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Biden completa su gabinete de guerra con la confirmación de la funcionaria que convenció a Obama de invadir Libia en 2011

Samantha Power fue confirmada por el Senado con un bochornoso apoyo de la mitad del Partido Republicano. Power fue asesora de Obama durante sus guerras en Medio Oriente y una férrea defensora del intervencionismo militar. 

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Esta semana, con apoyo de los republicano anti-Trump, el Senado de los Estados Unidos confirmó a la nueva Jefa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional nominada por el presidente Joe Biden: la ex funcionaria de Obama y corresponsal de guerra, Samantha Power

Esta agencia, abreviada comúnmente por sus siglas en inglés como USAID, es la encargada de proveer y distribuir la mayor parte de los recursos que Estados Unidos destina en concepto de ayuda a países extranjeros.

Durante los tiempos del gobierno del ex presidente Barack Obama, la USAID jugó un papel preponderante en las intervenciones militares que Obama decidió ejecutar en Oriente Medio, como así también funcionó para desestabilizar los gobiernos de esa región que no eran del agrado del Presidente demócrata. 

Durante la presidencia de Donald Trump, la USAID, en sintonía con la postura anti-intervencionista del mandatario republicano, cambió radicalmente su rumbo y fue mayoritariamente desfinanciada, ya que según el ex mandatario republicano la mayor parte de los fondos iban dirigidos hacia gobiernos que apoyan y financian el terrorismo islámico, como Palestina o Yemen.

Con la llegada de Biden al poder, la USAID volverá a sus viejos hábitos de la era Obama, y es por esto que el actual mandatario eligió a una de las funcionarias más duras del obamismo para presidir esta agencia

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Power es una vieja conocida de la política internacional, y fue una de las personas que mayor poder ostentó durante el ciclo Obama. Desde el 2009 al 2013, trabajó como asesora presidencial en política exterior y ocupó el puesto de Embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas desde 2013 hasta 2017

El poder de Power se radicó principalmente en Medio Oriente, donde ofició como una de las funcionarias que Obama más escuchaba, junto a Susan Rice, ex asesora en seguridad nacional del mandatario demócrata, quien ahora también ha vuelto como la Directora del Consejo de Políticas Domésticas de Biden.

Tanto Power como Rice fueron quienes presionaron a Obama para que finalmente tomara la decisión de invadir militarmente a Libia y a Siria en 2011 y 2013 respectivamente. Ambas formaron parte del denominado «Circulo de Guerra» que estableció Obama en 2011. 

Para sorpresa de nadie, la llegada de Biden al poder también significó la vuelta de Power y Rice a decidir el futuro de Medio Oriente. De esta manera, el bélico presidente demócrata termina de configurar su gabinete de guerra, liderado por su mano derecha y Secretario de Estado, Anthony Blinken.

«Dentro del War Room de Obama». Portada de la revista Rolling Stone que relata las horas previas a la decisión de Obama de intervenir Libia en el 2011, con Rice, Power y Biden como sus principales motivadores. 

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Pese a sus desastrosos consejos en materia internacional, que luego de la invasión a Siria dio origen a la consolidación del Estado Islámico y la aparición de ISIS, Power siguió formando parte de la mesa chica de Obama e incluso lo aconsejó en temas políticas.

La nueva jefa de la USAID fue una de las figuras claves del ObamaGate, el escándalo de espionaje ilegal orquestado por el ex presidente demócrata que consistía en espiar la campaña presidencial del entonces candidato Donald Trump y de sus más cercanos colaboradores.

En particular, Power se enfocó en destruir la imagen del General retirado y ex consejero de Seguridad Nacional de Trump, Michael Flynn, a quien las agencias de Inteligencia le grabaron ilegalmente todas sus conversaciones con figuras internacionales durante la campaña presidencial. 

Esta persecución política hacia el General Flynn rápidamente se transformó en una judicial, que lo obligó a abandonar su puesto de consejero cuando Trump ya estaba en la Casa Blanca.

El año pasado, Flynn fue absuelto de todos los cargos que se le imputaban, marcando así el fin de la persecución que duró más de 3 años que fue pergeñada por Power desde el principio.

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Durante su estadía en las Naciones Unidas, Power llevó a cabo una virulenta campaña anti-Israel y fue la autora de uno de las papelones diplomáticos más vergonzosos de las últimas décadas

Representado al país, se abstuvo de su poder veto en el Consejo de Seguridad y dejó que los 14 miembros restantes pasaran una resolución que condenaba la “ocupación ilegal” de Israel a los que llamaron “territorios palestinos”. 

La Resolución 2334, firmada en diciembre de 2016, definía que el control del Estado de Israel de la ciudad de Jerusalén como una «violación de las normas internacionales» y establecía que ese territorio le pertenecía a Palestina. 

Esta canallada diplomática, orquestada por Power y consentida por Obama cuando Trump estaba a menos de un mes de asumir la presidencia, fue vista en Israel como la mayor traición por parte de los Estados Unidos en la historia

Durante su audiencia de confirmación para el puesto en marzo, el senador republicano Ted Cruz increpó a Power por esta traición, llamándola «el momento más vergonzoso de todo el gobierno de Obama, motivado por el antisemitismo y el odio a Israel que caracterizaba a esa administración». 

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La complicidad del Partido Republicano en todo esto

Desde que llegó a la Casa Blanca, Biden ha logrado en tiempo récord confirmar a todo su gabinete y a todos sus asesores de política internacional, a diferencia de los ministros del ex presidente Trump que tuvieron que afrontar unas confirmaciones mucho más duras que postergaron su llegada al gobierno por varias semanas. 

Esto no lo podría haber hecho sin el apoyo de una parte del Partido Republicano, que no ha presentado objeción alguna a estas peligrosas nominaciones. 

Sin ir más lejos, Power, conociendo su antisemitismo, sus pésimas decisiones diplomáticas y su ferviente intervencionismo, fue confirmada por el Senado por 68 votos contra 26, con más de 20 senadores republicanos votando a favor de la nominación.

Esta complicidad del Partido Republicano se debe a una orden que el propio jefe de la bancada, Mitch McConnell, bajó para todo el bloque; la de no disputar las nominaciones de gabinete que Biden realiza

Según la analista política Julie Kelly, en su columna «Los republicanos en el Senado le entregaron fósforos a un arsonista«, la Cámara Alta parece controlada por los demócratas a pesar de que una mitad entera de los senadores pertenecen a los republicanos.

Esto se debe a que, mientras la bancada demócrata parece estar casi completamente consolidada detrás de Biden, los republicanos están divididos entre los anti-Trump y los pro-Trump. Según Kelly, es como si hubieran 3 partidos en el Senado en vez de 2, uno demócrata, uno republicano de izquierda, y uno republicano de derecha.
Entre estos republicanos de izquierda (RINOs, en inglés), entran Susan Collins, Lisa Murkowski y Mitt Romney, quienes hasta el momento no han rechazado ninguna nominación de Biden. 

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Estados Unidos

Biden firmó un decreto para promover el voto de los presos, que históricamente votan mayoritariamente por los demócratas

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El gobierno de Biden está manteniendo reuniones con ONGs para conseguir movilizar a la población carcelaria para que voten en las elecciones nacionales.

En marzo de 2021, el recientemente asumido presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva titulada “Promoción del acceso al voto”, que presentó como un esfuerzo “no partidista” de todo el gobierno para lograr expandir las maneras de sufragar de los ciudadanos, de manera de “ampliar las oportunidades de los ciudadanos de registrarse para votar y obtener información y participar en el proceso electoral”.

Luego de la firma del decreto, la administración Biden celebró una “sesión de escucha” con varias ONGs para poner en funcionamiento el decreto, el cual, entre otras cosas, faculta a las organizaciones sin fines de lucro a realizar campañas de afiliación y de votación en lugares donde «hay bajos niveles de acceso al voto».

Según una investigación del Oversight Project, que accedió a notas de dicha reunión, los funcionarios hablaron principalmente sobre registrar a los convictos para votar y crear una masa de votantes masiva.

Cabe aclarar que hay más de 5 millones de personas arrestadas o detenidas en Estados Unidos, lo que implica casi un 2% del padrón electoral, que de votar, certeramente lo haría por el Partido Demócrata, que tiene entre sus propuestas reducir las penas y ser más laxo con el crimen.

En una nota particular, un funcionario del Sentencing Project mencionó la importancia de que la Oficina de Prisiones notifique a los “votantes recién elegibles sobre su derecho a votar”. Ese funcionario también sugirió que “la privación del derecho al voto por un delito grave es supresión de votantes”.

Otro funcionario del Campaign Legal Center dijo que quieren que la Oficina de Prisiones implemente un sistema de registro de votantes que informe a los convictos sobre su derecho a votar después de salir de prisión.

Otras notas de la sesión de escucha se centraron en facilitar que los inmigrantes, presumiblemente ciudadanos recién naturalizados, ingresen en las listas de votantes del país.

Cabe aclarar que en Estados Unidos los presos tienen derecho al voto, pero como el sufragio no es obligatorio, la gran mayoría de los reos no lo hacen, y los niveles de participación electoral de la población carcelaria en el país es ínfima.

Un funcionario de Mexican American Legal Defense and Educational Fund (MALDEF) dijo: “Inmigrantes y no ciudadanos: apoyamos los esfuerzos de registro de votantes. Queremos asegurarnos de que se hagan con cuidado. Todos los empleados federales deben recibir capacitación en esto. Hay que promover la necesidad de confiar en que las personas actúan dentro de los límites de la ley. Especialmente cuando hay problemas de idioma”.

Otro funcionario de Asian Americans Advancing Justice dijo que la “información de registro de votantes debería ser obligatoria en las ceremonias de naturalización” y que el sitio web oficial del gobierno para el registro de votantes debería traducirse a muchos idiomas.

El informe que reveló estas reuniones, calificó la medida de Biden como “un esfuerzo partidista de movilización de votantes” que busca “influir en el resultado de futuras elecciones mediante el uso de recursos, infraestructura y alcance federales”.

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Estados Unidos

Trump le saca 6 puntos a Biden en una encuesta de CNN y suenan las alarmas en la campaña demócrata a cinco meses de las elecciones

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El equipo de campaña del Partido Demócrata entró en crisis esta semana tras la publicación de una encuesta del medio ultra-partidario CNN que solía dar a Biden más de diez puntos arriba de Trump, pero ahora reveló al republicano seis puntos por encima.

El expresidente Donald Trump está midiendo a niveles récord de cara a las elecciones presidenciales del mes de noviembre, obteniendo su mayor ventaja jamás registrada en una encuesta de CNN que se realizó esta semana.

Trump, con un 49%, está seis por ciento por delante del 43% de Biden, una diferencia en su favor nunca antes vista en las encuestas, ni siquiera cuando el republicano le ganó a Hillary Clinton en el 2016.

Cabe aclarar que la encuestadora de CNN, la empresa basada en Pensilvania, SSRS Research, suele tener un fuerte sesgo en favor de los demócratas. De hecho, nunca había medido a Trump por encima de un oponente demócrata hasta ahora.

La diferencia de Trump sobre Biden se agranda cuando se agrega a la encuesta candidatos de terceros partidos como el liberal Robert F. Kennedy Jr., la ecologista Jill Stein y el socialista Cornel West, la ventaja de Trump sobre Biden crece a casi dos dígitos.

Dado que todos estos candidatos de partidos menores le quitan votos a Biden, en ese escenario Trump tiene un 42%, Biden tiene un 33%, Kennedy tiene un 16%, West un 4% y Stein un 3%, poniendo al reppublicano nueve puntos por encima de la oferta demócrata.

Este escenario todavía no mide al candidato del Partido Libertario, que suele sacar entre un 2 y un 3 por ciento de los votos, y le suele robar íntegramente votos al Partido Republicano, por lo que se puede esperar que a fin de cuentas la balanza resulte más equilibrada.

De todos modos, esta medición, aunque indica un fuerte clamor popular por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, no asegura su victoria. Las elecciones en Estados Unidos no se ganan por voto poular, si no que se ganan por quien se impone en la mayor cantidad de estados.

De esta manera, es importante mirar la intención de voto en los estados clave: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Minnesota, Georgia, Arizona, Carolina del Norte, Nevada y Virginia. Trump, para ganar, necesita no solo ganar los estados usualmente republicanos, sino que tiene que ganar en por lo menos 5 de éstos.

Según las últimas encuestas para estos estados, a la fecha y siguiendo el índice promedio de la agregadora de sondeos RCP, Trump se impone en todos los estados clave menos en dos: Minnesota y Virginia.

  • Pensilvania: Trump: 48,3%; Biden: 47,7%; Indecisos: 4,0%.
  • Michigan: Trump: 46,3%, Biden: 45,0%; Indecisos: 8,7%.
  • Wisconsin: Trump: 49,3%; Biden: 47,5%; Indecisos: 3,2%.
  • Minnesota: Trump: 40,7%; Biden: 43,0%; Indecisos: 16,3%.
  • Georgia: Trump: 49,2%; Biden: 45,2%; Indecisos: 5,6%.
  • Arizona: Trump: 49,3%; Biden: 44,3%; Indecisos: 6,4%.
  • Carolina del Norte: Trump: 48,4%; Biden: 43,0%; Indecisos: 8,6%.
  • Nevada: Trump: 48,8%; Biden: 44,0%; Indecisos: 7,2%.
  • Virginia: Trump: 42,0%; Biden: 46,3%; Indecisos: 11,7%.

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Estados Unidos

El Pentágono de Biden anunció el envío a Ucrania de un nuevo paquete de ayuda militar por US$ 6.000 millones

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El jefe del Pentágono afirmó que esta es la asistencia “más grande” que Washington ha anunciado “hasta la fecha”, superando toda la ayuda que dio Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció este viernes que se enviará otro paquete de ayuda militar por US$ 6.000 millones para Ucrania, aumentando el acceso del gobierno de Kiev a misiles Patriot y drones que permitan responder a los avances rusos en el frente oriental.

Austin hizo este anuncio en una rueda de prensa al cierre de una reunión del grupo de Ramstein, en el que Estados Unidos confirmó que los primeros US$ 1.000 millones de nueva ayuda militar a Ucrania están en camino.

El jefe del Pentágono confirmó que Estados Unidos enviará con carácter de urgencia a Ucrania munición para baterías HIMARS, que permite atacar posiciones rusas lejos del frente, munición de artillería avanzada de 155 milímetros y sistemas de defensa aérea en vehículos blindados.

Estoy encantado de poder anunciar un compromiso adicional de USD 6.000 millones para la iniciativa de asistencia de seguridad de Ucrania. Eso nos va a permitir procurar nuevas capacidades para Ucrania por parte de la industria estadounidense”, dijo Austin, y aseguró que este es el paquete de asistencia “más grande” que Washington ha anunciado “hasta la fecha”.

Esa nueva ayuda militar incluirá baterías de misiles Patriot y defensas tierra-aire, más sistema de defensa contra drones y “un monto significante de munición de artillería, municiones aire-tierra y apoyo de mantenimiento”, indicó Austin.

Según el jefe del Pentágono, la ayuda de los miembros del grupo de Ramstein “ha salvado incontables vidas ucranianas” con compromisos que rondan ya los US$ 95.000 millones y la coalición de estos 50 países se mantiene “fuerte” en su apoyo a Kiev.

Austin también dijo que el grupo trabaja en crear un Ejército ucraniano “autosuficiente” y capaz de contener a Rusia en el largo plazo.

El resultado en Ucrania determinará la trayectoria de nuestros días. Si (Vladimir) Putin permanece y gana en Ucrania las consecuencias serán graves y globales”, aseguró Austin.

Los anuncios hoy de nueva ayuda militar a Ucrania llegan después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, firmara esta semana un ley para dar progresivamente a Ucrania US$ 61.000 millones en asistencia militar y préstamos durante el año.

Estados Unidos ya proporcionó decenas de miles de millones de dólares en ayuda militar a Kiev desde que Rusia anunció el inicio de su invasión a territorio ucraniano el 24 de febrero de 2022.

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