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Nigeria

Terroristas islámicos abrieron fuego en una iglesia católica en Nigeria: Asesinaron a 50 personas que estaban en misa

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Masacre deja al menos 50 muertos en una iglesia católica del suroeste de Nigeria. Se sospecha de Boko Haram o ISIS.

Terroristas islámicos armados con rifles y explosivos asaltaron una iglesia católica este domingo en plena misa de celebración del Pentecostés en la ciudad de Owo, en Nigeria.

Los yihadistas abrieron fuego en la iglesia católica de St. Francis y asesinaron por lo menos 50 personas. La portavoz de la policía del estado de Ondo, Ibukun Odunlami, dijo que los hombres armados dispararon por varios minutos indiscriminadamente al público, y luego se inmolaron con explosivos, dejando cientos de heridos más.

El gobernador del estado de Ondo, Oluwarotimi Akeredolu, que visitó el lugar del atentado y a los heridos en el hospital, describió el incidente del domingo como "una gran masacre" y el peor ataque terrorista en Nigeria en la historia.

El presidente Muhammadu Buhari condenó el ataque, calificándolo de "atroz", y el Papa Francisco aseguró que estaba rezando por las víctimas que habían sido "dolorosamente golpeadas en un momento de celebración".

"Es muy triste que, mientras se celebraba la Santa Misa, unos terroristas hayan atacado la iglesia católica de St. Francis. Se teme que haya muchos muertos y muchos otros heridos", declaró el portavoz de la Iglesia católica en Nigeria, el reverendo Augustine Ikwu, quien confirmó que el obispo y los sacerdotes de la parroquia habían sobrevivido ilesos al ataque.

Se desconoce por el momento qué grupo islamista fue responsable del ataque. En Nigeria operan más de 20 grupos terroristas que han cometido brutales ataques en los últimos años. En 2021, el país africano fue el segundo con más ataques terroristas del mundo, superado únicamente por Afganistán.

Nigeria lucha contra la insurgencia islamista en el noreste del país y contra las bandas armadas que perpetran atentados y secuestros para pedir rescate. Sin embargo, la ciudad de Owo se ubica en el sur del país, una región que prácticamente nunca había experimentado ataques terroristas.

Boko Haram es el principal grupo insurgente en Nigeria, seguido por yihadistas del ISIS (Estado Islámico) y por extremistas fulani, quienes llevan a cabo matanzas en los campos de productores nigerianos.

El ataque se produce un día antes de que el partido gobernante APC comience las primarias para su candidato en las elecciones de 2023 para reemplazar a Buhari, un excomandante del ejército que renuncia después de dos mandatos.

La seguridad y soberanía naciónal será el tema más importante para quien gane la carrera por gobernar el país más poblado y desarrollado de África, y la economía más grande del continente.

Los ataques con armas y bombas son raros en el estado de Ondo y otras partes del sur, por lo que este ataque marca una escalada sin precedentes en la insurgencia islamista. Partes del noroeste y centro-norte de Nigeria, en particular, se han visto cada vez más plagadas de pandillas fuertemente armadas que asaltan aldeas y atacan comunidades y escuelas para ataques de secuestro masivo.

El ejército de Nigeria está luchando contra una insurgencia yihadista hace más de 12 años en el noreste, mientras pandillas han establecido gobiernos paralelos en el noroeste, mientras surge la agitación separatista en el sureste.

Nigeria

Un convoy diplomático de Estados Unidos fue atacado en Nigeria por terroristas islámicos con 4 muertes fatales

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Terroristas armados atacaron a un convoy estadounidense en Anambra, acabando con la vida de dos agentes de la policía y de dos miembros del personal de servicio del consulado, además de secuestrar a otros dos policías y a un conductor.

Un grupo de hombres armados, probablemente pertenecientes a la agrupación terrorista Boko Haram o al grupo separatista IPOB, atacaron un convoy diplomático estadounidense en el estado de Anambra, en el sureste de Nigeria, acabando con la vida de cuatro personas y secuestrando a otras tres.

Si bien algunos medios locales reportan la muerte de miembros del personal diplomático de origen estadounidense, funcionarios nigerios y norteamericanos aseguran que no había ciudadanos estadounidenses en el convoy, por lo que ninguna de las víctimas es parte de la misión diplomática de Biden en el país.

"Los matones asesinaron a dos de los agentes de la Fuerza Móvil de la Policía y dos miembros del personal del Consulado, y prendieron fuego a sus cuerpos y a sus vehículos", dijo el portavoz de la policía en Anambra, Ikenga Tochukwu. "Ningún ciudadano estadounidense estaba en el convoy", agregó.

Según la policía, los atacantes abrieron fuego contra el convoy en una de las rutas principales del área del gobierno local de Ogbaru, en el estado de Anambra, uno de los epicentros de las violencias separatistas en la región.

Un equipo conjunto de fuerzas de seguridad nigeriana y estadounidenses fue desplegado en la escena, pero llegó solo después de que los atacantes habían escapado con otros dos policías y uno de los conductores como rehenes, agregó Ikenga, quien señaló que se puso en marcha una "operación de rescate" el mismo martes por la noche, todavía sin éxito.

Consultado minutos después de que medios nigerianos reportaran el incidente, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, confirmó el ataque durante una sesión informativa con periodistas en Washington DC. "Un convoy estadounidense de vehículos fue atacado. Lo que puedo decirles es que ningún ciudadano estadounidense estuvo involucrado", resaltó Kirby.

El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo que su personal en Nigeria está trabajando con las agencias de seguridad de la nación para investigar el ataque. "La seguridad de nuestro personal siempre es primordial", dijo el Departamento de Estado en un comunicado.

No está claro por qué la Embajada estadounidense estaba realizando desplazando un convoy de vehículos en Anambra, ni por qué supuestamente no había norteamericanos en los vehículos, que deberían ser exclusivos para las tareas diplomáticas de la embajada.

Según informaron medios locales, las víctimas se encontraban en la región realizando tareas humanitarias. Según publicó The Guardian, habrían estado en medio de un "campaña médica para brindar ayuda a las zonas rurales ribereñas".

A este respecto, Ikenga dijo que era lamentable que "un convoy de tal o cualquier relacionado ingrese al estado sin recurrir a la policía en el área o cualquier agencia de seguridad".

El ataque ha generado aún más preocupaciones sobre la seguridad del personal diplomático y consular extranjero en Nigeria en medio de la violencia separatista en la región sureste de Nigeria, y recuerda a muchos lo que ocurrió en Libia durante el gobierno de Barack Obama, cuando terroristas atacaron el consulado y asesinaron al embajador estadounidense en Benghazi.

Las autoridades han culpado de dicha violencia a un grupo conocido como el movimiento Pueblo Indígena de Biafra (IPOB), y su brazo armado, la Red de Seguridad del Este, que lidera una campaña para que la región se separe de la nación africana y así formar un país independiente.

Los separatistas se han vuelto más violentos desde el juicio contra su líder, Nnamdi Kanu, un ciudadano británico-nigeriano que fue arrestado en Kenia y devuelto a Nigeria.

La tensión en esta región data de mayo de 1967, cuando, en medio de crecientes tensiones étnicas debido a sucesivos golpes de Estado, el gobernador de la región Oriental de Nigeria, Emeka Ojukwu, anunció la creación de la República de Biafra para proteger a la etnia igbo, objeto de matanzas en el norte del país.

Policía nigeriana patrulla las calles cerca del aeropuerto de la capital

El Gobierno militar nigeriano intentó recuperar el control por la fuerza, desencadenado así una guerra civil (1967-1970) que causó la muerte de casi dos millones de personas. En aquel entonces, la situación humanitaria, sobre todo la hambruna, se vio agravada por un bloqueo que duró de dos años.

El presidente nigeriano saliente, Muhammadu Buhari, ha rechazado los llamados a referéndum por parte de los separatistas, insistiendo en que la integridad territorial del país más poblado y con la economía más grande de África no es negociable.

Después de un breve período de calma durante las elecciones de febrero y marzo, en las cuales se eligieron al nuevo presidente y a los distintos gobernadores, los ataques han ido en aumento en las últimas semanas.  

Es por eso que la violencia en el sureste es solo uno de los muchos problemas que enfrentará el presidente electo, Bola Tinubu, quien recibirá el poder de manos de Buhari a fines de este mes.

Peter Obi, ex gobernador del estado de Anambra, que se presentó y perdió en las elecciones presidenciales del 25 de febrero, es uno de los que impugnan la victoria de Tinubu, alegando fraude electoral.

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Economía

Fracasa la moneda digital en Nigeria: Solo la usa el 5% de la población y se cortó la cadena de pagos

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El Banco Central del país emprendió una reforma monetaria para introducir un nuevo curso legal, y desde 2021 salió a la luz la eNaira digital como opción alternativa. Las reformas fracasaron y provocaron una profunda escasez de efectivo que comprometió al normal funcionamiento de la cadena de pagos. 

Nigeria fracasó estrepitosamente en su intento de avanzar hacia el control y el monitoreo de transacciones en su sistema financiero. En el año 2021 el país lanzó oficialmente la eNaira, una moneda estatal digital con el fin de sustituir el uso de efectivo.

Sin embargo, el programa tuvo una aceptación prácticamente nula, por lo que el Banco Central adoptó nuevas medidas “disuasivas”: Emprendió una reforma monetaria para cambiar el curso legal, estableció una fecha límite para canjear la moneda vieja por la nueva, y estableció un corralito bancario para desalentar abiertamente el uso de efectivo

Muy a diferencia de lo que ocurrió en otros países, en Nigeria el corralito no responde a una corrida contra los bancos en un sistema rígido para la oferta monetaria, sino que forma parte de la iniciativa por la bancarización y la digitalización del sistema monetario. Se estableció un tope equivalente a 100.000 nairas por semana

Pero pese a las regulaciones para incentivar el uso de la moneda digital, la propia autoridad monetaria admite que solamente el 0,5% de la población acepta recibir y realizar pagos en esa modalidad. El 95% restante rechaza de plano el programa, y desconfía de la acción vigilante y controladora del Estado sobre las transacciones personales

A la par del rechazo, se debe tener en cuenta que una gran parte de la economía nigeriana opera en el sector informal, incapaz de adaptarse a las severas regulaciones laborales, cambiarias y financieras del sistema legal. 

Como todo esto fuera poco, la transición monetaria no fue ordenada. Pasada la fecha límite para canjear la moneda vieja por el nuevo curso legal el 31 de enero de 2023, una importante parte de la base monetaria aún permanece en circulación, pero ahora sin sustento legal

El Gobierno permitió la circulación de billetes en efectivo de baja denominación, pero la elevada tasa de inflación y el deterioro del poder adquisitivo del dinero acumulado en los últimos años, dificultan enormemente la transacción de operaciones cotidianas.

Los bancos, las entidades financieras y las empresas más grandes solo aceptan la nueva denominación monetaria y el curso digital como alternativa, dejando así a millones de personas fuera del sistema. Esto provocó un corte abrupto a la cadena de pagos, un hecho que está afectando a la actividad económica, los precios y el mercado laboral.

Como la moneda nigeriana dejó de ser propiamente una moneda (no es garantía de medio de cambio universal para todo tipo de transacciones en el país), se introdujeron una serie de recargos por el pago en efectivo, y los precios se dispararon tan pronto como finalizó el fallido canje de la reforma monetaria. 

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Nigeria

Tras los ataques a iglesias en Nigeria, gobernadores quitan la prohibición de armas y le piden a la población que se arme

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El gobernador de Zamfara ordena la emisión masiva de permisos de portación de armas para contrarrestar los ataques terroristas. Otros gobernadores analizan la medida.

Durante más de una década, los nigerianos que viven en los estados del noroeste del país han sufrido una ola interminable de saqueos, secuestros y asesinatos a manos de pandillas y milicias islamistas. Sin embargo, desde comienzo de año, la violencia se ha tornado más brutal y ya hubo varios atentados terroristas a iglesias católicas en plena misa, donde decenas de feligreses fueron masacrados.

A principios de enero, unas 200 personas fueron asesinadas en Zamfara, en una ola de violencia de dos días, hasta nueve ciudades fueron atacadas y los terroristas dispararon a los ciudadanos en la calle mientras saqueaban y quemaban sus casas.

El pasado 6 de junio, yihadistas abrieron fuego en la iglesia católica de St. Francis y asesinaron por lo menos 50 personas. La portavoz de la policía del estado de Ondo, Ibukun Odunlami, dijo que los hombres armados dispararon por varios minutos indiscriminadamente al público, y luego se inmolaron con explosivos, dejando cientos de heridos más.

La semana pasada, otra ola de terrorismo atacó dos iglesias en el estado vecino de Kaduna, mataron a 8 personas y secuestraron a 38. El comando terrorista, compuesto por varios hombres armados, se cree que pertenece a Boko Haram o al ISIS, dos grupos yihadistas que tienen a Nigeria contra las cuerdas en una interminable guerra religiosa y política.

Los estados de Zamfara y Kaduna, foco de los ataques islamistas.

Esto llevó a un cambio rotundo en la política de seguridad del Estado nigeriano. El gobernador del estado de Zamfara, Bello Matawalle, ha decidido reconocer el derecho a portar armas de los ciudadanos para defenderse de estos ataques. Específicamente, el gobernador ordenó al comisionado de policía que emitiera 500 licencias en cada una de las 19 subdivisiones del estado.

"El gobierno está listo para ayudar a las personas, especialmente a nuestros agricultores, a obtener armas básicas para defenderse", dijo Ibrahim Magaji Dosara, comisionado policial de Zamfara.

Se espera que en esta primera ronda de la medida, hasta 10.000 ciudadanos en el estado puedan portar libremente. Se pondrá foco en agricultores, transportistas y feligreses. "Si la medida es exitosa, habilitaremos otras 500 licencias en cada distrito, así hasta tener toda la población armada", concluyó.

Bello Matawalle.

Otros gobernadores aseguran que están analizando implementar la misma medida, especialmente luego de que las Fuerzas Armadas y de Seguridad de Nigeria lanzarán una masiva movilización en el noreste del país, lo cual ha dejado sin apoyo nacional a los estados individuales para enfrentar estos ataques terroristas.

Grupos como Boko Haram, ISIS y los extremistas fulani operan desde bases en bosques remotos donde el terreno hace que las operaciones ofensivas de las fuerzas de seguridad nigerianas sean más difíciles y peligrosas. Las fuerzas de defensa y seguridad de Nigeria están sobrecargadas luchando contra la insurgencia islamista en el noreste del país, y la policía local no tienen el poder de fuego para enfrentar a los guerrilleros fuertemente armados.

Además del dinero que obtienen a través de los saqueos y los secuestros, los terorristas islamistas también controlan las minas de oro en el interior del país, lo que les proporciona recursos adicionales para financiar la compra de armas, y en estos años se han registrado rifles y explosivos de última generación en sus manos.

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