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Bloque corrido a la derecha y un Alberto Fernández solitario: así fue la 56° Cumbre del Mercosur

La 56° Cumbre de Mercosur se llevó a cabo por manera virtual, y marcó la asunción de Lacalle Pou como Presidente Pro-Tempore del bloque. Esta organización renovada, cuenta con solamente un adherente al socialismo retrógrado, el presidente argentino Alberto Fernández.

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Este jueves 2 de julio se llevó a cabo la 56° Cumbre del Mercosur, en dónde se reunió a todos los presidentes latinoamericanos afiliados al Mercosur (a excepción del dictador venezolano Nicolás Maduro) en una sesión virtual, la primera en la historia del bloque.

La reunión contó también con la presencia de los presidentes de Colombia y Chile, Iván Duque y Sebastián Piñera, que fueron invitados como observadores. 
Por último, se contó con la presencia del Alto Representante de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, el español Josep Borrell, y del presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, quien asistió para discutir fechas de re-apertura de los torneos deportivos continentales.

El objetivo de esta cumbre era, además de reunir a los principales referentes del bloque como se hace todos los años, que el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, actual Presidente Pro-Tempore del Mercosur, le transfiera el mandato al presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, quien debutó en la reunión del bloque y agradeció enormemente al presidente paraguayo por los esfuerzos que hizo por la unión durante su gestión.

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El presidente anfitrión Marito Abdo Benítez, agradeció a los presidentes por asistir a la Cumbre y por expresar sus opiniones, explicando que la principal meta para la organización es el acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea. 

Los logros de la gestión del presidente paraguayo fueron enormes; logró aprobar una resolución que establece una cierta participación de empresas del sector privado en el Mercosur, el intercambio de información en la Comisión de Comercio del Mercosur sobre medidas relacionadas al comercio internacional y la coordinación de acciones contundentes contra la actual pandemia del COVID-19.

Además, presidió el bloque durante las duras negociaciones con la Unión Europea y durante su gestión se iniciaron negociaciones sobre un futuro acuerdo de libre comercio con Corea del Sur y Japón, a pesar de que el presidente Alberto Fernández, ya anunció que Argentina no participará de esas negociaciones.

Abdo Benítez se solidarizó con el representante de la Unión Europea, Josep Borrell, sobre la arremetida del régimen de Nicolás Maduro en contra de la Unión Europea, quien recientemente mandó a expulsar a los embajadores y representantes de los países integrantes de la Unión Europea en el país caribeño que, cabe recordar, es miembro del Mercosur pero está inactivo y suspendido desde el año 2017, cuando se activó la cláusula democrática de la organización en contra de Venezuela por sus atentados contra la población civil, sus delitos de lesa humanidad y por no permitir que se lleven a cabo elecciones libres.

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La presidente constitucional de Bolivia, Jeanine Añez, debutó en esta Cumbre también. En su discurso inaugural puso énfasis en la concertación y aseguró que la situación global que se atraviesa por la pandemia del virus chino y la crisis económica mundial exige a todos los países del bloque trabajar juntos para fortalecer la integración económica, a fin otorgar las oportunidades para la generación de empleo dignos en pos de la reactivación económica en la región.

Su discurso pro-libre comercio fue recibido con mucho apoyo por esta Cumbre latinoamericana renovada, de los cuales el único adherente al socialismo del siglo XXI que queda es el presidente Fernández.

La presidente también expresó a sus homólogos el compromiso que tiene su gobierno con la salud y la lucha por la libertad, además de ratificar ante la comunidad internacional su compromiso de dar credibilidad democrática al país, recalcando que las elecciones presidenciales en Bolivia tomarán lugar si o si el 6 de septiembre.

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El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, también expresó en la Cumbre que el Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea es vital para el desarrollo macroeconómico sudamericano, e instó a los negociadores del Mercosur que aceleren y lleguen rápidamente a un acuerdo final con Europa que pueda ser votado y aprobado.

Cabe recalcar que Bolsonaro fue presidente de la organización hasta diciembre del 2019, antes de Abdo Benítez, y fue bajo su mandato que se negoció y se llegó a pactar el acuerdo comercial con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), bloque integrado por Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein, en una directa colaboración entre el ex-canciller argentino, Jorge Faurie, y el canciller brasileño, Ernesto Araújo. 

Además de casi lograr un acuerdo final entre la Unión Europea y el Mercosur, si no fuera por los incendios en el país tropical que llevó a una escalada de tensión con Francia en agosto de 2019 y provocó que se tengan que retomar muchas de las negociaciones.

En tiempos del COVID-19, la economía latinoamericana ha sufrido enormemente los graves estragos que dejó el paso de la pandemia, sufriendo déficit en sus indicadores económicos y una paralización parcial en el sector comercial.
Bolsonaro también remarcó que se deben buscar otros acuerdos de libre comercio con más países alrededor del mundo como Canadá, Singapur y el Líbano. Además de fortalecer los ya logrados con Israel y la India.

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El presidente argentino, Alberto Fernández, desentonó del resto de los mandatarios. Argumentó un llamado a la unidad del Mercosur, dando a entender que quiere volver a sentar en la mesa de negociaciones a Nicolás Maduro, buscar una solución económica socialista para contrarrestar los efectos negativos que deja el paso del virus en la región que, según él, es una de las más "desiguales del mundo".

Fernández días atrás, mencionó que extraña de menos esa Latinoamérica izquierdista liderada por Hugo Chávez, Evo Morales, Tabaré Vásquez y demás antiguos políticos izquierdistas de la región.

En la reunión, además, citó al papá Francisco dirigiéndose indirectamente al presidente brasileño, Jair Bolsonaro. “Espero que en no mucho tiempo más superemos esta pandemia, la vamos a superar con el mundo, no solos, porque como bien dice el Papa Francisco aquí nadie se salva solo."

Luego de hablar, cuando la presidente boliviana Jeanine Añez empezaba a dar su discurso, Alberto abandonó de manera déspota y grosera la reunión, apagando su televisor y retirándose de la sesión virtual sin previo aviso. Nunca volvió, perdiéndose también del discurso de Lacalle Pou y Sebastián Piñera, quienes encima lo mencionaron en su discurso.

Este portazo, que obviamente luego tanto las cancillerías de Argentina y Bolivia negaron asegurando que "las relaciones entre los países no están tensionadas" marcó el rechazó de Alberto Fernández al gobierno de Jeanine Añez. 

Argentina es hoy el albergue de Evo Morales y de varios de sus secuaces luego de que se escaparan de Bolivia tras su intento fallido de hacer un fraude electoral.

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Por su parte, el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou cerró la Cumbre expresando que la meta principal de su gestión como nuevo Presidente Pro-Tempore del Mercosur será la de sellar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, que tiene como meta reducir las trabas arancelarias, abrir la región al comercio internacional y exportar los productos latinoamericanos a todo el mundo.

Además, Lacalle Pou trató de buscar territorio común con el mandatario argentino, asegurando que no hay que parcializarse con un bando en específico, y que hay que comercializar tanto con China como con Estados Unidos para desarrollar más la región.

Destacó también que estuvo en conversaciones con Alberto Fernández para desarrollar la hidrovía del Río Uruguay, y que de haber avances se lo incluirá a Bolsonaro en las negociaciones. Conociendo el espíritu combativo de estos dos últimos, y de sus enormes diferencias respecto al comercio, Lacalle Pou tendrá un enorme desafío por delante si quiere hacer del Río Uruguay un camino de comercio.

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Uruguay

Las consecuencias del “Estado fuerte” en Uruguay: 22% de los niños viven por debajo de la línea de la pobreza y sufren desnutrición infantil

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Bajo el gobierno de Lacalle Pou en Uruguay, la pobreza infantil persiste sin soluciones contundentes, reflejando una falta de acción frente a las necesidades más básicas de la población.

El problema de la pobreza infantil no es nuevo en Uruguay, y golpea a todo el sistema político, desde el izquierdista Frente Amplio hasta el Partido Nacional, y mucho menos al Partido Colorado; ninguno ha encontrado caminos que logren al menos reducir esta gran dificultad.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) divulgó los datos de pobreza en Uruguay medida por nivel de ingreso, correspondientes al año 2023, donde se confirma que el número de personas, la pobreza alcanza al 10,1%, y entre niños, este número aumenta hasta el 22%.

Lo que sorprende es que estos números sean defendidos por el presidente Lacalle Pou en sus recientes declaraciones en la cena anual de la Fundación Libertad, donde quiso imponer su "liberalismo a la uruguaya", donde el Estado "debe ser fuerte" para supuestamente "sacar a las personas de la pobreza".

"La libertad no se puede gozar si se vive en un rancho, si no se tiene acceso a la salud o no se estudia. Tenemos que tener un Estado fuerte para poder gozar de la libertad", dijo insólitamente en su discurso.

Según el informe, el 50% de los niños que nacen lo hacen bajo la línea de pobreza; el 22% de los niños tienen necesidades básicas insatisfechas. Un dato lapidario que debiera no dejar dormir al gobierno de, que en lugar de ocuparse por resolver la terrible realidad que atraviesa su país, prefiere pasearse y hacer vedetismo y farándula en la Argentina y el mundo, imitando a su colega, José Mujica, que prefería el glamour de los medios internacionales a gobernar.

La pobreza en general sigue creciendo; el 10,4% actual ya supera los valores previos a la pandemia. La pobreza entre menores de 6 años es 11,6 veces mayor que la de los adultos mayores de 65, una disparidad que refleja una tendencia.

Uruguay es un país completamente estancado económicamente, con un estado con un peso gigantesco sobre la economía. En Uruguay, el Estado maneja los combustibles, la mayor parte de la electricidad, la mayor parte de la telefonía, la obra pública y privada, el mercado laboral, la educación, la salud. Uruguay es un país que no tiene nada de liberal en lo económico, y las consecuencias están a la vista: la economía no crece, solo un 0,4% en todo el año 2023, y las expectativas no mejoran.

Tan es así que en las escuelas públicas de Uruguay, donde según el Presidente uruguayo, el Estado se encuentra muy presente, los niños almuerzan ensaladas con una cantidad ínfima de vegetales y no los dejan repetir.

Lo que queda claro es que nadie se anima a hacer reformas que liberen la economía y permitan que ésta crezca en Uruguay. Simplemente eligen mantener el país como está, en pos de beneficiar a ciertos intereses corporativos, para beneficiar a la casta prebendaria Uruguaya.

No hay mucha vuelta que darle: el gobierno de Lacalle Pou eligió tomar una postura de respuesta y no de propuesta ante los problemas que atraviesa Uruguay. No propuso desregular el mercado laboral, desregular los combustibles o bajar el gasto público para reducir el peso del estado sobre la economía, nada de eso.

Simplemente eligió hacer la vista gorda ante los problemas y patear la pelota para adelante. En consecuencia de ello, quien lo suceda en el gobierno en el año entrante deberá afrontar estos problemas que el mandato de Lacalle ignoró. Pero el panorama es desolador, ningún actual precandidato propone medidas de este estilo, ni semejantes; todos buscan mantener el Estado gigante que caracteriza al Uruguay desde el año 1900.

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Brasil

Masiva protesta en Brasil en contra de la censura de Lula: Bolsonaro habló ante millones y pidió un aplauso para Elon Musk

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En la protesta se vieron manifestantes vestidos de Bolsonaro, de Elon Musk y hasta del presidente argentino Javier Milei, en favor de la libertad de expresión y el fin del régimen autoritario de Lula.

El ex presidente Jair Bolsonaro convocó a millones de manifestantes en las playas de Copacabana, este domingo en Río de Janeiro, para protestar contra la persecución política del régimen de Lula da Silva y pedir por el fin de la censura en redes sociales contra la oposición.

Millones de manifestantes comenzaron a llegar poco después de las 8 de la mañana. Bolsonaro salió del hotel cercano alrededor de las 10:00 horas, se subió a uno de los camiones y pronunció un discurso que duró unos 35 minutos, con un micrófono y parlantes para que escuche toda la ciudad.

En su discurso, Bolsonaro criticó con dureza a Lula y al juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes, por sus medidas contrarias a la libertad de expresión. El juez Moraes ha metido presos a empresarios, políticos, periodistas y activistas bolsonaristas en los últimos 2 años.

El líder de la oposición pidió una amnistía para los presos del 8 de enero, día en el cual manifestantes de derecha ingresaron al edificio del Congreso y de la Corte Suprema en protesta contra el fraude electoral impulsado por el Tribunal Supremo Electoral, que preside el propio Moraes.

Como ocurrió con el Asalto al Capitolo en Estados Unidos dos años antes, no solo el puñado de violentos fue arrestado, sino que el gobierno de Lula mantiene apresados a miles de brasileros que se estaban manifestando pacíficamente y no ingresaron a los edificios públicos ese día.

En otra parte del discurso, Bolsonaro pidió un aplauso para Elon Musk, a quien apodó como una "leyenda" y aseguró que es un "hombre que quiere preservar la libertad". Tras comprar Twitter, Musk desafió a Moraes y levantó todos los bloqueos que había impuesto la Suprema Corte.

El expresidente volvió a hablar de las elecciones de 2022, que fueron robadas por el Tribunal Electoral, y recordó que hubo fraude en las urnas: "Lo que más queremos es que Brasil vuelva a la normalidad, que podamos participar en las elecciones sin sospecha alguna".

"Al fin y al cabo, el alma de la democracia son unas elecciones limpias en las que nadie puede siquiera pensar en dudar de ello", aseguró.

La protesta fue convocada por Bolsonaro en medio de un intento del juez Moraes por apresarlo al expresidente, por una presunta participación en un intento de golpe de Estado para permanecer en el poder, del cual no hay pruebas.

Sin embargo, Moraes ya apresó a varios ex ministros, a múltiples empresarios que le donaban dinero y a todos los periodistas que apoyaron su gobierno. El próximo objetivo de la dictadura, y el gran trofeo que busca Lula, es arrestarlo a Bolsonaro.

A pesar de que Bolsonaro era un simple diputado y que estaba a un año de anunciar su campaña presidencial cuando la Justicia arrestó a Lula en julio de 2017, por lo que no estuvo relacionado en lo más mínimo con su detención, el dictador de izquierda nunca le va a perdonar que puso de Ministro de Justicia a Sergio Moro, el juez que le dictó prisión efectiva.

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Venezuela

Tras la inhabilitación de Corina Machado, la oposición en Venezuela se une detrás de Edmundo Urrutia, quien enfrentará a Maduro

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De carrera diplomática, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, y fue una especie de vicecanciller durante la presidencia de Rafael Caldera.

El régimen chavista se acerca a unas elecciones claves para continuar y legitimar su sanguinaria dictadura en Venezuela. Nicolás Maduro, desesperado por la posibilidad de perder los comicios, luego de encuestas que lo ubican siendo derrotado por cualquier opositor por más de 40 puntos de diferencia, decidió tirar abajo el Acuerdo de Barbados y lanzó una campaña de inhabilitación de opositores.

En la volteada cayó la líder de la oposición, Maria Corina Machado, e incluso no se le permitió a su sucesora, Corina Yoris, a anotarse como candidata, por lo que todo indicaba que Maduro iba a presentarse sin oposición en las elecciones del 28 de julio.

Sin embargo, a último minuto antes que cierra la inscripción, Edmundo González Urrutia, un miembro desconocido del partido opositor Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró anotarse en el sistema, y mientras el régimen estaba intentando boicotear la candidatura de Yoris, Urrutia pasó completamente desapercibido.

Inmediatamente la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la coalición de partidos opositores a Maduro, empezó a negociar con Urrutia. Si bien no es una figura fuerte dentro de la alianza anti-chavista, es la única persona que podrá competir contra el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Inscrito inicialmente como candidato provisional del Consejo Nacional Electoral (CNE) el 26 de marzo, su nominación buscaba preservar la tarjeta electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Esta maniobra permitió sortear el bloqueo contra la candidatura de Corina Yoris, quien había sido previamente seleccionada para representar a la oposición tras la inhabilitación política de Machado.

Es por eso que tras una cumbre partidaria este viernes 19 de abril, Corina Machado y el resto de los dirigentes que no pudieron anotarse votaron a favor de que Urrutia se convierta en el candidato de la oposición unificada contra el chavismo.

De esta manera, Edmundo González Urrutia, de 74 años y con una carrera política enfocada puramente en la diplomacia, quien asegura que se anotó simplemente como candidato provisional para preservar la tarjeta electoral de la MUD en caso de que pasara algo con la candidatura de Corina Yoris, será el máximo líder de la oposición a Maduro.

Quién es Edmundo Urrutia

Nacido en La Victoria, estado Aragua, y graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Relaciones Internacionales, tiene además un Máster en Relaciones Internacionales de la American University de Washington, Estados Unidos, donde estudió en 1981.

Urrutia comenzó su carrera como Embajador de Venezuela en Argelia entre 1991 y 1993, designado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. En 1994, el presidente Rafael Caldera lo designó como Director General de Política Internacional de la Cancillería, un cargo de alta jerarquía.

Estuvo allí hasta 1998, cuando Caldera decidió enviarlo como embajador de Venezuela a la Argentina, una relación que en ese momento estaba floreciendo entre dos gobiernos liberales. Pero tan solo un año después, Venezuela caería en desgracia.

En 1999, gana Hugo Chávez las elecciones en Venezuela. Si bien Urrutia se quedó un tiempo como embajador en Argentina, cumpliendo más que nada un rol diplomático, en 2002 finalmente el dictador lo removería de su cargo.

En los años posteriores escribió libros y condujo fundaciones, hasta que en 2013 decidió entrar de lleno a la política, alineándose con la oposición a Maduro. Tras su afiliación a la MUD, se convirtió en una suerte de enlace internacional del partido con gobiernos extranjeros que apoyaban los reclamos de la oposición.

En 2020, asumió temporalmente la presidencia de la MUD, para luego darle lugar a otros como José Luis Cartaya, Omar Barboza y la propia Maria Corina Machado. Para 2024, Urrutia estaba prácticamente cercano a su retiro de la política, pero la situación anómala de las elecciones en Venezuela lo llevaron a que deba cumplir el rol más importante de toda su vida.

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