apoyaron su gobierno. El próximo objetivo de la dictadura, y el gran trofeo que busca Lula, es arrestarlo a Bolsonaro.

A pesar de que Bolsonaro era un simple diputado y que estaba a un año de anunciar su campaña presidencial cuando la Justicia arrestó a Lula en julio de 2017, por lo que no estuvo relacionado en lo más mínimo con su detención, el dictador de izquierda nunca le va a perdonar que puso de Ministro de Justicia a Sergio Moro, el juez que le dictó prisión efectiva.

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