
Ganaderos visitaron el centro estatal El Tinto y desmontaron las mentiras del masismo
La comitiva integrada por productores y parlamentarios no encontró ni una sola res en las instalaciones del régimen.
Un grupo de ganaderos, parlamentarios visitó el centro de confinamiento estatal El Tinto, ubicado en el municipio de San José de Chiquitos. La comitiva tenía el propósito de verificar los costos de producción de ganado en estas instalaciones. Lo que encontraron fue una infraestructura abandonada, sin ganado y con evidente deterioro.
El centro de confinamiento fue inaugurado en 2016 durante la gestión de Evo Morales. En ese momento el proyecto fue concebido para mejorar la producción ganadera en la región. Sin embargo, la inspección evidenció la ausencia total de ganado, maleza crecida y alambrados caídos, lo que generó indignación entre los productores.
Klaus Frerking, presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), criticó el estado de las instalaciones y cuestionó la falta de gestión gubernamental. Según él, en lugar de promover la producción, el lugar está completamente abandonado y sin actividad ganadera. "Aquí lo único que se cría es hierba, maleza y víboras", remarcó.
Walter Ruiz, presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (FEGASACRUZ), calificó el centro como una "infraestructura fantasma". Posteriormente denunció que el gobierno los ha acusado de incrementar los precios de la carne mientras sus propios proyectos fracasan. Además, agregó que la falta de apoyo a los productores y la falta de políticas claras perjudican al sector.

Uno de los principales motivos de la visita era conocer los costos de producción del Estado para compararlos con los del sector privado. Este sector se ha visto acosado por presiones de autoridades del régimen en las últimas semanas. Sin embargo, la falta de ganado y de personal en el lugar impidió obtener esta información.
Según los ganaderos, este hallazgo demuestra que el régimen masista no tiene cifras reales sobre la producción ganadera. Con lo cual se evidencia que el Gobierno desconoce la forma en la que los ganaderos desarrollan sus actividades. A pesar de esto el masismo intenta imponer restricciones perjudiciales al sector privado.
Ruiz enfatizó que, en los últimos nueve años, solo se han movido mil cabezas de ganado en el centro de confinamiento, una cifra ínfima comparada con las dos mil reses que se sacrifican diariamente en Santa Cruz. De esta forma se constata que el proyecto estatal ha significado un rotundo fracaso.
¿Qué paso con la seguridad alimentaria?

Otro problema que afecta al sector es la escasez de diésel, lo que obliga a los ganaderos a recurrir al mercado negro para mantener sus operaciones. Ruiz advirtió que sin combustible suficiente, la producción de carne corre peligro, lo que podría afectar el abastecimiento del mercado interno.
Desde el Gobierno, la estatal Empresa Boliviana de Producción Agropecuaria (B-Agro) negó que el centro de confinamiento esté abandonado. Su gerente, Ramiro Villarpando, aseguró que allí se desarrollan actividades productivas, como la producción de soya y el manejo de embriones. No obstante, esta versión fue refutada por los ganaderos mediante imágenes en las se muestra que no hay evidencia de producción en el lugar.
Al respecto, el economista Luis Alberto Alpire advirtió que las restricciones a la exportación de carne impuestas recientemente por el Gobierno desincentivan la producción y podrían generar una crisis similar a la del maíz y el arroz. En su opinión, el verdadero problema radica en la falta de incentivos y en la ausencia de políticas que fortalezcan la cadena productiva.
El sector ganadero enfrenta un panorama difícil con problemas de abastecimiento de combustible, contrabando y restricciones a las exportaciones. Ante esta situación, los productores exigen medidas concretas y políticas que impulsen la producción en lugar de poner trabas a un sector clave para la economía nacional.
Los ganaderos reiteraron su compromiso con la producción y la transparencia de sus costos. Sin embargo, advierten que si el régimen no toma medidas efectivas que garanticen resolver la crisis del sector, la producción y el abastecimiento de carne en Bolivia podrían verse seriamente comprometidos.
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